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Camino Neocatecumenal (21 de julio de 2002) Recientemente han sido aprobados los estatutos del Camino Neocatecumenal. Una noticia que ha llenado de alegr�a no s�lo a las miles de comunidades del Camino extendidas por todo el mundo, sino a toda la Iglesia, que ve con ello culminado un importante paso de normalizaci�n y de maduraci�n de una de las m�s valiosas realidades eclesiales en la vanguardia de la Nueva Evangelizaci�n. Los nuevos estatutos confirman que el don del Esp�ritu a la Iglesia a trav�s de esta realidad eclesial consiste en el camino mismo, en el m�todo, en este Neocatecumenado para bautizados que nacen y crecen en culturas de tradici�n cristiana pero sumamente paganizadas. A su vez, los nuevos estatutos establecen el cauce can�nico indispensable para que las personas, las vocaciones, y las estructuras necesarias para este Camino est�n plenamente armonizadas en la comuni�n de la Iglesia, que es siempre comuni�n organizada. Todo comenz� en las chabolas de Vallecas, cuando en los a�os 60 Kiko Arg�ello va all� a vivir llevando consigo tan s�lo una Biblia, una guitarra, y un crucifijo. Despu�s los sacerdotes de la parroquia de San Frontis en Zamora y de Cristo Rey en Madrid les invitaron a Kiko y a Carmen, que fue de las primeras personas en sentirse atra�da por la radicalidad de la experiencia propuesta por Kiko, para dar en sus parroquias la experiencia de las catequesis que hab�an comenzado a dar en Vallecas: �para nuestra sorpresa, incluso en estas parroquias donde el entorno social era totalmente distinto de las chabolas, vimos c�mo nac�an comunidades en un camino hacia la conversi�n despu�s del anuncio del kerigma y dos meses de catequesis�. Cuando el Arzobispo de Madrid, en aquel momento, Monse�or Casimiro Morcillo, se puso en contacto con esta realidad, que �l apoy� con entusiasmo, los envi� a las parroquias que deseaban comenzar la experiencia, mientras que los exhortaba a actuar siempre en uni�n con el p�rroco. Esta experiencia se extendi� r�pidamente en Madrid y en otras di�cesis espa�olas. En 1968 fueron invitados a ir a Roma, llevando una carta del Arzobispo de Madrid para el Cardenal Dell'Acqua, entonces Vicario de Roma, y empezaron las mismas catequesis en la parroquia de los M�rtires de Canad�. A partir de entonces se extendi� por toda la di�cesis mediante la predicaci�n de los catequistas elegidos de las primeras comunidades, y despu�s en muchos otros pa�ses de todos los continentes, incluso en los pa�ses de la �misi�n ad gentes� o de primera evangelizaci�n. Muy pronto, las peticiones hechas por los p�rrocos dieron origen al carisma de los �catequistas itinerantes�, que dejan su propia comunidad por un cierto tiempo y se ponen a disposici�n del Neocatecumenado para llevarlo a las di�cesis que lo piden. Es un novedoso camino de evangelizaci�n para los alejados. El Camino Neocatecumenal no es un grupo formado espont�neamente, ni una asociaci�n, ni un movimiento espiritual, ni una elite dentro de la parroquia. M�s bien es un grupo de gente que desean redescubrir y vivir la vida cristiana en toda su plenitud, vivir las consecuencias esenciales de su Bautismo, por medio de un Neocatecumenado dividido en diferentes etapas, tal como el Catecumentado de la Iglesia primitiva, pero adaptado a su condici�n de personas ya bautizadas. Como consecuencia, estas comunidades tienen la misi�n de ser, en el interior de la parroquia, el signo y sacramento de la Iglesia misionera, de abrir un camino concreto de evangelizaci�n para los alejados, dando los signos que llaman a conversi�n a los paganos, esto es, el amor en la dimensi�n de la cruz y la unidad. este amor, por el que seg�n el Evangelio todos reconocer�n a los seguidores de Cristo, es un amor que exige una donaci�n total, un amor que Kiko Arg�ello define as�: �Amar significa morir y nuestra tragedia es precisamente que no queremos morir. Amar al otro cuando es diferente de lo que yo deseo siempre significa un salto en la oscuridad, significar� superar la muerte�. El Neocatecumenado se presenta a s� mismo como un per�odo de gestaci�n, en el seno de la Iglesia. Como Mar�a, sus miembros dicen su "As� sea" al anuncio del Salvador, la Palabra empieza a generar una nueva creaci�n, la obra del Esp�ritu Santo. Kiko Arg�elo explica desde aqu� ese especial patrocinio de la Familia de Nazaret sobre el Neocatecumenado: �Mar�a, la imagen de la Iglesia y de cada cristiano, recibe el anuncio de una buena noticia: el Mes�as nacer� en ti. Despu�s de que ella acept� estas palabras, el Esp�ritu Santo la cubri� con su sombra y dio comienzo la gestaci�n de una nueva criatura: Jesucristo, quien gradualmente se formar� hasta el d�a de su nacimiento en Bel�n. Anuncio, gestaci�n, nacimiento y vida escondida en la peque�a comunidad de Nazaret donde el ni�o crecer� hasta que alcance la edad en que pueda tomar la misi�n que su Padre le hab�a confiado: estas son las etapas a trav�s de las cuales nosotros mismos tambi�n deseamos pasar, convencidos de que, a trav�s de ellas, la Iglesia puede ser renovada, para dar una respuesta a los nuevos tiempos y servir al mundo moderno�. Manuel Mar�a Bru Alonso Manuelbru@planalfa.es
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