Domingo 4 de Pascua B: Catequesis preparatoria para niños - Preparemos con ellos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa dominical
Recursos adicionales para la preparación
¿Cómo acoger la Palabra de Dios?
Falta un dedo: Celebrarla
Pasaje dominical: Jn 10, 11 -18
Catequesis
Ejercicio
Se ha preparado una tarjeta para cada tipo de acción sacerdotal que se conozca (párroco, misionero, capellán de clínica, profesor) y se forman tantos grupos cuantas tarjetas hay; la tarea: los niños se ponen de acuerdo de cómo describir qué es lo que hace el sacerdote cuya tarjeta les tocó. Conversan en grupos y luego cuentan a los demás lo que han pensado.
Se lee el Evangelio es
¿Qué hace el buen pastor?
Hemos escuchado como Jesús habla de sí mismo y él se llama a sí mismo ¿?… (el buen pastor). ¿Qué es lo que hace el buen pastor? Se encarga de cuidar a las ¿?… (ovejas). ¿Él deja que las ovejas mueran de hambre?… (No). Las lleva a donde pueden encontrar buen pasto. ¿Las ovejas conocen al buen pastor?… (Si). Y ¿qué pasa cuando hay un peligro, cuando se acerca el lobo, el buen pastor huye?… (No). Prefiere dar su vida por sus ovejas defendiéndolas.
¿Quién es el buen pastor?… (Jesús). ¿Quiénes son las ovejas?… (Nosotros). ¿Jesús cuida de nosotros?… (Si). El nos da de comer, nos da un alimento maravilloso para nuestra alma. ¿De qué alimento estoy hablando?… (La Santa Comunión). Cuando uno se muere, ¿qué es lo peor que le puede pasar a uno?… (Ir al infierno). ¿Cuando una persona es muy mala, hace daño a otras personas y la policía lo captura, a donde la llevan?… (A la cárcel). Cuando alguien se muere con pecados graves, ¿en dónde termina?… (El del infierno).
Les cuento una pequeña historia. En la corte de un rey había gente que pagaba a otros para que hiciesen daño a sus enemigos. El rey dictó una ley que la persona descubierta en hacer eso sería flagelada públicamente en la plaza de armas como castigo. Y justo descubrieron que su madre había cometido esta falta. Había que cumplir la ley. La llevaron a la plaza de armas y el verdugo se aprestaba a darle los latigazos. En el último momento el rey mismo se puso en el lugar de su madre y recibió el castigo en su propio cuerpo. Luego dijo a los demás: se ha cumplido a la justicia pueden irse a su casa. Ustedes saben muy bien por qué les cuento esta historia. Todos los hombres de todo el mundo y de todos los tiempos son pecadores y merecen castigo. Sin embargo, alguien se ha puesto en nuestro lugar para recibir el castigo… (Jesús en la Cruz). Cuando nos arrepentimos le damos la oportunidad a Jesús de pagar por nosotros. Ha preferido entregar su vida antes que dejar que recibamos nuestro castigo merecido.
Los pastores de hoy
Después de habernos salvado con su muerte y resurrección, Jesús ha
subido al cielo. Para que la Iglesia no esté sola le ha dado unos pastores para que en su nombre cuidaran a las ovejas, a todos los creyentes en Jesús. ¿Quiénes eran los primeros encargados?… (Los apóstoles). Y estos encargaron al finalizar su vida a los obispos y a los sacerdotes para que continúen este servicio de buen pastor. Aquí en nuestra parroquia ¿quién debe cuidarnos a nosotros que somos las ovejas de Jesús? ¿Quienes deben darnos el alimento que es el cuerpo de Jesús? ¿Quiénes deben preocuparse para que conozcamos a Jesús y escuchemos su Evangelio?… (Los sacerdotes fulano y mengano).
Escasez de los sacerdotes
En este momento ¿hay muchos sacerdotes o pocos sacerdotes?… (Hace clic en perfil Pocos). No los hay suficientes para atender a todos los que necesitan de un sacerdote. ¿Quienes los necesitan?… (Los que quieren confesarse, los que quieran comulgar, los que quieren aprender a ser buenos cristianos, los que quieren conocer la Biblia, los que quieren prepararse bien a la muerte, los que están enfermos, los que quieren ser bautizados, etc.). Nota: podría ser conveniente en este momento mencionar el número de feligreses de la parroquia y el número de los presbíteros al servicio de ella. Éste simple ejemplo hace ver que no se dan abasto.
¿Qué hacer?
Les voy a contar lo que ha dicho al respecto el Papa Juan Pablo II:
1. -En primer lugar orar: Se alce en todas partes del mundo este asalto al cielo para pedir al Padre lo que Cristo ha querido que pidiésemos. "Pidan al dueño de la mies que envíe operarios a su mies".
2. -En segundo lugar: Llamar. Dios siempre es libre de llamar a quien quiere y cuando quiere. Pero habitualmente el llama a través de nosotros y de nuestra palabra. Por consiguiente, los obispos y sacerdotes no tengamos miedo de llamar. Y los catequistas, cuando vean a un muchacho que parece tener los dones necesarios, podemos preguntarle al respecto. Nosotros tenemos que llamar. El resto lo hará el Señor.
3. -En tercer lugar: Responder. Los que han sido llamados deben responder con generosidad. Ha llegado la hora. ¿Acaso tienen miedo? Si pueden, den con alegría, sin miedo, su vida a él que antes dio la suya por ustedes. Encontrarán dificultades. Les digo que el amor vence cualquier dificultad.
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De ningún modo
queremos dar pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en
sustituir la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para
Niños.
Tenemos una
seria acusación al respecto.