Es la Hora de la Familia: Declaración de Valencia
La pasada semana, un grupo de políticos, entre los que se encontraban Jaime
Mayor Oreja, Jorge Fernández y Eugenio Nasarre, presentaron la Declaración
de Valencia por la Familia, patrimonio de la Humanidad, en la Universidad
CEU Cardenal Herrera. Reproducimos lo sustancial de este interesante texto
que bien puede servir de guía para un buen inicio del Encuentro Mundial de
las Familias:
«Considerando que:
El origen de la familia se relaciona constitutivamente con el significado de
la dualidad sexual humana. Por ello, la Declaración Universal de Derechos
Humanos reconoce al hombre y a la mujer el derecho a casarse y, así, fundar
una familia desde la que contribuir a la conservación y desarrollo de la
sociedad.
La familia es insustituible. En una sociedad libre, sólo la familia puede
cumplir en condiciones óptimas con la responsabilidad de transmitir la vida,
educar y socializar las nuevas generaciones y fundar la solidaridad
intergeneracional.
La familia es una institución que necesita, hoy más que nunca, una
protección jurídica, cultural, social y económica, que respete sus rasgos
esenciales y establezca el marco jurídico adecuado para que pueda desempeñar
adecuadamente sus responsabilidades.
La maternidad es un bien social. El tipo de sociedad en la que vivimos no
favorece que la familia desempeñe la función de transmisión de la vida,
porque la sociedad no valora suficientemente la contribución social de la
maternidad y porque la crianza y educación de los hijos están llenas de
obstáculos profesionales, sociales y culturales. La sociedad contrae unas
responsabilidades con las familias que tienen hijos, y de modo muy especial
con las familias numerosas.
Los padres tienen el derecho originario, primario e inalienable de educar a
sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas. Las políticas de
apoyo a la familia deben orientarse a reforzar la capacidad educacional de
la familia y facilitar el ejercicio de los derechos que corresponden a los
padres como primeros responsables de la educación de sus hijos, garantizando
la libertad de elección de centro educativo y una verdadera igualdad de
oportunidades, que tenga en cuenta las circunstancias familiares y sin
ningún tipo de discriminación económica o fiscal.
No puede haber bienestar social sostenido, ni cohesión y estabilidad social,
ni solidaridad, si la familia no puede desempeñar adecuadamente sus
funciones.
Las políticas públicas con respecto a la familia deben promocionar a la
familia como institución; promover una cultura y ambiente favorables a la
familia como algo de inmenso valor social; ayudar a los padres para que
puedan tener los hijos que deseen; facilitar la conciliación de la vida
laboral, familiar y personal; impulsar políticas que ayuden a superar las
crisis familiares; reconocer el derecho fundamental de los padres a educar a
sus hijos; promover la participación activa de padres y asociaciones en la
definición de las políticas públicas; y apoyar, con medidas específicas, a
las familias con necesidades específicas.
Nos comprometemos, desde nuestras responsabilidades políticas y sociales, a:
Impulsar iniciativas para que la familia sea considerada, tanto en los
organismos supranacionales, como nacionales y autonómicos, como patrimonio
de la Humanidad. La sociedad del siglo XXI tiene que dirigir su mirada hacia
la familia, porque es la base para construir una sociedad más humana.
Trabajar para la incorporación de la perspectiva de familia en todos los
ámbitos. La perspectiva de familia debe estar presente en todas las
políticas públicas, en especial las de carácter social, económico y
educativo. El sujeto beneficiario de las políticas de familia debe ser la
familia entendida como unidad.
Incorporar a la familia y sus necesidades como parte central del discurso
público, para lograr que las políticas públicas hagan de la defensa y
promoción de la familia una prioridad política.
Impulsar una política familiar integral de carácter universal, con especial
incidencia en reforzar jurídicamente el matrimonio como compromiso libre del
hombre y la mujer que funda la familia y aporta mucho a la sociedad.
Desarrollar una verdadera e integral conciliación de la vida familiar y
laboral, poniendo en marcha todas las medidas necesarias que ayuden a las
familias –mujeres y hombres– a compaginar trabajo y responsabilidades
familiares, y eviten la discriminación de quienes deciden tener hijos.
Incrementar la conciencia de la responsabilidad de toda la sociedad ante las
mujeres embarazadas. Las madres en situación de desamparo y dificultades a
causa de la gestación tienen derecho a una red solidaria de apoyo y
asistencia, para poder acceder en libertad a la maternidad.
Invitar a todas las fuerzas sociales a implicarse en un apoyo activo al
nuevo protagonismo que la familia merece y que beneficia al conjunto de la
sociedad, y a la promoción de la perspectiva de familia.
Es ésta la hora de la familia. Con este Manifiesto queremos ayudar a que
muchas personas puedan hacer realidad su deseo de familia, apoyar y
fortalecer a la familia y contribuir a la existencia de una sociedad más
humana.
José Francisco Serrano A&O 505