Solemnidad de la Santísima Trinidad A - Comentarios de Sabios y Santos: con ellos preparamos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
A su servicio
Exégesis: Servicio Bíblico Latinoamericano - sobre las 3 Lecturas
Comentario Teológico: DABAR - La ley acusa desde fuera. El Hijo salva desde
dentro
Comentario Teológico: Hans Urs von Balthasar - La Santísima Trinidad
Santos Padres: San Agustín - El mismo amor a lo conocido lleva a un
conocimiento mayor
Aplicación: J. Marti Ballester - Amor que no se agota
Aplicación: Antonio Luis Martínez - El amante, el amado y el amor
Ejemplos
Falta un dedo: Celebrarla
Comentarios a Las Lecturas de la solemnidad
Exégesis: Servicio Bíblico Latinoamericano - Sobre las 3 Lecturas
El pueblo se compromete a cumplir la promesa que Dios manda (Ex.19,8); están
agradecidos con ese Dios que los ha liberado de la esclavitud y la opresión.
Pero de camino a la tierra prometida la debilidad del hombre, hace que se
olvide de la palabra dada. Aferrándose a sus frágiles seguridades, reniega
de su Dios, cambiándolo por los dioses paganos de Canaán representados en un
becerro de oro (Ex. 32,4-5). Sin embargo, Dios sigue manifestándose a su
pueblo con su fidelidad y compromiso a la palabra pactada. El capítulo 34
del libro del Exodo contiene el relato (Yahvista) de la alianza del Sinaí.
El redactor final lo incluyó para describirnos el pacto renovado de Dios con
su pueblo, porque esta alianza crea un vínculo indestructible, una alianza
de amor que está por encima de la inestabilidad e infidelidad humana. El
texto se ha elaborado teniendo en cuenta el género literario de una teofanía
donde se destacan los siguientes elementos:
* Manifestación de Dios: "El Señor bajó de la nube y se quedó con El, allí"
(v.5). Bajar de la nube es símbolo de la presencia trascendente de Dios.
* La autodefinición de Dios en el versículo 6: "Dios compasivo y
misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad" se convierte
para los judíos en un profundo resumen de la naturaleza de Dios.
* Moisés mediador entre Dios y su pueblo (v.9): "Es un pueblo de cerviz
dura" con estas palabras Moisés reconoce la infidelidad del pueblo de
Israel, la poca capacidad de perseverancia y fe en el Dios liberador que los
sacó de la esclavitud y los conduce con amor misericordioso por el desierto
hasta la tierra prometida.
El texto nos presenta con crudeza la realidad de la condición humana en
cuanto a la palabra dada, que desafortunadamente es, con frecuencia, palabra
falsa. Se resalta el fracaso de la alianza que hace poco fue pactada y que
el pueblo rápidamente ha olvidado. Así pues, este relato de la manifestación
de Dios a su pueblo es una confrontación entre la dureza de cerviz del
pueblo y el amor compasivo y misericordioso de Dios. Tema que recorre toda
la historia de Israel para llamar la atención sobre la idea de que Israel es
el pueblo elegido, pero no por sus propios méritos, sino por la acción
amorosa de Dios.
Al final de la segunda carta a los Corintios es una invitación que hace
Pablo a esta comunidad, para que viva en la alegría, la perfección, la
unidad y la paz. No hay duda que en esta comunidad eran frecuentes los
conflictos, las divisiones, y los problemas. Por eso Pablo les dedica más
tiempo y en su saludo final insiste sobre esto. La misma invocación
trinitaria que aparece en forma explícita y elaborada, reafirma el mensaje
que Pablo quiere dar a esta comunidad, como estaba reconociendo en las tres
divinas personas, atributos como "gracia / don", "Amor y Comunión" (v. 13).
La unidad trinitaria aparece aquí, no como la definición de un misterio
ontológico total, es decir, como una definición del ser de Dios, que para
nosotros resultaría lejano y abstracto. Pablo define la Trinidad con
dimensiones cercanas a nuestra realidad. Creer en la Santísima Trinidad es
dejarse llenar de su gracia para vivir en la caridad, la solidaridad y la
comunión con los demás.
La conversación entre Jesús y Nicodemo transcurre de noche, este último era
miembro importante del grupo de los fariseos que se oponían violentamente a
Jesús (Juan 3,1). El impacto de esta conversación marcó la vida de Nicodemo
que creyó y se convirtió al Reino de Dios.
Jesús habla del proyecto de salvación de Dios basado en el amor y la entrega
"Tanto amó Dios al mundo que le dio a su hijo único". Un amor intenso que
Dios tiene por la humanidad.
En Jesús, Dios reafirma su alianza con el pueblo: la traducción litúrgica
(entregó) presupone un verbo griego, que en el lenguaje cristiano primitivo
se refería a la muerte en la cruz; pero el verbo empleado (dio) no mira
hacia la cruz sino a la "venida al mundo"; la entrada del hijo de Dios en el
mundo de Dios estrechando lazos de unidad entre Dios y la Humanidad.
Jesús habla de salvación y vida eterna en contraposición al castigo,
condenación y perdición. El proyecto de salvación de Dios personificado en
Jesús y el proyecto del mundo, entendido este último en dos dimensiones,
lugar de residencia del hombre, pero también lugar donde el hombre dejándose
llenar por la comodidad, el poder y la autoridad se aleja de Dios (vv.
16-17). Le toca ahora a la humanidad representada en Nicodemo hacer la
elección entre los 2 proyectos.
Nosotros, al igual que el pueblo de Israel, rompemos los compromisos
pactados, las promesas de amor, entrega y amistad, no sólo con Dios sino con
los demás. Es más fácil cambiar la fidelidad, el amor, el compromiso, por la
infidelidad, el olvido, la indiferencia, en nuestro afán desenfrenado de
poseer riquezas, comodidades e incluso personas.
Pero Dios vuelve a darnos una lección de Amor que es el vínculo de la
alianza perfecta. Dios sigue manifestándose, sigue "bajando de la nube" y
quedándose con nosotros a pesar de nuestra debilidad humana, de nuestra
condición pecadora; a pesar de que muchas veces lo cambiemos por el dios
dinero, el dios poder, el dios tener. Porque Dios ante todo es Padre
Misericordioso con corazón de madre que protege y cuida a sus hijos a pesar
de su condición humana de infidelidad.
Hoy la iglesia celebra la fiesta de la Santísima Trinidad; ejemplo de la
comunidad perfecta basada en el amor de Dios a los hombres: El evangelio de
Juan nos lo recuerda: tanto amó Dios al mundo... un amor sin límites, ni
condiciones, un amor incompresible a la mente humana.
En Dios Hijo se reafirma la intensidad de ese amor. Su vida, su entrega, su
opción por los más necesitados, que lo lleva a darlo todo e incluso hasta la
vida misma.
En Dios Espíritu Santo está la presencia amorosa de Dios en las primeras
comunidades. El fortalece y vivifica el caminar de los creyentes aún en
medio de problemas y divisiones.
Creer en la Santísima Trinidad significa:
* Vivir en comunidad con Dios Padre Creador de todo cuanto existe, que nos
invita a seguir su obra creadora construyendo proyectos de vida para el bien
de la humanidad.
* Vivir en comunidad con Dios Hijo: Jesucristo; Salvador, redentor y
liberador que nos invita a luchar contra toda clase de opresión, a vivir en
la entrega y el servicio a favor de los más necesitados.
*Vivir en comunidad con Dios Espíritu Santo que renueva nuestras fuerzas,
nos humaniza, solidariza y nos guía en el proyecto de construcción del Reino
en nuestros hogares y nuestras comunidades.
Para la revisión de vida
La Trinidad es "un ser vivo" (valga la expresión) y no una complicada
doctrina; por eso, la Trinidad es más para vivirla que para explicarla,
igual que las personas están para que las queramos y compartamos con ellas
la vida, no para convertirlas en esquemas teóricos y doctrinales. ¿Qué es la
Trinidad para mí: una complicada teoría de la doctrina que he de creerme, me
parezca bien o mal, o un misterio, ciertamente, pero que he de acoger con
cariño y del que he de aprender a vivir en comunidad, como comunitario es
nuestro Dios?
Para la reunión de comunidad o grupo bíblico
- Dios estableció una Alianza con el pueblo judío basada en la Ley; pero
luego renovó esa Alianza, con toda la humanidad, basándola en el amor y
sellándola no en unas tablas de piedra sino en una persona: su Hijo Jesús.
¿Mi fe se basa en el cumplimiento de la ley, o en la relación de amistad y
amor con Dios?
- Alegría, gusto por el progreso espiritual, fraternidad, un corazón común y
vivir en paz: ¿es éste el clima de nuestras asambleas litúrgicas, de nuestra
comunidad?
- Dios no se revela a la humanidad a través de la Ley, sino a través de su
Hijo; por tanto, no se revela como legislador que dicta lo que hay que
hacer, sino como Padre; así, el Hijo no es alguien que nos enjuicia desde
fuera, sino alguien que comparte nuestra suerte y, por eso, nos salva;
¿dónde busco yo la salvación: en el cumplimiento de las leyes o en la
amistad con Jesús? ¿Realmente creo en un Dios que no ha mandado a su Hijo
para juzgarnos sino para salvarnos? ¿Realmente he superado el "miedo al
juicio" o vivo angustiado por él?
(SERVICIO BÍBLICO LATINOAMERICANO)
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Comentario Teológico: DABAR - La ley acusa desde fuera. El Hijo
salva desde dentro
Dialogo Jesús-Nicodemo, centrado en la necesidad de nacer de nuevo y de
arriba. Por el desarrollo del diálogo se entrevé que el arriba tiene la
altura de la cruz, en la que se pondrá de manifiesto el espíritu que Jesús
transmite. Por eso en este mismo diálogo el nacer de arriba es sinónimo de
nacer del espíritu.
Nicodemo, maestro de Israel, representa la concepción religiosa que empezaba
a ser la preponderante en tiempos de Jesús. Según esta concepción, Dios se
ha revelado de una vez por todas en la Ley y sólo en la Ley. La relación del
hombre con Dios pasa necesariamente por la Ley. El hombre sólo puede
encontrar a Dios en los mandamientos de Dios. La revelación de Dios es, pues
Ley y sólo Ley.
Frente al modo de concebir la relación Dios-hombre propuesta por Nicodemo,
Jesús propone otra muy distinta. Dios no se revela al mundo(=a los hombres)
a través de la Ley, sino a través de su Hijo. Por consiguiente, no se revela
como legislador que dicta lo que hay que hacer, sino como Padre. El Hijo, en
consecuencia, no es alguien que enjuicia desde fuera (esto es propio de la
Ley), sino alguien que comparte desde dentro y por eso salva. Padre e Hijo
no son ni el superyo ni representan un tipo de misericordia paternalista. Lo
que cada uno seamos, nuestro enjuiciamiento, esto es obra exclusiva nuestra,
de la postura que adoptemos ante el Hijo. Queda, pues, excluido todo
enjuiciamiento externo y en base al cumplimiento de la Ley.
(DABAR 1981/35)
Comentario Teológico: Hans Urs von Balthasar - La Santísima Trinidad
1. Rico en clemencia y lealtad.
La Antigua Alianza, como muestra la primera lectura, no sabe nada todavía
del misterio íntimo de Dios, de su Trinidad. Pero tiene, como muestra Moisés
aquí, un profundo e inaudito sentido de la libertad interior de Dios, de su
poder y de su plenitud de vida, que se expresa ante el pueblo en todos los
atributos que se reconocen a Dios: él es «compasivo y misericordioso, lento
a la ira y rico en clemencia y lealtad». Se le puede pedir que se digne
caminar con el hombre, perdonar su culpa y su pecado. En estas expresiones
no hay el menor rastro de un querer influir mágicarnente sobre el ámbito de
lo divino, todo es reconocimiento de lo que Dios es en sí,
independientemente del hombre. Dios no tiene necesidad de la alianza con
Israel para conservar estos atributos. Más bien Israel confía en estos
atributos propios de Dios desde siempre: «Tómanos como heredad tuya».
2. La Trinidad como saludo.
Jesús ha revelado el misterio íntimo de Dios distinguiéndose a sí mismo del
Padre pero manifestándose al mismo tiempo como procedente de El, y
distinguiendo además muy claramente al Espíritu Santo, de él y del Padre,
aunque el Espíritu es el vínculo de su amor recíproco. Con la encarnación
del Hijo, la vida íntima de Dios, independiente del mundo y conocida ya en
la Antigua Alianza, no sólo se hace cognoscible para el mundo, sino que éste
puede tener parte en ella: no en el sentido de que el mundo quede absorbido
en Dios, sino en cuanto que puede entrar en el eterno círculo del amor en
Dios. Son muchas las fórmulas neotestamentarias que alaban la vida
trinitaria de Dios; en la segunda lectura aparece una muy clara que parte de
«la gracia de nuestro Señor Jesucristo», pues efectivamente toda la
revelación de la Trinidad comienza con su gracia, que consiste en que él nos
ha dado a conocer «el amor de Dios» Padre en toda su existencia, también y
sobre todo en su pasión y muerte; pero todo esto sería demasiado elevado e
incomprensible para nosotros si no tuviéramos además la «comunión del
Espíritu Santo», es decir, la participación en este Espíritu, mediante el
cual somos introducidos en la «profundidad de Dios» (1 Co 2,10) que sólo El
conoce.
3. La auténticas dimensiones del amor divino
Pero sólo el evangelio nos permite entrever las auténticas dimensiones del
amor divino. Jamás podríamos haber imaginado que el Padre eterno, que ha
prodigado ya y por así decirlo agotado todo su amor en el Hijo engendrado
por él, amara tanto al mundo creado que pudiera incluso entregar por él a su
«Hijo predilecto» (Mt 3,17; 17,S), a las tinieblas del abandono de Dios y a
los terribles tormentos de la cruz. Esto, que parece un sinsentido, sólo
tiene sentido si este sacrificio del Hijo se ve al mismo tiempo como su
glorificación suprema: el Hijo muestra todo el amor del Padre precisamente
«amando hasta el extremo» (Jn 13,1); el amor de ambos, Padre e Hijo, se
muestra en esta entrega como un único amor: en el Espíritu Santo. Sólo este
amor absoluto es al mismo tiempo la verdad -«gracia y verdad» son una misma
cosa (Jn 1,14)-, por lo que el que no lo reconoce se excluye a sí mismo de
la verdad y se entrega al juicio. Si el amor trinitario es lo único
absoluto, todo el que lo rechaza se juzga a sí mismo.
(HANS URS von BALTHASAR, LUZ DE LA PALABRA, Comentarios a las lecturas
dominicales A-B-C, Ediciones ENCUENTRO.MADRID-1994.Pág. 73 s.)
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Santos Padres: San Agustín - El mismo amor a lo conocido lleva a un
conocimiento mayor
Amadísimos, no esperéis oír de mis labios las cosas que entonces no quiso
decir el Señor a sus discípulos, porque no podían soportarlas. Antes bien,
progresad en el amor, que ha sido derramado en vuestros corazones por el
Espíritu Santo que se os ha dado, a fin de que, con el Espíritu encendido y
enamorados de las bellezas espirituales, podáis conocer con la vista y el
oído interiores la luz y la voz espirituales, que los hombres carnales no
pueden soportar, y que no se manifiestan de modo alguno a los ojos del
cuerpo, ni tienen sonido capaz de ser escuchado por los oídos corporales. No
se ama lo que se desconoce totalmente. Mas cuando se ama lo que ya se conoce
de algún modo, el mismo amor lleva a un conocimiento superior y más
perfecto. Si, pues, progresáis en la caridad que el Espíritu Santo derrama
en vuestros corazones él os enseñará toda la verdad, o, según se lee en
otros códices, él os guiará a toda verdad (Jn 16,13). Por ello se dijo:
Enséñame, ;oh Yavé!, tus caminos, para que camine en tu verdad (Sal 88,11).
De esta manera, sin necesidad de maestros externos, llegaréis a conocer las
cosas que el Señor no quiso decir entonces. Dejaos instruir por Dios, para
que podáis contemplar con vuestra propia inteligencia las cosas que habéis
aprendido y creído a partir de las lecturas y explicaciones externas acerca
de la naturaleza incorpórea de Dios, que no puede estar circunscrita a un
lugar ni extendida como una masa enorme a través del espacio, sino que está
en todo lugar íntegra, perfecta e infinita, sin brillo de colores ni
configuraciones de líneas, sin signos de letras, sin sucesión de sílabas.
Quizá haya dicho algo que os puede haber resultado fuerte, pero lo habéis
aceptado; no sólo lo habéis soportado, sino que lo oísteis con agrado.
Pero si el maestro interior, que dijo exteriormente a los discípulos: Aún
tengo muchas cosas que deciros, mas no podéis soportarlas ahora (Jn 16,12),
quiere deciros interiormente lo que yo os indiqué sobre la naturaleza
incorpórea de Dios, del modo como lo dice a los santos ángeles que están
viendo siempre el rostro de su Padre, no podríamos todavía soportar su peso.
Por este motivo pienso que las palabras: Os enseñará toda verdad, u Os
guiará a toda verdad, no pueden cumplirse en cualquier inteligencia en esta
vida. En efecto, ¿quién viviendo en este cuerpo que apesga al alma, será
capaz de conocer toda la verdad, si dice el Apóstol que sabemos sólo en
parte? Pero es el Espíritu Santo, de quien hemos recibido ahora la prenda,
el que nos garantiza que llegaremos a la plenitud de que habla el mismo
Apóstol: Entonces le veremos cara a cara; y: Ahora conozco sólo en parte,
pero entonces conoceré como soy conocido yo (1 Cor 13,9.12). No es en esta
vida donde conoceremos todo ni donde llegaremos al perfecto conocimiento que
el Señor nos prometió para el futuro mediante el amor del Espíritu Santo, al
decir: Os enseñará toda la verdad, u Os guiará a toda verdad.
(Comentarios sobre el evangelio de San Juan 96,4)
Aplicación: J. Marti Ballester - Amor que no se agota
1 Quienes ha gozado de la experiencia de un padre bueno, como Teresita del
Niño Jesús, por poner un ejemplo, tienen un gran camino recorrido para
conocer a Dios, "Señor Dios, compasivo y misericordioso, lento a la ira y
rico en clemencia y lealtad" (Éxodo 34,4). Quienes no hayan gozado tal
experiencia tendrán que limpiar su memoria, las huellas de su experiencia,
para conocer a Dios Padre. El de Teresita, al morir su esposa, tuvo que
convertirse en padre y madre de la niña de cuatro años. Y la ternura del
padre, sirvió a la santa para mejor concer el amor de dios Padre. Dios Padre
y Madre, Dios ternura, Dios amor.
2 Se da en el mundo mucha importancia a la inteligencia. Sin embargo no es
la inteligencia la que nos hace personas, sino la relación. La relación de
dios paterno-filial de amor es el principio de las tres divinas personas.
Pues dios es tan grande, que su actividad no se agota en una persona, sino
en tres.
3 "Dios no mandó a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él" (Juan 3,16). Cuando un recién nacido aparece en una
familia, al principio siente a su alrededor una ternura y un cariño difusos.
Poco a poco va poniendo nombre a esa ternura: papá, mamá, los nombres de sus
hermanos. Los creyentes han seguido un camino semejante al del niño. Primero
ha sido la ternura difusa. Después nuestro hermano mayor Jesús, nos ha
sugerido los nombres de las pesonas divinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Pero las palabras se quedan pequñas cuando han de expresar a Dios. "Se habla
de tres personas, por decir algo y no quedarse callados" (San Agustín).
4 El amor inagotable del Padre lelleva a enviarnos a su Hijo al mundo para
comunicarnos la vida eterna. No viene el Hijo en misión negativa de
"condenar" . Sino a cumplir un encargo positivo: que el mundo tenga vida
eterna. Los condenados no lo son por voluntad del Padre, sino porque ellos
no han dejado actuar al Salvador en su vida. El designio de Dios irrevocable
es que todos participen de su vida eterna. No participar de ella es alejarse
ellos mismos de la casa del Padre,m con gran dolor del Padre, que "tanto amó
al mundo que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que
creen en él, sino que tengan vida eterna".
5 Esa vida eterna ha comenzado ya: Dentro de nosotros vive como en un
templo, la santa Trinidad. Estar atentos a su adorable presencia, al estilo
de Isabel de la Santísima Trinidad, que les llamaba "mis Tres", es su gloria
y nuestra alegría y salvación.
6 Hemos rezado el salmo, pero que nos quede su regusto para toda la semana:
"A Él gloria y alabanza por los siglos". Profundicemos en la contemplación
del Misterio con la luz del Espíritu Santo, y adoremos filialmente al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo.
7 Transportemos hoy ese amor trinitario a la familia, en la que encontramos
una imagen de la Trinidad. Si en la familia en vez de reinar el amor domina
el egoísmo, ocurre la esterilidad. No se deja paso al hijo del amor. Se
llama amor a otra cosa. Porque el amor es siempre crucificante. Comenzando
por el Padre que entrega al Hijo a la cruz, y siguiendo en el Hijo que
acepta el cáliz que le ha preparado su Padre. Cuando hay amor alguien tiene
que morir, el que ama. El que no ama no quiere morir. Y esto cada día, cada
instante. Si amo, lo mejor para ti; si amo he de estar en la cruz.
En un mundo en que sólo se busca el placer y el poder, (el poder porque
facilita el placer, ¿no se habla de la erótica del poder?): ¿no es el poder
una corona de espinas, que cuando más duele es cuando se la quitan?; pues en
este mundo, los cristianos, familia de Dios amor, tenemos mucho que decir y,
sobre todo, que hacer.
8 Prosigamos la celebración eucarísitca, y avivemos nuestra fe en la
presencia de la santa Trinidad sobre el altar, ya que por la
"circuminsesión", donde hay una persona están las tres, que vienen a
trinitizarnos y a cristificarnos, por los frutos del pan eucarístico.
(J. MARTI BALLESTER)
Aplicación: Antonio Luis Martínez - El amante, el amado y el amor
Después de la celebraciones pascuales, celebramos hoy la Solemnidad de
las Santísima Trinidad. Pero, por desgracia, es un misterio que ha tenido
una presentación catequética tan deficiente que se presenta, para muchos
cristianos, más como una dificultad para hacer mas meritoria la fe que, como
efectivamente lo que es: la revelación de quien es Dios en su esencia
hecha por Jesús.
Para quien tenga las dificultades aludidas y lea el evangelio de hoy se
sorprenderá que Cristo presente el comienzo de la vida cristiana, el
sacramento del bautismo, como una consagración al Padre al Hijo y al
Espíritu Santo.
Todo esto nos descubre la necesidad que aprovechemos este día -las oraciones
y las lecturas de la misa- para evangelizarnos, es decir: darnos la buena
noticia que Jesús quiso transmitirnos al anunciarnos que Dios es Padre, Hijo
y Espíritu Santo y hagamos de esta revelación una gozosa experiencia que
proporcione densidad la nuestra vida espiritual y la conforme con la
dimensión trinitaria de
la consagración bautismal que ha marcado para siempre nuestra vida.
De la mejor catequesis recordamos una descripción del misterio de
nuestro Dios que nos puede ayudar en la tarea propuesta: " El Padre es el
Amante, el Hijo es el Amado y el Espíritu Santo es el Amor".
En el bautismo, la acción del Espíritu Santo -el Amor- nos hace
miembros de Cristo -el Amado- y , por tanto, objeto amoroso del Padre
-el Amante-. Meditemos sobre esta realidad, dirijámonos desde ella a
cada una de las Divinas Personas y así nos iniciaremos en la
experiencia trinitaria a la que nos invita el evangelio de Jesús.
(Antonio Luis Martínez, Semanario "Iglesia en camino", Archidiócesis de
Mérida-Badajoz)
San Agustín y la Santísimo Trinidad
Una curiosa costumbre de los esquimales.
Los esquimales tradicionales tienen una bella costumbre: cuando a
alguien le ha sucedido algo desacostumbrado fuera de casa, al volver se
sienta en el suelo contra la pared sin decir nada. Al fin, uno de la familia
nota que algo le ha debido de suceder y le pregunta: "¿Qué es lo que ha
pasado?" Y entonces él le cuenta todo lo que pasó.
El silencio y el gesto de sentarse apoyado en la pared, era la preparación
para contar y escuchar la experiencia personal.
La costumbre de los esquimales de observar en qué estado de ánimo un
familiar vuelve a la casa, nos dice que preocuparse por los demás es un
signo de amor verdadero y de interés. Si somos una verdadera imagen de la
SS. Trinidad y nos sentimos hermanos en Cristo, tenemos que portar los unos
los pesos de los otros "Sopórtense los unos a los otros" (Col 3,13).
¿Qué es el misterio de la Santísima Trinidad?
Así respondió el Padre Pío de Pietrelcina a esta pregunta:
"El padre, con sencillas palabras, comenzó a disipar las dudas: "Hija,
¿quién puede comprender y explicar los misterios de Dios? Se llaman
misterios precisamente porque no pueden ser comprendidos por nuestra pequeña
inteligencia. Podemos formarnos alguna idea con ejemplos. ¿Has visto alguna
vez preparar la masa para hacer el pan? ¿qué hace el panadero? Toma la
harina, la levadura y el agua. Son tres elementos distintos: la harina no es
la levadura ni el agua; la levadura no es la harina ni el agua y el agua no
es la harina ni la levadura. Se mezclan los tres elementos y se forma una
sola sustancia. Por lo tanto, tres elementos distintos forman unidos una
sola sustancia. Con esta masa se hacen tres panes que tienen la misma
sustancia pero distintos en la forma el uno del otro. Eso es, tres panes
distintos el uno del otro pero una única sustancia.
Así se dice de Dios: Él es uno en la naturaleza, Trino en las personas
iguales y distintas la una de la otra. El Padre no es el Hijo ni el Espíritu
Santo; el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Son tres personas
iguales pero distintas. Sin embargo, son un solo Dios porque única e
idéntica es la naturaleza de Dios".