Domingo 28 del Tiempo Ordinario A - 'Vengan a la boda' - Catequesis preparatoria para niños: preparemos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical parroquial
Recursos adicionales para la preparación
3. Vivencia
4. Liturgia
5.- El Niño
Falta un dedo: Celebrarla
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Mt 22,1-14:
“A todos los que encontréis convidadlos a la boda”
2.1.1 Meta
Este evangelio nos permite reforzar en los niños la impresión que la participación en la eucaristía no puede ser el fruto de un precepto de la Iglesia, sino la respuesta entusiasta a una invitación amorosa de parte de Dios.
2.1.2 La Catequesis
Un señor vivía muy solo. Sus hijos casados no lo visitaban, sus nietos tampoco. Cuando celebró sus setenta años, invitó a toda su familia. Pero era época de vacaciones y nadie vino. Al celebrar los 75 años preparó una gran fiesta y pensó que esta vez iban a venir. Nadie vino. Escribieron en sus cartas que lo sentían mucho no poder venir porque tenían cosas urgentes que hacer. Finalmente murió el señor. Nadie vino a su entierro. Unas semanas más tarde recibieron el aviso de parte del abogado de su padre que se iba abrir el testamento. Esta vez vinieron todos. Solemnemente en presencia de todos el abogado abrió el sobre cerrado que contenía el testamento y leyó en voz alta lo que había escrito el difunto. Decía: "Queridos hijos. Cuando celebré mis 75 años había decidido de repartir mis bienes. Ustedes no sabían que había heredado los millones de mi hermano mayor. Ustedes nos sabían esto porque quise que vengan a mi fiesta de cumpleaños por cariño. No vinieron. Quiero darles una última oportunidad. Mis bienes serán repartidos entre los que han venido a mi entierro. Si no viene nadie entrego todos mis bienes a la Parroquia para ayudar a los pobres".
Una invitación más importante
Supongamos que uno de los hijos habría venido al entierro de su anciano padre, ¿qué hubiera recibido? (todos los bienes, los millones de su papá).
Hay alguien que nos invita a una fiesta que es muy importante, más importante que todas las fiestas de todo el mundo. Vamos a escuchar el evangelio para enterarnos.
SE lee el evangelio.
La parábola
Ustedes ya son muy inteligentes y comprenden lo que nos quiere decir la historia que cuenta Jesús. ¿Quién es el rey que prepara la boda de su hilo? (Dios) ¿Quién será el hijo?... (Jesús). También entenderán con facilidad eso de la boda. Miren, cuando hay una boda, ¿qué significan? (dos se casan). Así es. Y se casa para estar siempre juntos. La Biblia nos dice que Jesús ama a su Iglesia como si fuera su esposa. Lo especial de Jesús es que la fiesta de las bodas se celebra muchísimas veces y no solo una vez como entre dos novios. Las bodas de Jesús con la Iglesia significan que Jesús nunca abandonará a su esposa, la Iglesia y estará siempre con ella. ¿Quiénes pertenecen a la Iglesia? (Todos los bautizados). Quiere decir entonces que Jesús quiere estar con nosotros para siempre, ¿verdad? ¿Por qué las personas se casan? (Porque se quieren). Ya saben la respuesta a la siguiente pregunta. ¿Por qué Jesús quiere estar con nosotros para siempre? (Porque nos quiere)
Pero sigamos: ¿Quiénes son los criados o servidores que envía Dios para invitar a la boda? ¿Quiénes son los que nos han contado y nos siguen contando que Jesús nos quiere y quiere estar siempre con nosotros? ¿Los primeros eran? (Nuestros padres). ¿Y quiénes más nos dicen lo mismo? (Los sacerdotes, los catequistas). Tienen mucha razón. Son enviados todos aquellos que saben hablar de Jesús y saben invitar a que los bautizados participen en la Iglesia de Dios para estar con Jesús. Y mucha gente reacciona mal. Por ejemplo, todos los bautizados, a partir de cierta edad, somos invitados para unirnos a la fiesta. Pero lamentablemente no quieren ir. Para que vean: A nuestra comunidad parroquial pertenecen (tantos) bautizados. ¿Y saben cuántos van a Misa los domingos? Aunque toquen las campanas, aunque se les invite no vienen. Entonces ¿a quiénes invita el Dios? (a los que están en las calles). Es como para decir que está invitando a los que no conocen a Dios o están en la calle porque son unos pecadores terribles. Luego el Señor entra a la sala y ve ¿qué cosa? (que uno ha entrado sin traje de fiesta). Deben Uds. saber que había una costumbre muy bonita. Cuando los reyes invitaban a la gente a una fiesta: les regalaron a todos, nada más entrando al palacio, un vestido de fiesta. Así que el que no llevaba traje de fiesta era un maleducado, había querido entrar sin aceptar el regalo del rey.
Enseñanza de la parábola
Ahora díganme ¿dónde se celebra la fiesta más hermosa que nunca nunca va a terminar? (En el cielo) Exacto, estar para siempre con Dios, felices por toda la eternidad, sin problemas, con las persona que queremos, sin enfermedad, sin sufrimiento, gozando y haciendo gozar a todos. Sin embargo, para entrar ¿necesitamos ponernos?... (El traje de fiesta). Este traje de fiesta nos lo pusimos el día cuando recibimos la vida divina, la vida de la gracia o, para decirlo de otra manera, el Espíritu Santo ha venido a nuestro corazón y nos cubre con el esplendor de su gracia. Esto fue en el día que nos llevaron a la Iglesia ¿y nos? (bautizaron). Se puede ver este traje con los ojos recién cuando entremos al cielo. Otro día hablaremos acerca de cómo es un cristiano que lleva este traje maravilloso.
¿Alguien puede estar en el cielo, en la fiesta sin este traje? (No). ¿Cómo se pierde el traje de fiesta? (Cuando pecamos gravemente). Y los pecados veniales como que ensucian este traje esplendoroso de Dios. Y cuando lo hemos perdido por el pecado grave, ¿qué tenemos que hacer? (confesamos, pedir perdón a Dios). Nos falta todavía una cosa más para entender bien la parábola que nos ha contado Jesús. Les digo que Jesús nos ha dejado una fiesta que es como una anticipación de la Fiesta el cielo. Jesús quiere estar muy cerca a nosotros siquiera una vez a la semana. Esta fiesta la celebraremos todos los domingos. ¿Cómo se llama la fiesta? (La Santa Misa, la Eucaristía). Al aceptar siempre la invitación a la fiesta del domingo podremos estar seguros de vestir siempre el traje de fiesta y algún día entrar a la fiesta eterna
¿Quiénes son los servidores que Dios nos ha mandado a nuestra vida para que vayamos a la fiesta? ¿Quiénes son los que nos invitan a conocer a Jesús? ¿Quiénes nos dicen que Jesús nos ama y nos invitan a la fiesta? (los sacerdotes, las religiosas, los catequistas). También sus padres y sus profesores. Ahora bien, puede ser que los padres y hermanos de ustedes no aceptan la invitación. ¿Ustedes creen que pueden invitarlos a la fiesta? (Sí). Se dan cuenta hasta ustedes son servidores de Dios y mensajeros para invitar a su fiesta.
Además la Iglesia envía a todas partes a personas para anunciar que Dios los quiere para que vengan a la fiesta. Son los misioneros que van a todas partes del mundo para hablar del amor de Jesús. Dios ama a los hombres por eso envía de nuevo sus mensajeros. ¿Qué hacen Ios invitados con los mensajeros? (Matan inclusive a los enviados). Muchos profetas, misioneros, sacerdotes y religiosas y laicos cristianos han tenido que sufrir vejámenes por invitar a la gente a conocer a Jesús, a participar en la fiesta de Dios. De manera que no tengas miedo si se burlan de ti cuando invitas a la fiesta.
¿Recuerdan qué pasó a los hijos que no fueren a visitar a sus anciano padre, ni siquiera fueron a su entierro? (No recibieron nada). Nosotros, cuando nos invitan a la fiesta ¿qué vamos a hacer? (aceptar al invitación). Ustedes, si van a Misa hoy, hacen caso a la invitación de Dios Padre. Al comienzo de la Misa se pide perdón por los pecados. De esta manera los que han ensuciado o perdido el traje de fiesta durante la semana la recobran. Por supuesto, los que han cometido pecado grave necesitarán confesarse antes de poder comulgar.
Se preparara una hoja que contenga la parábola y se le añade una invitación con el texto que se le ocurre. Podría ser similar al siguiente texto: "El rey de los cielos y de la tierra tiene el agrado de invitar a Ud y a su Familia a la boda de su Hijo con la Iglesia. Esta fiesta se celebrará al final de los tiempos. Necesitamos prepararnos a la fiesta eterna siquiera una vez a la semana. Precisamente al participar de la fiesta de la Eucaristía dominical nos estamos preparando a celebrar algún día la fiesta que nunca acaba. Agradecemos su presencia porque nos anima y nos será garantía que usted estará presente también en la fiesta terna. Si no tiene traje de fiesta lo puede conseguir gratis en la Parroquia los días… a horas… cuando hay confesiones y usted puede recuperar el traje de fiesta indispensable para poder asistir".
Se anima a los niños a que escriban una carta de agradecimiento a sus padres por haber hecho posible poder revestirse con el traje esplendoroso de la gracia de Dios. Si hay miembros de la familia que no van a Misa se les anima a que los inviten.
Las palabras de la consagración expresan una continua invitación:"Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros"….
Demasiado insistirnos ante los niños en el comportamiento correcto y creamos en ellos la idea que la salvación consiste en portarse bien. Quizás estos textos que ofrecemos fomenta esta impresión porque no hemos encontrado un lenguaje que refleje la gratuidad del amor de Dios. Un lenguaje de exigencias y compromisos fomenta esta impresión de moralismos. Esta no es la fe cristiana. El niño d tiene derecho de recibir la buena nueva de la salvación. Ojalá pueda usted hacerle sentir al niño más la felicidad de que Dios ama y salva que la pesantez de un esfuerzo moral. Es verdad, la Palabra de Dios encierra los dos aspectos: promesa y exigencia. Pero recordemos que es Dios que da no sólo el hacer sino también el querer hacerlo. Muchas veces no les ayudamos a los niños a descubrir que Dios nunca reclama algo que esté encima de nuestras fuerzas y que el que está dentro de nosotros es más fuerte que el que está afuera.
6.- Condición Previa
‘‘Permítenos sentarnos a la mesa de tu Reino… ", dice una antiquísima oración. ¿Qué les parece la situación de un catequista que anuncia la Buena Nueva a los niños pero apenas comulga? Es una contradicción en sí. A lo más tardar al el evangelio hará comprender lo absurdo de una tal situación. ¿Qué pasa con su traje de fiesta?
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar
pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en sustituir
la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al
respecto.