Catequesis Dominical para Niños
Domingo 18 del Tiempo Ordinario A
1.1 Primera Lectura: Is 55,1-3: “Daos prisa y comed”
1.2 Segunda Lectura: Rm 8,35.37-39: “Ninguna criatura podrá apartarnos
del amor de Dios, manifestado en Cristo”
1.3 Evangelio: Mt 14,13-21: “Comieron todos hasta quedar
satisfechos”
2. Catequesis
2.1 Catequesis I. El milagro del corazón
2.1.1 Meta
¡Cómo nos gustaría que Jesús venga a realizar este milagro de la multiplicación de los panes para dar de comer a los que tienen hambre! Pero esto no es la intención de Jesús. Quieren hacerlo rey para asegurarse la comida. Pero Jesús escapó. Es un milagro cuando Jesús toca nuestro corazón para que compartamos. Hasta creo que el milagro moral es más difícil que el milagro físico. Nuestros corazones son tan duros.
2.1.2 La Catequesis
Pide un milagro
Los miembros de una parroquia habían hecho una excursión. Más de 100 personas habían reunido para viajar con los ómnibus contratados y para pasar un día en el campo. Llegó la hora del almuerzo y todo el mundo se sentó para comer las cosas que cada uno había traído. El responsable se dio cuenta que un grupo de alrededor treinta personas había olvidado de traer comida y tendría que pasar el día sin comer. Pensando en el evangelio de hoy le vino la idea de pedirle al Señor un milagro. Él tenía unos sándwiches y pensaba: "Si me pongo a rezar, de repente el Señor hace un milagro como en aquel entonces y con estos tres sándwiches pueda yo dar de comer a las 30 personas’". Rezó y rezó y ¡nada! Pero luego se hizo el milagro pero de manera distinta que él había esperado. Todos los treinta tuvieron bastante que comer. ¿Pueden ustedes adivinar cómo se hizo esto? Vamos a hacer un juego y después seguramente podrán adivinar cómo se hizo el milagro.
Ejercicio
Se juntan 10 niños voluntarios y se les explica a los demás que estos niños son todos los niños del mundo de África, Asia, Europa, Australia y que todos estos niños deben comer para poder crecer. Ahora vamos a repartir unas galletas para que todos tengan. De manera bien visible para todos se les da a los 4 primeros 16 galletas, es decir 4 a cada uno, a los siguientes dos niños se les entrega una galleta y a los estantes 4 niños media galleta. Se pregunta a los niños si piensan que están bien distribuidas las galletas. Recemos que Jesús haga un milagro para que tengan igual todos. Luego se les da a los 4 primeros dos sillas cada uno, y a los siguientes una silla cada uno y a los 4 restantes les decimos que se sientan en el suelo en sendos periódicos preparado para ellos. Se pregunta a los demás niños si está bien distribuida da la cosa. Vamos a rezar para que Jesús haga un milagro para dar igual a todos. A los que más protestan se les dice que arreglen el reparto de las sillas y luego de las galletas. Le tocará una silla a cada niño y dos galletas.
Luego les preguntamos si está bien distribuida la cosa. ¿Ha habido un milagro?
EL Milagro
No ha habido milagro. Pero yo pienso que ha habido algo muy especial. Los de las galletas hubieran podido quedarse con las galletas e igualmente con las sillas. ¿Y qué han hecho?... (Han compartido con los demás). ¿Qué te gustaría más, tener una galleta o varias?..... (Tener varias). ¿Para qué entonces han compartido?..... (Para que todos tengan igual). ¿Es bueno que uno tenga mucho otro no tenga nada?..... (No). ¿Cómo creen que piensa Dios? ¿Que unos tengan mucho y otros tengan nada o que todos tengan igual?... (Tengan igual). ¿Por eso ustedes han repartido porque todos somos hijos de?....... (Dios). ¿Y amigos de?..... (Jesús). Así que es muy sencillo. Para hacer que todos tengan ¿cómo hay que hacer?.... (Compartir). Exacto. Es muy fácil hacer las matemáticas. Hay tantas galletas y tantos niños y ya sabremos cómo compartir. Pero dentro de nosotros hay algo que hace difícil es compartir. ¿Saben lo que es?... (El egoísmo).
Veamos ahora el problema de la excursión. Ahora piensen en lo que les he contado al comienzo. Había treinta personas que no tenían nada que comer ¿qué solución se habrá tomado?....... (Compartir). Escuchen para enterarse de lo que pasó. Se les avisó a las 70 restantes personas y todos pusieron algo en la mesa para los que no tenían y al final todos tenían suficiente que comer.
Nuestro problema
Ustedes saben que hay niños en nuestra ciudad, en nuestro país y en el mundo entero que no tienen casi nada. Lo único que tienen es la ropa que lleva puesta. Apenas tienen que comer. ¿Ustedes creen que esto le gusta a Dios?.... (No). ¿Vamos a rezar para que Jesús haga un milagro o haremos otra cosa?..... (Haremos otra cosa). Piensen un momento, ¿qué se puede hacer?........ (Repartir). ¿Qué cosa pueden repartir ustedes?... Pregunten también a sus padres acerca de lo que pueden compartir.
Al final de todo se reparten galletas a todos pero de manera desigual. A unos varias, a otros sólo una..
2.2 Catequesis II: El pan del amor- Comprar la felicidad
2.2.1 Meta
Hacer entender a los niños que Jesús con el pan quería regalar algo mucho más grande: su amor.
2.2.2 La Catequesis
Supongamos que yo sea el hombre más rico del mundo y tenga muchas ganas de regalarles todo lo que ustedes deseen. Quiero que ustedes sean felices de verdad. Aquí tengo un montón de vales para que puedan comprar lo que les guste. Qué quisieras tú, por ejemplo (Una bicicleta). Muy bien aquí escribo en el vale una bicicleta para N. N. Por lo pronto lo voy a pegar aquí en la pizarra para que todos puedan ver. (Los vales son de papel negro y se escribe con plumón blanco. ¿Tu qué quieres? Puedes pedir lo que te venga en mente. Yo te daré un vale. (El catequista continúa llenando vales).
La Felicidad
Vamos a ver lo que tenemos aquí en la pizarra. Todas estas cosas ¿les van a hacer felices?... (Sí). ¿Pero serán felices en verdad? Vamos a ver. Si te regalo todo esto y te encierro solo en un cuarto grande, lo vas a probar todo pero luego de un tiempo ¿qué querrás hacer?... (salir). ¿Para estar con quiénes?... (padres, hermanos, amigos). ¿Aunque te diga que sólo podrás salir si dejas las cosas allí? Por eso vamos a ver qué es lo que necesitamos para ser felices. Aquí lo voy a escribir en los vales (tarjetas blancas y se escribe con plumón e rojo). ¿Podemos estar felices solos aunque tengamos todas las cosas que deseemos?... (No). Para poder ser felices, ¿necesitamos a?.. (nuestro padres, hermanos, amigos). Los voy a poner a estos vales en la pizarra. ¿Uno está feliz a cuando te hacen sufrir?
Les voy a contar una historia. Había una vez una clínica supermoderna con todos los adelantos. Ahí cuidaban a los bebés enfermos. Les dieron todos los remedios y lo mejor de comida, pero muchos murieron. Al lado había una hospital un poco pobre y no había tantas cosas pero los niños estaban mucho mejor. Venían los sabios y expertos para estudiar el caso y al final encontraron la solución. En la clínica supermoderna nadie cogía a los niños en sus brazos, les conversaban y los besaba o los acariciaba. Mientras que en el hospital un tanto pobre hacían todo esto.
Los hombres cuando no recibimos amor nos morimos. Imagínense que nadie nos mire con buenos ojos, ¿cómo nos sentiríamos? Tengo un problema. Aunque sea el hombre más rico del mundo, ¿puedo comprar padres, hermanos, amigos?... (no). ¿Puedo comprar amor?... (no). Sólo el amor que es un regalo, que es gratis, ese es verdadero amor. ¿Tú puedes regalar amor?
El evangelio
Jesús ha regalado pan a los hombres en aquel momento. Pero Jesús nos quiere con el evangelio enseñar que nos regala algo a todos. Esto lo saben los niños que han hecho la Primera Comunión. Y en la misa comemos de este pan de amor. Es su cuerpo. ¿Como se llama?... (la Comunión). ¿Y a los niños que no han hecho la Primera Comunión, el Señor no les regala nada? ¿Recuerden el evangelio. Cuando Jesús bajó de la barca, ¿qué sintió?... (Compasión). ¿Contigo y contigo qué es lo que siente aunque te hayas portado mal?... (Compasión). Nuestros padres se molestan con nosotros cuando nos portamos mal, y ¡tienen razón de estar molestos con nosotros! Pero Jesús nunca se molesta. Le da tristeza. Pero, nunca deja de amarnos. Bueno sería si al despertar en la mañana te acordaras que Jesús te ama y le dijeras: "Gracias, Señor, por tu amor". Bueno sería si en la noche antes de dormirte le pidieras perdón por haberlo entristecido por tus pecados y le dijeras: "Gracias, Señor, por tu amor".
Se escribe en un papel la historia siguiente y los niños la llevan a su casa.
Había una vez dos hermanos. Cada uno trabajaba su campo, sembraba y lo cuidaba. Llegó el momento de la cosecha y cortaron el trigo y lo dejaron en el campo para que seque. Y cada uno de ellos se propuso a recoger el trigo el día siguiente. Durante la noche el hermano mayor pensaba: "Mi hermano tiene familia, el necesita más que yo". Se levantó y sacó de tu trigo y lo llevó al campo de su hermano. El hermano menor pensaba en la noche:"Me hermano no tiene familia. ¿Quién le proveerá en su vejez?" Se levantó, cogió de su trigo y lo llevó al campo de su hermano. En la mañana los dos estaban sorprendidos que su montón de trigo seguía igual. Así que la noche siguiente hicieron lo mismo pero esta vez se encontraron en el camino y cada uno se dio cuenta cuánto lo quería su hermano. Se abrazaron felices. Dios los miró desde el cielo y dijo:"Donde hay personas así allí quiero vivir porque este lugar es santo". Dicen que fue el lugar donde se construyó más tarde el templo de Dios.
¿Cómo podemos hacer para que también nuestra casa sea un lugar santo donde Dios quiera vivir? Una buena pregunta para reflexionar en familia.
4.1. Elementos a reforzar
Sugerimos escoger uno que otro elemento como ejemplo de que todo lo que sucede en la Santa Misa es signo de amor de Dios para con los hombres.
Otra alternativa sería hacer una apuesta con los niños por una suma exorbitante que no encontraran nada en la Santa Misa que no nos habla del amor de Jesús.
¿Incidimos sobre la misma cosa sin que se vuelva aburrida? Es tan importante. El niño aprende a conocer al amor de Dios por medio del amor que ve, experimenta y e intercambia con los hombres. El(a) catequista, en los ojos del niño, tiene una relación especial para con Dios. Nosotros mismos podemos aquilatar si nuestra manera de ser facilita al niño a que crea en el amor de Dios.
¿Y nuestra manera de recibir a los niños es un obstáculo o un estímulo respecto al amor de Dios?
Nuestra vida y nuestro corazón a menudo tienen momentos llenos de resentimientos. Rencores abiertos, disimulados y hasta reprimidos en el subconsciente. Para poder dar esta catequesis - y cualquiera en el futuro - deshagámonos de uno de estos rencores..
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar pie al terrible malentendido como si pretendiéremos
colaborar en sustituir la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una
Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al respecto.