PRIMERA SEMANA: CONSAGRACIÓN DE NUESTRA EXISTENCIA EXTERIOR (CUERPO)
3. Día: Consagración de mi cuerpo
33 Pasos con María a Jesús para preparar la entrega de nuestra vida a Cristo por manos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración: "Espíritu Santo, tú eres el aliento de Dios, tu eres fuego, abrázame, consúmeme. Que seas tú el torrente de aguas vivas, que da la vida. Que seas tú en mi cuerpo herido el bálsamo que cura. Que seas tú una alabanza que surge de mi cuerpo" (Sr.Aurélie).
Profesión de Fe
Lectura Bíblica: ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis? ¡Habéis sido bien comprados! Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo (1 Cor 6, 19 -20).
Pensamiento de un Santo: "San Agustín afirma que la Virgen María de hecho es la "forma modelo de Dios", es decir, en ella Dios se hizo hombre en su naturaleza humana y fue formado en ella sin que falte algún aspecto de la divinidad. Solamente en ella por la gracia de Jesucristo el hombre puede recibir la forma divina en cuanto la naturaleza humana sea capaz de ello" (San Louis María Grignion de Montfort).
“María tanto menos puede denegarnos su asistencia para ayudamos a conseguir nuestra salvación, cuanto que, al salvarnos, completa el cuerpo místico de Cristo. En efecto, este divino cuerpo no está completo; cuando sea ultimado, lo será también el tiempo, ya que el tiempo sólo existe en la formación de Cristo en sus elegidos. Este misterioso cuerpo va, pues, desarrollándose, acrecentándose a través de los tiempos, recibiendo, de cada generación, un nuevo aumento… De la misma manera que el cuerpo místico de Cristo es la prolongación y el complemento de su cuerpo natural, la Maternidad de María para con nosotros, miembros de ese cuerpo, es la prolongación y el complemento de sus deberes de Madre para con Jesús” (P. Julio Chevalier msc).
Meditación: Muy raras veces se tiene de manera espontánea una relación correcta con el cuerpo. A veces nos cuesta sentirnos bien en nuestro cuerpo que Dios nos ha dado. Soñamos tener otro cuerpo porque nos comparamos con los ídolos de belleza de nuestros días. Podemos preguntarnos: ¿Cual es mi ideal de belleza que persigo? He sido creado/a a imagen y semejanza de Dios para hacer de mi un templo del Espíritu Santo como lo dice San Pablo en su primera carta a los Corintios, es decir, que deberíamos reflejar la hermosura de Dios (cfr. 1 Cor 6, 9).
Muchas veces criticamos nuestro cuerpo y no lo respetamos en sus necesidades fundamentales (dormir, alimentación sana, higiene). En consecuencia tampoco respetamos a Dios que ha creado este cuerpo que expresa lo que realmente somos y lo que vivimos. Por medio de nuestro cuerpo entramos en contacto con los demás. Es el medio de comunicación entre nuestro ser más profundo y nuestro ambiente. Con la consagración de mi cuerpo a Dios y la intercesión de la Virgen María mi cuerpo se convierta en mi aliado en mi lucha por la vida y por el amor.
Pensamientos de Juan Pablo II: "Estoy convencido que ustedes quieren salir de ese ambiente débil, quieren descubrir el sentido de una existencia realmente humana que está abierta hacia Dios, quieren hacerla más profunda y redescubrirla, es decir, descubrir su vocación como persona en Cristo.
El ser humano es un ser corporal. Esta simple verdad tiene muchas consecuencias. Aunque sea materia esto no significa que el cuerpo es un objeto entre otros objetos. En primer lugar es "alguien" en el sentido que es la expresión vital de una persona, un medio para estar presentes ante los demás. Un medio de comunicación, un medio de expresarse de muchas maneras diversas. El cuerpo es como un lenguaje. ¡Al mismo tiempo milagro y peligro! Jóvenes, hombres y mujeres, tengan un gran respeto ante su cuerpo y ante cuerpo de los demás. Su cuerpo debe estar al servicio de su yo más profundo. Sus movimientos, sus miradas deben ser siempre reflejo de sus almas. ¿Adoración del cuerpo? No, jamás. ¿Desprecio del cuerpo? Tampoco. ¿Dominar el cuerpo? ¡Sí! ¿Transfigurar el cuerpo? ¡Sí, y mucho más! (JMJ, París)
Profundizando: Puedes reflexionar acerca de cómo tratas a tu cuerpo y meditar qué cosas habría que cambiar, para respetar más este "templo de Dios". Súplica a la Madre de Dios que te inspire como puedes tratar bien hoy día tu cuerpo para respetarlo así más y mejor (por ejemplo, ¿cómo me vestiré? ¿Maltrato a mi cuerpo, por ejemplo, fumando, bebiendo, alimentos que no son sanos?)
Misterio del Santo Rosario en las intenciones de la Madre de Dios
Oración consagratoria: Contigo, Virgen María, quiero agradecer hoy a Dios especialmente por mi cuerpo que es un don maravilloso como dice el salmista: “Te doy gracias que me hayas formado de manera tan portentosa. Yo sé que tus obras son prodigiosas” (salmo 139).
Virgen María, contigo quiero aceptar mi cuerpo así como es, con su belleza y su fuerza, pero también con sus debilidades, desventajas y fallas porque creo firmemente que Dios puede hacer algo bueno con todo aquello que es mi ser. En tus manos de madre confío mi cuerpo para que tu amor maternal haga de él un reflejo de mi alma, un templo del Espíritu Santo y para que de esta manera el amor y la bondad de Dios se hagan visibles.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ruega por nosotros.
PRIMERA SEMANA - CONSAGRACIÓN DE NUESTRA EXISTENCIA EXTERIOR (CUERPO) 1. Día: Consagración de nuestras raíces y de nuestro linaje
- 2. Día: Consagración de los designios que Dios tiene para mi vida
- 3. Día: Consagración de mi cuerpo
- 4. Día: Consagración de mi identidad sexual -
5. Día: Consagración de los sentidos
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6. Día: Consagración de mis limitaciones
- 7. Día: Consagración de mi cuerpo como templo de Dios