Asunción de la Virgen María a los Cielos - Solemnidad: Catequesis preparatoria para niños: preparemos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa
Recursos adicionales para la preparación
¿Cómo acoger la Palabra de Dios?
Falta un dedo: Celebrarla
Pasaje evangélico de la Solemnidad: Lc 1, 39-56 Catequesis Ejercicio La pizarra o en la
cartulina se ha dibujado dos perfiles de la cabeza de una mujer. (Nota: yo
tampoco soy dibujante, pero el perfil me sale). Pregunta a los niños: “¿Qué
es lo que más les gusta de su mamá?” Haciendo rayas alrededor del perfil de
la primera cabeza se apuntan las cosas que dicen los niños. Al final el
perfil está rodeado de una aureola de rayas con las cualidades mencionadas
por los niños. Luego se hace lo
mismo con la segunda cabeza pero preguntándoles: “Hoy celebramos la
solemnidad de la Asunción de la Virgen María. ¿Qué podemos escribir acerca
de ella, que podemos decir lo que nos gusta de ella?” Un profesor que no
creía en Dios, le estaba tomando el pelo a un muchacho: “Tú me hablas de la
Madre de Dios. Pero ella es igual mujer que mi propia madre”. El niño le
contestó: “Tiene usted razón, la Virgen María es mujer como su madre pero
entre los hijos hay una gran diferencia y por eso ella es Madre de Dios”.
Vamos a ver: ¿Quién es el hijo de la Virgen María?… (Jesús). Vamos a hacer
ahora una comparación entre nosotros y Jesús y esto lo vamos a escribir
debajo de cada uno de los dos perfiles. ¿Qué nos gusta el Jesús y qué
diferencia hay entre él y nosotros?… Su madre y
nuestra madre Jesús tiene la madre
más buena que uno puede imaginarse. Ustedes recuerdan que Jesús después de
40 días luego de su resurrección se fue al ¿?… (Cielo). ¿Un buen hijo quiere
estar lejos de su madre quiere estar cerca?… (Cerca). O sea, Jesús quisiera
que estuviera con él la Virgen María en el ¿?… (Cielo). Ésa es la fiesta, la
solemnidad que celebramos hoy: la Asunción de la Virgen María al cielo con
cuerpo y alma. Al final de su vida de ella Jesús la llevó consigo al cielo.
Ahora bien, Jesús no es un hijo egoísta como quien quiere a su madre
solamente para él. El quiere que tengamos su madre también como nuestra
madre. Ella, al lado de su hijo, nos quiere mucho y por eso también podemos
rezarle y pedirle. Es como muchas veces hacemos las cosas en casa: cuando
uno quiere algo del papá primero se dirige a la mamá porque ella sabe como
decírselo al papá. Y la Virgen María ¿a quien se dirige cuando le pedimos
algo?… (Jesús). Jesús es el Hijo de Dios que se ha hecho hombre por amor
nuestro y cuando su madre le dice algo siempre te escucha. Había una vez un
grupo de andinistas que estaban escalando una montaña muy alta. Llegó el
momento que se cansaron diciendo: “Esto es muy alto, nunca podremos llegar a
la cumbre”. Y pensaban ya en regresar a su casa. De repente el guía les
dijo: “Muy bien, ustedes piensan que no se puede subir hasta la cumbre. Si
yo llego hasta allí me van a creer que si se puede?” Sus compañeros estaban
de acuerdo. Miraron como el quía comenzó a subir y a subir hasta llegar a la
cumbre. Esto le dio valor y ánimo y se pusieron también en camino y llegaron
hasta la cumbre. Se dieron cuenta que no era tan difícil. ¿Cuál es la cumbre
de nuestra vida? ¿A dónde queremos llegar todos algún día?… (Al cielo). A
veces parece difícil porque no siempre somos buenos y no siempre hacemos lo
que nos dice Jesús. Sin embargo ya vemos que hay alguien en el cielo cuya
fiesta celebramos hoy ¿?… (La Virgen María). Ella nos enseña que si podemos
llegar hasta la cumbre, hasta el cielo. En las bodas de Caná faltaba vino y
la virgen María avisó a Jesús. Éste le dijo: “Mi hora todavía no ha
llegado”. Pero ella sin desanimarse dijo a los criados: “Hagan lo que les
diga”. Esto nos lo dice también a cada uno de nosotros. Pensando en los días
que vienen ¿qué es lo que Jesús nos diría que hagamos? A lo mejor nos diría
lo mismo lo que nos va a decir nuestra mamá. Porque Jesús y la Virgen María
nos hablan a través de nuestros padres.
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar
pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en sustituir
la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al
respecto.