Domingo 29 del Tiempo Ordinario A - 'Al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios' - Iglesia del Hogar: en Familia, como Iglesia doméstica, preparamos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
Contenido
1.1 Primera Lectura: Isaías 45,1 .5-6)
2. Segunda Lectura: Tesalonicenses 1, l-
3.- Evangelio: Mateo 22,15-21)
6. Leamos la Biblia con la
Iglesia
7. 1 Por la Patria o por la ciudad
7.3 Por los que padecen hambre
Falta un dedo: Celebrarla
1.1 Primera
Lectura: Isaías
45,1.4-6:
“Llevó de la mano a Ciro para doblegar ante él las naciones”
Hace poco leí la Carta de San Clemente a los Corintios. El es uno de los testigos de la vida cristiana en el primer siglo. Lo que me impactó especialmente era la oración por los gobernantes. Hay que saber que estaban todavía frescos los recuerdos de la persecución de Nerón que hizo quemar vivos a muchos cristianos. Sin embargo, la oración por los que ostentan el poder carece de todo resentimiento o rencor. Subraya varias veces que toda autoridad viene de Dios. La lectura de Isaías anda en la misma dirección. El profeta habla de un rey pagano, que es instrumento de los planes de Dios. Por medio él Dios realiza sus designios de salvación para con el pueblo escogido. Esto no es canonizar a todo gobernantes. Los hay muy malos. Sin embargo, su deficiencia moral o incapacidad no autoriza al cristiano a poner en duda la autoridad y las leyes en general. Porque hay cristianos que, al descubrir que un gobernante es malo, utilizan este hecho como justificación para decretar para sí mismos una amnistía ante la ley y tributos. Nadie ni nada escapa de los planes de Dios. Mejor preguntarse: "¿Qué es lo que Dios nos quiere enseñar?", para luego actuar correspondientemente. Porque también los malos al fin y al cabo sirven para llevar adelante los designios de Dios. Revisemos un poco nuestra actitud antes el estado y a autoridad. La política no es automáticamente un juego sucio. También ahí Dios quiere salvar ‘y liberar. A lo mejor te quiere animar que, por lo menos, reces por los políticos.
2. Segunda
Lectura: Primera Tesalonicenses
1Ts 1,1-5b:
“Recordamos vuestra fe, esperanza y caridad”
Al leer esta lectura ustedes pueden pensar automáticamente en su comunidad parroquial. San Pablo nos presenta la comunidad de Tesalónica como una comunidad de fe y esperanza que soporta con paciencia s los sufrimientos, como una comunidad poseída enteramente por el Espíritu Santo; como una comunidad de elegidos, elección se evidencia por manifestaciones poderosas de Dios.
Los cristianos que somos más bien pesimistas, seguramente carecemos de fe. Dios sigue actuando como en aquel entonces. No lloremos tampoco la situación de minoría que vivimos los cristianos comprometidos. Es cierto lo de ’’Cristo + yo = mayoría aplastante". Con todo utilice este pasaje como base de una oración por su comunidad parroquial. Sospecho que las parroquias no son lo que deberían ser porque no se reza lo suficiente.
3.-
Evangelio: *
Mateo 22,15-21:
“Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”
Nos gusta reírnos cuando la gente cae en la trampa. Los dibujos animados viven de esta actitud humana a querer reírse de los demás. ¿Será para sentirnos superiores? Pero toda alegría se acaba abruptamente cuando nos toca a nosotros. Ahí el humor nos deja de manera abrupta cuando estamos disgustados.
Parece ya un dogma general que la política vive de la trampa; dicen que es un juego necesariamente sucio. El evangelio de hoy nos va a desengañar. Le hacen una trampa a Jesús y Jesús de manera genial eleva la disputa a un nivel de reacción humana ante la presencia de Dios. Para comprender este pasaje, tenemos que tener presente que los judíos estaban bajo la opresión romana. Las fuerzas ocupatorias fomentaban el culto a los ídolos. Para colmo, las monedas traían la imagen del emperador odiado que en aquel tiempo se hacía adorar como dios. Igualmente se tenía la costumbre de marcar con la imagen del césar todo lo que pertenecía al estado. Todo lo que estaba así marcado había que devolverlo a su dueño. La respuesta de Jesús entraña una doble ironía: Ustedes tienen algo que le pertenece al César. Hay que devolvérselo. Y hay devolver a Dios lo que es de Dios’. ¿Hay algo que no sea de El?
Vale la pena continuar con esta reflexión sobre el cristiano y el estado. Los hombres vivimos en una sociedad en que la lengua, la amistad, raza, estilo de vida, dependencia y responsabilidad son otros tantos lazos que nos unen unos con otros. La forma organizada de esta sociedad es el estado.
La Sagrada Escritura exige como una actitud del cristiano frente al estado lealtad, colaboración y obediencia. ‘‘Sométanse todos a las autoridades que ejercen el poder. Porque no hay autoridad sino por Dios; y las que existen, por Dios han sido establecidas’’ (Rm 15,1) ¿Qué significan estas palabras de san Pablo?
Significan que la obediencia a las leyes del Estado, relacionadas con derechos y deberes, comercio y tráfico, etc., son un deber para con Dios. No hay que entender esto como si las autoridades (superiores) hubiesen sido nombradas por Dios. Pero es Dios quien ha puesto al hombre en situación no sólo de crecer en la obediencia a sus padres, sino también de vivir siempre en lealtad ante comunidad estatal y a la autoridad que manda en ella. Sólo así florecen el orden, la paz y la armonía; cosas, por ende, que corresponden al espíritu de Dios.
El servicio debido a la patria puede exigir sacrificios. En casos de catástrofes, epidemias o agresiones se movilizan todas las fuerzas de la sociedad. Muchos ciudadanos dan su vida. Nos sentimos más solidarios que nunca.
En tiempo de paz, el pago de los impuestos es uno de los deberes más importantes. Algunos se sustraen a sus responsabilidades en este terreno. Con ello agravan fatalmente las cargas de los demás, cuyos ingresos y bienes imponibles pueden ser vigilados exactamente. Los impuestos deberían pagarse en la medida que determine el Estado. San Pablo escribe: ‘‘Por lo tanto, es necesario someterse, no sólo por el temor el castigo, sino también por deber de conciencia. Y por eso mismo pagadles también tributos; pues son funcionarios de Dios para dedicarse asiduamente a este oficio" (La última Frase ha de entenderse, naturalmente, de modo semejante a la antes citada de Rom 13,1s).
Catecismo Holandés
En nuestros días, la unidad de todos los hombres comienza a tomar formas universales. Esta tendencia está aún en sus comienzos y tropieza con numerosos dificultades y retrocesos. La Iglesia no puede quedarse indiferente ante ella, pues están en la línea de su mensaje. La Iglesia, que considera corno misión suya la unidad de los hombres y la paz como su ideal, cree que esta unidad es un gran bien. La desunión es signo del pecado, la unidad, signo del Espíritu Santo (cfr. Pentecostés). Por eso recomienda el Concilio Vaticano II la cooperación internacional en todos los órdenes. Y dice de ella que es el camino para la paz mundial. ¿Hablar con los hijos sobre la política internacional? Los hijos necesitan una palabra también sobre esto. Y, ya que tienen que prepararse a asumir más tarde como adultos su papel en la sociedad, es muy conveniente reflexionar sobre los problemas de la desunión que hay en familia. El que aprendan a solucionarlos cristianamente en familia sabrá más tarde actuar cristianamente también en la política internacional.
Existe un malentendido cristiano que, si no pretende separar el reino de Dios del mundo como si se tratara de dos realidades distintas y separadas, por lo menos cree que cada una se rige por normas distintas que no tienen que ver nada las unas con las otras. Cristo quiere estar presente en la oración y en el trabajo, en la privacidad del hogar y en la vida publica. Todas estas realidades son resumidas y consagradas por el sacrificio de la misa. Siguiendo el ejemplo de los apóstoles la Iglesia se complace en rezar asiduamente por los gobernantes para Dios se manifieste también en ellos.
- Sugerimos que en los momentos de oración espontánea familiar se ore de vez en cuando por la patria y por los que rigen los destinos de los pueblos.
- Los padres deberían cuidar un poco más su modo de hablar delante de los niños menores que aún no saben distinguir entre lo institucional y lo personal.
En los últimos años se advierte un deterioro creciente del cuadro político-social en nuestros países. En ellos se experimenta el peso de las crisis institucionales u económicas y claros síntomas de corrupción y violencia. Dicha violencia es generada y fomentada, tanto por la injusticia, que se puede tornar institucionalizada en diversos sistemas sociales, políticos y económicos, como por las ideologías que la convierten en medio para la conquista del poder. Esto último provoca, a su vez, la proliferación de regímenes de fuerza, muchas veces inspirados en la ideología de la Seguridad Nacional.
La Iglesia como Madre y Maestra, experta en humanidad, debe discernir desde el Evangelio y su enseñanza social las situaciones, los sistemas, las ideologías y la vida política del continente. Debe hacerlo, aún sabiendo que se intenta instrumentalizar su mensaje.
Por eso, por la luz de su palabra sobre la política y las ideologías, como un servicio más a los pueblos y como guía orientadora y segura para cuantos, de un modo u otro, deben asumir responsabilidades sociales.
Evangelización Y Política
La dimensión política, constitutiva del hombre, representa un aspecto relevante de la convivencia humana. Posee un aspecto englobante, porque tiene como fin el bien común de la sociedad. Pero no por ello agota la realidad de las relaciones sociales.
La fe cristiana no desprecia la actividad política; por el contrario, la valorizo y la tiene en alta estima. La Iglesia, hablando todavía en general, sin distinguir el papel que compete a sus diversos miembros, siente como su deber y derecho estar presente en este campo de la realidad: porque el cristianismo debe evangelizar la totalidad de la existencia humana, incluida la dimensión política. Critica por esto, a quienes tienden a reducir el espacio de la fe a la vida personal o familiar, excluyendo el orden profesional, económico, social, político, como si el pecado, el amor, la oración y le perdón no tuviesen allí relevancia.
En efecto, la necesidad de la presencia de la Iglesia en lo político, proviene de lo más íntimo de la fe cristiana: del señorío de Cristo que se extiende a toda la vida. Cristo sella la definitiva hermandad de la humanidad; cada hombre vale tanto como otro: ‘Todos ustedes son uno en Cristo .Jesús'.
Del mensaje integral de Cristo se deriva una antropología y te originales que abarcan "la vida concreta, personal y social del hombre" (EN 29). Es un mensaje que libera porque la Iglesia reconoce la debida autonomía de lo temporal lo que vale para los gobiernos, partidos y demás grupos en el campo social y político. El fin que el Señor asignó a su Iglesia es de orden religioso y, por lo tanto, al intervenir en este campo no la anima ninguna intención de orden político, económico o social .Pero de esta misma misión religiosa derivan funciones, luces y energías que pueden servir para establecer y consolidar la comunidad humana según la providencia divina. Porque salva de la esclavitud del pecado, raíz y fuente de toda opresión, injusticia y discriminación. Estas son algunas de las razones de la presencia de la Iglesia en el campo de lo político, para iluminar las conciencias y anunciar una palabra transformadora de la sociedad (cfr. GS 42).
Le interesa especialmente distinguir en este campo de la política aquello que corresponde a los laicos, lo que compete a los religiosos y lo que compete a los ministros de la unidad de la Iglesia, el Obispo con su presbiterio.
(Cfr. Puebla 507-520)
Si les interesa leer un poco más sobre este tema tan apasionante lea d los siguientes números del documento de Puebla
6. Leamos la
Biblia con la Iglesia
Semana 28 - Sábado |
Rom 4:13, 16-18 |
Sl 105:6-7, 8-9, 42-43 |
Ef 1:15-23 |
Sl 8:2-3, 4-5, 6-7 |
Lc 12:8-12 |
Semana 29 - Lunes |
Rom 4:20-25 |
Lc 1:69-70, 71-72, 73, 75 |
Ef 2:1-10 |
Sl 100:2, 3, 4, 5 |
Lc 12:13-21 |
Semana 29 - Martes |
Rom 5:12, 15, 17-19, 20-21 |
Sl 40:7-8, 89, 10, 17 |
Ef 2:12-22 |
Sl 85:9-10, 11-12, 13-14 |
Lc 12:35-38 |
Semana 29 -Miércoles |
Rom 6:12-18 |
Sl 124:1-3, 4-6, 7-8 |
Ef 3:2-12 |
Is 12:2-3, 4, 5-6 |
Lc 12:39-48 |
Semana 29 - Jueves |
Rom 6:19-23 |
Sl 1:1-2, 3, 4, 6 |
Ef 3:14-21 |
Sl 33:1-2, 4-5, 11-12, 18-19 |
Lc 12:49-53 |
Semana 29 - Viernes |
Rom 7:18-25 |
Sl 119:66, 68, 76, 77, 93, 94 |
Ef 4:1-6 |
Sl 24:1-2, 3-4, 5-6 |
Lc 12:54-59 |
Semana 29 - Sábado |
Rom 8:1-11 |
Sl 24:1-2, 3-4, 5-6 |
Ef 4:7-16 |
Sl 122:1-2, 3-4, 4-5 |
Lc 13:1-9 |
7. 1 Por la Patria o por la ciudad
Dios, Padre nuestro, que con admirable providencia gobiernas al mundo; te pedimos por la patria, para que la sabiduría de sus autoridades y sus ciudadanos robustezcan la concordia y la justicia, y podamos vivir en un progreso constante. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Dios todopoderoso y eterno, que tienes en tu mano los derechos de los pueblos; mira con piedad a los que nos gobiernan en la tierra. Bendícelos e ilumínalos. Atiende nuestras autoridades. Concede la honestidad en los corazones de los hombres y de los que gobiernan, para que reinen en todos la libertad y la unión. Concédenos, por tu misericordia, prosperidad y paz. Por Cristo, nuestro Señor, Amén.
7.3 Por los que padecen hambre
Dios bueno y todopoderoso, que atiendes con amor las necesidades de tus creaturas; concédenos amar eficazmente a los hermanos que carecen de alimento para que, desterrada el hambre de la tierra, puedan servirte con libertad y alegría. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
.
Oh Dios, danos ser obedientes a tu omnipotente y santísimo Nombre y a nuestros príncipes y gobernantes sobre la tierra.
Tú, Señor, les diste la potestad regia por tu fuerza magnifica e inefable, para que, conociendo nosotros el honor y la gloria que por ti les fue dada, nos sometamos a ellos, sin oponernos en nada a tu voluntad.
Dales, Señor, salud, paz, concordia y constancia, para que sin tropiezo ejerzan la potestad que por Ti les fue dada.
Porque Tú, Señor, rey celeste de los siglos, das a los hijos de los hombres gloria y honor y potestad sobre las cosas de la tierra. Endereza Tú, Señor, sus consejeros, conforme a lo bueno y acepto en Tu presencia, para que, ejerciendo en paz y mansedumbre y piadosamente la potestad que por Ti les fue dada, alcancen de Ti misericordia.
A Ti, el solo que puede hacer esos bienes y mayores que esos entre nosotros, a Ti te confesamos por el único sacerdote y protector de nuestras almas, Jesucristo, por el cual sea a Ti la gloria y magnificencia ahora y de generación en generación por los siglos de los siglos. Amén.