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Domingo 3 del Tiempo Ordinario A - 'Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos: Lecturas y Catecismo, Preparemos con ellos la Acogida de la Palabra de Dios durante la celebración de la Misa dominical parroquial

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I. LA PALABRA DE DIOS

II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO

III. SITUACIÓN HUMANA

IV. LA FE DE LA IGLESIA

* La fe

* La respuesta

* El testimonio cristiano

 

 

La Palabra de Dios y yo - cómo acogerla
Falta un dedo: Celebrarl

 

Las Lecturas del Domingo

Lectura del Profeta Isaías  8, 23b - 9,3.

En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles.

El pueblo que caminaba en tinieblas
vio una luz grande;
habitaban tierras de sombras,
y una luz les brilló.

Acreciste la alegría,
aumentaste el gozo:
se gozan en tu presencia
como gozan al segar,
como se alegran
al repartirse el botín.

Porque la vara del opresor,
el yugo de su carga,
el bastón de su hombre
los quebrantaste como el día de Madián.
Palabra de Dios



SALMO RESPONSORIAL  Sal 26,1. 4. 13-14


R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación;
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida;
¿quién me hará temblar? R.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por todos los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo. R.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R-



Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1,10-13.17.

Hermanos:
Os ruego en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir. Hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis divididos diciendo: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo.» ¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo? No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Palabra de Dios




ALELUYA Mt 4, 23

Aleluya
Jesús proclamaba el Evangelio del Reino
curando las dolencias del pueblo.
Aleluya


Lectura del santo Evangelio según San Mateo 4,12-23.

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el Profeta Isaías:

«País de Zabulón y país de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra
y sombras de muerte,
una luz les brilló.»

Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
-Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos.
Paseando junto al lago de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.
Les dijo:
-Venid y seguidme y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.

Con el Catecismo de la Iglesia Católica entender y  vivir la Palabra

II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO

·         En Jesucristo se cumple el anuncio de Isaías: “Es la luz que ilumina las tinieblas y libera a los que habitan en sombras de muerte” (1.a Lect. y Ev.).

·         En la “Galilea de los gentiles” llama a los pecadores y los incorpora a su intimidad y a su misión, que es iluminar y liberar proclamando el Evangelio del Reino. Enseñando y curando las enfermedades, Jesucristo realiza la acción iluminadora y liberadora.

·         Solamente exige una condición: “Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos” (Ev.).

·         “Convertíos”, predica también el apóstol Pablo para evitar las divisiones y las discordias para unirse en un mismo pensar y sentir; para abrazarse con la cruz y predicar la Buena Noticia de la salvación que por ella nos vino.

 

III. SITUACIÓN HUMANA

 

·         La cultura cristiana, fundamento de Occidente, cuenta hoy para poca gente.

·         La sociedad moderna presenta una peligrosa división social, una enorme distancia entre grupos en desarrollo, bienestar, etc.

·         Trabajar por una conversión de todos al amor a fin de transformar las actuales estructuras y lograr una sociedad más justa, es construir hoy el Reino de Dios.

 

IV. LA FE DE LA IGLESIA

La fe

 

_ Jesús llama a la conversión:

“Esta llamada es una parte esencial del anuncio del Reino: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva”. En la predicación de la Iglesia esta llamada se dirige primeramente a los que no conocen todavía a Cristo y su Evangelio” (1427).

_ La conversión es el camino para la liberación:

“La primera obra de la gracia del Espíritu Santo es la conversión, que obra la justificación según el anuncio de Jesús al comienzo del Evangelio: “Convertíos, porque el Reino de los cielos está cerca”. Movido por la gracia, el hombre se vuelve a Dios y se aparta del pecado, acogiendo así el perdón y la justicia de lo alto” (1989).

 

           La respuesta

 

_ Libertad y responsabilidad:

“La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza” (1731).

_ El hombre, responsable de sus actos:

“La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en que éstos son voluntarios. El progreso en la virtud, el conocimiento del bien, y la ascesis acrecientan el dominio de la voluntad sobre los propios actos” (1734).

 

           El testimonio cristiano

 

_ “El que asciende no deja nunca de ir de comienzo en comienzo mediante comienzos que no tienen fin. Jamás el que asciende deja de desear lo que ya conoce” (San Gregorio de Nisa, hom. in Cant. 8).

Convertíos de corazón a Jesucristo. Él es la base de nuestra libertad. Hay que predicarla en un mundo desunido por falta de amor, y trabajar por transformar las estructuras sociales.

 




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