Tratado XI EL M�RITO 1. Existencia 2. Condiciones 3. Condiciones. Puede merecer �de condigno� 4. Condiciones. No puede merecer �de condigno� 5. Condiciones. Puede merecer �de congruo� 6. Otras caracter�sticas 7. La recompensa 1. El M�rito. Existencia -Existencia -El hombre puede lograrlos ante Dios -Incluso por las obras m�s insignificantes -El hombre merece recompensa de Dios por las obras buenas hechas en gracia -El hombre en gracia -Puede merecer el aumento de la gracia la vida eterna y el aumento de la gloria -El hombre en pecado no puede merecer la gracia -El hombre sin la gracia nada puede merecer para la vida eterna -La primera gracia actual no se puede merecer -El justo no puede merecer ser justificado otra vez, despu�s de haber ca�do en pecado -Existe el m�rito. M�rito es el valor de toda obra buena digna de retribuci�n. Se divide en natural y sobrenatural. El m�rito natural procede de toda obra realizada solamente por las facultades naturales. El m�rito sobrenatural es toda obra buena hecha en obsequio a Dios, que procede la gracia de Dios, y que le mueve a retribuirlo con un dos sobrenatural. Yahv�h dijo a Abram: �No temas, Abram. Yo soy para ti un escudo. Tu premio ser� muy grande� (G�n. 15, 1). Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa ser� grande en los cielos,... (Mt. 5, 12). Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus �ngeles, y entonces pagar� a cada uno seg�n su conducta (Mt. 16, 27). ...cada cual recibir� el salario seg�n su propio trabajo,... (1 Cor. 3, 8). -El hombre puede lograr m�ritos delante de Dios. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa ser� grande en los cielos,... (Mt. 5, 12). ...si bien cada cual recibir� el salario seg�n su propio trabajo,... (1 Cor. 3, 8). Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel D�a me entregar� el Se�or, el justo Juez; y no solamente a m� sino tambi�n a todos los que hayan esperado con amor su Manifestaci�n (2 Tim. 4, 8). Mant�nte fiel hasta la muerte y te dar� la corona de la vida (Apoc. 2, 10). Mira, pronto vendr� y traer� mi recompensa conmigo para pagar a cada uno seg�n su trabajo (Apoc. 22, 12). -El hombre en gracia de Dios puede obtener m�ritos incluso por las obras m�s insignificantes. Y todo aquel que d� de beber tan s�lo un vaso de agua fresca a uno de estos peque�os, por ser disc�pulo, os aseguro que no perder� su recompensa (Mt. 10, 42). -El hombre justo merece una recompensa ante Dios por las obras buenas hechas en gracia. a) -El hombre justo merece una recompensa por las obras buenas. todo cuanto hag�is, hacedlo de coraz�n, como para el Se�or y para los hombres, conscientes de que el Se�or os dar� la herencia en recompensa (Col. 3, 24). ...cada cual recibir� el salario seg�n su propio trabajo, ya que somos colaboradores de Dios,... (1 Cor. 3, 8-9). b) -Para merecer es necesario que las obras est�n hechas en gracia. ...aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar monta�as, si no tengo caridad, nada soy (1 Cor. 13, 2). -El hombre en gracia puede merecer con sus buenas obras, el aumento de la gracia, la vida eterna y el aumento de la gloria. a) -Puede merecer el aumento de gracia. ...por una corta correcci�n recibir�n larga recompensa, pues Dios les someti� a prueba y les hall� dignos de s�;... (Sab. 3, 5). b) -La vida eterna. Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros (Rom. 8, 18). En efecto, la leve tribulaci�n de un momento nos produce, sobre toda medida, un pesado caudal de gloria eterna,... (2 Cor. 4, 17). Esto es se�al del justo juicio de Dios, en el que ser�is declarados dignos del Reino de Dios, por cuyas causa padec�is (2 Thess. 1, 5). c) -El aumento de gloria. Y desde ahora me aguarda la corona de justicia que aquel D�a me entregar� el Se�or, el justo Juez; y no solamente a m�, sino tambi�n a todos los que hayan esperado con amor su Manifestaci�n (2 Tim. 4, 8). Aclaraci�n. El aumento de gracia es una justa recompensa el aumento de obras buenas y el aumento de gloria es una consecuencia proporcionada al aumento de gracia. -El hombre en pecado no puede merecer la gracia santificante. Dos hombre subieron al Templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: ��Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los dem�s hombres, rapaces, injustos, ad�lteros, ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias. En cambio el publicano, manteni�ndose a distancia, no se atrev�a ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: ��Oh Dios! �Ten compasi�n de m�, que soy pecador!�. Os digo que �ste baj� a su casa justificado y aquel no (Lc. 18, 10-14). Aclaraci�n. El fariseo lleno de pecados de soberbia, no qued� justificado, es decir no mereci� la gracia de Dios. -El hombre no puede merecer absolutamente nada en orden a la vida eterna, sin la gracia de Dios. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por s� mismo, si no permanece en la vid; as� tampoco vosotros si no permanec�is en m�. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en m� como yo en �l, ese da mucho fruto; porque separados de m� no pod�is hacer nada (Jn. 15, 4-5). Aclaraci�n. Nuestra incorporaci�n a Cristo, iniciada por la fe, se realiza y consuma por la gracia y por la caridad. Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha (1 Cor. 13-3). -La primera gracia actual o la primera gracia santificante, que se le concede al hombre en la justificaci�n, no se puede merecer. ...todos pecaron y est�n privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redenci�n realizada en Cristo Jes�s,... (Rom. 3, 23-24). -El Justo, mientras esta en estado de gracia, no puede merecer ser justificado otra vez despu�s de haber ca�do en pecado. Pero si el justo se aparta de su justicia y comente el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, �vivir� acaso? No, no quedar� ya memoria de ninguna de las obras justas que hab�a practicado, sino que, a causa de la infidelidad a la cual se ha entregado y del pecado que ha cometido, morir� (Ez. 18, 24). 2. El M�rito. Condiciones -El hombre necesita estar libre de toda coacci�n para merecer o desmerecer -Libertad en el obrar y bondad moral en las obras -El hombre puede conseguir la vida eterna cumplimiento la norma de Cristo -Los perdidos por la pecado mortal son recuperados por la confesi�n -El hombre, en estado de naturaleza ca�da, necesita estar libre de toda coacci�n para merecer o desmerecer. Mirad: Yo pongo hoy ante vosotros bendici�n y maldici�n. Bendici�n si obedec�is a los mandamientos de Yahv�h vuestro Dios que yo os prescribo hoy, maldici�n si desobedec�is a los mandamientos de Yahv�h vuestro Dios, si os apart�is de otros dioses que no conoc�is (Deut. 11, 26-28). �l fue quien al principio hizo al hombre, y le dej� en manos de su propio albedr�o. Si t� quieres, guardar�s los mandamientos, permanecer fiel es cosa tuya (Si. 31, 10-11. 15, 14-15). �l te ha puesto delante fuego y agua, a donde quieras puedes llevar tu mano (Si. 15, 16). �Qui�n sufri� esta prueba y fue hallado perfecto?: ser� para �l motivo de gloria. �Qui�n pudo prevaricar y no prevaric�, hacer el mal y no lo hizo? (Si. 31, 10-11). -Para ganar m�ritos se requieren libertad en el obrar y bondad moral y sobrenatural de las obras. As� pues, hermanos m�os emanados, manteneos firmes, inconmovibles, progresando siempre en la obra del Se�or, conscientes de que vuestro trabajo no es vano en el Se�or (1 Cor. 15, 58). Porque es necesario que todos seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal (2 Cor. 5, 10). -El hombre puede conseguir el premio de la vida eterna cumpliendo la norma divina e infalible dada por el mismo Cristo. En esto se le acerc� uno y le dijo: �Maestro, �qu� he de hacer yo de bueno para conseguir la vida eterna?� Respondi�le: �...guarda los mandamientos.� ��Cuales?� replic� �l. Y Jes�s le dijo: �No matar�s, no cometer�s adulterio, no robar�s, no levantar�s testimonio falso, honra a tu padre y a tu madre, y amar�s a tu pr�jimo como a ti mismo� (Mt. 19, 16-19). ...uno de ellos le pregunt� con �nimo de ponerlo a prueba: �Maestro, �cu�l es el mandamiento mayor de la Ley?� �l le dijo: �Amar�s al Se�or, tu Dios, con todo tu coraz�n, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y primer mandamiento. Es segundo es semejante a �ste: Amar�s a tu pr�jimo como a ti mismo. De estos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas� (Mt. 22, 35-40). Aclaraci�n. La consecuci�n de la vida eterna est�, pues, vinculada a la guarda de los mandamientos divinos. -Los m�ritos adquiridos para la vida eterna y perdidos por el pecado mortal, son recuperados por la confesi�n sacramental o por la contrici�n perfecta. Pero si el malvado se convierte de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivir� sin duda, no morir�. Ninguno de los cr�menes que cometi� se le recordar� m�s; vivir� a causa de la justicia que ha practicado (Ez. 18, 21-22). Y si digo al malvado: �Vas a morir�, y �l se convierte de su pecado y practica el derecho y la justicia, si devuelve la prenda, restituye lo que rob�, observa los preceptos que dan la vida y deja de cometer injusticias, vivir� ciertamente, no morir�. Ninguno de los pecados que cometi� se le recordar� m�s:... (Ez. 33, 14-16). Aclaraci�n. �Vivir� sin duda�, �Vivir� a causa de la justicia que ha practicado�, �Vivir� ciertamente�, son expresamente que afirman la recuperaci�n del derecho a los grados de gloria que mereci� antes de cometer el pecado. �Ninguno de los pecados que cometi� se le recordar� m�s:...�Ni los pecados ni, por consiguiente, sus consecuencias, es decir, la p�rdida de los m�ritos, se le recordar�n m�s, y por tanto se recuperan todos los m�ritos perdidos. 3. El M�rito. Condiciones. Puede merecer �de condigno� -De parte de Dios, del sujeto y de la obra. -Cualquier virtud merece �de condigno� la vida eterna -El justo merece �de condigno� el aumento de la gloria por sus buenas obras -El justo merecer �de condigno� el aumento de la caridad por cualquier obra buena. -Las condiciones requeridas para el m�rito �de condigno� son: Unas de parte de Dios, otras de parte del sujeto y otras de parte de la obra. M�rito �de condigno� es aquel cuyo premio tiene el mismo valor que �l, y se debe por motivo de justicia. a) -De parte de Dios, se requiere su promesa. �feliz el hombre que soporta la prueba! Superada la prueba, recibir� la corona de la vida que ha prometido el Se�or a los que le aman (Jac. 1, 12). b) -De parte del sujeto, se requiere: -que est� en estado de v�a. Tengo que trabajar en las obras del que me he enviado mientras es de d�a; llega la noche, cuando nadie puede trabajar (Jn. 9, 4). -que est� en estado de gracia. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por s� mismo, si no permanece en la vid; as� tampoco vosotros si no permanec�is en m� (Jn. 15, 4). c) -De parte de la obra, se requiere que el acto meritorio sea libre. �Qui�n pudo prevaricar y no prevaric�, hacer mal y no lo hizo? Sus bienes se consolidar�n, y la asamblea hablar� de sus bondades (Si. 31, 10). -Las obras de cualquier virtud merecer �de condigno� el premio de la vida eterna, con tal que se hagan por Dios y en nombre de �l. �Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibir� el ciento por uno y heredar� la vida eterna� (Mt. 19, 29). �Todo aquel que os d� de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, yo os aseguro que no perder� su recompensa� (Mc. 9, 41). �El que reciba a este ni�o en mi nombre, a m� me recibe,...� (Lc. 9, 48). Todo cuanto hag�is, hacedlo de coraz�n, como para el Se�or y no para los hombres, conscientes de que el Se�or os dar� la herencia en recompensa (Col. 3, 23). -El hombre justo merece �de condigno� el aumento de la gloria, por sus buenas obras. Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus �ngeles, y entonces pagar� a cada uno seg�n su conducta (Mt. 16, 27). -El hombre justo puede merecer �de condigno� el aumento de la caridad con cualquier acto moralmente bueno, sea l�cito o sea imperado. Y todo aquel que d� de beber tan s�lo un vaso de agua fresca a uno de estos peque�os, por se mi disc�pulo, os aseguro que no perder� su recompensa (Mt. 11, 42). Todo aquel que os d� de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, yo os aseguro que no perder� su recompensa (Mc. 9, 41). 4. El M�rito. Condiciones. No puede merecer �de condigno� -La primera gracia santificante -Los bienes temporales por s� mismos pero s� para su salvaci�n -Nada en favor de otro -La reparaci�n despu�s del pecado -La perseverancia final -El hombre no puede merecer �de condigno� la primera gracia santificante por sus propias obras. ...todos pecaron y est�n privados de la gloria de Dios y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redenci�n realizada en Cristo Jes�s,... (Rom. 3, 23). -El hombre no puede merecer �de condigno� los bienes temporales por s� mismos, pero si los puede merecer por cuanto le convienen a su salvaci�n eterna. Temed a Yahv�h vosotros, santos suyos, que a quienes le temen no les falta nada (Sal. 34, 10). Los ricos quedan pobres y hambrientos, mas los que buscan a Yahv�h de ning�n bien carecen (Sal. 34, 11). Fui joven, ya soy viejo, nunca vi al justo abandonado, ni a su linaje mendigando el pan (Sal. 37, 25). Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os dar�n por a�adidura (Mt. 6, 33). -El hombre no puede merecer �de condigno� nada en favor de otro, pero s� �de congruo�. Peor Mois�s trat� de aplacar a Yahv�h, su Dios, diciendo: �Por qu�, oh Yahv�h, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo...? Abandona el ardor de tu c�lera y renuncia a lanzar el mal contra tu pueblo...� Y Yahv�h renunci� a lanzar el mal con que hab�a amenazado a su pueblo (Ex. 32, 11-14). Viendo Jes�s la fe de ellos, dijo al paral�tico: ��Animo!, hijo tus pecados te son perdonados� (Mt. 9, 2). ...orad los unos por los otros, para que se�is curados. La oraci�n ferviente del justo tiene mucho poder (Jac. 5, 16). -El hombre no puede merecer �de condigno� la reparaci�n despu�s del pecado. Pero si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, �vivir� acaso? No, no quedar� ya memoria de ninguna de las obras justas que hab�a practicado, sino que, a causa de la infidelidad a la cual se he entregado y del pecado que ha cometido, morir� (Eze. 18, 24). -El hombre no puede merecer �de condigno� la perseverancia final. ...trabajad con temor y temblor por vuestra salvaci�n, pues Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece (Fil. 2, 12). As� pues, el que crea estar en pie, mire no caiga (1 Cor. 10, 12). 5. El M�rito. Condiciones. Puede merecer �de congruo� -La primera gracia habitual por un acto de caridad perfecta -El hombre puede merecer �de congruo� la primera gracia habitual por un acto de caridad perfecta. M�rito �de congruo� es aquel cuyo premio tiene mucho m�s valor que �l, y se debe por motivo de promesa divina. Desde all� buscar�s a Yahv�h tu Dios; y le contrar�s si le buscas con todo tu coraz�n y con toda tu alma (Deut. 4, 29). Un coraz�n contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias (Sal. 51, 19). 6. El M�rito. Otras caracter�sticas -Ni la virtud es siempre premiada ni el vicio castigado en esta vida -El hombre que realiza sus obras con mayor caridad, recibir� mayor premio, a�n con trabajo menor -La virtud no es siempre premiada con un bien en este mundo ni la impiedad es castigada con un mal. a) -La virtud no es siempre premiada con un bien en este mundo. �S�lvame, oh Dios, porque las aguas me llegan hasta el cuello! Me hundo en el cieno del abismo, sin poder hacer pie; he llegado hasta el fondo de las aguas, y las olas me anegan. Estoy exhausto de gritar, arden mis fauces, mis ojos se consumen de esperar a mi Dios. M�s numerosos que los cabellos de mi cabeza los que sin causa me odian; m�s fuertes que mis huesos los que me hostigan sin raz�n (Sal. 69, 2-5). b) -Ni la impiedad es castigada con un mal. He aqu� que los imp�os tensan su arco, ajustan a la cuerda su saeta, para tirar en la sombra a los de recto coraz�n (Sal. 11, 2). �Hasta cu�ndo los imp�os, Yahv�h, hasta cu�ndo triunfantes los imp�os? (Sal. 94, 3). -El hombre en gracia que realiza sus obras con mayor caridad, aunque realice un trabajo menor, recibir� mayor premio esencial. El que ha recibido mis mandamientos y los guarda, �se es el que me ama; y el que me ame, ser� amado de mi Padre; y yo le amar� y me manifestar� a �l (Jn. 14, 20). Aclaraci�n. El grado de recompensa del premio esencial corresponde al grado de caridad. 7. La recompensa -El hombre en gracia por sus obras buenas merece una recompensa -El hombre merece premio por los actos buenos y castigo por los malos -En la recompensa hay un premio esencial que corresponde al grado de caridad y otro accidental seg�n la dignidad de la obra -Los sufrimientos de la vida presente unidos a la pasi�n de Cristo tienen valor trascendente -Las obras hechas en gracia, por peque�os que sean tienen recompensa eterna -En el cielo Dios reserva a cada hombre una corona proporcionada a sus m�ritos -La retribuci�n por lo m�ritos es un acto de justicia -El hombre en gracia con sus obras buenas merece una recompensa. Y todo aquel que d� de beber tan s�lo un vaso de agua fresca de estos peque�os, por ser disc�pulo, os aseguro que no perder� su recompensa (Mt. 10, 42). Todo aquel que os d� de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, yo os aseguro que no perder� su recompensa (Mc. 9, 41). -El hombre merece ante Dios premio o recompensa por los actos buenos, y castigo o pena por los actos malos. Que t� al hombre pagas con arreglo a sus obras (Sal. 62, 13). Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa ser� grande en los cielos... (Mt. 5, 12). ...si bien cada cual recibir� el salario seg�n su propio trabajo,... (1 Cor. 3, 8). Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel D�a me entregar� el Se�or, el Justo Juez; y no solamente a m�, sino tambi�n a todos los que hayan esperado con amor su Manifestaci�n (2 Tim. 4, 8). Mant�nte fiel hasta la muerte y te dar� la corona de la vida (Apoc. 2, 10). Mira, pronto vendr� y traer� mi recompensa conmigo para pagar a cada uno seg�n su trabajo (Apoc. 22, 12). -En la recompensa de las obras meritorias, hay un premio esencial que corresponde al grado de caridad que las inform�, y otro premio accidental que corresponde a la mayor o menor dignidad de la obra buena considerada en s� misma. a) -El premio esencial corresponde al grado de caridad. ...el que me ame ser� amado de mi Padre; y yo le amar� y me manifestar� a �l (Jn. 14, 21). Aclaraci�n. Es evidente que el que trabaja con mayor caridad, aunque realice una trabajo menor, recibir� mayor premio esencial. b) -El premio accidental corresponde a la mayor o menor dignidad de la obra. ...si bien cada cual recibir� el salario seg�n su propio trabajo,... (1 Cor. 3, 8). -Los sufrimientos y pruebas de los hombres en la vida presente ofrecidos a Dios de conformidad con su voluntad y unidos a la pasi�n de Cristo, tienen un valor trascendente. a) -Ofrecidos a Dios de conformidad con su voluntad. Entonces Job dijo: �Desnudo sal� del seno de mi madre, desnudo all� retornar�. Yahv�h dio, Yahv�h quit�: �Sea bendito el nombre de Yahv�h!� (Job 1, 21). b) -Unidos a la pasi�n de Cristo. Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia,... (Col. 1, 24). c) -Tienen un valor trascendente. Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros (Rom. 8, 18). -Las obras de cada hombre, por peque�as que sean, realizadas en nombre y en guardia de Jesucristo, tienen trascendencia y recompensa eterna. a) -Trascendencia. A estos doce envi� Jes�s, despu�s de haberles dado estas instrucciones: ...�Y todo aquel que d� de beber tan s�lo un vaso de agua fresca a uno de estos peque�os, por ser disc�pulo, os aseguro que no perder� su recompensa� (Mt. 10, 5 y 42). ...Jes�s contest�: �...Todo aquel que os d� de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, no os aseguro que no perder� su recompensa� (Mc. 9, 39 y 41). b) -Recompensa. Entonces Jes�s dijo a sus disc�pulos: �Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus �ngeles, y entonces pagar� a cada uno seg�n su conducta (Mt. 16, 24 y 27). Aclaraci�n. �Su conducta� significa �sus obras�. -En el cielo Dios reserva a cada hombre una corona proporcionada a sus m�ritos personales. Los atletas se privan de todo; y eso �por una corona corruptible!; nosotros, en cambio, por una incorruptible (1 Cor. 9, 25). He competido en la noble competici�n, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe. Y desde ahora me aguarda la corona de justicia que aquel D�a me entregar� el Se�or, el justo Juez; y no solamente a m�, sino tambi�n a todos los que hayan esperado con amor su Manifestaci�n (2 Tim. 4, 7-8). Y cuando aparezca el Mayoral, recibir�is la corona de gloria que no se marchita (1 Pe. 5, 4). �Feliz el hombre que soporta la prueba! Superada la prueba, recibir� la corona de la vida que ha prometido el Se�or a los que le aman (Sant. 1, 12). Mant�nte fiel hasta la muerte y te dar� la corona de la vida (Apoc. 2, 10). Pronto vendr�; mant�n con firmeza lo que tienes, para que nadie te arrebate tu corona (Apoc. 3, 11). Aclaraci�n. �Pronto vendr� se refiere a la venida gloriosa de Cristo. -La retribuci�n de la vida eterna, por los m�ritos adquiridos, es un acto de justicia. Y desde ahora me aguarda la corona de justicia que aquel D�a me entregar� el Se�or, el justo Juez,... (2 Tim. 4, 8). Porque no es injusto Dios para olvidarse de vuestra labor y del amor
que hab�is mostrado hacia su nombre, con los servicios que hab�is prestado y prest�is a
los santos (Hebr. 6, 10). |
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