Domingo 21 del Tiempo Ordinario A - 'Edificaré mi Iglesia' - Iglesia del Hogar: en Familia, como Iglesia doméstica, preparamos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
1. PASAJES DOMINICALES
PRIMERA LECTURA Is
22,19-23
SEGUNDA LECTURA 11, 33-36
Evangelio Mt 16, 13-20
2. REFLEXIONEMOS
2.1 Los padres
2.2 REFLEXIONEMOS CON LOS HIJOS
3. Elementos a reforzar en la liturgia
4. Vivencia Familiar
5. Nos habla la Iglesia
6. Leamos la Biblia con la Iglesia
7. ORACIONES
Falta un dedo: Celebrarla
1. PASAJES DOMINICALES
PRIMERA LECTURA Is 22,19-23 (Pasaje)
El oráculo se refiere al rnayordomo del palacio real (vea vv.15-16). Por su pecado sera' destituido. Dios nombrará a otro. La imagen de la llave que significa poder, autoridad. Jesu's la utiliza para instituir a su administrador fiel -(Apc 3,7)
SEGUNDA LECTURA 11, 33-36 (Pasaje)
Dios quiere la salvación de todos los hombres. Pero sus planes son incomprensibles para el hombre. Así el apóstol puede solamente expresar alabanza y gratitud.
Evangelio Mt 16, 13-20 (Pasaje)
Este pasaje describe 3 fases de la fe: la gente - ustedes - Simón. (vv.13.15-16). Si los discípulos han entendido las enseñanzas de Cristo, entonces deben saber quien es Jesús. Pedro proclama la fe en nombre de los discípulos. Jesús confirma la fe de Pedro. Pedro reconoce el titulo oficial de Jesús y Jesús lo confirma con un titulo de representante suyo.
2. REFLEXIONEMOS
2.1 Los padres
¿Por qué hablamos mal de la jerarquía? Pensar en el Papa y los obispos provoca en los católicos reacciones encontradas y de distinto tipo: indiferencia, reverencia ciega, oposición, crítica, escándalo. Porque hay una distancia enorme entre el católico y su obispo. Muchos ni siquiera se acuerdan del que es garante de la unión con la Iglesia universal, mucho menos piensa en rezar por él. El Papa es una figura remota, un viejito que “no entiende los tiempos modernos”, especialmente cuando dice algo que es de nuestro desagrado. También decimos que no se da cuenta de lo que pasa en la Iglesia. Y le achacamos cuando no dice algo que nosotros pensamos que algo debe decirse en este momento y de la manera que preferimos nosotros. El panorama se complica cuando con su autoridad la jerarquía tiene que mandar algo que dificulta nuestra vida o por lo menos nos aclara que estamos del lado contrario.
La jerarquía es una institución querida por Cristo. Son humanos y por lo tanto débiles, pueden ser simpáticos o no. No pueden conducir a su Iglesia al error. Ellos están para servir a los fieles con su autoridad. Ni la "democratización" de la Iglesia puede abolir su función.
El cristiano reconoce su función y su autoridad en la Iglesia como necesaria. Esto no significa que no pueda haber un franco diálogo con los pastores de la Iglesia. Es más: debe haberlo si quieren desempeñar su función correctamente.
En realidad es tranquilizador que alguien me pueda decir con autoridad lo que está bien y lo que está mal, lo que es verdad y lo que no lo es. No me quitará mi responsabilidad de buscar la verdad de Dios en mi vida, pero me da la seguridad de estar unido a la Iglesia. Hay algo más: Existen comunidades cristianas que tratan de vivir su fe y su compromiso. A veces son incómodas. Pero también muchas veces son estos pequeños grupos que estimulan, animan y dinamizan la vivencia de la Iglesia. ¿Quién me asegura que son auténticamente católicas? El Papa y los obispos. ¿Quién me asegura que tal o tal doctrina viene de Dios? El Papa y los obispos. ¿Quién me asegura que tal o tal comportamiento es reñido con la moral cristiana? El Papa y los obispos. Basta mirar la innumerable cantidad de sectas para convencerse que Jesucristo ha querido la jerarquía. Recemos por el Papa y los obispos.
2.2 REFLEXIONEMOS CON LOS HIJOS
Los padres tratamos de formar lo mejor posible a los hijos para que sepan distinguir entre el bien y el mal y para que hagan siempre el bien. Los padres podemos equivocarnos. Por eso conversamos entre nosotros, escuchamos a la Iglesia y la Palabra de Dios, leemos, preguntamos a los expertos y así tratamos siempre de hacer la verdad de las cosas. Estamos muy contentos de pertenecer a la Iglesia. Porque con lo complicada que es la vida ahora, a veces uno no está seguro cuál es la verdad. Es maravilloso que por encargo de Cristo, la Iglesia nos conduzca a la verdad. Es como sentirse seguro de estar en buen camino cuando uno va a un lugar desconocido. Por eso hemos de rezar frecuentemente por el Papa y por los obispos.
3. Elementos a reforzar en la liturgia
Jesús ha rezado por Pedro (Lc 22,32). Durante la Misa rezamos por el Papa y por todos los que tienen autoridad en la Iglesia. Porque tienen la responsabilidad de dirigir y orientar a la Iglesia. ¿Somos concientes de nuestra responsabilidad en la Iglesia, ante todo en la Iglesia local que es la comunidad parroquial con la que celebramos la eucaristía?
4. Vivencia Familiar
Primera decisión: Dejar de hablar mal del Papa, de los obispos y sacerdotes. Segunda decisión: rezar con los hijos. Tercera decisión: conseguir la foto del Papa y del Obispo y colocarlas en un sitio de honor en la casa. (Suponemos que sólo tiene hacer número 2 y 3, ¿verdad?)
5. Nos habla la Iglesia
Quien mejor ha expresado las consecuencias teológicas de las promesas hechas
por Cristo a Kephas-Petros es el Concilio Vaticano II en su Constitución
Dogmática “Lumen Gentium”. Allí se expresa lo que es Pedro y sus sucesores,
el Romano Pont��fice, para la Iglesia Católica. Dice el documento: “El Romano
Pontífice tiene sobre la Iglesia, en virtud de su cargo, es decir, como
Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia, plena, suprema y universal
potestad, que puede siempre ejercer libremente” (LG, 22).
“El Romano Pontífice, como sucesor de Pedro, es el principio y fundamento
perpetuo y visible de unidad así de los Obispos como de la multitud de los
fieles” (LG,23).
“Este obsequio religioso de la voluntad y del entendimiento de modo
particular ha de ser prestado al magisterio auténtico del Romano Pontífice
aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con
reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se preste adhesión al
parecer expresado por él, según su manifiesta mente y voluntad, que se
colige principalmente ya sea por la índole de los documentos, ya sea por la
frecuente proposición de la misma doctrina, ya sea por la forma de decirlo”
(LG, 25).
“Esta infalibilidad que el divino Redentor quiso que tuviese su Iglesia
cuando define la doctrina de fe y costumbres, se extiende tanto cuanto
abarca el depósito de la Revelación, que debe ser custodiado santamente y
expresado con fidelidad. El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio episcopal,
goza de esta misma infalibilidad en razón de su oficio cuando, como supremo
pastor y doctor de todos los fieles, que confirma en la fe a sus hermanos
(cf. Lc 22,32), proclama de una forma definitiva la doctrina de fe y
costumbres. Por esto se afirma, con razón, que sus definiciones son
irreformables por sí mismas y no por el consentimiento de la Iglesia, por
haber sido proclamadas bajo la asistencia del Espíritu Santo, prometida a él
en la persona de San Pedro, y no necesitan de ninguna aprobación de otros ni
admiten tampoco apelación a otro tribunal. Porque en esos casos, el Romano
Pontífice no da una sentencia como persona privada, sino que, en calidad de
maestro supremo de la Iglesia universal, en quien singularmente reside el
carisma de la infalibilidad de la Iglesia misma, expone o defiende la
doctrina de la fe católica” (LG, 25).
“El Señor estableció solamente a Simón como roca y portador de las llaves de
la Iglesia (Mt 16,18-19) y le constituyó Pastor de toda su grey (cf. Jn 21,
15 ss); pero el oficio de atar y desatar dado a Pedro (cf. Mt 16,19) consta
que fue dado también al Colegio de los Apóstoles unido a su Cabeza (cf. Mt
18, 18; 28,16-20)” (LG, 22)
6. Leamos la Biblia con la Iglesia
|
Lunes |
I 1 Tes. 1, 15-8b-10 |
II 2 Tes. l, 1-5.11b-12 |
Mt 23, 13-22 |
|
Martes |
I 1 Tes. 2, 1-8 |
II 2 TES 2, l-3ª.13-17 |
Mt 23, 23-26 |
|
Niercoles |
I 1 TES 2, 9-13 |
II 2 TES 3, 6-10.16-18 |
Mt 23, 27-32 |
|
Jueves |
I 1 Tes. 2, 9-13 |
II 1 Cor 1, 1-9 |
Mt 24, 42-51, |
|
Viernes |
I 1 TES 4, 1-8 |
II 1 Corl, 17-25 |
Mt 25, 1-11 |
|
Sabado |
I 1 TES 4, 9-11 |
II 1 Cor 1, 26-31 |
Mt 25, 14-30 |
7. ORACIONES
Oración por el obispo de mi diócesis
Oh Dios, Pastor y Guía de todos los fieles, mira con benevolencia a tu siervo, nuestro obispo que has colocado al frente de nuestra diócesis. Concédele, te pedimos, la gracia de hacernos progresar con sus palabras y con su ejemplo, para que de esta manera goce un día de la vida eterna, con todos cuantos le han sido confiados. Por Cristo nuestro Señor.