Vocaciones del Neocatecumenado
Intervención que pronunció el arzobispo Stanislaw Rylko,
presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, al inaugurar el primer
Congreso de Movimientos Eclesiales y de las Nuevas Comunidades de América Latina:
El mayor desafío lanzado a la Iglesia, a principios de este milenio, es la
tarea que le ha sido confiada desde siempre: la evangelización. En toda época, y
por tanto en la nuestra, la Iglesia está llamada a acoger nuevamente el mandato
misionero de Cristo resucitado: «Poneos, pues en camino, haced discípulos a
todos los pueblos y bautizadlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que os he mandado» (Mt 28,
19-20) Para Mateo, hacerse «discípulos» y hacerse «cristianos» significa lo
mismo «Hacer discípulos» es el núcleo de la vocación de la Iglesia y de su
misión en todos los tiempos. La Iglesia fundada por Cristo es enviada al mundo
para evangelizar, vive permanentemente en estado de misión y tiene su razón de
ser en la misión.
Carta de la Hermana Andrea, vocación religiosa del Camino Neocatecumenal.
Carta de la Hermana Ángela, vocación religiosa del Camino Neocatecumenal.
Carta de la Hermana Lourdes, vocación religiosa del Camino Neocatecumenal.
Carta de la Hermana Magdalena, vocación religiosa del Camino Neocatecumenal.
Carta de la Hermana Raphaela. Vocación religiosa del Camino Neocatecumenal.