Domingo 32 del Tiempo Ordinario C - 'Serán como ángeles' - Catequesis preparatoria para niños: preparemos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
Falta un dedo: Celebrarla
Pasaje dominical: Lc 20, 27-38 (Forma abreviada: Lc 20, 27.34-38)
Catequesis
Ejercicio
Se pide a los niños que cuenten lo más hermoso que les haya pasado,
y cuantos más niños hablen, tanto mejor. Después de haber escuchado se
pregunta a todos cuál de estas experiencias les parece la más linda.
Probablemente se suscitará una viva discusión con diversidad de opiniones.
Será necesario presentar criterios que permitan decir cuando una experiencia
es más linda que la otra: cuanto tiempo ha durado la experiencia, cuántas
personas estaban participando, si era una experiencia material, física o
espiritual, etc.
Ahora les contaré una experiencia que ha tenido un monje hace muchísimos
años.
El Monje Félix de Heisterbach
Había una vez un monje que se
llamaba Félix. Vivía en un monasterio, es decir, una casa donde conviven los que
se dedican a la oración y a vivir en comunidad la voluntad de Dios. No
estaba feliz a pesar de su nombre. Tenía un gran problema. Continuamente
paraba pensando cómo era posible pasar toda la eternidad en el cielo sin
aburrirse. Un día pidió permiso a su abad, que es el superior de del
monasterio, y salió de su convento para pasearse en el bosque cercano.
Quería pensar un poco más sobre el asunto. Cuando estaba en el bosque
escuchó a un pajarito que cantaba tan lindo, tan lindo que él se quedaba
como embelesado. El pajarito voló a otro árbol y el monje Félix le siguió
porque no quería perderse ni una sola nota del canto del pajarito. Llegó el
momento en que el pajarito levantó vuelo y desapareció. Félix despertó como
de un sueño. En ese momento escuchó las campanas de su convento que llamaban
al rezo de las vísperas, las oraciones que hacen los monjes por la tarde.
Pensó: "Tengo que apurarme para no llegar tarde". Cuando entró al convento
se sorprendió de ver a un portero distinto del que había visto cuando salió
del convento. Al entrar a la capilla se dio cuenta de que alguien estaba
ocupando su lugar. Se acercó y le pidió al monje ese que le cediese su lugar
pero este contestó que lo ocupaba ya desde hace 20 años. Félix de repente se
dio cuenta de que todos los monjes le eran totalmente desconocidos. Lo
llevaron al abad y el abad sacó los libros gruesos donde estaban apuntados
los nombres de todos los monjes que habían vivido en el convento. Después de
mucho buscar encontraron el nombre de Félix con una anotación que decía que
se trataba de un hombre pensativo que había salido una tarde del convento
para no volver nunca jamás. Y esto hace 300 años. El monje Félix se dio
cuenta que había pasado 300 largos años escuchando el canto de un pajarito y
esto sin aburrirse. ¡Qué maravillosa será entonces la eternidad con Dios!
Cuenta la leyenda que en ese momento murió muy contento y feliz para unirse
a Dios en la eternidad.
La experiencia más bella
Lo hermoso que ustedes han contado ha durado ¿cuánto tiempo?…
(Horas, días). Y el monje Félix ¿cuánto tiempo pasó escuchando al pajarito…
(300 años). Exacto. Y eso que él solamente estaba escuchando el canto de un
pajarito. Ahora bien, en tu casa ¿qué es lo más bonito? ¿Muebles, puertas,
televisión, comida, la cama, las personas?… (Las personas). Es verdad,
porque sin las personas hasta la casa más bella está vacía porque no hay
alegría, no hay cariño. Seguramente ustedes en algún momento lo han sentido.
Al volver a su casa no estaba ni el papá, ni la mamá, ¿Cómo se han sentido?…
(Muy solos). ¿Y cuando volvieron ellos como se han sentido?… (Muy alegres).
Ahora ustedes saben ¿quién es lo más importante en el cielo para que nos
sintamos alegres y felices?… (Dios). ¿Qué vale más para hacernos felices,
las maravillas de toda la creación o el creador?… (El Creador). De manera
que todo lo bonito que vivimos en nuestra vida, aunque sea muy bello, no es
nada en comparación con lo que Dios nos va a dar en el cielo… Durante la
semana vamos a dar gracias cada vez cuando vemos algo bonito o cuando nos
pasa algo bueno o cuando nos acordamos de Dios y del cielo. Porque Dios nos
ama tanto que quiere que estemos con el felices durante toda la eternidad.
¡Qué hermoso es ser cristiano!
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar
pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en sustituir
la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al
respecto.