Domingo 24 del Tiempo Ordinario A - 'No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete' - Catequesis preparatoria para niños: preparemos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
Falta un dedo: Celebrarla
1. Pasajes del domingo
1. 1 Primera lectura: Ecli 27, 33-28
1. 2 Segunda Lectura: Rom 14, 7-9
2. Catequesis
2. 1 Catequesis I: Somos deudores de Dios
2. 1. 1 Meta
Conforme a la parábola del domingo los creyentes necesitamos que nos hagan entender que en comparación con Dios nuestro perdón no es una cosa tan espléndida, es perdonar una deuda pequeña. Nuestro perdón debe brotar de la gratitud, porque todo lo hemos recibido del Padre celestial.
2. 1. 2 La Catequesis
¿Matemáticas?
¿Cuánto es 7 × 7?… (49). ¿Cuánto es 70 × 7?… (490). Para su información: un denario era el sueldo que ganaba el trabajador al día. Un talento valía 6000 denarios, es decir, un obrero tenía que trabajar 6000 días (16 años) para ganar un talento. 10,000 talentos equivalen a 60 millones de denarios.
Se lee el Evangelio
¿Pueden decirme lo que se necesita para vivir?… (Comida, ropa, casa, colegio, etcétera). Pero además necesitamos algo más que nos den los demás. Por ejemplo, si quiero hablar al otro, ¿qué necesito que me dé el otro?… (Que me preste atención, que me escuche). Si no puedo hacer una cosa, por ejemplo, una tarea, ¿qué necesito?… (Ayuda). Cuando estoy esperando a otra persona, ¿qué necesito de ella?… (Que venga pronto).
¿Qué necesitan los demás de mí?
Esto vale también al revés. ¿Qué necesitan los demás de mi?… (Que venga pronto, ayuda, atención). Mis padres ¿qué necesitan de mi?… (Cariño y obediencia). ¿El profesor?… (Atención). Y cuando no doy estas cosas entonces soy deudor, debo algo. Para aclarar eso bien: cuando no obedezco a mis padres, ¿qué deuda adquiero?… (Obediencia cariño). Cuando me quieren hablar y no les presta atención, no los escucho, ¿qué les debo?… (Atención).
Así mismo los demás tienen muchas veces deudas conmigo. Por ejemplo, han quedado con su amigo para jugar y a él le da flojera y no viene, ¿qué les debe él? (Que venga). Les ha quitado algo que había prometido.
La deuda con Dios
¿Existe alguien que nos ha dado todo, todo, todo lo que tenemos?… (Dios). ¿Qué nos ha dado?… (Amor, la vida, la gracia, la redención, etcétera). ¿Nosotros que le debemos?… (Amor, portarnos bien, rezar, ir a misa, ayudar a los demás, etc.). ¿Y siempre le damos lo que le debemos?… (No). Estamos en deuda con él. Pero no solamente en estas cosas, también cuando estamos en deuda con los demás estamos en deuda con Dios. Recuerden lo que dice Jesús: “Lo que no han hecho al menor de mis hermanos no lo han hecho conmigo”. Cada vez cuando contraemos una deuda con los demás estamos siempre contrayendo una deuda con ¿?… (Jesús). Ahora bien, supongamos que desobedezco a Dios y desobedezco a los padres ¿qué es más grave?… (Desobedecer a Dios). Porque él es tan santo tan bueno con nosotros, cuando lo ofendemos nuestra deuda es inmensa que no podemos saltar y con todo el dinero del mundo. Y recuerdan cuando fallamos a los demás también entramos en deuda con él a través de ello.
Perdonar
Ahora vamos a ver si ustedes recuerdan la parábola que ha contado Jesús en el Evangelio… (Se hace un repaso). Jesús cuenta estas parábolas para enseñarnos. ¿De qué persona quiere Jesús hablarnos ante todo?… (Del Padre celestial). El rey de la parábola entonces ¿quién es en realidad?… (El Padre celestial). Porque cuando se ofende a Dios le tienen una de enorme deuda que nadie puede pagar ni con toda la plata del mundo. Y el empleado que no puede pagar, ¿quién es o más bien quiénes son?… (Los hombres). Así es, somos nosotros los que hemos ofendido a Dios y tenemos una deuda que nadie puede pagar. ¿Y qué hace Dios cuando nos arrepentimos y le pedimos perdón?… (Nos perdona). ¿Nos perdona toda la inmensa deuda?… (Si). ¿No queda nada de deuda?… (No queda nada en absoluto). Así se porta Dios con nosotros. Y nosotros, ¿qué hacemos cuando nos encontramos con alguien que nos ha tratado mal? ¿Le tenemos buenos sentimientos?… (No, estamos resentidos). ¿Cómo deberíamos portarnos con los que nos deben algo?… (Perdonar). A veces tu amigo, tu amiga te ha ofendido mucho y no le hablas durante una, dos o tres semanas, ¿eso está bien?… (No). ¿Qué hay que hacer?… (Perdonar). ¿Por qué hay que perdonar?… (Porque Dios siempre nos perdona). Y cuando Jesús habla de que hay que perdonar 70 veces siete no quiso decir que lleves cuenta y anotes en tu libreta las veces que has perdonado y cuando llegas a 490 ya no necesitas perdonar. ¿Qué quiso decir Jesús con 70 veces 7, cuántas veces hay que perdonar?… (Siempre). Y en el padrenuestro hay algo que nos lo recuerda cada día. ¿Cómo dice?… (Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden). Vamos hacer un momento de silencio y pensamos a quienes necesitamos perdonar.
2. 2 Catequesis II: Salva un alma y salvar así la tuya
2. 2. 1 Meta
Seguramente los catequistas lo hemos experimentado 1000 veces. Cuando enseñamos algo sentimos la necesidad de cambiar nosotros también porque no podemos enseñar una cosa y hacer otra. En esta catequesis queremos ofrecer una experiencia similar a los niños.
2. 2. 2 La Catequesis
Ana y Juan, dos hermanitos, habían recibido para su santo - eran mellizos y celebraron su santo el mismo día - unas bicicletas maravillosas, con espejo, con sirena, con portabagaje, etcétera. La familia vecina era pobre y sus hijos no tenían bicicleta. Con todo, Ana y Juan les enseñaron a montar bicicleta. Un día, los dos querían pasearse en sus bicicletas y descubrieron que los espejos se habían roto, que los tapabarros estaban abollados y rasgados, un desastre. ¿Qué había pasado? Sus vecinos se habían prestado las bicicletas sin pedir permiso y habían tenido un accidente. Más tarde vinieron a pedir perdón. Pero Ana y Juan ya no les quisieron perdonar. Les dijeron que nunca más hablarían con ellos y nunca más les dejaría montar las bicicletas porque las habían sacado sin pedir permiso. Los vecinitos prometieron de no hacerlo más. Pero Ana y Juan no les quisieron perdonar.
¿Qué les diremos?
¿Quién conoce a amigos o a personas que están peleados y no quieren perdonarse? Muy bien, ahora van a escribirles una carta para que se amisten nuevamente, para que se perdonen. Les explicamos las palabras de Jesús de hoy y les decimos por qué deberían perdonar. Los que no conocen a nadie que está peleado escriben una carta a Ana y Juan explicándoles porque deben perdonar.
Al final se leen las cartas y, cuando se trata de personas reales, se les envía la carta
3. Vivencia
Sugerimos multicopiar el Evangelio para que los
niños entreguen la hoja a personas peleadas
4. Liturgia
Elementos a reforzar
• Recalcar que Dios nos perdona siempre de nuevo cuando nos confesamos. Y Jesús se sacrifica por nosotros y repite su entrega en cada misa: “… Que será entregado por vosotros… Que será derramada por vosotros y por todos los hombres”.
•
Nuevamente hay una oportunidad de perdonar cuando nos damos la paz
5. El Niño
Los niños tienen una asombrosa facilidad de
olvidarse de la ofensa. Un momento están peleando duro y al momento
siguiente están jugando juntos como si nada hubiese pasado. Vamos a
ayudarles para que esta reacción sea consciente, querida y decidida para que
ya en tierna edad comiencen a formar hábito
6. Condición previa
Uno puede hablar del perdón de Dios cuando lo ha experimentado de verdad. Supone que uno tenga la conciencia de ser pecador y que necesita el perdón de Dios. A veces hay personas que creen ser buenas por mérito propio. A lo mejor necesitamos también pedir perdón por sentirnos así.
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar
pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en sustituir
la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al
respecto.