Reflexiones para jóvenes: relaciones prematrimoniales
Las relaciones sexuales que se adelantan a la dimensión espiritual
buscando el placer en primer lugar vuelven al hombre insensible ante el
verdadero amor.
Ignasi Garcia Rafanell
ForumLibertas.com
Antes de empezar mi artículo reconozco cierta soledad al afrontar este tema,
no tanto en sus pautas generales, sino en el detalle concreto de las
actuaciones de los jóvenes, que configuran concepciones de relación muy
diferentes. No soy ningún iluso y sé que mis palabras no incitaran una fácil
ovación, pero estoy convencido de que algunos pueden identificarse con mi
propuesta. En este tema también "es estrecha la puerta y angosta la vía que
conduce a la vida, y pocos son quienes la encuentran." (Mat., 7, 14.) . En
el entorno de esta frase empiezo mi reflexión :
· ¿Creemos realmente que la puerta es estrecha y ciertamente no la encuentra
todo el mundo, o estamos en medio de una gran plaza donde es igual ir arriba
abajo a derecha o izquierda?
· ¿Creemos en una minoría abierta a todo el mundo, que pretende ‘ser’ luz y
testimonio vivo de la gran propuesta de Amor a la que todos estamos
invitados?
Quisiera animarte a vivir la felicidad en libertad huyendo de nuestros
apegos que en este tema son muchos.
Análisis actual
La inestabilidad en las relaciones de pareja, provoca problemas de
convivencia. Por una parte asistimos a un tipo de relación francamente
mejorable sin dar criterios válidos a nuestros jóvenes y por el otro nos
lamentamos de sus actuaciones. ¿Cuántos jóvenes vuelven a casa insatisfechos
porque intuyen que su relación se deteriora e incluso los esclaviza? Muchos
jóvenes desean ser de una manera pero sus actividades de cada día van en
sentido contrario. Se dan por aceptadas unas doctrinas y más tarde se
promueven actividades contrarias a los idearios. Los padres desean un estilo
de vida para sus hijos, pero permiten acciones en sentido contrario para
complacerlos. Nos falta a todos honradez para admitir que en el momento de
consentir unos actos estamos aceptando sus consecuencias. “Todos estamos de
acuerdo en no querer romper el vidrio, pero irreflexivamente no paramos de
tirarle piedras hasta romperlo” (A. Orozco).
Junto a este desfase entre lo que deseamos y los medios para obtenerlo, a
menudo olvidamos que una relación de amor puede ser buena o mala según
cuándo y cómo se vive. Si bien el agua es buena cuando cae poco a poco en
tierras secas, puede ser cruel cuando cae sobre mojado y fuera de tiempo.
Vivimos en una sociedad que acepta sin reservas una relación de pareja sin
preguntarse cómo y cuándo debería llevarse a cabo.
El esfuerzo, camino válido
Llegados aquí y sin más preámbulos quisiera desde la lógica y el
convencimiento hablar de las relaciones prematrimoniales entre jóvenes y de
la continencia con pequeñas excursiones al plano de la Fe. No hay ningún
valor importante en la vida que no implique esfuerzo. También la relación de
pareja lo exige. La cara y la cruz están en la misma moneda y formando parte
de la misma vida. Supongo que todo el mundo entiende que el ‘flechazo’ dura
relativamente poco y que cualquier relación requiere cierta voluntad. Se me
ocurre aquí la frase del Cardenal R. M. Carles “Vivir honradamente es poner
la voluntad allí donde reposa el corazón”. Que no te engañen, no hay cara
sin cruz. Muchos toman la cara y dejan la cruz enriquecedora y
paradójicamente toda la vida se convierte en otra cruz insufrible. En lugar
del amor, crece en ellos el aburrimiento y la angustia, patrimonio de las
filosofías y actitudes que excluyen el esfuerzo. “Amor es sacrificio- decía
Pemán - y para gozar de la felicidad es necesario el esfuerzo de mirar las
flores sin arrancarlas”. En caso contrario, al cabo de un tiempo encontrarás
en tus manos una flor muerta, sin color, sin aroma sin encanto,...... sin
misterio.
Amor valor espiritual que controla
Pues bien, si la cara de la pareja todo el mundo la conoce, porqué se
esconde y se ignora la cruz, y si no hay cruz de qué hablamos, de una
actividad humana que libera y perfecciona el hombre o hablamos de una
relación animal y / o genital. Dar la mano no es dar el pie. Dar la mano es
un acontecimiento espiritual, de amistad, lealtad. No es dar un trozo de
carne. Dar la mano es algo que forma parte del núcleo de la persona y que
significa algo más que un contacto carnal. En definitiva, es un acto
espiritual que se manifiesta a través de la donación de la mano. Ni que
decir tiene que dar el cuerpo es más que dar la mano. Dar el cuerpo es el
acontecimiento espiritual de amor entre una pareja que se encarna con la
donación corporal plena, natural, profunda, unitiva, sin reservas y por lo
tanto definitiva. Por lo tanto, el amor tiene un contenido espiritual
primero y segundo su manifestación corporal, pero no lo contrario.
Desgraciadamente, muchos dan la mano sin amistad y el cuerpo sin amor.
Víctor Frankl, sufridor en los campos de concentración nazis, uno de los más
grandes psiquiatras de Europa, en su obra Psicoanálisis y existencialismo
dice que el amor entre los dos sexos, lo corporal y sexual, no es el factor
primario, un fin en sí mismo, sino simplemente un medio de expresión. Amor
es dar y no poseer. Lo contrario es propio y exclusivo del instinto. No
conozco parejas que hayan consolidado definitivamente su relación accediendo
a peticiones posesivas. Máximo se alarga una situación que al final se
acaba, porque aquel que renuncia a un amor espiritual esta renunciando al
derecho de ser tratado y amado como persona humana.
Porqué la continencia
Con la continencia controlamos y orientamos los impulsos de carácter sexual.
En realidad, no se opone a las relaciones corporales de la pareja de forma
abstracta y aislada con un voluntarismo desfasado en el tiempo, sino que
aplazando para más tarde la satisfacción del impulso sexual -no el qué sino
el cuándo y cómo- se consigue que la dimensión espiritual del amor se sitúe
por encima de cualquier apego. Esta prioridad enseña a amar con el alma, la
mente y la voluntad. Esto quiere decir amar para siempre el núcleo del otro
-Tú- independientemente de lo que el otro ofrece o tiene, que será siempre
mejorable o caduco. Decía Paul Chauchard que la libertad era el control de
nuestros determinismos, entre ellos el instinto sexual. La libertad no nos
la conceden sino que la ganamos desde dentro. Las relaciones sexuales que se
adelantan a la dimensión espiritual, buscando el placer en primer lugar,
vuelven al hombre insensible ante el verdadero amor que necesita ser
prioritario para existir. Como decía antes, son muchos los que están en la
plaza sin entender mi propuesta y sin ilusión se les hace de noche antes de
que llegue la tarde, pierden su encanto antes de encontrarlo o renuncian a
ser hombres y a ser tratados como tal.
Los detalles de cada día
Decía Juan Pablo II que "La persona para llegar a controlar el impulso y la
excitación, tiene que esforzarse con una progresiva educación en el
autocontrol de la voluntad, los sentimientos y las emociones a partir de los
gestos más sencillos donde resultará más fácil llevar a cabo esta decisión
interior”.
Juan Pablo II nos interpela y sugiere preguntas concretas que hay que
responder en el seno de uno mismo, de las familias y centros educativos:
· ¿Es que jóvenes adolescentes que frecuentan a menudo las salas de baile
hasta altas horas de la madrugada son capaces de ejercer el autocontrol de
la voluntad y los sentimientos a partir de los gestos más sencillos?
· ¿Es que la facilidad con que los jóvenes de hoy se plantean el tema del
amor y las relaciones físicas que mantienen permite ejercer el autocontrol
de la voluntad y los sentimientos a partir de los gestos más sencillos?
· ¿Es que estas estancias en campamentos y colonias de jóvenes que comparten
incluso el dormitorio son capaces de ejercer el autocontrol de la voluntad y
los sentimientos a partir de los gestos más sencillos?
¿Es que parejas que salen solas asiduamente fines de semana con la única
finalidad de divertir-se son capaces de ejercer el autocontrol de la
voluntad y los sentimientos a partir de los gestos más sencillos?
Algún joven me decía que Juan Pablo II no conoce el tema. Que los hábitos
actuales basados en la confianza alejan los tabúes del pasado, sus
prejuicios y limitaciones. Que lo importante es vivir el Evangelio y que la
moral solo sirve para discutir.
Quizás aún no hemos tocado fondo en este y otros temas y debamos esperar un
tiempo para que los educadores, a la vista de los resultados, volvamos a
reconsiderar unas formas que muchos han olvidado.