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1. De lo dicho se colige que, para que el entendimiento este
dispuesto para esta divina unión, ha de quedar limpio y vacío de
todo lo que puede caer en el sentido, y desnudo y desocupado de
todo lo que puede caer con claridad en el entendimiento,
íntimamente sosegado y acallado, puesto en fe, la cual es sola el
próximo y proporcionado medio para que el alma se una con Dios.
Porque es tanta la semejanza que hay entre ella y Dios, que no hay
otra diferencia sino ser visto Dios o creído. Porque, así como
Dios es infinito, así ella nos le propone infinito; y así como es
Trino y Uno, nos le propone ella Trino y Uno; y así como Dios es
tiniebla para nuestro entendimiento, así ella tambien ciega y
deslumbra nuestro entendimiento. Y así, por este solo medio se
manifiesta Dios al alma en divina luz, que excede todo
entendimiento. Y por tanto, cuanto más fe el alma tiene, más unida
está con Dios.
Que eso es lo que quiso decir san Pablo en la autoridad que arriba
dijimos (Heb. 11, 6), diciendo: El que se ha de juntar con Dios,
convienele crea, esto es: que vaya por fe caminando a el, lo cual
ha de ser el entendimiento ciego y a oscuras en fe sólo, porque
debajo de esta niebla se junta con Dios el entendimiento, y debajo
de ella está Dios escondido, según lo dijo David (Sal. 17, 10) por
estas palabras: La oscuridad puso debajo de sus pies. Y subió
sobre los querubines y voló sobre las plumas del viento. Y puso
por escondrijo las tinieblas y el agua tenebrosa.
2. En lo que dijo que puso oscuridad debajo de sus pies, y que a
las tinieblas tomó por escondrijo, y aquel su tabernáculo en
derredor de el es el agua tenebrosa, se denota la oscuridad de la
fe en que el está encerrado. Y en decir que subió sobre los
querubines y voló sobre las plumas de los vientos, (se da a
entender cómo vuela sobre todo entendimiento. Porque querubines
quiere decir inteligentes o contemplantes, y las plumas de los
vientos) significan las sutiles y levantadas noticias y conceptos
de los espíritus, sobre todas las cuales es su ser, al cual
ninguno puede de suyo alcanzar.
3. En figura de lo cual leemos en la sagrada Escritura (3 Re. 8,
12) que, acabando Salomón de edificar el templo, bajó Dios en
tiniebla e hinchió el templo de manera que no podían ver los hijos
de Israel; y entonces habló Salomón y dijo: El Señor ha prometido
que ha de morar en tiniebla. Tambien a Moises en el monte se le
aparecía en tiniebla (Ex. 24, 1518), en que estaba Dios
encubierto. Y todas las veces que Dios se comunicaba mucho parecía
en tiniebla, como es de ver en Job (38, 1; 40, 1), donde dice la
sagrada Escritura que habló Dios con el desde el aire tenebroso.
Las cuales tinieblas todas significan la oscuridad de la fe en que
está cubierta la Divinidad, comunicándose al alma; la cual acabada
que será, como cuando dice san Pablo (1 Cor. 13, 10) se (acabará
lo que es en parte, que es esta tiniebla de fe, y vendrá) lo que
es perfecto, que es la divina luz. De lo cual tambien tenemos
bastante figura en la milicia de Gedeón (Jc. 7, 16), donde todos
los soldados se dice que tenían las luces en las manos y no las
veían, porque las tenían escondidas en las tinieblas de los vasos,
los cuales quebrados, luego pareció luz. Y así, la fe, que es
figurada por aquellos vasos, contiene en sí la divina luz, la cual
acabada y quebrada por la quiebra y fin de esta vida mortal, luego
parecerá la gloria y luz de la Divinidad que en sí contenía.
4. Luego claro está que, para venir el alma en esta vida a unirse
con Dios y comunicar inmediatamente con el, que tiene necesidad de
unirse con la tiniebla que dijo Salomón (3 Re. 8, 12) en que había
Dios prometido de morar, y de ponerse junto al aire tenebroso en
que fue Dios servido de revelar sus secretos a Job, y tomar en las
manos a oscuras las urnas de Gedeón, para tener en sus manos, esto
es, en las obras de su voluntad, la luz, que es la unión de amor,
aunque a oscuras en fe, para que luego, en quebrándose los vasos
de esta vida, que sólo impedía la luz de la fe, se vea cara a cara
en gloria.
5. Resta, pues, ahora declarar en particular, de todas las
inteligencias y aprehensiones que puede recibir el entendimiento,
el impedimento y daño que puede recibir en este camino de fe, y
cómo se ha de haber el alma en ellas para que antes le sean
provechosas que dañosas, así de las que son de parte de los
sentidos como las que son del espíritu.
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