Domingo de Ramos A Contenido1.1 Lectura de la procesión Mateo 21,
1-11
1. Introducción a la Palabra1.1 Lectura de la procesión Mateo 21, 1-11"Cristo y yo mayoría aplastante", fue un
slogan, un lema muy en boga hace algunos años. Servía para despertar en el
cristiano la conciencia que estaba de parte de Dios, del lado de la facción
ganadora. Los cristianos parecemos estar muchas veces solos y en minoría en un
mundo hostil y burlón frente a nuestra convicción de creyentes. Sin embargo,
este lema cayó en desuso. Dijeron que era triunfalista, es decir, era un
proceder demagógico. Podrían tener razón los que hablan así. Fijémonos en el
evangelio que se lee antes de iniciar
la procesión de Ramos. Es verdad, hay una entrad triunfal, hay aclamaciones,
aplausos y alboroto de un pueblo que recibe a un rey. Miremos más de cerca. ¿Qué rey? No viene montado en un brioso
caballo sino manso y humilde sentado en un borrico, sin soldados ni corte
esplendorosa que lo acompañe. Pero es un rey que viene. Si hace falta hasta las
piedras se convertirán en heraldos para seguir gritando cuando los hombres
dejen de hacerlo. Este es nuestro rey.
Este es el Señor de nuestro hogar. Hoy deberíamos darle la bienvenida por es Él
que debe reinar en nuestra casa. Fíjense cómo quiere reinar, no por imposición,
ni por el peso de su autoridad. Sólo quiere reinar en nuestro hogar cuando le
dejamos entrar. Para que no nos asustemos se ha hecho hombre, ha tomado la
forma de esclavo para ser uno de nosotros. Llevemos cada miembro de la familia
un ramo de olivo a la procesión y luego este ramo lo fijamos en el cuarto de
cada uno para que nos recuerde durante todo el año que Él es nuestro rey. 1.2 Primer Lectura Isaías 50, 4-7Observé una vez como hicieron la prueba de
resistencia de metales. Fijaron una barra de metal y la expusieron a una
presión cada vez más fuerte. Al mismo tiempo estaban observando una pantalla
donde se podía ver los campos de fuerza
dentro del metal y cómo resistían a la presión. Uno de los técnicos nos señaló
la línea de fuerza más delgada y dijo: "Cuando esta se resquebraja
entonces cederá el metal". El experimento le dio la razón. La debacle
comenzó cuando la línea de fuerza señalada
se quebró. Hasta este momento el metal había resistido pero al resquebrajarse la línea de fuerza el
metal comenzó a ceder y con un crujido que sonaba como una grito de dolor se
rompió. Explicaron los expertos que si se pudiese reforzar la línea de menos
resistencia entonces aumentaría por un
múltiplo la resistencia del todo el metal. A veces nos lamentamos de los sufrimientos, fracasos
y desilusiones. Pero no nos hemos dados cuenta que de alguna manera todo esto
nos ha hecho más fuertes para resistirnos al mal. Y si lo pensamos bien,
descubriremos la línea de resistencia que es la menos fuerte. ¿Cuál podría ser?
¿Es nuestra vanidad que nos vuelve quisquillosos ante los demás? ¿Es nuestra
impaciencia que nos hace reaccionar bruscamente? Si podríamos eliminar este punto débil nuestra persona se
fortalecería por un múltiplo. La lectura nos ayuda a descubrir cuál puede ser
el medio para lograrlo. El profeta describe la actitud de Jesús de cara a su
pasión. El ha podido afrontar la pasión porque confiaba en el Padre. Este era suficiente para Jesús y le daba la
fuerza para entrar en el proceso de su aniquilamiento. Oír la palabra de Dios y fiarnos de ella puede aumentar nuestra fuerza espiritual por un
múltiplo. ¿Qué esperamos? Cada día nos da la oportunidad de asimilar la fuerza de Dios. 1. 3 Segunda Lectura: Filipenses 2, 6-11Los creyentes estamos siempre en tensión hacia
nuestro destino definitivo. Igual que Cristo seremos elevados juntos al
Padre. Si sabemos vivir esta Semana
Santa entonces sabremos de nuevo y con mayor fuerza que Padre lo resucitará al
tercer día. Pues nuestra vida debe ser un "calco" de la vida de
Jesús. Tampoco nos abandonará el Padre a nosotros en nuestros sufrimientos y
problemas. También nuestra(s) muerte(s) será(n) destruida(s) y resucitaremos
para gloria de Dios. Este pasaje bíblico parece que es un himno que cantaban
las primeras comunidades cristianas. Que resuene en nuestro corazón y en
nuestra vida. 1.4 Evangelio: la Pasión según San Mateo 26, 14 – 27, 66A nadie le gusta sufrir. Y a nade le gusta escuchar
los relatos del sufrimiento de otros. La repugnancia desaparece cuando se trata
de una persona que nos importa mucho. Entonces aceptamos escuchar los detalles
terribles de sus angustias porque de alguna manera queremos tomar parte. Así es
cuando muere un ser queridos y no hemos podidos estar presentes, nos interesan
hasta los mínimos detalles de su paso a la otra vida. La pasión de Cristo tiene un significado aún mayor para nosotros.
Nos afecta directamente. En la pasión de Cristo Dios ha hecho la paz entre Él y nosotros que nos hemos vuelto
antagonistas de Dios por nuestros pecados. En ella ha comenzado nuestra
salvación. Cada gesto y cada palabra de Cristo es una invitación a dejarnos
marcar por el mismo espíritu de mansedumbre, de entrega generosa. Cierto santo al leer la Biblia solía repetir
continuamente: "¡Por mí!" 2 Reflexionemos2. 1 Los PadresLa semana santa ofrece una oportunidad muy buena de
poder pasar un largo fin de semana para estar junto con los hijos, para irnos
de campamento, para descansar. Necesitamos eso. Durante la segunda guerra mundial el hijo de un comandante norteamericano fue
herido y había quedado aislado en una colina. El herido grita pidiendo auxilio y que siquiera le den un
poco de agua. El padre ofrece cielo y tierra al que iría a rescatarlo pero
nadie se atrevía porque el herido quedaba directamente en la línea de fuego enemigo. De repente ven
como un soldado enemigo sale de la trinchera y se acerca al herido. Se ve
claramente que algo tiene en la mano. ¿Será una granada? El comandante manda
abrir fuego contra ese soldado y lo matan. Cuando horas después logran expulsar
a las fuerzas enemigas y subir a la colina encuentran al soldado enemigo muerto
muy cerca del herido. Lo único que tiene en la mano era una cantimplora con
agua. Más tarde descubrieron que el soldado enemigo era sacerdote católico. Jesús también murió por querer salvarnos. ¿Nos vamos
de campamento? 2. 2 Con los HijosCon el domingo de Ramos damos comienzo a la semana
santa, la semana de nuestra salvación. Cuentan que un comandante nazi del campo
de concentración ordenó como represalia a que muera un grupo de presos. Uno de
ellos suplicó que le perdonen porque era padre de familia. En ese momento otro
se ofreció ocupar su lugar y el comandante se lo concedió. Fue el P.
Maximiliano Kolbe a quien la Iglesia ha declarado santo. Se pueden imaginar que la familia nunca ha
olvidado al P. Maximiliano porque había salvado la vida de la padre
familia. Nosotros celebramos esta
semana a Jesucristo que ha dado su vida por nosotros. Vamos a conversar un poco
acerca de ¿cómo recordar este hecho? 2. Relación con la MisaLa eucaristía es realmente el resumen, el origen y la
cumbre de nuestra salvación. La
comunidad reunida ofrece a Dios el sacrificio de Cristo. El Padre renueva con
nosotros el pacto, la alianza que ha pactado en la sangre de su Hijo. Celebrar
bien la semana santa significar celebrar cada eucaristía en la cual
participamos. 4. Vivencia familiarSólo tenemos una sugerencia: que toda la familia
celebra la semana santa con su comunidad parroquial. 5. Nos habla la Iglesia" Así como
Cristo fue enviado por el Padre, Él a su vez envió a los Apóstoles,
llenos del Espíritu Santo. No sólo los envió a predicar el evangelio a toda
criatura y a anunciar que el Hijo de Dios, con su muerte y resurrección, nos
libró del poder de Satanás y de la muerte y nos condujo al reino del Padre,
sino también a realizar la obra de salvación que proclamaban mediante el
sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda la vida
litúrgica. Y así, por el bautismo los hombres son injertados en el misterio
pascual de Jesucristo: mueren con Él, son sepultados con Él y resucitan con Él;
reciben el espíritu de adopción de hijos, por el que clamó: Abba, Padre (Rm 8,
15), y se convierten así en los verdaderos adoradores que busca el Padre. Así
mismo, cuantas veces comen la cena del señor Proclaman su muerte hasta que
vuelva... Desde entonces la Iglesia nunca ha dejado de reunirse para celebrar
el misterio pascual: leyendo cuanto a Él se refiere en toda la Escritura (Lc
24,37), celebrando la Eucaristía, en la cual "se hacen denuevo presentes
la victoria y el tirunfo de su muerte" (Concilio Vaticano II, Liturgia n.
6). 6. Leamos la Biblia con la IglesiaLunes Isaías
42, 1-7 Jn 12, 1-11 Martes Isaías
49, 1-6 Jn 13, 21-33.36-38 Miércoles Isaías
50, 4-9ª Mt 26,
14-25 7. Oraciones7. 1 Frente a la muerte(Pensamientos del P. Héctor Cárneas SS.CC. que sabía
que su cáncer de la boca iba a ser la puerta hacia el Señor) "Se es plenamente papá, mamá, religioso o
sacerdote sólo después de muerto... Antes no se ha entregado todo". Si no sientes que en tu pecho arde el amor de
Cristo... toda vía no has nacido". "Los pobres de la tierra son sacramento de
Cristo resucitado". "Padre, hay días que tengo vergüenza de
presentarme ante ti con la libreta de notas de mi vida. ¡Cuántas jaladas!
¡Cuántas notas mediocres! ¡Qué pocas buenas o sobresalientes!". "Tolo lo que tengo lo daría por sólo poder comer
un pan, por masticar y saborear. Cristo me hizo así, pobre. Tan pobre, que
dificulto otro quisiera cambiar mi lugar con el suyo. Y al despojarme de todo,
me ha hecho más libre para amar a semejanza de Cristo, para redimir con Él en a
cruz, el pecado que no puede librarse sin oración y sin dolor". "Lo más doloroso de la muerte, es hacer sufrir a
los que uno ama". "Muerte, qué mal hacen en pintarte de negro. Yo
e veo llena de luz, tú me das alas blancas de libertad, tú eres el 'revelado de
la fotografía' de mis días". "Sin amor el dolor nunca es cruz. Sin Cristo la
cruz nunca es redención". 7.2 Himno "Gloria, laus et honor" (Teodulfo de Orleans +827)Mira como celebramos este día con corazón creyente, mira como abrimos el ciclo de las fiestas santas del
año. Que los ramos, Señor, signifiquen todo el esfuerza y
toda la lucha que en servicio alegre y amoroso a ti presentamos. Que los ramos de olivo, Señor, sean ofrenda preciosa de los dones que tu Espíritu obra en nosotros: piedad, verdad y luz. Haz que seamos pequeños en maldad haz que seamos adultos y fuertes en el camino que nuestros padres nos enseñaron. Así como hoy peregrinamos hoy con cantos y ramos hacia el santuario de tu amor así queremos peregrinar a través de este mundo hacia la ciudad celestial. Amén. 7.3 Súplica del Obispo Helder Camara"Cristo, haz que yo pueda ser tu borrico".
|
|