La castidad y la fidelidad mucho más eficaces que el preservativo
La Iglesia católica es criticada una vez más por su oposición a los
preservativos.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, acusó hace poco a la
Iglesia de hipocresía en este tema en un encuentro organizado por el
ministro de sanidad del país, informaba Reuters el 12 de marzo.
La agencia informaba también de la respuesta del cardenal Eugênio de Araújo
Sales, arzobispo retirado de Río de Janeiro, en la que manifestaba los
problemas que plantea el programa de preservativos del gobierno en un
artículo de periódico. La política de distribución masiva de preservativos,
escribía, promueve una cultura de promiscuidad sexual.
Una declaración publicada por la comisión episcopal de familia y vida de
Brasil también rechazó las acusaciones de Silva. La comisión insistía en la
necesidad de educar a los adolescentes en principios morales buenos.
Los gobiernos de muchos países favorecen cada vez más la amplia distribución
de preservativos en un intento de reducir los embarazos adolescentes y la
extensión de enfermedades sexuales. A principios de año, en Escocia, se
distribuyeron preservativos a niños de 13 años, informaba el 16 de enero el
Evening News de Edimburgo.
El periódico informaba que los datos obtenidos gracias a la Ley de Libertad
de Información revelaban que en el 2005 se repartieron gratis un total de
56.638 preservativos a chicos entre 13 y 15 años en Edimburgo y en zonas
limítrofes.
Simon Dames, portavoz de la Iglesia católica en Escocia, comentaba el
programa, indicando la inconsistencia de la política del gobierno que
prohíbe fumar a los menores de 18 años, y sin embargo promueve la actividad
sexual distribuyendo preservativos a los que todavía no han alcanzado la
edad de consentimiento, 16 años, para mantener relaciones sexuales.
En Estados Unidos, una declaración conjunta del cardenal Edgard Egan de
Nueva York, y del obispo de Brooklyn, Nicholas di Marzio, criticó a las
autoridades de la ciudad por distribuir preservativos gratis el día de San
Valentín, Associated Press informaba el 16 de febrero.
La declaración de los obispos afirmaba que la única forma de protegerse
contra las enfermedades de transmisión sexual es a través de la abstinencia
antes del matrimonio y de la fidelidad después de él.
Los responsables sanitarios de Washington, D. C., también distribuyeron
250.000 preservativos en antes del Día de San Valentín, informaba el 16 de
febrero el Washington Post.
La postura de la Iglesia justificada
Según el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Pontificio Consejo
para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, la abstinencia antes del
matrimonio, al igual que la fidelidad entre los esposos, son con muchos los
medios más eficaces para prevenir el Sida. El cardenal hizo estas
observaciones en una conferencia sobre el sida en Roma, informaba Associated
Press el 20 de diciembre.
Cada vez existen más evidencias que respaldan las declaraciones del
cardenal. El 2 de marzo el Washington Post publicaba un amplio artículo
examinando la experiencia con el sida de Botswana.
El periódico indicaba que algunos estudios apuntaban la práctica de tener
sexo con múltiples parejas «como la fuerza más poderosa de propagación de
una enfermedad asesina en un continente vulnerable».
El Washington Post citaba un informe de julio de expertos en Sida en la zona
sur de África y de funcionarios que ponían «la reducción de parejas
múltiples y ocasionales» como su primera prioridad para evitar la
propagación del VIH. La región cuenta con el 38% de todos los infectados por
VIH del mundo.
El artículo describía como Botswana ha seguido durante muchos años la
política recomendada por los expertos internacionales de promover los
preservativos y distribuir medicamentos antivirales. De nada ha servido. El
índice de contagios por VIH en el país está entre los más acusados del
mundo. Cerca del 25% de la población está actualmente infectada.
En Botswana nunca se han promovido seriamente campañas por la fidelidad,
observaba el Washington Post, pero sí de preservativos. Se lanzó una campaña
de 13,5 millones de dólares para promover el preservativo en el país,
gracias al apoyo económico de la Fundación de Hill & Melinda Gates y a la
empresa farmacéutica Merck. La suma gastada en la promoción de preservativos
fue 25 veces superior a la gastada en programas de abstinencia.
«El aumento de índice del uso del preservativo no ha traído consigo un
descenso en los índices de VIH», concluía el artículo. «Por el contrario,
ambos índices han aumentado a la vez, hasta estar ambos entre los más altos
de África».
Cambiar de comportamiento
Los expertos médicos están reconociendo cada vez más la importancia de
modificar la forma de actuar de la gente, en lugar de programas basados en
la distribución de preservativos.
El 11 de marzo de 2006, el British Medical Journal publicaba un artículo
titulado: «Risk Compensation: The Achilles’ Heel of Innovations in HIV
Prevention?» (Riesgo de Compensación: ¿El Talón de Aquiles de las
Innovaciones en la Prevención del VIH?).
Escrito por un equipo encabezado por Michael Cassell, el artículo observaba
que mientras las medidas farmacéuticas y otras pueden ayudar a reducir la
extensión del VIH, pueden también inhibir el cambio a comportamientos más
seguros al disminuir la percepción del riesgo entre las personas.
Las campañas de promoción de preservativos, combinadas con una reducción del
riesgo percibido «pueden haber contribuido a aumentos en el uso no
constante, lo que tiene un efecto protector mínimo, así como a un posible
desprecio de los riesgos de tener múltiples parejas», comentaba el artículo.
Los autores también observaban que los estudios en algunos países
occidentales muestran que la promesa de un aumento en el acceso a
tratamiento antirretroviral «se ha asociado con un incremento significativo
de los comportamientos de riesgo».
Antes de esta confirmación de la necesidad de cambiar de comportamiento
sexual, ha habido un estudio llevado a cabo en la población rural de
Zimbabwe entre 1998 y 2003. Un artículo titulado «Understanding HIV Epidemic
Trends in Africa» (Entender las Tendencias Epidémicas del VIH en África),
publicado el 3 de febrero del 2006 en la revista Science, informaba sobre
los descubrimientos del estudio.
Los autores, Richard Hayes y Helen Weiss, escribían que se había logrado una
reducción en el VIH gracias a los cambios en el comportamiento sexual. Los
cambios implicaban retrasar el comienzo de la actividad sexual en los
adolescentes y la reducción del número de compañeros sexuales ocasionales.
Un tema relacionado con el debate es la cuestión de la promoción de la
abstinencia. Un artículo publicado en febrero en el Journal of Youth and
Adolescence subrayaba las consecuencias negativas de comenzar las relaciones
sexuales en una edad temprana.
El artículo, «Adolescent Sexual Debut and Later Delinquency» (Debut Sexual
Adolescente y Delincuencia Posterior), de Stacy Armour y Dana Haynie,
observaba que la cuestión de los efectos perjudiciales del sexo fuera del
matrimonio es un punto de controversia sobre el debate de si promover o no
la abstinencia. Hasta ahora, sin embargo, se ha investigado poco sobre el
tema.
Armour y Haynie usaron datos del National Longitudinal Survey of Adolescent
Health para examinar las interconexiones entre la edad de debut sexual y los
problemas de delincuencia subsecuentes. El estudio cubría cerca de 12.000
estudiantes y los resultados se controlaron por variables como edad, raza y
estructura familiar.
Entre las conclusiones del estudio estaba el descubrimiento de que la
iniciación prematura de la actividad sexual aumenta el riesgo de
delincuencia. Igualmente, retrasar la actividad sexual hasta más tarde
«ofrece una efecto protector y reduce los riesgos de implicarse en la
delincuencia subsiguiente». Los efectos negativos y positivos van más allá
de la adolescencia y persisten en la edad adulta.
Una solución sostenible
La importancia de una solución basada en una visión completa de la persona
humana fue el tema de un mensaje publicado por los obispos africanos para la
última jornada mundial del sida el pasado 1 de diciembre.
El documento fue publicado por el Catholic Information Service for Africa,
el 21 de noviembre, y firmado por el arzobispo de Abuja, Nigeria, presidente
del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar.
«Nosotros los obispos católicos de África animamos a todos a considerar las
causas más profundas de la pandemia», declaraba. El problema no es sólo
médico o técnico, sino que implica temas morales más profundos. Además del
compromiso de la Iglesia de proporcionar cuidados sanitarios a quienes están
enfermos, la declaración apuntaba la necesidad de predicar el mensaje del
Evangelio.
«Puesto que la misión de la Iglesia es dirigirse a la persona completa en
todas las dimensiones de la vida, sentimos la responsabilidad especial de
revitalizar los sólidos valores morales de nuestras sociedades», añadía el
documento. «Esto es lo que nos llevará a una solución verdadera y sostenible
del sida en África».
Por el padre John Flynn