Catequesis Dominical para Niños
DOMINGO 19 del Tiempo Ordinario A
Contenido
2.1 Catequesis I: Jesús sálvanos
2.2 Catequesis II: ¿Qué poca fe? ¿Por qué dudaste?
1. Pasajes del Domingo
1.1 Primera Lectura: 1R 19,9a.11-13a: “Aguarda al Señor en el monte”
1.2 Segunda Lectura: Rm 9,1-5: “Quisiera ser un proscrito por el bien
de mis hermanos”
1.3
Evangelio: Mt 14,22-33: “Mándame ir hacia ti andando
sobre el agua”
2. Catequesis
2.1 Catequesis 1: Jesús sálvanos
2.1.1 Meta. Estamos plagados de miedos desde nuestra infancia. De adultos sabemos disimular mejor que cuando éramos niños. Ojalá nuestra voz convencida, henchida de fe y de entusiasmo pueda transmitir a los niños la verdad que Jesús nos salva cuando lo proclamamos. ¿Pueden imaginarse lo que significa para sus vidas si logramos que los niños en momentos de apuros espontáneamente se dirijan al Señor diciendo: Jesús sálvanos?
2.1.2 La catequesis
El valiente miedoso
Un niño salía a la calle con su papá muy contento de poder estar con su padre. A veces corría un poco adelante, a veces se quedaba atrás pero siempre bastante cerca del padre. Cuando llegaron a un pequeño muro le vino el deseo de caminar sobre él. “¿Papa, puedo subir?” “Si, hijo mío, yo te cuidaré.” El niño trepó el murito y comenzó a caminar. El padre estaba a su lado. De repente al niño le parecía que el murito temblaba. Se quedó el como helado, inmóvil. Ya no podía caminar ni un paso más. “Papá, ¡me voy a caer!" gritó, y verdad, tambaleaba aunque no había razón para ello. Su padre lo recogió en sus brazos y le dijo: “Por qué has tenido miedo, hijo, yo estaba siempre contigo y no te podía pasar nada”.
¿Por qué el niño comenzó a pensar que iba a caer?... (Porque tenía miedo). Cuando yo era niño me daba miedo la oscuridad (la altura, la velocidad del carro, etc.). ¿De qué tienen miedo Uds.? (Se les da amplio tiempo para que cada niño pueda contar de lo que tiene miedo). ¿Y qué nos gustaría hacer cuando tenemos miedo?... (Correr donde nuestros padres, escondernos, taparnos con la frazada, etc.). Imagínense, también los adultos tenemos miedo, los grandes tienen miedo también cuando hay guerra, cuando no sabemos si tenemos suficiente que comer, cuando estamos enfermos. ¿Qué pueden hacer los grandes, los adultos? ¿Qué podemos hacer? ¿A quién recurrir?
SE LEE EL EVANGELIO
San Pedro el valiente miedoso
Hagamos un recuento de lo que pasó: Primero los apóstoles tenían miedo. ¿Por qué?... (Porque creían Jesús era un fantasma). Hasta se pusieron a gritar estos varones. ¿Cómo se grita cuando se tiene miedo?.... (Si hace falta, ponga algodón en los oídos). Los apóstoles eran hombres grandes, adultos y ellos gritaron de miedo. ¿Cómo habrán gritado?... ( ). Pero se calmaron cuando Jesús les habló. ¿Qué es lo que les dijo?... (Soy yo, no tengan miedo). Pedro no solo perdió el miedo sino quiso algo más. ¿Qué le pidió al Señor?... (Que lo dejara caminar sobre el agua). Jesús lo hizo, le dio permiso y Pedro caminaba sobre el agua. ¿Pero silbaba el viento y las olas se levantaban (si hay tiempo y ganas haga con los niños una representación de los ruidos y del movimiento), y comenzó a sentir nuevamente?.... (Miedo). ¿Y qué le pasó cuando tenía miedo? (Se hundió). ¿Qué hizo?.... (Gritó: “Señor, sálvame”). Y Jesús lo sacó pero le dijo también una cosa: (hombre de poca fe). Porque cuando Jesús está cerca no debemos tener miedo.
Somos unos valientes miedosos
Todos somos valientes. Pero también todos nosotros tenemos miedo de que no nos quieran, que quieran hacernos daño, que no piensen en nosotros, que no nos tengan aprecio. Los cristianos tenemos miedo especialmente de una sola cosa, ¿qué es?.... (De no ir al cielo). Es decir que no llegaremos a vivir eternamente con Dios. Esto nos va a suceder ¿cuándo? (Cuando morimos en pecado). Entonces, ¿cómo hacemos cuando hemos cometido un pecado, qué le decimos a Jesús? (Jesús, sálvame). Cuando estamos en un problema, ¿que decimos? ... (Jesús, sálvame). ¿Cuando no sabemos qué hacer?.. (Señor, sálvame). ¿Cuando nos sentimos con poca fuerza?.... (Dame fuerza Jesús) Y siempre durante la semana lo vamos a decir a decir muchas veces: Señor sálvame. Lo mismo que dijo San Pedro. ¿Y qué va a hacer Jesús? (nos salvará, nos tomará en sus brazos, no dejará que caigamos porque nos ama mucho más de lo que nos puedan amar nuestros padres Porque Jesús estará siempre con nosotros).
2.2 Catequesis II: ¿Qué poca fe? ¿Por qué dudaste?
2.2.1 Meta: Los Scouts tienen un principio pedagógico muy sano: Aprender haciendo. En cuanto nos sea posible tratemos siempre de aplicar este principio. Si no hay modo de realizar una actividad o ejercicio concreto, por lo menos una historieta les permitirá a los niños a identificarse y vivir en la imaginación una aplicación.
2.2.2 La Catequesis
Ejercicios que pueden aplicarse antes o después de la catequesis
- Todos los niños se vendan los ojos se dan la mano y el catequista los guía
- Se hace el mismo ejercicio con algunos niños individualmente o en pequeños grupos.
- Se los hace caminar con ojos vendados por encima de una banca
- Se coloca un madero sobre dos maderas redondas y por turno los niños se paran encima siempre con los ojos vendados. Al poco rato se quita una madera redonda.
- Los niños con los ojos vendados se paran sobre una plancha apoyada en dos sillas a una altura de más o menos 50 cms. Dos ayudantes instruidos levantan la plancha mientas que el niño apoya sus manos en sus hombros o cabezas. La segunda vez levantan la plancha y se agachan. Esto crea la impresión que lo están levantando muy en alto. Los demás niños que esperan su turno no pueden mirar.
En todos los ejercicios se puede repetir el diálogo entre Jesús y Pedro. : “Se si eres tu, mándame ir hacia ti sobre el agua”-
Catequista: Ven. Los niños se vendan los ojos y son colocados en posición. Cuando sientan miedo: “Señor, sálvame. Catequista: Qué poca fe ¿Por qué dudaste?
Sigue la catequesis I sin la historieta. El Evangelio se lee al comienzo de la catequesis.
3. Vivencia
Les escribiremos una cartita a los padres de familia. Trataremos de explicarles que el niño crece en la confianza en Dios cuando aumenta su fe y confianza en los hombres, es decir en sus padres. Les sugeriremos que aprovechen las oportunidades para hacer sentir al niño el calor humano de su protección amorosa sentándolo en las faldas o bien pegado, pasando así un buen rato rodeándolo con los brazos. Esto se puede hacer conversando o viendo televisión. En fin los padres sabrán escoger los momentos oportunos. Si les es posible testimoniar que lo quieren mucho pero que Jesús lo quiere mucho más, la catequesis encontrará su culminación. El catequista decidirá si es conveniente aludir al evangelio para motivar tal acción de los padres.
4. Liturgia
4. Elementos a reforzar
El rito penitencial se presta a pedir perdón por nuestra falta de fe y por dudar, no en el sentido adulto de dudas intelectuales sino en el sentido de falta de confianza. Igualmente el rezo del Credo se ofrece para t estimular la fe en Jesús.
5. El niño
Los niños ¡gracias a Dios!, olvidan rápidamente los sustos y ratos de miedo. Sin embargo, todas estas cosas dejan su huella y los acompañan de manera inconsciente durante toda la vida. Recordemos que uno de los frutos del Espíritu Santo es el gozo, no como sensación momentánea, sino como hábito permanente. Los niños tienen derecho a ello. Ayudemos a los niños a desarrollar una profunda confianza en Jesús y el gozo no se hará esperar.
6. Condición Previa
Pienso que para poder hablar de la confianza en Dios los catequistas deberán vivir toda la semana anterior en confianza con Jesús que puede hacernos caminar sobre las agua de la angustia y de los problemas. Clame al Señor: ”Jesús sálvame", no se canse y se dará cuenta que de la Buena Nueva del domingo y usted ha aprovechado mucho más que los niños.
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar pie al terrible malentendido como si pretendiéremos
colaborar en sustituir la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una
Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al respecto.
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