Orar con los Misioneros del Sagrado Corazón
Primera Semana: Domingo
Nacer de nuevo
El Corazón del divino Maestro
es el centro en el que todo converge,
tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento;
el eje sobre el que gira todo en el Catolicismo,
el sol de
el alma de nuestras almas,
el manantial de nuestros misterios,
el origen de nuestros sacramentos,
la garantía de nuestra reconciliación,
la salvación del mundo,
el remedio de todos nuestros males.
Así es como yo entiendo
la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Ella lo abarca todo, responde a todo.
Julio Chevalier, 1862
Los rociaré con agua pura y quedarán purificados; de todas sus impurezas y de todas sus basuras los purificaré. Y les daré un corazón nuevo, infundiré en ustedes un espíritu nuevo, quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne.
Habitarán la tierra que yo di a sus padres. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Ezequiel 36, 25-26. 28
Silencio
Como tus hijos estamos hoy, Señor, en este día de la resurrección, delante de ti, nuestro Dios, y te pedimos llenos de confianza por este corazón nuevo:
Como tú, Espíritu Santo, das la fuerza para creer, - ayúdanos a los hombres de hoy para no perder la fe.
Como tú, Espíritu Santo, das la fuerza para esperar con confianza – ayúdanos a no desanimarnos al hacer el bien, sino a perseverar a pesar de las dificultades.
Como tú, Espíritu Santo, das la fuerza para amar – libéranos de todo egoísmo y danos un profundo respeto ante los demás.
Como tú, Espíritu Santo, das la fuerza para reconciliarnos – anima los corazones de los hombres para dar los primeros pasos de perdón.