¡Ding dong! «Hola, soy la hermana Margery, vengo a invitarle a misa»: lo ha repetido en 4.000 casas
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P. J. Ginés/ReL
Jim y Marty, católicos evangelizadores puerta a puerta de la
parroquia Holy Infant de Ellisville
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Actualizado 20 julio 2013 | |
En los últimos años, en línea con la nueva evangelización, en algunas
parroquias y diócesis católicas de Europa y América se han
organizado equipos de evangelización que visitan puerta por puerta el
vecindario, enviados por el párroco o el obispo, para invitar a
cada familia, a cada vecino, a conocer la parroquia, ir a misa o
apuntarse a unas catequesis especiales.
Veteranas del puerta a puerta desde 1920
Esta evangelización puerta a puerta es el carisma especial de las Visitadoras Parroquiales de María Inmaculada (www.parishvisitorsisters.org), fundadas en 1920 en Nueva York por la Madre Mary Teresa Tallon, hoy en proceso de beatificación. Desde el principio tenía muy claro su estrategia y llamado: ir a las casas, tocar al timbre, presentarse y preguntar "¿vive en casa alguien bautizado católico?"
Y con esa fórmula sigue evangelizando la hermana Margery Therese Harkin, ya de edad avanzada, que calcula que en los últimos 3 años ha recorrido 4.000 casas en Phoenix, Arizona, invitando a los vecinos a conocer la parroquia de San Vicente de Paul.
También ha estado entrenando equipos de laicos en las parroquias para que ellos sepan como hacerlo. Por lo general, va de casa en casa acompañada de uno o dos laicos. Dedica 30 horas semanales a visitar hogares, de puerta en puerta.
Tres reglas
Sor Margery explica las tres normas básicas de este apostolado:
- ser enviados por el párroco o el obispo,
- invitar sin presionar
- y estar preparado para escuchar a la gente.
Con cierta frecuencia alguien contará por qué no puede, no quiere o no suele ir a misa a la parroquia, y a menudo tiene una historia que contar, y por lo general no ha podido contarla con detalle a nadie de la iglesia. Por ejemplo, una señora de Florida le explicó que llevaba 30 años sin ir a misa porque un cura hizo algo que le había resultado ofensivo. Una vez contó su historia y se sintió escuchada, la señora se animó a acudir a la parroquia.
Fue misionera en África
Sor Margaery es misionera, pero no sólo en los barrios de Estados Unidos. En 1991 la enviaron a Nigeria, a una casa donde no había electricidad ni agua corriente para ayudar a fundar una comunidad de las Visitadoras. Como tantos otros misioneros en África, ella añora al continente negro y sus gentes.
Experiencia ante el Santísimo
Cuenta a "The Catholic Sun" que su "conversión" o encuentro fuerte con Dios tuvo lugar en su adolescencia en Irlanda, confesándose a los 15 años. Tras la confesión, se puso ante el Santísimo Sacramento y vivió una experiencia especial.
"Fue como si conociese a Jesús de una forma muy íntima, y supe que había sido perdonada. Salí como una persona nueva, sabiendo por primera vez que Dios me ama". Tenía un deseo fuerte de orar y entregar su vida a Dios.
A los 22 años dejó Irlanda para acompañar a su hermana a Estados Unidos, donde se implicó en la Renovación Carismática y en la Legión de María. A los 33 años dejó sus amistades y trabajo en Brooklyn y entró en las Visitadoras. "Ha sido una vida de paz profunda con el Señor", asegura.
Grupos y catequesis en casas
Las Visitadoras están hoy firmemente establecidas en EEUU, Filipinas y Nigeria, y su llamado fundacional encaja bien con la llamada del s.XXI a evangelizar a los alejados. Parte de su cometido implica organizar grupos de catequesis en casas, formar a la gente en su casa para los sacramentos, visitar a quien no puede ir al templo, etc...
Pero en EEUU y otros países cristianos, los católicos están acostumbrándose a visitar casas de forma amigable, no molesta.
En la arquidiócesis de San Luis, Missouri, los equipos de evangelización por casas cuentan con un panfleto llamado "Testimoniando a Cristo puerta a puerta" que da algunas orientaciones:
- "Pregunten a cada persona si necesitan oración"
- "Los sábados temprano por la mañana la gente no suele ser muy receptiva"
- "Intentar aportar demasiados hechos sobre la Iglesia puede causar confusión"
- "A menudo la persona que abre la puerta piensa que su abuela se alegraría mucho si volviese a la misa con regularidad; este es un tema con el que se puede empezar una conversación"
En Estados Unidos, este tipo de evangelización suele invitar a personas alejadas o no católicas a cursos de iniciación cristiana para adultos, Cursillos de Cristiandad, Cursos Alpha, Seminario carismático de las Siete Semanas, catequesis neocatecumenales y otros métodos para iniciarse en la fe o recuperarla.
Veteranas del puerta a puerta desde 1920
Esta evangelización puerta a puerta es el carisma especial de las Visitadoras Parroquiales de María Inmaculada (www.parishvisitorsisters.org), fundadas en 1920 en Nueva York por la Madre Mary Teresa Tallon, hoy en proceso de beatificación. Desde el principio tenía muy claro su estrategia y llamado: ir a las casas, tocar al timbre, presentarse y preguntar "¿vive en casa alguien bautizado católico?"
Y con esa fórmula sigue evangelizando la hermana Margery Therese Harkin, ya de edad avanzada, que calcula que en los últimos 3 años ha recorrido 4.000 casas en Phoenix, Arizona, invitando a los vecinos a conocer la parroquia de San Vicente de Paul.
También ha estado entrenando equipos de laicos en las parroquias para que ellos sepan como hacerlo. Por lo general, va de casa en casa acompañada de uno o dos laicos. Dedica 30 horas semanales a visitar hogares, de puerta en puerta.
Tres reglas
Sor Margery explica las tres normas básicas de este apostolado:
- ser enviados por el párroco o el obispo,
- invitar sin presionar
- y estar preparado para escuchar a la gente.
Con cierta frecuencia alguien contará por qué no puede, no quiere o no suele ir a misa a la parroquia, y a menudo tiene una historia que contar, y por lo general no ha podido contarla con detalle a nadie de la iglesia. Por ejemplo, una señora de Florida le explicó que llevaba 30 años sin ir a misa porque un cura hizo algo que le había resultado ofensivo. Una vez contó su historia y se sintió escuchada, la señora se animó a acudir a la parroquia.
Fue misionera en África
Sor Margaery es misionera, pero no sólo en los barrios de Estados Unidos. En 1991 la enviaron a Nigeria, a una casa donde no había electricidad ni agua corriente para ayudar a fundar una comunidad de las Visitadoras. Como tantos otros misioneros en África, ella añora al continente negro y sus gentes.
Experiencia ante el Santísimo
Cuenta a "The Catholic Sun" que su "conversión" o encuentro fuerte con Dios tuvo lugar en su adolescencia en Irlanda, confesándose a los 15 años. Tras la confesión, se puso ante el Santísimo Sacramento y vivió una experiencia especial.
"Fue como si conociese a Jesús de una forma muy íntima, y supe que había sido perdonada. Salí como una persona nueva, sabiendo por primera vez que Dios me ama". Tenía un deseo fuerte de orar y entregar su vida a Dios.
A los 22 años dejó Irlanda para acompañar a su hermana a Estados Unidos, donde se implicó en la Renovación Carismática y en la Legión de María. A los 33 años dejó sus amistades y trabajo en Brooklyn y entró en las Visitadoras. "Ha sido una vida de paz profunda con el Señor", asegura.
Grupos y catequesis en casas
Las Visitadoras están hoy firmemente establecidas en EEUU, Filipinas y Nigeria, y su llamado fundacional encaja bien con la llamada del s.XXI a evangelizar a los alejados. Parte de su cometido implica organizar grupos de catequesis en casas, formar a la gente en su casa para los sacramentos, visitar a quien no puede ir al templo, etc...
Pero en EEUU y otros países cristianos, los católicos están acostumbrándose a visitar casas de forma amigable, no molesta.
En la arquidiócesis de San Luis, Missouri, los equipos de evangelización por casas cuentan con un panfleto llamado "Testimoniando a Cristo puerta a puerta" que da algunas orientaciones:
- "Pregunten a cada persona si necesitan oración"
- "Los sábados temprano por la mañana la gente no suele ser muy receptiva"
- "Intentar aportar demasiados hechos sobre la Iglesia puede causar confusión"
- "A menudo la persona que abre la puerta piensa que su abuela se alegraría mucho si volviese a la misa con regularidad; este es un tema con el que se puede empezar una conversación"
En Estados Unidos, este tipo de evangelización suele invitar a personas alejadas o no católicas a cursos de iniciación cristiana para adultos, Cursillos de Cristiandad, Cursos Alpha, Seminario carismático de las Siete Semanas, catequesis neocatecumenales y otros métodos para iniciarse en la fe o recuperarla.