Tercera semana-Consagración de nuestra realidad espiritual (de nuestro espíritu)
Día 19: Consagración para la felicidad, la alegría y una vida plena
33 Pasos con María a Jesús para preparar la entrega de nuestra vida a Cristo por manos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración: Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo. Tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas, y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos" (Secuencia de Pentecostés).
Profesión de fe
Lectura bíblica: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas" (Jn 10.10 -11).
Pensamiento de un Santo: "Dios quiere que aquellos que le pertenecen, sean felices y santos" (Madre Teresa de Calcuta).
Meditación: La sociedad quiere convencernos que la felicidad consiste en poder hacer lo que a uno le da la gana, tener mucho dinero y ante todo no tener problemas. En cambio, nosotros aquí hablamos de una comprensión muy distinta de la felicidad. Jesús dice: "Bienaventurados los que lloran… Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia… Bienaventurados ustedes si los insultan por causa mía…" (Mt 5). Jesús no nos promete una vida tranquila sin problemas. La felicidad no consiste, por ejemplo, el no ser perseguido, sino en la persecución encontrar refugio en Dios.
Ser felices significa saborear la vida porque sabemos que nos aman sin límites, sin condiciones y hasta la eternidad. La vida no tiene fin, nada la puede borrar, es eterna y siempre triunfa sobre la muerte. Algunas personas escogen el suicidio porque viven situaciones que consideran no tienen salida y por eso desesperan. Ellos no saben que la vida siempre tiene la última palabra y que no hay razón para rendirse. Cuanto más amemos y cuanto más intentemos hacer felices a los demás dándoles algo de nosotros tanto más perfecta será nuestra propia felicidad. Precisamente por razón de esta vida en plenitud no tenemos el derecho de rendirnos. Dios, a quien tú adoras, Jesús de Nazaret, es un Dios de los vivos y no de los muertos. Eso quiere decir que estás vivo, que estás viva: ¡escoge lo que eres!
Pensamientos del Papa Juan Pablo II: Hemos visto que el joven rico ha escuchado el llamado: "¡Sïgueme!", sin embargo, "se fue triste porque era muy rico". Esa tristeza del joven nos hace pensar. Podemos ser tentados de creer que el ser ricos nos hace felices. Sin embargo, vemos que para el joven del Evangelio sus riquezas se le han convertido en obstáculo de cara al seguimiento de Jesús. No era capaz de decir "si" a Jesús y no pudo decir "no" a sí mismo, "si" al amor y "no" a la fuga. El amor verdadero exige mucho y yo personalmente no cumpliría con mi tarea rectamente si no les dijese con toda claridad esta verdad. Porque Jesús también ha dicho: "Ustedes son mis amigos, si cumplen lo que les mando" (Jn 15.14).
El amor requiere esfuerzo y entrega personal para hacer la voluntad de Dios. Significa disciplina y sacrificio pero también significa alegría y plenitud humana. Queridos jóvenes, no tengan miedo ante un esfuerzo honesto, ante el trabajo honrado. No tengan miedo a la verdad. Con la ayuda de Cristo y mediante la oración ustedes podrán responder a su llamado y resistir a las tentaciones de un entusiasmo pasajero y ante todas las formas de la manipulación de las masas.
Abran sus corazones para el Cristo del Evangelio, para su amor, para su verdad, para su alegría; no "se vayan tristes" (Meditación sobre Mc 10, 17-22, Boston, octubre 1979).
Profundizando: Hazte las siguientes preguntas: "¿Acaso freno algunas veces mi entusiasmo a favor de decisiones buenas como, por ejemplo, en situaciones donde se requiere de parte mía una entrega, y eso, porque quiero conservar ciertas comodidades materiales, psíquicas, espirituales? ¿Qué provecho saco de esta comodidad?
Intenta algunos días de renunciar a esas comodidades para experimentar una alegría mayor.
Un misterio del Rosario en las intenciones de la virgen María.
Oración consagratoria: Virgen María, siempre y con gran alegría has aceptado la voluntad de Dios, tú has aceptado la vida que él te ha regalado. Te consagro ahora todas mis carencias de confianza y de fe, todos los momentos de duda cuando pienso que Dios no quiere mi felicidad. Enséñame a tener perseverancia en la oración, ayúdame a creer firmemente que las promesas de Dios se cumplirán. Por medio de ti, la Inmaculada, me consagro a vivir la voluntad de Dios para recibir la vida nueva en el Espíritu Santo y en plenitud. Haz que sea semejante a tu hijo Jesús para que pueda seguir con alegría el llamado de Dios.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ruega por nosotros.
TERCERA SEMANA - CONSAGRACIÓN DE NUESTRO SER ESPIRITUAL (ESPÍRITU)
Día 15: Consagración a la verdad
Día 16: Consagración de los sufrimientos
Día 17: Consagración para una esperanza en la vida de todos los días
Día 18: Consagración por ser hijos de Dios
Día 19: Consagración para la felicidad, la alegría y una vida plena
Día 20: Consagración de los dones del Espíritu y los carismas
Día 21: Consagración de nuestra vida de oración