Siete cosas buenas que se encuentran en Jesucristo, a las que el hombre desconocido corresponde con siete ingratitudes. |
REVELACIÓN 86 |
Mi Hijo, dice la Virgen a la Santa, tiene siete riquísimas excelencias. A saber: es poderosísimo, como el fuego que todo lo consume; es sapientísimo, y nadie puede comprender su sabiduría, a la manera que nadie puede agotar el agua del mar; es fortísimo, como monte inamovible; su virtud es más excelente que la de todas las hierbas; es hermosísimo, como el sol resplandeciente; justísimo, como Rey que a todos guarda sus derechos, y piadosísimo, como el señor que da la vida por la de sus siervos.
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