Solemnidad de Pentecostés A: Lecturas y Catecismo - Preparemos con ellos la Acogida de la Palabra de Dios durante la celebración de la Eucaristía
Recursos adicionales para la preparación
Año Litúrgico Patrístico
Comentarios de Sabios y Santos
Iglesia del Hogar: Preparando en Familia
Catequesis preparatoria para los niños
Ejemplos que iluminan la participación
Recursos: Gráficos - Videos - Audios
Falta un dedo: Celebrarla
I. LA PALABRA DE DIOS
Todos los discípulos estaban juntos el día de
Pentecostés. De repente un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en
toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como
llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de
Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la
lengua que el Espíritu le sugería.
Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos
de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y
quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.
Enormemente sorprendidos preguntaban:
-¿No son galileos todos esos que están hablando?
Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa?
Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros
vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en
Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos
forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y
cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.
Palabra de Dios
Salmo responsorial Sal 103, 1ab y 24ac. 29bc-30. 31 y 34
R/. Envía tu espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la tierra. [o, Aleluya]
Bendice, alma mía, al Señor.
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor;
la tierra está llena de tus criaturas. R/.
Les retiras el aliento, y expiran,
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento y los creas,
y repueblas la faz de la tierra. R/.
Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras.
Que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor. R/.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios
12,3b-7. 12-13.
Hermanos:
Nadie puede decir «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo.
Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios,
pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra
todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.
Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los
miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también
Cristo.
Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un
mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo
Espíritu.
Palabra de Dios
Secuencia de Pentecostés
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, don, en tus dones espléndidos.
Fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo.
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas,
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
Si tu le faltas por dentro;
mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma al Espíritu indómito,
guía el que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Aclamación
Aleluya
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos
la llama de tu amor
Aleluya
Lectura del santo Evangelio según San Juan 20,19-23.
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los
discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En
esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
-Paz a vosotros.
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se
llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
-Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
-Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan
perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
Palabra de Señor
Con el Catecismo de la Iglesia Católica entender y
vivir la Palabra
* El acontecimiento
de Pentecostés debió resultar tan absolutamente único en la Iglesia que no
tuvieron más remedio que transmitirlo en imágenes familiares (viento,
fuego...). Es el Espíritu el que hace que aquellos que han vivido tan cerca de
Jesús se transformen ahora en testigos del Resucitado, el mismo que “había
comido y bebido con ellos”.
* Hoy afirmamos que
la Iglesia, comunidad de quienes han oído la Palabra, se siente comunidad de
fe, que anuncia gozosa desde el Espíritu la Buena Nueva del Evangelio. Él,
desde el principio, es su alma y su guía.
* El envío del
Espíritu dependía de la glorificación de Jesús, y de su retorno al Padre. Una
vez llegado, Juan destaca la íntima conexión entre la Resurrección y la
animación de la Iglesia por el Espíritu Santo, hasta recalcar en este párrafo
el poder otorgado a la Iglesia para perdonar los pecados.
III. SITUACIÓN HUMANA
* La humanidad,
sumida tantas veces en el desaliento y la apatía, es capaz con frecuencia de
luchar por hallar una salida a estas situaciones. Con la conciencia de que no
todo está perdido, trabaja por aquello que en otro momento le parecía
inabordable por difícil, o para lo que se sentía sin fuerzas.
IV. LA FE DE LA IGLESIA
* La fe
_ La Pascua de Cristo
se consuma con la efusión del Espíritu Santo:“El Espíritu Santo que Cristo,
Cabeza, derrama sobre sus miembros, construye, anima y santifica a la Iglesia.
Él es el sacramento de la Comunión de la Santísima Trinidad con los hombres” (747; cf. 731. 732).
_ El nombre, los
apelativos y símbolos del Espíritu Santo: 691-701.
_ El “Espíritu Santo preparó
a María por su gracia”: 721-726.
* La respuesta
_ El Espíritu Santo
nos hace miembros de la Iglesia :“Por el poder del Espíritu Santo participamos
de la Pasión de Cristo, muriendo al pecado, y en su Resurrección, naciendo, a
una vida nueva; somos miembros de su cuerpo que es la Iglesia, sarmientos
unidos a la vid que es Él mismo. ``Por el Espíritu Santo participamos de Dios.
Por la participación del Espíritu venimos a ser partícipes de la naturaleza
divina...Por eso, aquellos en quienes habita el Espíritu están divinizados''
(San Atanasio, ep Serap.1,24)” (1988).
_ La gracia del
Espíritu Santo tiene el poder de santificarnos: 1987.
1995.
* El testimonio cristiano
_ “Por la comunión
con Él, el Espíritu Santo nos hace espirituales, nos restablece en el Paraíso,
nos lleva al Reino de los cielos y a la adopción filial, nos da la confianza de
llamar a Dios Padre y de participar en la gracia de Cristo, de ser llamados
hijos de la luz y de tener parte en la gloria eterna (S. Basilio, Spr 15,36)” (736).
“Si el Espíritu que
resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros el que resucitó de
entre los muertos a Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el
mismo Espíritu que habita en vosotros” (Rm 8,10).