LAS VENTAJAS DE LA FAMILIA NUMEROSA
Jaques Leclercq
La gloria de la familia es su fecundidad. Que un hombre y una mujer se unan
para ser felices y satisfacer sus pasiones no entraña ninguna nobleza
especial, pero que una sus vidas en vistas a una obra que los trasciende,
poniendo en el mundo a otros hombres que continuarán la tradición que ellos
a su vez recibieron de sus padres, y que el fin de su matrimonio consista en
la creación del ambiente mas favorable al nacimiento y educación de los
hijos, eso da al matrimonio una nobleza tal, que ennoblece a los que a él se
consagran.
Las familias numerosas contribuyen a la unión de los esposos y a la
educación de los hijos. Esto es discutido por algunos sociólogos, pero para
demostrarlo reproduciremos las conclusiones de algunos estudios científicos
al respecto.
Un médico americano confirmó todo eso de manera clara al estudiar los éxitos
escolares obtenidos por 1700 estudiantes de la Universidad de Yale graduados
durante el período 1922-1926. Halló un paralelismo sorprende entre el
trabajo realizado y el número de hijos de la familia a la que pertenecía
cada uno de los individuos observados. La media más débil se encontraba
entre los hijos únicos, la más elevada entre los que pertenecían a familias
de seis o más hijos.
Eso no sólo se verificaba en el trabajo propiamente escolar, sino en todas
las demás actividades artísticas, sociales y deportivas, que tan destacado
lugar ocupan en el programa de las universidades americanas. Con ello
demostró la falsedad del prejuicio según el cual los hijos de familias
reducidas triunfan más que los de familias numerosas; la verdad es
exactamente lo contrario. "Observación interesante: las cargas sobrevenidas
por la educación una familia numerosa no parecen haber comprometido para
nada las posibilidades de éxito de sus padres.
Entre un gran número de antiguos estudiantes de Yale reseñados en la
estadística del doctor Huntington, hallamos que los que tuvieron las
carreras más brillantes tenían por término medio triple número de hijos que
los demás. Así se destruye otro prejuicio tan menudo explotado por los
partidarios del Birth Control: el padre de familia numerosa, especie de
esclavo encadenado al servicio de la especie, cuyas exigencias le impedirían
alcanzar el éxito que su valor y sus aptitudes le prometían (De Guchteneere,
La limitation des naissances. p. 105). Los numerosos estudios que se han
venido haciendo en Estados Unidos acerca de la cuestión han matizado la
opinión sin modificar por ello la posición fundamental. El desarrollo más
normal del niño se ve favorecido por el hecho de crecer junto con otros
niños" (Baber, Le Mariage et la Famille, p. 306). G. G. Sticker, oponiéndose
al neomalthusianismo y a las calumnias lanzadas contra la familia numerosa,
canta las alabanzas de la misma, quizá en un toque ligeramente exagerado.
Sin embargo, los hechos por el admitidos refutan por lo menos el prejuicio
de la inferioridad de la familia numerosa, "Los médicos -dice dicho autor-
no admitimos que sean más fáciles educar e instruir uno o dos hijos -que por
lo mismo resultarían de mas valor para la humanidad-, que toda una familia
de hermanos que deban repartir entre sí el amor y el cuidado de los padres,
el pan de cada día, los juguetes, la instrucción. los medios de formación y
la herencia. "De sobra sabemos, en efecto, los defectos y los sufrimientos
de los hijos únicos, alimentados con excesiva precaución, demasiado cuidados
y arreglados.
Siempre acompañados, amonestados, elogiados, censurados, rodeados de cientos
de prohibiciones. El hijo único es el centro, continuamente admirado y
torturado de su ambiente, en vez de ser una parte sin importancia, pero
protegida, del mundo entero. Sin verdaderos rivales, no puede medir sus
fuerzas con iguales en movimientos y juegos, en gracia e invención, aprende
con dificultad y mal a adaptarse a los demás y poner en común con los demás
las alegrías, trabajos y tareas. Si se trata de un chico, se vuelve miedoso,
cobarde, terco, egoísta y quiere siempre tener razón.
En el hogar propio es petulante y sabihondo, y la vida tiene que enseñarle
su falta de defensa y de fuerza, aprendiendo con dificultad y malos tratos
lo que en una casa llena de hijos se aprende tan fácilmente por la mutua
educación, es decir: la educación compleja de las cualidades y las energías,
el ejercicio a fondo de las capacidades; con independencia y responsabilidad
propia, paciencia probada en la superación de las resistencias y del mal
comportamiento de los demás, el reconocimiento sin rencor de los méritos y
esfuerzos de los demás, de la propiedad ajena, en una palabra, de los
deberes sociales: transigencia, generosidad, liberalidad.
El profesor Lockermann ha estudiado a ascendencia de 200 hombre célebres.
encontrando que sólo 8 de ellos eran hijos únicos; en cambio 42 provenían de
familias que tenían de 2 a 4 hijos. y 150 de familias con más de 5 hijos.
Las listas de hombres y mujeres célebres hijos de familias numerosas no
pretenden demostrar, naturalmente, que tales hombres sólo pueden nacer
familias numerosas o que todos los hijos de tales familias deban ser genios.
Pero estos ejemplos demuestran, sin lugar a dudas, que las familias
numerosas sólo con proporcionarles condiciones de vida adecuadas,
constituyen ambiente propicio para talentos excepcionales. muy al revés de
lo que quisieran hacernos creer las habladurías de ciertos literatos y
sociólogos (a menudo muy egoístas). La ruina de muchas familias numerosas no
tiene su causa en la falta de energías educadoras, sino en las adversas
condiciones sociales, económicas y de vivienda, que conducen a un ambiente
amargo, lleno de preocupaciones, al agotamiento de la madre, a la borrachera
del padre y al descuido de los hijos.
Algunos autores, al estudiar grupos de niños delincuentes de la misma edad y
el mismo origen, han observado que los delincuentes provienen de familias
más reducidas que los no delincuentes, y contienen una proporción más
elevada de hijos únicos y una menor proporción de hijos menores (Folsom; La
Famille, p. 331). Sin embargo, parece que la inferioridad de los hijos
únicos tiende a disminuir debido al hecho mismo de su multiplicación. Según
las investigaciones hechas en América. se cree que hacia 1700 sólo había un
1.8% de familias completas (con la madre de cuarenta y cinco años o más) con
un solo hijo, mientras que en 1914 se elevaban a un 18% (Baber, Le Mariage
et la Famille, p. 304).
Los métodos de educación se adaptan también a la nueva situación. El niño de
hoy, que no tiene compañeros de juego en su casa, pasa más la vida fuera del
hogar. Sin embargo, los autores están de acuerdo en señalar que el hogar
desempeña un papel importante en la formación del niño. Desde el punto de
vista familiar, la familia numerosa es la familia sana.
(http://www.aciprensa.com/Familia/famnumerosa.htm)