Jueves Santo - Misa Vespertina de la Cena del Señor: Preparemos en familia, Iglesia del Hogar, la acogida de la palabra a celebrar
Recursos adicionales para la preparación
¿Cómo acoger la Palabra de Dios?
Falta un dedo: Celebrarla
Introducción a Las Lecturas de la solemnidad
Primera lectura: Éxodo 12, 1-8.11-14
Al hacer visitas al domicilio el sacerdote encontró una pareja de
ancianos centrados ante la mesa sobre la cual se hallaba colocada la
fotografía de un joven sonriente. Al lado de la imagen habían puesto velas y
flores y algunos objetos de uso personal. le Contaron el sacerdote que se
trataba de su hijo que durante un terremoto había sostenido la viga de este
techo para que todos el puedan salir. A él le aplastó el techo apenas todos
se habían salvado.
Con razón mantenía en vivo el recuerdo que la avanzadilla que les salvó la
vida. Con razón Con mucha razón hablaban con cariño de él porque su
sacrificio era el precio por el cual estaban vivos los dos en este momento.
Con razón guardaban con ternura los objetos personales del joven porque era
como si estuviera presente en medio de ellos.
El pueblo de los judíos ha tenido también una experiencia de salvación. Dios
los saca de Egipto, rompe las cadenas de la esclavitud. Pero poco se
imaginaban que el cordero inmolado iba a ser un sacrificio, el sacrificio de
Hijo de Dios; que la sangre del cordero sanaría a la humanidad y que el pan
sin fermentar iba a alimentar a los hijos del nuevo pacto con el cuerpo de
Cristo. Al leer este pasaje gocemos con los judíos por su liberación, pero
agradezcamos también que el Señor ha transformado estos signos no sólo en
recuerdos de su acción salvadora. Su sacrificio nos salva hoy, su sangre nos
redime hoy, su pan nos alimenta hoy para la vida eterna.
Segunda lectura: 1 Corintios 11, 23-26
Este pasaje me trae recuerdos amargos. Me recuerda los muchas veces
que he participado en la Eucaristía de manera distraída, fría y rutinaria;
ocupado con pensamientos "importantes", escandalizándome y la poca
participación de los demás, irritado por el comportamiento de tal o cual
persona, en fin, presente en cuerpo, pero ausente en espíritu. El Señor abre
su corazón, me hace partícipe de su entrega total al Padre y a los hombres,
y yo, pues, por ahí estaba. Es verdad que muchas veces lo he sentido muy
cerca. Es verdad que tantas veces la comunidad me ha hecho experimentar su
presencia. Pero también es cierto que tantas veces no ha habido amor en mi
corazón. Señor, que esta lectura, la participación en la celebración del
Jueves Santo despierte en mí una reverencia cada vez más profunda. Si tú no
cambias mi corazón, miraré el futuro con pesimismo. Dispón mi corazón y
hazlo semejante al tuyo.
Evangelio: Juan 13, 1-15
Cuando miraba las fotos del papa lavando y besando los pies de doce
pobres, pensaba que se trataba de un humilde gesto, muy lindo, en imitación
al gesto de Jesús en la última cena. Me parecía lindo verlo repetido en mi
parroquia. Hasta que descubrí, y este aspecto no se me había ocurrido antes,
que se trataba del comienzo de un servicio a los pies de todos los hombres.
Jesús va a entregarse a su pasión con la misma humildad y generosidad para
lograr la "limpieza" total de la humanidad manchada por el pecado y la
miseria humana.
Y no es por nada que el Papa entre sus muchos títulos tiene uno que expresa
esta verdad: "Siervo de los siervos de Dios". Creo que así se manifiesta la
verdadera autoridad también, en el servicio a los demás. Ojalá que todos los
que tenemos alguna autoridad sepamos vivir esto. No gozamos de poder porque
Dios así lo manda y los demás deben acatar nuestras órdenes sino estamos
para servir, como dice una fórmula de urbanidad.
2. REFLEXIONEMOS
Los Padres
Pienso que el día del lavatorio de los pies es un día muy apropiado para
reflexionar sobre el uso y el abuso de la autoridad. Conozco a padres que
piensan que el dialogar con los hijos, escuchar sus razones y argumentos
para llegar juntos a una conclusión es en desmedro de su autoridad. Son los
que terminan todo diálogo con: "Esto es lo que les mando, y basta".
Autoridad es servicio. Es verdad que es muy difícil cambiar después de años.
Se quejan los padres que los hijos no les cuentan nada, que hay que
sonsacárselo pedacito por pedacito. Esto es el fruto de la impaciencia
durante su niñez. No les ha prestado atención, no les han contestado sus
interminables preguntas. Poco a poco el niño se encerró en sí mismo.
Conozco a padres que no quieren bajar del pedestal sobre el cual los ha
colocado la admiración de sus hijos de 6 o 7 años. "Mi papá es el más
fuerte, mi mamá es la más buena". De ahí esos "súper-padres" no se atreven a
reconocer sus errores delante de sus hijos. No se preocupen. A lo más tardar
su hijo en plena pubertad será el iconoclasta (=destructor de estatuas) más
despiadado que puedan imaginarse. Se convierte en juez de ustedes. Pero les
puedo asegurar que todo reconocimiento de error de su parte inclinará la
balanza en su favor porque su actitud se reflejará en su hijo que sabrá
reconocer y admitir con misericordia errores en su persona y los demás.
Lo impositivo de la autoridad debe templarse con una actitud de servicio que
reconoce fallas, sabe perdonar y sabe escuchar al otro. Cuando el mismo Hijo
de Dios se rebaja tanto como para asustar a Pedro, ¿no podemos nosotros
arriesgar un poco nuestra comodidad? Eso es: comodidad.
Dialogar significa suponer que el hijo pueda tener razón, si no, no hay
verdadero diálogo. Significa también arriesgarse a que se le juzgan a uno
con dureza. La juventud es especialista en eso, lo ven todo blanco y negro,
no hay grises. Aunque su agresividad es muy fuerte, muchas veces esconde un
grito angustioso de auxilio. Saber reconocer ante los hijos que uno se ha
equivocado, que uno ha fallado, es incómodo porque me obliga a prestar más
atención la próxima vez. ¿Fallaremos otra vez? Claro que sí. ¿Quién ha dicho
que solo se perdona una vez? Y habiendo rendido las armas, habiendo bajado
el puente elevadizo de nuestro fuerte, habiendo abierto las rejas de nuestro
baluarte, uno descubre que vive con mucho menos miedo ante la el(la)cónyuge
y ante los hijos. No hay nada que esconder, no hay nada que defender. Toda
nuestra energía puede concentrarse en amar a los demás.
CON LOS HIJOS
Una niña de tres años recibió de su madrina una hermosa muñeca.
Algún tiempo después la madrina se enteró que la pequeña la había arrojado
al fuego. Le pidió cuentas:" ¿Por qué has quemado la muñeca?" Con los ojos
arrasados de lágrimas contestó la pequeñita: "Le dijo cien veces que la
quería pero ella no me contestó ni una sola vez".
El gesto de Jesús, el lavatorio de los pies, es como decirles que ama mucho
a los hombres. El Hijo de Dios se inclina ante los hombres para realizar uno
de los servicios más humildes de aquel entonces; es para decirnos que nos
ama, no con un amor orgulloso sino con un amor humilde y sencillo.
Nosotros hace tiempo que no nos decimos que nos queremos. A veces es porque
se acumula una serie de irritaciones, cóleras y envidias. Bien, el primer
paso ser¿a perdonarnos mutuamente. Luego vamos a pensar un poco cómo
_podemos tx lavarnos mutuamente los pies, es decir, servir los unos a los
otros.
3. RELACION CON LA MISA
Siendo el día de la institución de la Eucaristía me acuerdo del día
de mi Primera Comunión cuando inocentemente no sabía qué decirle a Jesús
porque pensaba que habría que hablarle en un lenguaje especial. Recuerdo el
día de mi ordenación sacerdotal cuando estaba listo a convertir el mundo
entero, si era necesario. Recuerdo las misas en las que he participado
durante los años pasados. Me doy cuenta que participaba a la misa conforme
al momento que vivía. Eran misas deslucidas cuando mi vida no era muy
luminosa; fueron misas de profundo encuentro cuando estaba vibrando al
unísono con el Señor.
Así como la misa es un resumen de la vida, así la vida es una prolongación
de la misa. Me doy cuenta cada día más que la vida debería ser un culto, un
servicio religioso, una oración continua. ¿Relación con la Misa? ¡Desafío al
cualquiera que me diga algo que no tenga relación con la misa!
4. VIVENCIA FAMILIAR
Algún gesto de amor, además de la reflexión en familia debería
marcar este día. Les ofrezco unas sugerencias: lavar el carro del vecino,
servir a la empleada, lustrar los zapatos, visitar a un enfermo, anciano,
invitar a un huérfano a pasar el día con la familia, llamar por teléfono a
una persona con la cual estamos desunidos, decir a los demás que uno los
quiere. No necesitan hacer todas estas cosas. Hagan una, y bien hecha. Será
un Jueves Santo de maravillas.
5.- NOS HABLA LA IGLESIA LATINOAMERICANA
El amor de Dios que nos dignifica radicalmente, se vuelve por necesidad
comunidad de amor con los demás hombres y participación fraterna; para
nosotros, hoy, debe volverse principalmente, obra de justicia para los
oprimidos, esfuerzo de liberación para quienes más la necesitan. En efecto,
nadie puede amar a Dios, a quien no ve, si no ama al hermano a quien ve'
(lJn4, 20). Con todo, la comunión y participación verdaderas sólo pueden
existir en esta vida, proyectadas sobre el plano muy concreto de las
realidades temporales, de modo que dominio, uso y transformación de los
bienes de la tierra, la cultura, de la ciencia y de la técnica, vayan
realizándose en un justo y fraternal señorío del hombre sobre el mundo,
teniendo en cuenta el respeto de la ecología. El Evangelio nos debe enseñar
que, ante las realidades que vivimos, no se puede hoy en América Latina amar
de veras al hermano y por lo tanto a Dios, sin comprometerse a nivel
personal y en muchos casos, inclusive a nivel de estructuras, con el
servicio y la promoción de los grupos humanos y de los estratos sociales más
desposeídos y humillados, con todas las consecuencias que se siguen en el
plano de esas realidades temporales.
Pero a la actitud personal del pecado, a la ruptura con Dios que envilece al
hombre, corresponde siempre en plano de las relaciones interpersonales, la
actitud de
egoísmo, de orgullo, de ambición y de envidia, que generan injusticia,
dominación, violencia a todos los niveles; lucha entre individuos, grupos,
clases sociales y pueblos, así como corrupción, hedonismo, exacerbación del
sexo y de la superficialidad en las relaciones mutuas (vea Gal 5,19-21).
Consiguientemente se establecen situaciones de pecado que, a nivel mundial,
esclavizan a tantos hombres y condicionan adversamente la libertad de todos.
Tenemos que liberarnos de este pecado; del pecado, destructor de la dignidad
humana. Nos liberamos por la participación en la vida nuevo que nos trae
Jesucristo, y por la comunión con El, en el misterio de su muerte y de su
resurrección, a condición de que vivamos ese misterio en los planos ya
expuestos, sin hacer exclusivo ninguno de ellos.(vea nos 2323-325) Así no lo
reduciremos al verticalismo de una desencarnada unión espiritual con Dios,
ni a un simple personalismo existencial de lazos entre individuos o pequeños
grupos, ni mucho menos al horizontalismo socio-económico-político.
(Puebla nos. 327-329)
6. LEAMOS LA BIBLIA CON LA IGLESIA
Lea las lecturas del día. Los que desean meditar las lecturas de la Misa
Crismal durante la cual el obispo consagra los santos oleos que se
utilizarán durante el año al administrar los sacramentos del Bautismo, de la
Confirmación y de los Enfermos: Is 61,1-3a.6a.8b-9; Sal 88; Apoc 1,5-8; Le
4,16-21
7. ORACIONES
Oración que se reza por los pueblos perseguidos
Oh Dios, nuestro refugio y fortaleza, mira propicio al pueblo que a ti
clama: por le intercesión de la gloriosa e inmaculada Virgen María, Madre de
Dios, y de San José su Esposo, por la de tus santos Apóstoles Pedro y Pablo,
y de todos los Santos escucha misericordioso y benigno las súplicas que te
dirigimos pidiéndote la conversión de los pecadores, la libertad y
exaltación de la santa Madre Iglesia. Por el mismo Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
Arcángel San Miguel, defiéndenos en la batalle: sé nuestro acaparo contra la
perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes: y
Tú, príncipe de la celestial milicia, lanza al infierno, con el divino
poder, a Satanás y a los otros malignos espíritus que discurren por el mundo
para la perdición de las almas Amén.
OREMOS CON EL OBISPO QUE CONSAGRA EL OLEO SANTO Y EL CRISMA
Por los que recibirán el Sacramento de los Enfermos
Señor Dios, Padre de todo consuelo, que has querido sanar las dolencias de
los enfermos por medio de tu Hijo: Escucha con amor la oración de nuestra fe
y derrama desde el cielo tu Espíritu Santo, nuestro Abogado que ha hecho que
el leño verde del olivo produzca aceite abundante para dar vigor de nuestro
cuerpo, enriquece con tu bendición danta el óleo para que cuantos sean
ungidos con él, sientan en cuerpo y alma tu divina protección y experimenten
alivio en sus enfermedades y dolores. Amén
Por los que se bautizarán y se confirmarán
Señor Dios, fuente de vida y autor de los sacramentos: te damos gracias
porque en tu bondad inefable anunciaste en la Antigua Alianza el misterio de
la santificación por la unción con el óleo, y lo llevaste a plenitud, al
llegar los últimos tiempos, en Cristo, tu Hijo amado; pues quiso derramar
sobre la Iglesia la unción del Espíritu Santo y la enriqueció con sus dones
celestiales para que en el mundo se realizase plenamente, por medio de la
Iglesia, la obra de elevación. Por, e so, Señor, en el sacramento del crisma
concedas a los hombres el tesoro de tus gracias y haces que tus hijos
renacidos por e] agua bautismal reciban fortaleza en la unción del Espíritu
Santo y, hechos a imagen de Cristo, tu Hijo, participen de su misión
profetice, sacerdotal y real. Amén.
RENOVACION DE LSAS PROMESAS SACERDOTALES
Queridos amigos: al celebrar este año, el día en que Cristo comunicó su
sacerdocio con los apóstoles y con nosotros quiero preguntar a ustedes si
quieren renovar las promesas sacerdotales que hicieron en otra oportunidad
ante el obispo y el pueblo santo de Dios. ¿Quieren renovar ahora esas
promesas?
- Quiero
Consideren que si quieren unirse y configurarse más con Jesucristo, si
quiere renunciar a ustedes mismos y confirmar la promesa de realizar los
deberes sagrados. Vuelvan a considerar lo que decidieron con alegría el día
de la Ordenación Sacerdotal, movidos por el amor a Cristo para servir a su
Iglesia. ¿Quieren llevar esta vida parecida a Cristo?
- Quiero
Piensen que si quieren seguir siendo cuidadosos distribuidores del mismo
misterio de Dios, mediante la Eucaristía y las demás acciones litúrgicas. Si
cumplen fielmente el deber sagrado de enseñar, imitando a Cristo Cabeza y
Pastor, sin buscar el lucro propio, sino el bien de las almas. ¿Quieren
desempeñar estas tareas?
- Quiero
Y ahora ustedes pueblo fiel de Dios, oren por sus sacerdotes, para que el
Señor derrame abundantemente sobre ellos sus bendiciones: que sean ministros
fieles de Cristo, Sumo Sacerdote, y a ustedes les conduzcan hasta él única
fuente de salvación. Roguemos al Señor...
Recen también por mí, para que sea fiel al ministerio apostólico confiado a
mi humilde persona y sea imagen cada vez más viva y perfecta de Cristo,
Sacerdote, buen Pastor, Maestro y Siervo de todos. Roguemos al Señor...
El Señor les guarde a ustedes en su caridad y nos conduzca a todos,
pastores; y grey, a la vida eterna. Amén.