Disfruten
de la Palabra Divina de los Domingos tomados
de la mano de los Padres de la Iglesia, de los Santos y Sabios de todos los
tiempos y del Catecismo de la Iglesia Católica (Nota Bene: Los números consignados entre paréntesis ( ) hacen referencia a los números del Catecismo).También puede saltar a: DOMINGO XXII ORDINARIO A “La fe y la cruz
pascual” INDICE A. Comentarios de Sabios y Santos I. LA PALABRA DE DIOS
* Jr 20,7-9: “La Palabra del Señor se volvió oprobio para
mí” * Sal 62,2.3-4.5-6.8-9: “Mi alma está sedienta de ti,
Señor, Dios mío” * Rm 12,1-2: “Ofreceos vosotros mismos como sacrificio
vivo” * Mt 16,21-27: “El que quiera venirse conmigo que se
niegue a sí mismo” A. Comentarios de Sabios y Santos
B. Suplementos
Vea: IGLESIA DEL HOGAR II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO
* El camino de Jesús
y la réplica humana: El anuncio evangélico del domingo pasado comenzaba con la
pregunta: “¿Quién... es el Hijo del hombre?”. El de hoy descubre su destino y
el de aquellos que le siguen: el Misterio Pascual. En el Evangelio del domingo
pasado, Pedro profesó la fe en Jesús, motivado por la revelación del Padre: “Tú
eres el Hijo del Dios vivo”. En el de hoy, Pedro habla según los puntos de
vista humanos: “piensas como los hombres”, le reprocha Jesús. Allí, Jesús le
otorgaba las mayores prerrogativas en la Iglesia. Aquí, le corrige con dureza:
“Quítate de mi vista, Satanás”. Allí dominaban la fe y los dones de Dios para
bien de su Iglesia. Aquí, en cambio, la “poca fe” y las reacciones humanas. * Entonces hizo a los
discípulos el anuncio de la ley pascual: negarse a sí mismo, cargar con la
cruz, para seguir hasta la muerte a Jesús, el resucitado; perder la vida “por
mí”, para encontrarla (1.a Lect.). III. SITUACIÓN HUMANA
* Pedro, olvidado de la
revelación del Padre, es el prototipo de los humanos. No comprende la cruz.
“Dios no lo permita... eso no puede ser”. Nosotros pedimos a Dios con
frecuencia ser liberados de la cruz, sin añadir: “pero no se haga mi voluntad
sino la tuya”. Hacemos todo lo posible para que “eso no pueda pasar...”. Somos
hombres de “poca fe” pascual. IV. LA FE DE LA IGLESIA
* La fe
_ “``Todos los
fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la
vida cristiana y a la perfección de la caridad''(LG 40)” (2013). _ Este programa
señala, también, el mismo camino a todos: “El camino de la
perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate
espiritual. El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que
conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas”
(2015). * La respuesta
_ El cumplimiento de
los mandamientos y la práctica de los consejos: “Más allá de sus
preceptos, la Ley nueva contiene los consejos evangélicos... Los preceptos
están destinados a apartar lo que es incompatible con la caridad. Los consejos
tienen por fin apartar lo que, incluso sin serle contrario, puede constituir un
impedimento al desarrollo de la caridad” (1973). _ No se puede ser
consecuente con el gran don de Dios que es la iniciación cristiana, sin
practicar los consejos; éstos ponen “en forma” al fiel de Cristo:“Los consejos
evangélicos manifiestan la plenitud viva de una caridad que nunca se sacia...
estimulan nuestra prontitud espiritual. La perfección de la Ley nueva consiste
esencialmente en los preceptos del amor de Dios y del prójimo. Los consejos
indican vías más directas, medios más apropiados...” (1974). * El testimonio cristiano
_ “``(Dios) no quiere
que cada uno observe todos los consejos, sino solamente los que son
convenientes según la diversidad de las personas, los tiempos, las ocasiones y
las fuerzas, como la caridad lo requiera. Porque es ésta la que, como reina de
todas las virtudes, de todos los mandamientos, de todos los consejos, y en suma
de todas las leyes y de todas las acciones cristianas, la que da a todos y a
todas rango, orden, tiempo y valor'' (S.
Francisco de Sales, amor 8, 6)” (1974). El centro de gravedad
de Jesús es el Misterio Pascual, que Pedro en un momento de poca fe no acepta.
El centro de gravedad de los seguidores de Jesús es también el Misterio Pascual
del Maestro. La Eucaristía nos incorpora sacramental y existencialmente al
Misterio Pascual. vea:
clerus.org |