Domingo 33 del Tiempo Ordinario A 'He ganado otros cinco talentos' - Iglesia del Hogar: en Familia, como Iglesia doméstica, preparamos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
Recursos adicionales para la preparación
1.
Introducción a la Palabra
1.1 Primera Lectura:
Proverbios 31,10—13.19—20.30—31
1.2 segunda Lectura: 1
Tesalonicenses b, 1—6
1.3 Evangelio: Mateo
25,14—30
2. Reflexionemos
2.1 Los Padres
2.2 Con los hijos
3. Relación con a Misa
4. Vivencia Familiar
5. Nos habla la
Iglesia
6. Leamos a Biblia con
la iglesia
7. Oraciones
7.1 Himno (Rito
bizantino)
7.2 Consagración del
Cuerpo
Falta un dedo: Celebrarla
comentarios a Las Lecturas del Domingo
1.1 Primera
Lectura: Proverbios
31,10-13.19s.30s.: “Trabaja con la destreza de sus manos” No sé si esta descripción que vamos
a leer les gustará a las mujeres emancipadas. El femenismo ha hecho todo
para denigrar a la mujer, ama de casa y madre de familia. Para ellos tiene demasiado
resabio de encadenamiento al hogar. Sea como fuera, a mi me recuerda mi
madre. Si escribiría sobre ella, me gustaría tener la manera de
presentarla como lo hace el libro de los proverbios. No nos incomodemos por las imágenes
de una civilización pasada, lo de la lana y del lino, del huso y de la
rueca. Además se está re-descubriendo que la "profesión" de esposa y
madre, de la "reina del hogar", es una de las más importantes en la vida
de su esposo y de sus hijos, también en el desarrollo de la sociedad. Y
también podemos
congratularnos que los varones están aprendiendo a compartir
responsabilidades en las tareas domésticas. Pero nadie como la mujer tiene
sentido para detalles y delicadezas que aparentemente son insignificantes
pero hacen de una casa un hogar. Nadie como la mujer para transmitir los
valores desde tierna edad. Hechos estas salvedades, les invito
a saborear la lectura y reconocer en ella a un ejemplo, porque pone a
trabajar los talentos que Dios ha dado y esto es llamado e invitación para
todos, sea hombre sea mujer. Nota: Por razones pastorales se ha
acortado este pasaje porque la gente no sabe estar atenta por mucho
tiempo. La lectura privada, en cambio, permite leer todo el pasaje. 1.2 Segunda
Lectura: 1 Tesalonicenses
5,1-6: “El día del Señor llegará como un ladrón en la noche” Eso del fin del mundo y de la fecha
precisa ha preocupado a la humanidad ya por muchos siglos y sigue
preocupando. Recuerde sólo las especulaciones cuando pasamos al nuevo
milenio. Tan es así que hay sectas que periódicamente predicen la venida
del Señor, suben a un cerro para esperar el diluvio y el día siguiente
tienen que volver a su trabajo si no se matan corporativamente. Como dijo un predicar, la divina
misericordia ha previsto que el día del Señor sea desconocido- Miremos
nuestra propia vida. Tantas veces planificamos, organizarnos y luego Dios
lo dispone de manera distinta. Y quizás años más tarde recién reconocemos
que Dios lo habla hecho bien. Hay personas que se rompen los sesos
investigando indicios y maneras de la venida concreta del Señor. San Pablo
nos dice que somos hijos de la luz y vamos a vivir como tales. El Señor
vendrá cuando lo estime mejor. ¿Por que me voy a preocupar? Seguimos preocupándonos. Nos da
miedo. La razón estará en que a) no tenemos confianza en la misericordia
de Dios y b) algo en nuestra vida no funciona bien a lo cristiano. Arregle
las dos cosas y ya no tendrá miedo. Dediquémonos a gozar de nuestra
condición de hijos de la luz. 1.3
Evangelio: Mateo
25,14-30: “Como has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu
Señor” A veces hace falta leer no solamente
el texto indicado sino también el contexto para comprender la enseñanza
que encierra. A nuestro texto le sigue la descripción del juicio final e
universal. Antes hay tres parábolas - la nuestra es la tercera - que
también giran alrededor del tema del juicio, es decir, de la venida del
hijo de Dios. Las tres parábolas describen las actitudes humanas y
cristianas que surgen y se desarrollan porque la venida del Señor demora
(vea Mt 24,48; 25,5; 25,19). Las tres parábolas presentan actitudes
positivas y negativas de los cristianos que esperan a la venida del Señor. El mensaje, en el fondo, es el
mismo. El tiempo hasta la venida del Señor - aunque demore - hay que
vivirlo desempeñando una fiel administración de nuestras obligaciones y
tareas en este mundo, utilizando adecuadamente los talentos que Dios nos
ha dado. A la Iglesia, que somos todos nosotros, Jesús nos ha confiado su
palabra, sus sacramentos y la fraternidad de los cristianos. No podemos
guardar estas riquezas. Tenemos que "negociar" con elles. Nuestras aptitudes y facultades
espirituales valen mucho más que las fuerzas del cuerpo, sobre todo la
inteligencia, la voluntad, la memoria y los afectos. Por ellos, los
hombres aventajan a las demás creaturas de la tierra por estos dones
sumamente preciosos que Dios nos ha concedido. Ciertamente podemos
quedarnos hipnotizados por nuestros problemas y sufrimientos. Pero Dios no
nos prueba encima de nuestras fuerzas. Y aquel que se sabe amado por Dios
descubre en todo el designio amoroso del Señor. ¿Cómo hacer? PuEs,
imitemos el ejemplo de los grandes hombres y de los santos. Los talentos no los hemos recibido
para nosotros solos sino también y ante todo para dar de nosotros. Y cada
don es un llamado de Dios a ponernos al servicio de los demás. Peca el que por ligereza o corrompe,
usa mal o no aprovecha debidamente sus facultades y buenas disposiciones.
Con ello desprecia los dones de Dios, y es culpable s si cumple mal sus
deberes en la vida. Por eso no debe atravesar la vida de Una manera
apática o estúpida, sino que debe observar, juzgar, obrar.
Un joven maestro de obras había
terminado su aprendizaje y estaba listo para comenzar a trabajar. Su tío,
un rico cervecero, le encargó construir una casa grande con los mejores
materiales. El joven se dedicó con entusiasmo a la obra. Pero después de
un tiempo quiso ganar más de lo debido. En lugar de utilizar materiales
nobles construyó la casa con desechos que otros no querían. Ahorraba en
los fundamentos, en las ventanas y en el techo. Al terminar la obra
entregó las llaves a su tío. Este firmó el cheque para todo el trabajo y
le devolvió las llaves. Quiero regalarte esta casa para que vivan en ella
tú, tu mujer y tus hijos. El joven se mudó con su familia. Al poco tiempo,
la casa tenía resquebrajaduras, el aire soplaba por las ranuras de las
ventanas mal puestas y el techo goteaba. Es Dios que nos regala nuestra vida,
nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestras capacidades, nuestra familia, los
estudios y el trabajo, todo para que construyamos algo bello. Vamos a
reflexionar juntos corno hacerlo para que después el techo no gotee, no
haya resquebrajaduras ni haya corrientes de aires nocivos. Los dones más grandes, los talentos
más maravillosos los encontramos encerrados en lo que llamamos "ir a
Misa". El Señor nos regala su palabra, renueva con nosotros su pacto de su
alianza y nos alimenta con su cuerpo. Todo esto quiere fructificar durante
la semana. La Misa debe prolongarse en todas las dimensiones de la vida.
Si no, Cristo se entregó en vano. Con los hijos menores y, si
consienten, también con los hijos adolescentes y mayores hacemos una lista
de los talentos de cada uno y a colgamos en un lugar visible. Luego gamos
gracias a Dios por cada don con un salmo de alabanzas. La Familia En el seno del apostolado
evangelizador de los seglares, es imposible dejar de subrayar la acción
evangelizadora de la familia. Ella ha merecido muy bien, en los diferentes
momentos de la historia y en el concilio el hermoso nombre de "Iglesia
Doméstica". Esto significa que, erigida la familia cristiana, deberían
reflejarse los diversos aspectos de la lglesia entera. Por otra parte, la
familia, al igual que la Iglesia, debe ser un espacio donde el evangelio
es enraizado y desde donde éste se irradia. Dentro pues de una familia
consciente de esta misión, todos los miembros de la misma evangelizan y
son evangelizados. Los padres no sólo comunican a los hijos el Evangelio,
sino que pueden a su vez recibir de ellos este mismo Evangelio
profundamente vivido. También las familias formadas por un matrimonio
mixto tienen el deber de anunciar a Cristo a los hijos en la plenitud de
las implicaciones del bautismo común; tienen además la no fácil tarea de
hacerse artífices de unidad. Una familia así se hace evangelizadora de
otras y muchas veces también del ambiente en que ella vive. (Paulo VI "Evangelii Nuntiandi" no 73)
Semana 33 - Lunes |
1 1 Mac 1:10-15, 41-43, 54-57, 62-63 |
Sl 119:53, 61, 134, 150, 155, 158 |
Apoc 1:1-4; 2:1-5 |
Sl 1:1-2, 3, 4, 6 |
Lc 18:35-43 |
Semana 33 - Martes |
2 Macc 6:18-31 |
Sl 3:2-3, 4-5, 6-8 |
Apoc 3:1-6, 14-22 |
Sl 15:2-3, 3-4, 5 |
Lc 19:1-10 |
Semana 33 -Miércoles |
2 Macc 7:1, 20-31 |
Sl 17:1, 5-6, 8, 15 |
Apoc 4:1-11 |
Sl 150:1-2, 3-4, 5-6 |
Lc 19:11-28 |
Semana 33 - Jueves |
1 Mac 2:15-29 |
Sl 50:1-2, 5-6, 14-15 |
Apoc 5:1-10 |
Sl 149:1-2, 3-4, 5-6, 9 |
Lc 19:41-44 |
Semana 33 - Viernes |
1 Mac 4:36-37, 52-59 |
Apoc 10:8-11 |
Sl 11914, 24, 72, 103, 111, 131 |
Lc 19:45-48 | |
Semana 33 - Sábado |
1 Mac 6:1-13 |
Sl 9:2-3, 4, 6, 16, 19 |
Apoc 11:4-12 |
Sl 144:1, 2, 9-10 |
Lc 20:27-40 |
Para hacernos vislumbrar lo que será tu segunda venida cuando aparezcas en medio de los dioses como Dios único y verdadero, ha aparecido espíritu y verdad y deslumbrador en presencia de los Apóstoles. Gloria a Ti, Señor.
Señor me has dado un cuerpo para que me ayude a cumplir mi misión sobre la tierra y en el cielo. Por al bautismo quedó consagrado a ti tanto como mi alma. Yo renuevo hoy esta consagración, y pongo especialmente mi cuerpo a tu servicio.
Dame dominio absoluto sobre él que sea siempre instrumento mío, y no un tirano. Hazlo duro para el trabajo y para la fatiga, permeable a la gracia, dispuesto para servir a los demás.
Quiero rechazar cuanto pueda hacerle daño: glotonería, indolencia, impureza; quiero también privarle a veces de algunos goces honestos para hacerlo dócil al mandato de mi voluntad. Haz que el frecuente contacto con tu Cuerpo en la sagrada comunión lo haga fuerte y lo libre de toda mancha.
Y para que sea verdaderamente tuyo, hago sobre él la señal de la cruz. Te consagra el pan nuevo que se va a partir en la tierra. En el nombre Padre, y de Hijo y del Espíritu Santo.