Domingo 18 del Tiempo Ordinario B - Iglesia del Hogar:
en Familia, como Iglesia doméstica, preparamos la Acogida de la Palabra de Dios
proclamada durante la celebración de la Misa dominical
Recursoso adicionales para la preparación
¿Cómo acoger la Palabra de Dios?
Falta un dedo: Celebrarla
INTRODUCCIÓN A LAS LECTURAS DEL DOMINGO
Primera lectura: Éx 16, 2-4. 12-15
Todos anhelamos ser liberados de las esclavitudes pero muchas veces no queremos asumir los riesgos que entrañan esa libertad conseguida. Como los israelitas hemos experimentado que Dios nos salva. Hemos experimentado que él nos guía. Sin embargo murmuramos descontentos de los designios de Dios. Ojalá que la respuesta de Dios al hambre de todo un pueblo nos llene de confianza de que El nunca nos abandonará. Por eso escuchemos con atención.
Segunda lectura: Ef 4, 17.20-24
Todos los días escuchamos el evangelio del mundo y estamos en peligro de hacer nuestro su mensaje de consumo, de prepotencia y de vanidad. Que las palabras apremiantes de San Pablo nos lleven a la conversión y fortalezcan nuestra defensa porque necesitamos continuamente despojarnos del hombre viejo de la corrupción. Ojalá que esta proclamación sea para ti vida eterna.
Evangelio: Jn 6, 20-24
¿Qué le pides a Dios y que le pides por la intercesión de los santos? ¿Salud, dinero, éxitos? ¿Eres como los judíos que desean de Jesús que continúe haciendo milagros para aliviarles la vida. Atiende las palabras del Señor y comprenderás que no hay que buscar tanto los dones sino a la persona que da estos dones porque tiene cosas muchos más maravillosas que regalarnos.
REFLEXIONEMOS LOS PADRES
Todos los hombres tenemos hambre profunda de lo eterno. El Hijo de Dios nos viene al encuentro también hoy para saciar esta hambre. No nos engañemos. Tenemos que aceptar a Jesús tal como es y no como quisiéramos que sea y actúe según nuestros gustos. Por eso necesitamos pedir perdón por rechazarlo quizás no directamente pero si en las situaciones y las personas que el Señor permite para nuestra vida. Porque el Señor Jesucristo se nos manifiesta cercano en cada circunstancia, situación y persona. Cuando protestamos y murmuramos de la Providencia de Dios lo estamos rechazando a El. Jesús es el pan de vida eterna. Sin embargo buscamos la felicidad muchas veces en las cosas de este mundo. Por eso es tan necesario de buscar continuamente el alimento de la vida eterna. Necesitamos alimentarnos del pan vivo que es Cristo pero también de su palabra por medio de la cual Jesús espiritualmente se nos entrega siempre de nuevo.
REFLEXIONEMOS CON LOS HIJOS
A veces soñamos con tener muchas cosas y pensamos que de esta manera seríamos verdaderamente felices. Nos cuenta una hermosa leyenda que un sultán sumamente rico y poderoso atravesaba las montañas de Persia con una caravana de camellos cargados de riquezas, honores y placeres y seguido de toda su corte. Hizo un alto en el camino e hizo descargar los camellos que llevaban riquísimos dulces y licores y los más diversos y exquisitos manjares. EI sultán prosiguió, en seguida, su camino; mas ya eran menos los que le acompañaban. En la segunda parada mandó descargar los camellos que llevaban los títulos de príncipe, general, conde, marqués... Aún seguían al sultán unos pocos de sus cortesanos. "¡Alto!", dijo de nuevo, y se descargaron los demás camellos, cargados de joyas, oro piedras preciosas. E invitó a los cortesanos que aún le seguían a que recogieran todas aquellas riquezas... Y prosiguió su camino por aquellas ásperas montañas. Creía que ya nadie le seguía, pero sintió pasos, volvió la cabeza y vio junto a sí a uno de sus pajecillos. "¡Cómo! - le dice el sultán -, ¿no te has quedado a recoger los placeres, los honores y riquezas que he repartido a todos mis cortesanos?" EI pajecillo, enardecido por el cariño que le tenía, respondió: "Yo sigo y seguiré siempre a mi señor."
¡Cuántos niños y jóvenes hay que, como los cortesanos, siguen a Jesús por algún tempo y luego le abandonan por un placer, por un honor, por una felicidad pasajera de este mundo... sin suspirar por los bienes imperecederos, eternos! ¡Imita tú al pajecillo! ¡Siempre adelante! ¡No te pares a coger las florecillas del camino! ¡Siempre junto a Jesús! ¡Sin apartarte de EI! ¡Sin abandonarle!
CONEXIÓN EUCARÍSTICA
En la celebración eucarística Jesús no solamente nos regala una abundancia de gracias. Se nos regala a sí mismo en persona en la santa comunión y también en la proclamación de la palabra. Por eso llamamos la santa misa con el nombre de la eucaristía, una palabra griega que significa 'acción de gracias' porque no solamente le agradecemos todos los dones que recibimos durante la semana si no le agradecemos mucho más porque lo podemos recibir en persona..
VIVENCIA FAMILIAR
Reflexionemos en familia de cómo buscar a Jesús sin dejarnos distraer por las cosas de este mundo.
NOS HABLA LA IGLESIA
La Iglesia, por una tradición apostólica que trae su origen del mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que es llamado con razón "día del Señor" o domingo. En este día, los fieles deben reunirse a fin de que, escuchando la Palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recuerden la pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús y den gracias a Dios que nos "hizo renacer a la viva esperanza por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos" (1 Pe 1, 3). Por esto, el domingo es la fiesta primordial que debe presentarse e inculcarse a la piedad de los fieles, de modo que sea también día de alegría y deliberación del trabajo. No se le anteponga otras solemnidades, a no ser que sean, de veras, de suma importancia, puesto que el domingo es el fundamento y el núcleo de todo el año litúrgico. (Vaticano II, Constitución sobre la sagrada liturgia 106).
LEAMOS LA BIBLIA CON LA IGLESIA
Año impar | Año par | ||||
L. |
Num 11, 4b-15 |
S. 80 |
Jer 28,1-17 |
S. 118 |
Mt 14, 13-21 |
M. |
Num 12, 1—13 |
S. 50 |
Jer 20, 1-2.12-15.18-22 |
S. 101 |
Mt 14, 22-36 |
M. |
Num 13, 2-3a .26 -14, 1.26-30.34-35 |
S.105 |
Jer 31,1-7 |
S. Jr 31, 10-13 |
Mt 15, 21-26 |
J. |
Num 20,1-13 |
S. 94 |
Jer 31, 31-34 |
S. 50 |
Mt 16, 13-23 |
V. |
Deut 4, 32-40 |
S. 76 |
Nah 1, 15; 2, 2; 3, 1-3.6-7 |
S. Dt 32, 35cd-36ab.39.41 |
Mt 16, 24-28 |
S. |
Deut 6, 4-13 |
S.147 |
Hab 1, 12-2, 4 |
S. 9 |
Mt 18, 14-19 |
ORACIONES
Oración Universal para todo lo concerniente a la salvación
Creo, Señor: fortalece mi fe, espero, Señor : inflama mi amor ; pésame, Señor : aumenta mi arrepentimiento.
Te adoro como a primer principio, te deseo como a último fin, te alabo como a bienhechor perpetuo, te invoco como a defensor propicio.
Dirígeme con tu sabiduría, contenme con tu justicia, consuélame con tu clemencia, corrígeme con tu poder. Te ofrezco, Dios mío, mis pensamientos para pensar en Ti, mis obras para obrar según Tú, mis trabajos para padecerlos por Ti.
Quiero lo que Tú quieres, lo quiero porque lo que quieres, lo quiero como lo quieres, lo quiero en cuanto lo quieres.
Te ruego, Señor, que alumbres mi entendimiento, abrases mi voluntad, purifiques mi cuerpo y santifiques mi alma.
No me inficione la soberbia, no me altere la adulación, no me engañe el mundo, no me prenda en sus redes el demonio.
Concédeme la gracia de depurar la memoria, de refrenar la lengua, de recoger la vista, y mortificar los ?sentidos.
Llore las iniquidades pasadas, rechace las tentaciones futuras, corrija las inclinaciones ?viciosas, cultive las virtudes que me son necesarias.
Concédeme, Dios mío amor a Ti, odio a mí, celo del prójimo, desprecio del mundo.
Haz que procure obedecer a los superiores, atender a los inferiores, favorecer a los amigos, perdonar a los enemigos.
Venza el deleite con la mortificación, la avaricia con la largueza, la ira con la mansedumbre, la tibieza con el fervor.
Hazme prudente en las determinaciones, constante en los peligros, paciente en las adversidades, humilde en las prosperidades.
Haz, Señor, que sea en la oración fervoroso, en la comida sobrio, en el cumplimiento de mis deberes diligente, en los propósitos constante.
Concédeme que trabaje por alcanzar la santidad interior, la modestia exterior, una conducta edificante, un proceder arreglado.
Que me aplique con diligencia a domar la naturaleza, a corresponder a la gracia, a guardar tu ley y merecer mi salvación.
Que consiga la santidad con la confesión sincera de mis pecados, con la participación devota del cuerpo de Cristo, con el continuo recogimiento del espíritu, con la pura intención del corazón. Dame a conocer, Dios mío, cuán frágil es lo terreno, cuán grande lo celestial y divino, cuan breve lo temporal, cuán duradero lo eterno.
Haz que me prepare para la muerte, que tema el juicio, evite el infierno, y alcance la gloria del Paraíso.
Por nuestro Señor Jesucristo. - Amén.
Papa Clemente XI
¿Podré yo, como lo aconseja San Benito Abad en su Regla incomparable, "Amar a Cristo sobre todas las cosas. Nihil amori Christi praeponere.?
Compilada por José Gálvez Krüger para Aci Prensa y la Enciclopedia Católica.
Por todos
No te pido por mí,
todo me diste…
Te pido por los ciegos
y los tristes…
Por aquel que le faltó el valor
cuando estaba al cuajar el fruto de su flor.
Y por la madre que encontrará un día
la cuna de su amor siempre vacía.
Por el débil, el pobre, el desechado,
¡que el mundo en su locura ha olvidado!
Y por aquel que dijo: "Yo dudé."
¡Tú tienes medios de salvar su fe!
Por ese ciervo herido, caminante,
con su mudo dolor, fiero y constante.
Te pido por los niños inocentes,
para que brille el sol sobre su frente.
Por tantos sueños muertos
y tanta dicha breve,
convertidos en agua, cual la nieve.
Señor,
que conoces los misterios de todos los destinos,
¡ayúdame a encontrarte por todos los caminos!
AMEN
Tú que eres Cordero
Que hablas con bondad pero con contundencia.
¡Muéstranos el camino hacia el Padre!
Tú que eres Cordero de Dios
y buscas verdes valles y fértiles.
¡Llévanos al alimento de la vida eterna!
Tú que eres Cordero de mira con ojos humildes.
¡Haznos entender que la humildad
es camino para mirar a Dios!
Tú que eres Cordero que sigue al Padre.
¡Haznos caminar detrás de ti, Buen Pastor!
Tú que eres Cordero que, al abrazarlo, quita todo pecado.
¡Apártanos de todo aquello
que estorba nuestra dignidad!
Tú que eres Cordero de Dios que se sacrifica para siempre.
¡Haznos ser agradecidos por tanto que Tú nos das!
¡Tú que eres Cordero de Dios que disfruta caminando en un solo rebaño!
¡Invítanos a orar para que la Iglesia sea una!
¡Tú que eres Cordero que, al comerlo, alimenta y contenta!
¡Que comprendamos el misterio de cada Eucaristía!
¡Tú que eres Cordero humilde, pacífico y profético!
¡Que no olvidemos que la paz y nuestra voz
han de ser vida y altavoz de nuestra vida cristiana!
Amén.
P. Javier Leoz