Bienaventurados los que sufren
J.M. Fernández Piera
¿Cuándo comprenderemos que, en realidad,
son gracias divinas lo que llamamos desgracias humanas?
Bienaventurado el que sufre. En cambio ¡qué peligroso y temible es ser
siempre feliz en esta vida! La misma Verdad infalible ha dicho: "¡Ay de
ustedes los que ahora ríen" (Lc 6, 25).
No pienses como los infantiles. Creen éstos que todo lo que les gusta es
bueno, y lo que les disgusta, malo.
No pueden llamarse males los que nos proporcionan bienes mayores:
"Dios no permitirá que venga otra cosa, sino aquello que fuere para mayor
bien nuestro, aunque nosotros no lo entendamos." (San Juan de Ávila).
Tiene el Señor el arte especial para sacar bienes espirituales de los males
materiales; de la enfermedad sabe sacar salud; de la muerte, vida.
"Aunque diera penas y castigos, se lo debemos agradecer; que siempre es para
nuestra salud todo lo que permite que nos venga" (Kempis).
Nunca nos hace sufrir por sufrir. Envía o permite un mal para darnos un bien
mayor. Los dolores son bienes con apariencia de males.
Mucho debe valer el dolor, cuando para buscarlo, Dios se hace hombre y por
soportarlo, el hombre se hace Dios.
"La gracia de las gracias, el mayor favor que, después de incesantes ruegos,
me ha otorgado Dios por intercesión de María, es sufrir mucho por Él" (San
Juan Eudes).
El dolor es buen amigo, es enviado de Dios; no lo recibas con mala cara. Te
libra de muchos males y te facilita muchos bienes. ¡Bienvenido sea!
"Tan grande bien es sufrir por amor de Dios que no hay quien sea digno de
esa merced : (San José de Cupertino). "¡Qué pena enorme es vivir sin penas
en la tierra! (San Agustín)
Aun por solas luces humanas, supo ver Séneca, el filósofo pagano de la
antigüedad, las ventajas del dolor, cuando dijo: "Nadie me aparece tan
infeliz como el que no tiene ninguna desgracia".
"No podría pedir a Dios que los libre de la cruz, porque esto sería querer
privarlos del mayor bien que podemos tener en esta vida" (Santa Margarita de
Alacoque).
El dolor no es un estorbo, sino un medio para alcanzar la perfección.
"Cuando peor me va por fuera, mejor me va por dentro" (Bety Kolb)
"Señor no que quitéis esta cruz hasta tanto que haya producido en mi el
efecto que aguarde vuestra bondad" (San Francisco Javier).
En resumen: el sufrimiento es una bienaventuranza, una fuente inagotable de
bienes.
¿Que no lo comprendes? Con la ayuda de Dios, a fuerza de oración y
meditación has de entender lo que Dios quiere realizar contigo.