Domingo de Pascua 3 A - Iglesia del Hogar: en Familia, como Iglesia doméstica, preparamos la Acogida de la Palabra de Dios durante la celebración de la Misa dominical
1. Introducción a la Palabra del
Domingo
1.1 Primera Lectura( Hechos
2,14.22-23)
1. 2 Segunda Lectura(1 Pe 17-21)
1.3 EVANGELIO: San Lucas 24.13-35
6. Leamos la Biblia con la Iglesia
Falta un dedo: Celebrarla
1.
Introducción
a la Palabra del Domingo
1.1 Primera
Lectura( Hechos 2,14.22-23)
(clic)
Es curioso como muy pocos cristianos
pueden dar razón de su esperanza. Supongamos – perdone que volvamos sobre el
tema - que se le pida a Ud. resumir en
unas cuantas líneas lo central de su
fe, ¿podría hacerlo sin grandes
titubeos y largas reflexiones? Es
necesario formular nuestra fe para "saber" porqué somos cristianos
La lectura que vamos a leer forma
parte del primer anuncio (kerigma) que encentramos en el NT del mensaje
cristiano: Dios ha enviado a Jesús como Mesías y Salvador y lo ha acreditado
por signos y milagros. Este Mesías ha muerto por el pueblo según los designios
de Dios. Pero Dios lo resucitó al tercer día y lo ha sentado a su derecho
constituyéndolo Señor del universo.
Esto es
evidente; es nuestra fe. Pues este kerigma, este mensaje cristiano lo debemos
anunciar, compartir con los que no tienen esperanza. ¿Quién podrá anunciarlo?.Los
que han experimentado en su propia vida que las enseñanzas, la vida, la muerte
y la Resurrección su
de Jesús son realidades en su propia vida. Los que han visto
que Jesús es el Señor que puede sacar a de la muerte, del vicio y del pecado.
Si aún no has experimentado el
señorío de Jesús en tu vida, no has experimentado aún el poder de Dios. Escucha
esta lectura y luego pídasele a Dios para que lo haga realidad en tu vida
también.
1. 2 Segunda
Lectura(1 Pe 17-21)
(clic)
El Dios a quien oramos como a Padre desde nuestro bautismo, es
bondadoso pero no bonachón; Él es santo y reclama santidad. La misma exigencia surge del precio de
nuestra salvación, "la preciosa sangre de Cristo. El cristiano que confiesa que Jesús es el
Señor, lo proclama preexistente desde toda la eternidad y manifestado en el
tiempo. Por él tenemos acceso a Dios, por él creemos en Dios. Ahora podemos
creer que Dios nos ama, siempre sin condiciones. Ahora podemos esperar que Él
nos llevará a la perfección de su santidad.
Santa Catalina de Siena es
una devota muy especial de la "preciosa Sangre de Cristo". La invoca contra el maligno y se apropia de ella para borrar los pecados
delante de Dios. Hoy en día son los carismáticos que experimentan en su
vida que invocar la preciosa sangre de Jesús protege del maligno y de sus
acechanzas. Si en la antigua alianza la sangre de animales tenía poder para purificar, cuanto más
poderosa será la Sangre del Cordero inocente que murió por nuestros pecados.
1.3 EVANGELIO:
San Lucas 24.13-35
(clic)
Debería haber momentos en nuestra
familia cuando compartimos las
experiencias de Dios, cuando nos contamos
mutuamente cómo Dios se ha manifestado en nuestra vida. Seamos sinceros.
La mayoría de nuestra vida caminamos como los discípulos de Emaús. Estamos
tristes, amargos y desalentados porque nos parece que Dios está lejos, que Dios
no nos ama mientras que en realidad Jesús camina a nuestro lado.
Necesitamos escuchar su Palabra para
reconocer que todo lo que pasó en nuestra vida tenía que ser así para que se
realice en nuestra vida el designio amoroso de Dios. Necesitamos sentarnos ala
mesa con Jesús participar de su pan de vida eterna para tener nuevamente la
fuerza de ponernos en camino y decir a
los demás:"Jesucristo vive, yo lo he experimentado en mi vida. Ha destruido mi muerte
y mi pecado. Jesús vive". Que esta lectura sea una experiencia renovada de que él está
cerca para que arda de nuevo nuestro corazón.
2.1 LOS PADRES
A los discípulos no les ha
convencido el aviso del sepulcro vacío o de que estaba vivo Jesús. No fue la
noticia sino el Resucitado mismo, su Palabra y la Fracción del Pan. Por eso no
es de admirar que solo se convertirán en testigos de la Resurrección aquellos
que caminaron con Él y vivieron en
comunidad con Él. Sólo en ellos podía realizarse el salto de la experiencia del
fracaso a la novedad del día de la
Resurrección. Sólo en ellos podía encenderse e la chispa de la fe que correría
de generación en generación a través de los siglos. La resurrección es un hecho
que solo lo conocen los que creen, los que encuentran a Jesús en los caminos de
la vida, los que escuchan como les habla de las Escrituras y que comparten con
él la Mesa. Si no has experimentado a
Jesús resucitado en tu vida, ora y él te abrirá los ojos para que veas que está
contigo años y años sin que te dabas
cuenta
2.2 CON LOS HIJOS
Sin resurrección vana sería nuestra
fe.
Para desvalorizar la importancia de Jesús y de sus exigencias
han intentado cuestionar a través de los siglos la resurrección de Jesús. Las
teorías más conocidas: La resurrección es un engaño perpetrado por los
discípulos de Jesús; Jesús no estaba
muerto en realidad; los discípulos han sufrido una sugestión; la resurrección
es sólo un símbolo para decir que sus enseñanzas continúan teniendo valor.
Ninguno de estos intentos convence. Si fuera así, no se necesitaría cada vez
nuevas explicaciones.
La fe del cristiano depende directamente de la resurrección.
Es una unidad inseparable con la vida y muerte de Jesús. Por eso desde el
comienzo es centro del
mensaje cristiano: Si Cristo no ha resucitado, entonces es vana
nuestra predicación... y vana vuestra
fe... Ahora bien, Cristo ha sido resucitado de entre los muertos como la
primicia de los que han dormido"(1 Cor 15,14.20).
No es suficiente la vista para percibir al resucitado. La
persona en su totalidad necesita acoger a Cristo para creer. Ni María Magdalena
ni los discípulos de Emaús reconocieron a Jesús enseguida sino solamente cuando les hablaba. Quien no
quiere creer ni su presencia visible nos convencería. Esto
vale tanto para hoy como para entonces.
Dios se esconde
de nuestros ojos
físicos para no imponerse a nuestra
voluntad. Pero los que escuchan su Palabra y se sientan a su Mesa lo
reconocerán y gozarán de su presencia.
Cuando nos reunimos a rezar juntos o
cuando los niños se acuestan los padres pueden contar a sus hijos cuándo han
sentido al Señor cerca en los acontecimientos de la vida. También los niños
pueden contar sus experiencias. Necesitamos transmitir la fe no como verdad
teórica sino como experiencia vivida.
El Matrimonio, sacramento de mutua
santificación y acto de culto.
Fuente y medio original de
santificación propia para los cónyuges y para la familia cristiana, es el
sacramento del matrimonio, que presupone y especifica la gracia santificadora
del bautismo. En virtud del misterio de
la muerte y resurrección de Cristo, en el que el matrimonio cristiano se sitúa
de nuevo, el amor conyugal es purificado y santificado. "El Señor se ha
dignado sanar este amor, perfeccionarlo y elevarlo con el don especial de la
gracia y la caridad".
El don de
Jesucristo no se agota en la celebración del sacramento del matrimonio, sino que
acompaña a los cónyuges a lo largo de toda su existencia. Lo recuerda
explícitamente el Concilio Vaticano II cuando dice que Jesucristo "permanece con
ellos para que los esposos, con su mutua entrega, se amen con perpetua
fidelidad, como él mismo amó a la Iglesia y se entregó por ella".
Por ello los esposos cristianos,
para cumplir dignamente sus deberes de estado, están fortificados y como
consagrados por un sacramento especial, con cuya virtud, al cumplir su misión
conyugal y familiar, imbuidos del espíritu de Cristo, que satura toda su vida
de fe, esperanza y caridad, llegan cada vez más a su propia perfección y a su mutua santificación, y, por tanto
conjuntamente, a la glorificación de Dios".
La vocación universal a la santidad
está dirigida también a los cónyuges y padres
cristianos. Para ellos está especificada por el sacramento celebrado y
traducida concretamente en las
realidades propias de la existencia conyugal y familiar. De ahí nacen la gracia
y la exigencia de una auténtica y profunda espiritualidad conyugal y familiar,
que ha de inspirarse en los motivos dela creación, de la alianza, de la cruz,
de la resurrección y de los signos, de lo que se ha ocupado en más de una
ocasión el Sínodo.
El matrimonio cristiano, como todos
los sacramentos, que "están ordenados a la santificación de los hombres,
a la edificación del Cuerpo de Cristo, y, en definitiva, a dar culto a
Dios"., Es en sí mismo un acto litúrgico de glorificación de Dios en
Jesucristo y en la Iglesia. Celebrándolo, los cónyuges cristianos profesan su
gratitud a Dios por el bien sublime que
se les da de poder revivir en su existencia conyugal y familiar el amor mismo
de Dios por los hombres y el del Señor Jesús por la Iglesia, su esposa.
Y como del sacramento derivan para los cónyuges el don y el
deber de vivir cotidianamente la
santificación recibida, del mismo sacramento brotan también la gracia y el
compromiso moral de transformar toda su vida en un continuo sacrificio
espiritual. También a los esposos y padres cristianos, de modo especial en
estar realidades y el compromiso d moral de transformar toda su vida en un
continuo sacrificio espiritual.
También a los esposos y padres cristianos, de modo especial
en esas realidades terrenas y temporales que los caracterizan, se aplican las
palabras del Concilio:"También los laicos,
como adoradores que en todo lugar actúan santamente, consagran el mundo mismo a
Dios"
(Juan
Pablo II La Misión de la Familia
cristiana..... no 56)
6. Leamos la Biblia con la Iglesia
Lunes Hechos 6,8-15 Jn 6,22-29
Martes Hechos 7,51 - 8,la Jn 6,30-35
Miércoles Hechos 8, lb-8 Jn 6,35-40
Jueves Hechos 8,26-40 Jn 6,44-51
Viernes Hechos 9,1-20 Jn 6,52-59
Sábado Hechos 9,31-42 Jn
6,60-69
7.1 Himno pascual de las Vísperas
Tras el
paso del mar Rojo, La
víctima pura y santa
cantemos al
rey Jesús que
el averno destruyó,
y comamos
el Cordero al
pueblo de Dios redime,
revestidos
de su luz. le
da eterno galardón
comamos su
cuerpo, victima Cristo
surge del sepulcro
sobre el
ara del dolor, de
la muerte triunfador
su roja
sangre bebamos, al
tirano lanza fuera
que nos
embriaga de Dios. nos
abre el cielo de Dios
La sangre
pascual nos libra Sé
tu, Señor, nuestro vivo
del ángel
devastador y
eterno gozo pascual,
nos redime
del imperio y
a los hijos de la gracia
del tirano
faraón. Lleva
en tuascenso triunfal.
Cristo
sano, inmaculado Se
rinda ti excelsa gloria,
- nuestro
cordero pascual-, de
la muerte vencedor;
su cuerpo a
Dios sacrifica, al
Espíritu y al Padre
nos da su
gran candeal. se
tribute adoración