Quinta semana: Consagración a la Santísima Trinidad
Día 30: Consagración al Espíritu Santo
33 Pasos con María a Jesús para preparar la entrega de nuestra vida a Cristo por manos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración: "Jesús, renueva en mi tu Espíritu, lléname con tu Espíritu, regálame una nueva plenitud de tu Espíritu. (…) Lléname con tu Espíritu, Señor, porque quisiera ser transformado y recibir todo aquello lo que tu me quisieras regalar" (Carlos Aaldunate)
Profesión de fe
Lectura bíblica: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros" (Jn 14, 15-17).
Pensamiento de un Santo: "La meta de toda la vida cristiana consiste en recibir el Espíritu Santo" (San Serafín de Sarov).
Meditación: "Cuando nos consagramos al Espíritu Santo éste nos llenará de Dios. Purificará nuestra alma y hará que arda de caridad. De la misma manera como los objetos transparentes y claros brillan y producen una luz cuando les toca un rayo de luz, así es con las almas que llevan dentro de sí el Espíritu Santo: iluminados por el Espíritu Santo se convierten en espirituales ellos mismos y transmitirán la gracia a los demás" (San Basilio de Cesarea, tratado sobre el Espíritu Santo).
Por eso no dudes de invocar al Espíritu Santo porque será dado a aquellos que lo piden, aquellos que permiten que Dios crea un espacio dentro de ellos para aquello lo que Dios les quiere regalar. La virgen María ha consentido a convertirse en esposa del Espíritu Santo y tenía así un máximo atractivo para el Espíritu Santo. Luis María Grignion de Montfor nos dice: "Cuando el Espíritu Santo encuentra a la virgen María en un alma no puede hacer otra cosa que donarse totalmente a esta alma”. Entonces ¿qué estamos esperando? Demos a la virgen María en el lugar que le corresponde para que experimentemos como el Espíritu Santo viene en plenitud. Cuando nos consagramos al Espíritu Santo entonces tendremos que contar con el hecho que nos sorprenderá, que comenzará a obrar en nuestra vida de manera concreta. Tenemos que escucharlo y hacer la experiencia de que él vive en nosotros y que él solamente espera nuestro consentimiento para encendernos en su amor y para hacer de nosotros testigos auténticos de su poder en nuestra vida.
Pensamientos del Papa Juan Pablo II: Cuando el Espíritu Santo entra en nuestra vida siempre de nuevo nos sorprenderá. Traerá acontecimientos de una novedad admirable, transformara radicalmente a las personas y la historia (…)
"El Espíritu Santo no se limita a santificar al pueblo de Dios por medio de los sacramentos y ministerios, guiarlo y adornarlo con virtudes. También reparte entre los fieles dones y gracias especiales que los capacitan para llevar adelante diversas tareas y servicios que son muy útiles para la renovación y el desarrollo de la Iglesia (Lumen gentium 12).
Hoy la Iglesia se alegra que las palabras del profeta Joel se están cumpliendo: "Derramaré mi Espíritu sobre toda carne…" (cfr. Hechos 2, 17). Ustedes, que ahora están aquí, son la prueba tangible de esta efusión del Espíritu Santo. En este momento quisiera exhortarlos a todos ustedes que están reunidos en la plaza de San Pedro y también a todos los demás cristianos: Ábranse dócilmente a los dones del Espíritu Santo. Acepten con gratitud y obediencia los carismas que derrama el Espíritu Santo sin cesar. No se olviden que todo carismas se da para el bien de todos, es decir, para el bien de toda la Iglesia (Reunión de los nuevos movimientos, Roma, 30 mayo, Pentecostés 1998).
Profundizando: Reserva para ti un tiempo especial de oración, invoca al Espíritu Santo y suplícalo que puedas experimentar su presencia. Toma la decisión también hoy de escucharlo con atención y preguntarle por su opinión respecto a toda decisión tan pequeña que sea.
Misterio del Rosario en las intenciones de la madre de Dios
Oración consagratoria: Virgen María, en verdad quisiera darte un lugar especial dentro de mi para que el Espíritu Santo pueda vivir en mi con mayor fuerza. Me consagro total y plenamente al Espíritu Santo para que el sea la fuerza y la luz de mi alma, para que sea mi guía y que crezca continuamente su presencia dentro de mi. Que el Espíritu Santo guíe mis pensamientos, mis palabras y mis acciones y que actúe concretamente en mi vida para que pueda yo vivir para gloria de Dios y ser testigo de su actuar.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ruega por nosotros.
QUINTA SEMANA - CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Día 29: Consagración de preocupaciones personales adicionales
Día 30: Consagración al Espíritu Santo