Cuarta Semana: Consagración de nuestros Actos
Día 24: Consagración de nuestro futuro
33 Pasos con María a Jesús para preparar la entrega de nuestra vida a Cristo por manos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración: "Espíritu Santo haz que escuche tu voz mansa y amable. Quisiera ante ti ser como una pluma para que me levante tu aliento hacia dónde quiera llevarme, jamás le opondré la más mínima resistencia (Franz Maria Libermann)
Lectura Bíblica: Que practiquen el bien, que se enriquezcan con bellas obras, que den con generosidad y con liberalidad; de esta forma irán atesorando para el futuro un excelente fondo con el que podrán adquirir la vida verdadera. (1 Tim 6, 18-19)
Pensamiento de un Santo: "¿Tienes miedo de perderte cuando te entregas? Al contrario: tú te pierdes cuando te niegas a entregarte. Hijo mío, dame tu corazón: ya no lo perderás más cuando me pertenece a mi" (San Agustín).
Meditación: Por medio del bautismo el reino de Dios ha sido sembrado en nuestros corazones; por eso tenemos que cuidarlo diligentemente como una semilla que se ha sembrado en la tierra. Vivimos en un tiempo de gracia. Muchas veces esto no nos parece así porque en nuestro corazón se agitan todavía angustias respecto al futuro. Solamente cuando la oración ocupa el primer lugar en nuestra vida, entonces podemos extender sin reparos nuestras manos hacia el reino de Dios. Y entonces testificaremos con nuestra vida que el futuro es mucho más hermoso de lo que nos quisieron hacer creer. Nuestro futuro desde el punto de vista cristiano no es inseguro ni angustioso. Para entrar en esta nueva esperanza y con una fe inquebrantable en Dios podemos hacer lo siguiente: romper radicalmente con el pecado sin compromisos. Arrepentirnos del pecado: Volver al Padre de de todo corazón aunque hayamos caído 100 veces en el mismo pecado. Dar a Dios el primer puesto en nuestra vida: hacer todo para Dios, en Dios y con Dios. Recibir los sacramentos: Ellos nos permiten vivir con Dios. La oración: nos fortalece en la fe, en la esperanza y en el amor. ¿Quisieras encontrar esta felicidad que Dios nos quiere regalar? Entonces renuncia a tus ideales falsos y acepta el plan de Dios para tu vida.
Pensamientos del Papa Juan Pablo II: ¡Sigan a Jesús como lo hicieron los primeros discípulos! No tengan miedo de acercarse a él, de pasar por la puerta del corazón, de hablar cara a cara con él como uno conversa con un amigo (cf. Ex 33.11). No tengan miedo de esta nueva vida que se les ofrece: él mismo les dará la posibilidad de aceptar la idea de realizarla con la ayuda de su gracia y con el don de su Espíritu. Es cierto: Jesús es un amigo exigente. Nos muestra metas altas y reclama que salgamos de nosotros mismos y le vayamos al encuentro. Él quiere que le entreguemos la vida entera: Quien pierde su vida por mí y por el Evangelio la salvará (Mc 8, 35). Este ofrecimiento puede parecer difícil y hasta en algunos casos uno puede tenerle miedo. Pero yo les pregunto: ¿Acaso es mejor entregarse a una vida sin ideales en un mundo construido según la propia imagen y medida - O generosamente buscar la verdad, el bien, la justicia, de trabajar por un mundo que refleja la hermosura de Dios también a costa de las pruebas correspondientes que uno tiene que aceptar? ¡Traspasen las barreras de la superficialidad y del miedo! Descúbranse como nuevos hombres y mujeres renacidos por la gracia bautismal; hablen con Jesús en la oración en la escucha de la palabra de Dios; adquieran un sentido para la alegría de la reconciliación en el sacramento de la reconciliación; reciban el cuerpo y la sangre de Cristo en la eucaristía: acójanlo y sírvanle en los hermanos. Descubrirán la verdad de sí mismos, de su unidad interior y encontrarán el tú que te cura de los miedos y del subjetivismo sin frenos que no te dejan en paz (Mensaje para la 12. Jornada Mundial de Juventud, París, 1997).
Profundizando: Pregúntate: "¿Existen dimensiones en mi futuro que contemplo sin esperanza? ¿Has expresado al respecto pensamientos de desesperación o de desánimo? Intenta para cada uno de estos pensamientos uno que te dé aliento. Varias veces al día recuerda esta palabra para así cambiar poco a poco tu mirada hacia tu futuro. Intenta enfrentar estas situaciones, como si comenzaras a partir de cero, porque no es demasiado tarde.
Misterio del Rosario en las intenciones de la madre de Dios
Oración consagratoria: Virgen María, tú no has tenido miedo del futuro. Con una entrega total te has decidido por aquello que Dios te ha pedido. Hoy quisiera colocar mi futuro en tus manos para que seas la protectora de mi fe, para que me eduques y me formes hasta que sea capaz de aceptar a Cristo totalmente. Virgen María, como madre te preocupas por el futuro de tus hijos. Te consagro mi falta de esperanza y mis angustias ante mi futuro y ante el futuro del mundo. Muéstrame un camino para que pueda activamente participar en la construcción del futuro.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ruega por nosotros.
CUARTA SEMANA - CONSAGRACIÓN DE NUESTRAS ACCIONES
Día 22: Consagración de mis relaciones y de mis soledades.
Día 23: Consagración de los fracasos
Día 24: Consagración de nuestro futuro
Día 25: Consagración de las personas que nos han herido
Día 26: Consagración de las personas que tienen autoridad para conmigo
Día 27: Consagración de las decisiones/obligaciones
Día 28: Consagración de nuestra libertad en relación con Dios