LA ESPOSA ES EL SOL DE LA FAMILIA
De una alocución del papa Pío doce a los recién casados
(Discursos y radiomensajes, 11 de marzo de 1942: 3, 385-390)
La esposa viene a ser como el sol que ilumina a la familia. Oíd lo que de
ella dice la sagrada Escritura:sábado VI - 223
Mujer hermosa deleita al marido; mujer modesta duplica su encanto. El sol
brilla en el cielo del Señor, la mujer bella en su casa bien arreglada.
Sí, la esposa y la madre es el sol de la familia. Es el sol con su
generosidad y abnegación, con su constante prontitud, con su delicadeza
vigilante y previsora en todo cuanto puede alegrar la vida a su marido y a
sus hijos. Ella difunde en torno a sí luz y calor; y, si suele decirse de un
matrimonio que es feliz cuando cada uno de los cónyuges, al contraerlo, se
consagra a hacer feliz, no a sí mismo, sino al otro, este noble sentimiento
e intención, aunque les obligue a ambos, es sin embargo virtud principal de
la mujer, que le nace con las palpitaciones de madre y con la madurez del
corazón; madurez que, si recibe amarguras, no quiere dar sino alegrías; si
recibe humillaciones, no quiere devolver sino dignidad respeto, semejante al
sol que con sus albores alegra la nebulosa mañana, y dora las nubes con los
rayos de su ocaso.
La esposa es el sol de la familia con la claridad de su mirada y con el
fuego de su palabra; mirada y palabra que penetran dulcemente en el alma, la
vencen y enternecen y alzan fuera del tumulto de las pasiones, arrastrando
al hombre a la alegría del bien y de la convivencia familiar, después de una
larga jornada de continuado muchas veces fatigoso trabajo en la oficina o en
el campo o en las exigentes actividades del comercio y de la industria.
La esposa es el sol de la familia con su ingenua naturaleza, con su digna
sencillez y con su majestad cristiana v honesta, así en el recogimiento y en
la rectitud del espíritu como en la sutil armonía de su porte y de su
vestir, de su adorno y de su continente, reservado 'e a la par afectuoso.
Sentimientos delicados, graciosos gestos del rostro, ingenuos silencios y
sonrisas, una condescendiente señal de cabeza, le dan la gracia de una flor
selecta y sin embargo sencilla que abre su corola para recibir y reflejar
los colores del sol.
;Oh, si supieseis cuán profundos sentimientos de amor y de gratitud suscita
e imprime en el corazón del padre de familia y de los hijos semejante imagen
de esposa y de madre.