Domingo 3 del Tiempo Ordinario A - 'Los llamó y le siguieron': Catequesis preparatoria para niños, preparemos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
Falta un dedo: Celebrarla
1. Pasaje dominical Mt 4, 12-23
2. Catequesis: Hay que oír el llamado
Meta
Esta catequesis quiere ayudar a los niños a escuchar el llamado de Dios
Ejercicio
El catequista ha apuntado todos los nombres de los niños presentes. Les cuenta la historia del niño sordo y luego comienza a llamar con voz muy queda (baja) a los niños uno por uno. Éstos responden también a voz baja: “Sí, quiero venir”, o algo similar que exprese la disposición de escuchar y de seguir. Se colocan alrededor de la cruz o algún otro símbolo que manifieste la presencia de Dios. Todo se hace con el mayor silencio para dar solemnidad al ejercicio.
El niño sordo
Había una vez un niño al que le gustaba muchísimo la música y cuanto más fuerte mejor. Así que tenía prendida la radio todo el santo día y con un volumen ensordecedor que hacía imposible cualquier conversación con él. Cuando alguien le decía algo siempre respondió gritando: “¿Qué dices?”. Porque no entendían nada por causa del ruido de la radio. Un día se dio cuenta que toda la casa estaba vacía. Que no había nadie en casa. Recorrió todas las habitaciones para mirar si estaba presente algún miembro de la familia. Pero no había nadie. Todo triste apagó la radio y se sentó a esperar a que vuelvan. Y pasaban horas y horas. Recién cuando oscureció regreso la familia y los hermanitos contaron excitados todo lo que habían visto y oído, todo lo que habían vivido. Porque había sido una excursión maravillosa como nunca la habían vivido. El niño les dijo que por qué no le habían avisado para ir también. Dijeron que se lo había dicho pero que no los había escuchado por el ruido.
¿Para poder oír qué cosa hubiera tenido que hacer el niño?… (Apagar la radio). Es que estaba sordo a la invitación. Vamos ahora a hacer un ejercicio para ver si ustedes son sordos o si escuchan de verdad. No voy hablar fuerte sino con voz baja y ustedes contestan también con voz baja y se vienen con mucho silencio hasta aquí. (Se realiza el ejercicio arriba descrito). Y ahora vamos a leer el Evangelio.
Se lee el Evangelio.
Jesús nos llama también a nosotros
Jesús nos llama de a nosotros también no se puede escuchar su voz. Sin embargo, Él tiene muchas maneras de hablarnos. ¿Cómo lo hace?… (Por la Biblia, por los sacerdotes, por las situaciones, por nuestros padres, por la conciencia, etc.). Ahora vamos a hacer otro ejercicio para ver si ustedes pueden escuchar a Jesús. Vamos a formar cuatro grupos y le daré a cada uno una tarjeta que describe una situación. Ustedes van a escribir al pie de la tarjeta lo que les diría Jesús. Cuando están listos traigan la tarjeta aquí y vamos al leerla para todos.
Tarjeta 1 Alguien te ha insultado y escupido. Luego viene y te pide perdón. Jesús se llama para que hagas ¿?…
Tarjeta 2 Hay un niño en tu sección del colegio y nadie quiere jugar con él. Jesús te llama a que hagas ¿?…
Tarjeta 3 Un niño tiene muchas, no hay caño de agua cerca pero si hay un estándar para comprar gaseosas. Tu tienes dinero. Jesús te llama para que hagas ¿?…
Tarjeta 4 Tu hermano ha roto un juguete tuyo. Te promete de no hacerlo nunca más. Y te pide que le prestes otro juguete. Jesús te llama a que hagas ¿?…
Después de haber leído las respuestas:
Dos cosas:
Muchas veces no escuchamos la invitación de Jesús porque estamos pensando solamente en lo nuestro, somos egoístas o estamos con cólera o estamos con envidia, etc. Es como si estuviera prendida una radio fuerte en nuestro corazón.
Seguramente ustedes habrán vivido y recordarán
muchas otras oportunidades cuando Jesús los ha llamado. Vamos a pensar en
silencio un momento cuáles serán las oportunidades cuando Jesús nos llama
durante esta semana.… Podemos hacer una lista para ayudarnos mutuamente.
3. El niño
Muchas veces los niños preguntan “¿Por qué Jesús no
me habla?”. Y los buenos padres y catequistas no saben cómo contestar. Es
que no tenemos cultura de corazón. Sabemos que Dios nos habla por medio de
la conciencia pero muchas veces no lo tomamos en serio. Haga el intento con
los niños. Pónganse todos en actitud de oración y pidan a Jesús que les
hable a cada uno en su corazón. Luego se hace un gran silencio para que los
niños puedan escuchar “por dentro”. Después se les pregunta lo que Jesús les
ha dicho. Habrá más que una sorpresa.
4. Condición previa
San Agustín describe su búsqueda de Dios y anota cómo ha buscado por todas partes: los bosques, las montañas, el mar, etcétera. Lo encontró por fin cuando entró en su corazón. Desde el bautismo el Espíritu de Jesús mora en nuestro corazón. Ha hecho de nosotros su templo. ¿Cómo no nos va a hablar? Es que vamos tan deprisa que no hay tiempo para escuchar porque Dios nos habla por medio del silencio. No discuto que también nos habla por medio de los acontecimientos de todos los días, por las personas que nos rodean. Pero es mi experiencia que cuando no pongo silencio en mi corazón para que me pueda hablar tampoco me hablan claramente los acontecimientos y las personas acerca de Dios porque me quedo en la superficie.
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar
pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en sustituir
la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al
respecto.