CAMINOS LAICALES DE PERFECCION: Introducción
José María Iraburu
Todos los cristianos están llamados a la perfección evangélica, es decir, a
la santidad. Y todos están llamados a santificarse por una conformidad
amorosa con la voluntad de Dios, afirmada día a día mediante la fidelidad y
el abandono. En efecto, en la fidelidad incondicional a lo que Dios quiere
-voluntad divina claramente significada por la fe y los mandamientos- y en
el abandono confiado a lo que Dios quiera -voluntad divina manifestada en
las circunstancias cambiantes de la vida-, el cristiano halla, por las
pequeñas cosas de cada día, su camino fundamental hacia la santidad. Y esta
vía principal de perfección es común a sacerdotes, religiosos y laicos.
¿Pero en esa fidelidad y abandono a las cosas pequeñas o grandes de la vida
ordinaria puede hallarse estrictamente un camino?... Ésta es una cuestión
más bien verbal. Pero un «camino» implica unos medios predeterminados, bien
conocidos y previsibles, en orden a un fin. Por eso, en este sentido más
estricto de la palabra, sólamente suele hablarse de camino de perfección
cuando el cristiano -precisamente para santificarse de verdad a través de
las cosas de cada día-, asume voluntariamente, y de modo habitual, un
conjunto de medios intensos y explícitos de santificación. Así lo hacen los
religiosos, y por eso reconoce la Iglesia su vida como un estado de
perfección.
En este sentido, desde el principio de nuestro estudio tendré siempre en
cuenta el paralelismo fundamental que existe entre los religiosos y los
laicos: unos y otros son humanos, unos y otros son cristianos necesitados de
ayudas análogas, y todos ellos han de tender, bajo la moción de la gracia,
hacia la perfecta santidad.
Los religiosos, para llegar a ella, por gracia especial de Dios, se
comprometen con votos a seguir fielmente el camino de perfección trazado por
una regla de vida, aprobada por la Iglesia, en obediencia continua a sus
superiores y directores.
Y los laicos, a su vez, han de tender hacia la santidad (cap.1), dedicando a
Dios todas las obras diversas de la vida ordinaria (cap.2). Ésa es, como he
dicho, la vía fundamental de santificación para todos los cristianos,
laicos, sacerdotes y religiosos. Pero también es aconsejable para los laicos
-así lo quiere Dios muchas veces- que busquen la ayuda de otros medios de
perfección, como lo hacen los los religiosos: una consagración personal
(cap.3); una regla o plan de vida (cap.4); unos votos u otros compromisos
personales semejantes (cap.5), acerca de su vida de oración, ayuno y limosna
(cap.6); así como una dirección espiritual (cap.7).
Cuando se asumen todos o algunos de estos elementos, sí que se forma
entonces un camino laical de perfección, en su sentido más estricto. Y ello
puede, como es obvio, hacerse en forma privada o comunitaria:
-Comunitariamente. No pocas asociaciones cristianas de fieles laicos ofrecen
a sus miembros un camino de perfección, que integra todos o varios de esos
medios. Y la Iglesia las ha recomendado con frecuencia.
-Individualmente. También estos medios de perfección son muy aconsejables a
aquellos laicos que, por una u otra causa, no pueden beneficiarse de esa
vida espiritual comunitaria organizada.
Pues bien, de estos temas hablaré en este escrito, sin entrar apenas en
otras cuestiones que, sin duda alguna, tienen gran importancia para la
santificación de los laicos, como son la vida litúrgica, la educación de los
hijos, la actividad social y política, etc.*
El título, por tanto, de esta obra expresa con aceptable precisión mi
intento. Éstos son caminos laicales de la perfección cristiana.
* Lo haré con gran brevedad, porque con más amplitud ya he tratado de varios
de estos temas en otros lugares. Pueden consultarse, por ejemplo: de José
RIVERA - J. M. IRABURU, en la Síntesis de espiritualidad católica (=
Síntesis), la vocación de los cristianos a la santidad (págs. 184-194,
201-204), la función de la ley en la vida cristiana (págs. 533-551), los
votos (págs. 551-553), la tríada penitencial oración, ayuno y limosna
(287-290). Y estas otras obras: J. M. IRABURU, El matrimonio en Cristo;
Libertad y dirección espiritual; Entre acompañamiento y dirección
espiritual; Cristianismo y mundo secular (de próxima publicación). Al final
de este escrito se dan las referencias bibliográficas de éstos y de otros
libros citados.