Disfruten
de la Palabra Divina de los Domingos tomados
de la mano de los Padres de la Iglesia, de los Santos y Sabios de todos los
tiempos y del Catecismo de la Iglesia Católica (Nota Bene: Los números consignados entre paréntesis ( ) hacen referencia a los números del Catecismo).También puede saltar a: DOMINGO XIV ORDINARIO A “Hacerse pequeño para recibir el Reino” INDICE A. Comentarios de Sabios
y Santos I. LA
PALABRA DE DIOS
* Za 9,9-10: “Tu rey viene pobre a ti” * Sal 144,1-2.8-9.10-11.13-14: “Te ensalzaré,
Dios mío, mi rey” * Rm 8,9.11-13: “Si con el Espíritu dais muerte a
las obras de la carne, viviréis” * Mt 11,25-30: “Soy manso y humilde de corazón” A.
Comentarios de Sabios y Santos
B.
Suplementos
Vea “Iglesia del Hogar” II.
APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO
* En Jesucristo se cumple la profecía de Zacarías: “Mira a tu Rey” (1.a
Lect.). En contraste con los jefes de Israel, políticos y religiosos, y de los
Escribas que oprimían las conciencias con interpretaciones abusivas de la Ley,
Jesucristo proclama que los valores del Reino se dan en los pequeños. Él mismo
es el primero de ellos. La pequeñez, como la sencillez y la humildad, ocultan
la grandeza de su condición regia”. El Rey pobre ofrece ayuda, consuelo y
descanso a los que están agobiados, a los oprimidos por el poder y a los
maestros de Israel (Ev.) * El que tiene el Espíritu de Cristo, con el Espíritu destruye la
autosuficiencia, la soberbia, los egoísmos y ambiciones y mediante la acción
del Espíritu es vivificado y asemejado a Jesús (2.a Lect.). III.
SITUACIÓN HUMANA
* Encontramos en la sociedad actual valores abiertamente enfrentados con el
Evangelio. Lo pequeño, lo que no cuenta, es despreciado. Y esto no es una
obviedad; es dar fe de algo que no ha cambiado nada. Lo que Jesús valoraba
sigue sin estimarse. Lo que descalificaba, ocupa lugares de privilegio. ¿Hay
modos de llegar a un lenguaje en el que podamos entendernos? ¿Es posible que
llamemos valioso o relativo a lo mismo? El caso es que Cristo, con esos
valores, (contravalores para el mundo), lo ha renovado en profundidad. IV. LA
FE DE LA IGLESIA
* La
fe
_ El Reino de Dios revelado a los pequeños: “Los evangelistas han conservado las dos oraciones más explícitas de Cristo
durante su ministerio. Cada una de ellas comienza precisamente con la acción de
gracias. En la primera, Jesús confiesa al Padre, le da gracias y lo bendice
porque ha escondido los misterios del Reino a los que se creen doctos y lo ha
revelado a los 'pequeños' (los pobres de las Bienaventuranzas)” (2603; cf. 544.
2785). * La respuesta
_ La oración confiada: “Este poder del Espíritu que nos introduce en la Oración del Señor se
expresa en las liturgias de Oriente y Occidente con la bella palabra,
típicamente cristiana ``parrhesía'', simplicidad sin desviación, conciencia filial,
seguridad alegre, audacia humilde, certeza de ser amado” (2778). _ Un corazón humilde y confiado que nos hace volver a ser como niños;
porque es a “los pequeños” a los que el Padre se revela (2785). _ “Antes de hacer nuestra la primera exclamación de la Oración del Señor,
conviene purificar humildemente nuestro corazón de ciertas imágenes falsa de
``este mundo''. La humildad nos hace reconocer que ``nadie conoce al Padre,
sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo
quiera revelar'', es decir, ``a los pequeños''” (2779). * El testimonio cristiano
_ “Tú, hombre, no te atrevías a levantar tu cara hacia el cielo, tú bajabas
los ojos hacia la tierra, y de repente has recibido la gracia de Cristo: todos
tus pecados te han sido perdonados. De siervo malo te has convertido en buen hijo... Eleva pues, los ojos hacia
el Padre que te ha rescatado por medio de su Hijo y di: Padre nuestro... Pero no reclames ningún privilegio. No es Padre, de manera especial, más
que de Cristo, mientras que a nosotros nos ha creado. Dí entonces también por
medio de la gracia: Padre nuestro, para merecer ser hijo suyo”. (S. Ambrosio,
sacr. 5. 19) (2783). La no-aceptación de Cristo, no supone solamente rechazar el Reino de Dios;
supone además, despreciar una gran ocasión de encontrar valores verdaderamente
humanos. vea:
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