Solemnidad del Sagrado Corazón A: Iglesia del Hogar - Preparemos en Familia la Acogida de la Palabra de Dios proclamada en la Celebración de la Solemnidad
INTRODUCCIÓN A LA PALABRA DE DIOS
Reflexionemos:
Los padres
Con los hijos
RELACIÓN CON LA MISA
VIVENCIA FAMILIAR
NOS HABLA LA IGLESIA
LEAMOS LA BIBLIA CON LA IGLESIA
CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA AL SAGRADO CORAZÓN
Falta un dedo: Celebrarla
INTRODUCCIÓN A LA PALABRA DE DIOS
Primera lectura: Deuteronomio 7, 6-11
En el Antiguo Testamento hay unas historias de "Señor y Padre mío", que
te pueden dejar como apabullado respecto a tu hermosa y antiséptica visión de cómo Dios ha de guiar a los hombres en su historia. Una de las cosas que más escandaliza es el famoso "anatema": Según la orden de Dios el pueblo de Israel debía, en caso de victoria, eliminar a todos los hombres, ancianos y jóvenes, hombres y mujeres, a los niños y hasta los animales de los enemigos. Así, por ejemplo, el rey Saúl había recibido esta orden.
Venció al enemigo. Sin embargo había conservado lo mejor de los ganados enemigos para ofrecerlos en sacrificio a Dios. Parece ser un pensamiento razonable y hasta piadoso. Pero nada, había desobedecido, Dios le quitará la corona.
Así encontramos en el Antiguo Testamento muchos episodios que hablan de un
Dios vengador, justiciero que se manifiesta de una manera aterradora, ilógica y humanamente irracional. Una reacción nuestra podría consistir en rechazar el Antiguo Testamento. Esto no es el Dios que conocemos. La otra alternativa sería de hacer caso omiso y fijarse solamente en los pasajes que me agradan. Otra versión trataría de dar explicaciones simbólicas, es decir, no se trata de hechos históricos sino de enseñanzas. Estas cosas solamente son ficciones. También hay quienes opinan que Dios se ha adaptado a la manera de pensar y obrar de aquellos tiempos y las culturas eran tan primitivas que Dios no podía proceder de otra manera. Dejemos estas explicaciones a los expertos.
Nosotros nos atenemos mejor a lo que nos dice la Iglesia. Nos anima a encontrar también en el Antiguo Testamento al mismo Dios y Padre del Nuevo Testamento. La primera lectura de hoy nos da un ejemplo que también el Dios del Antiguo Testamento es un Dios que ama a su pueblo. Por eso la Iglesia nunca ha dejado de lado el Antiguo Testamento porque el Nuevo Testamento tiene su raíz en el Antiguo. Nuestro Señor Jesucristo, la Virgen, los evangelistas, los apóstoles, todos recitaban, alababan a Dios, argumentaban y oraban con las palabras del Antiguo Testamento. San Jerónimo ha formulado la relación entre los dos Testamentos de la siguiente manera: El Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo Testamento y al Antiguo se abre en el Nuevo Testamento.
Pues a Dios no se cuestiona, a Dios se adora. A Dios no se analiza, a Dios
se ora. A Dios no se le acomoda a nuestros gustos, en Dios se cree. Y Dios,
que nos ama, se adapta al hombre al revelarse poco a poco.
El designio divino, pues, responde de acuerdo a la capacidad de cada etapa histórica. Como nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica: "“Este designio comporta una pedagogía divina particular: Dios se comunica gradualmente al hombre, lo prepara por etapas para acoger la Revelación sobrenatural que hace de sí mismo y que culminará en la Persona y la misión del Verbo encarnado, Jesucristo” (53).
(Aquí encuentra una respuesta de la Pontificia Comisión Bíblica)
Segunda lectura: 1 Juan 4, 7-16
El amor que encontramos en Cristo Jesús es totalmente diferente de lo que los hombres llaman generalmente amor. Su origen es divino y su esencia es de Dios. Sin embargo, el amor divino no destruye el amor humano sino le comunica el fuego de la pureza y lo marca con lo absoluto. Hay un criterio para constatar si hemos aceptado el amor de Dios: Cuando aceptamos a todos los hombres como hermanos nuestros. Pero cuando los dejamos fuera de nuestra vida entonces rechazamos el amor de Dios. Por medio de su Hijo Dios ha confirmado su amor hacia todos los vivientes. Creer en Jesús significa creer en el amor. Y solamente el que ama puede creer, puede tener fe.
Evangelio: Mateo 11, 25-30
El grito de júbilo que eleva Jesús al Padre es una revelación del Hijo de Dios. Él ha recibido del Padre todo: conocimiento de Dios y participación en su poder soberano. Los sabios e inteligentes que ha forjado su propio concepto de Dios nunca podrán comprender esta revelación. Jesús conoce como nadie los misterios de Dios y los comparte con los que puede comprenderlos: los pobres, los cansados, los oprimidos. A ellos se dirige la invitación de Jesús y sus promesas.
REFLEXIONEMOS
Los padres
En el Evangelio de San Juan de descubrimos las líneas fundamentales que explica el discípulo del corazón de Jesús traspasado. Quiero ir con fe a este símbolo veo:
-que Jesús ha sido enviado de manera incondicional desde el Padre para traernos a los hombres vida nueva
-que Jesús va a la muerte por amor por nosotros
- que Jesús resucitado nos da, como toque su amor, el Espíritu Santo el cual despierta en nosotros nueva vida
- que Jesús resucitado quiere darnos esta vida que lleva especialmente por los sacramentos del bautismo y de la eucaristía, sacramentos en los cuales obra el Espíritu Santo
- que esta nueva vida consiste en vivir intensamente la fe y el amor imbuidos de esperanza y confianza
- que esta nueva vida representa una llamada permanente al amor fraterno y al testimonio evangélico
- que esta nueva vida es el fruto de una muerte espiritual a todo lo que nos separa de Dios
Con los hijos
Explicar y aplicar esta oración: El Dios del Amor
"Como podríamos hablar del amor si te olvidáramos a ti, Dios del amor, del cual viene todo amor del cielo y de la tierra, tú que con largueza distribuyes tu misericordia a todo ser viviente; tú que eres amor, de manera que el que ama sólo es lo que es por ti; tú que eres nuestro salvador y redentor que te entregaste por nosotros para salvarnos. ¡Como podríamos hablar del amor si nos olvidáramos de ti, Espíritu de amor, tú que recuerdas al creyente que debe armar así como él es amado" (S. Kierkegaard)
RELACIÓN CON LA MISA
Cuando nosotros todavía éramos débiles y sin Dios, Cristo murió por nosotros. Por medio de él hemos recibido la reconciliación (Romanos 5, 6. 11). La Eucaristía re-actualiza el sacrificio de Cristo y siempre de nuevo somos reconciliados. Tanto nos ama Dios por medio del Corazón de Cristo.
VIVENCIA FAMILIAR
El Papa Pío XII ha definido el culto al Sagrado Corazón como el compendio de toda adoración que podemos tributar a Dios. Sugerimos
- conseguir un cuadro de Sagrado Corazón y colocarlo en un lugar de honor de la casa.
- Consagrar la familia al Sagrado Corazón (vea más adelante).
NOS HABLA LA IGLESIA
La vocación del hombre.
La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios. Desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con Dios. Existe pura y simplemente por el amor de Dios, que lo creó y por el amor de Dios, que lo conserva. Y sólo se puede decir que vive la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente ese amor y se confía por entero a su Creador. Muchos son, sin embargo, los que hoy en día se desentienden de todo de esta íntima y vital unión con Dios o lo niegan en forma explícita. Es este ateísmo uno de los fenómenos más graves de nuestro tiempo (Vaticano II, La Iglesia en el mundo de hoy, número 19 a).
LEAMOS LA BIBLIA CON LA IGLESIA
Vea la semana correspondiente del Tiempo Ordinario
CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA AL SAGRADO CORAZÓN
(en caso que no puede estar presente un sacerdote, la lee el padre de familia)
Sacerdote: Corazón de Jesús, que has manifestado el deseo de reinar en las familias cristianas, venimos hoy para proclamarte Señor de la nuestra.
Esposo: Queremos vivir tu vida, queremos que crezcan en nuestro hogar las
virtudes de tu corazón, queremos desterrar lejos de nosotros el espíritu del egoísmo y de la desunión.
Reinarás en nuestra inteligencia por la fe; reinarás en nuestro corazón por el amor; reinarás en cada uno de nosotros por la frecuente recepción de tus sacramentos; reinarás en nuestro hogar por la armonía y la comprensión; reinarás por la Palabra y por la oración; reinarás por el testimonio de la fe; reinarás por el compartir de nuestros bienes con los hambrientos y menesterosos.
Esposa: Preside nuestras reuniones familiares; bendice nuestras empresas espirituales y materiales; santifica nuestras alegrías; alivia nuestras penas. Si alguno de nosotros tuviera la desgracia de ofenderte por el pecado, recuérdale que eres bueno y misericordioso para con el pecador arrepentido.
Y cuando la muerte venga a cubrirnos con su luto, tu resurrección nos consolará ya que un día toda la familia reunida en tu presencia vivirá contigo la felicidad que no tiene fin.
Hijos: Consagraste la familia humana. Quisiste nacer, crecer y formarte en el hogar de Nazaret. Haz que los hijos seamos la alegría de nuestros padres y el consuelo de nuestros hermanos. Ayúdanos a consagrar nuestra vida al servicio de los hombres como verdaderos hijos de Dios.
Sacerdote: Corazón de Jesús, confirma esta consagración y bendice a nuestras familias. Que en la alegría de alaben, que en la tristeza te busquen, en el trabajo encuentren el gozo de tu ayuda y en las necesidades sientan cercan tu consuelo, que participen en la oración de la Iglesia y den testimonio de Ti ante los hombres. Haz que tu paz permanezca en su hogar para que sean benditos en sus hijos. Que los pobres -y afligidos les encuentren bondadosos y los reciban alegres algún día en el reino eterno de Dios. Amén.