Domingo de Pascua 2 A - Catequesis preparatoria para niños: preparemos la Acogida de la Palabra de Dios durante la celebración de la Misa dominical
Recursos adicionales para la preparación
2.1 Catequesis 1: Felices los que
creen sin haber visto
2.2 Catequesis 2: Jesús perdona
Falta un dedo: Celebrarla
Primera Lectura:
Hechos
2, 42-47
Segunda Lectura:
1
Pedro 1, 3-9
Evangelio:
Juan
20, 19-31
2.1 Catequesis 1: Felices los que creen sin haber
visto
2.1.1 Meta
La fe nos viene por lo escuchado.
Esto vale en toda su dimensión para la Resurrección de Cristo. Necesitamos
anunciar al niño que Cristo vive. Un poco de jolgorio durante la
catequesis le ayudará al niño a percibir algo de la alegría pascual.
2.1.2 La Catequesis
Ejercicio
A uno o dos de los niños presentes
se les venda los ojos y se les da una cuchara apra que, tocando con ella la
cara de otro niño (el catequista guía la mano para que no puedan hacer daño),
traten de adivinar quién es. Luego lo hacen con el dedo índice y finalmente le
pide que diga algo. ¿Cuál es la manera más adecuada para reconocer al otro.
Se reconoce fácilmente al que nos
ama
A un niño que había nacido ciego le
operaron con éxito. Llegó el día cuando le iban a quitar las vendas de los ojos
y el niño iba a ver por primera vez. La mamá del niño que había trabajado mucho
durante su vida y se veía acabada. Ella temía que el hijo al ver a su madre con
el rostro demacrado por las preocupaciones se iba a llevar una desilusión. Por
eso pidió a su hermana menor que haga las veces de mamá porque era muy bonita.
Le quitaron las vendas al niño y en verdad pudo ver. Cuando el niño preguntaba
por su mamá, se le acerca una mujer muy hermosa y lo toma de la mano. El niño cierra los ojos y tanteando la mano
de la mujer dijo: “Tú no eres mi mamá porque tus manos no son las manos de mi
mamá”. Se acerca una mujer de más edad y lo toma de la mano. El niño cierra nuevamente
los ojos y dice: “Esta es mí mamá porque estas son sus manos. Son callosas y
arrugadas pero no hay mano que pueda acariciar más suavemente. Por favor,
háblame para estar seguro”.
Los discípulos reconocen al Señor
(Sugerencias para el diálogo)
El evangelio nos ha contado que los apóstoles
estaban encerrados en el cenáculo, creyendo que Jesús estaba muerto. Pueden
imaginarse la sorpresa cuando Jesús se presenta ante ellos. ¿Quién ah visto a un muerto que vuelve del
sepulcro? Recién se atreven a aceptar la realidad y lo reconocen cuando les enseña...
(Las manos y los pies). ¿Qué tenían de característico las manos, los pies y el
costado de Jesús?... (Las marcas de los clavos y de la lanza). Ellos pensaban
que todo había terminado y de repente todo es nuevo, todo comienza otra vez
pero de manera mucho mejor de lo que era antes. Ahora ustedes pueden saber
porqué les he contado del niño ciego. ¿Cómo reconoció a su madre?... (Por sus
manos). Eran manos callosas y arrugadas, ¿porqué?... (Porque había trabajado
mucho). Las mamás y los papás trabajan mucho porque aman a sus hijos. Así que
cuando tocan las manos arrugadas ustedes saben que están gastadas porque han
trabajado por ustedes. Los apóstoles reconocen a Jesús porque se ha dejado
clavar. ¿Por qué?... (Porque los ama). Recuerdan que el mismo dijo en la última
cena: “Tomad y comed todos de él porque esto es mi cuerpo que será entregado
por vosotros... sangre derramada por
vosotros”.
Reconocer a Jesús
¿Quién de ustedes quisiera ver a
Jesús?... (Todos). Pero somos como ciegos. No lo vemos. Estamos un una
situación peor que el niño al que han operado. Nosotros no podemos tocar la
mano de Jesús. Podemos tocar la cruz, el altar, etc. Son objetos sagrados pero
no es como poder decir: esto es Jesús. ¿Recuerdan qué es lo que pidió a su mamá
para estar realmente seguro de que era ella?... (Le pidió que le hablara. Seguimos con el problema. No hemos escuchado
a Jesús como para reconocer la voz. Jesús ha resucitado. Esto quiere decir que
vive. Él mismo nos ha prometido de
estar con nosotros hasta el fin del mundo. Está aquí. ¿Cómo estar seguros? Nos
gustaría tocarlo, escucharlo pero Jesús le dice algo a Santo Tomás quien quería
creer sólo si lo podía tocar. ¿Qué le
dijo?... (Felices los que creen sin haber visto). Le reprochó su incredulidad.
¿Quiénes le habían dicho que Jesús había resucitado?... (Los demás
apóstoles). Jesús sugiere que debería
haberles creído.
Nos dan testimonio que Jesús ha
resucitado.
Estamos sobre una pista segura.
Jesús dice que son más felices o bienaventurados los que creen sin haber visto.
Es verdad que todos los discípulos han muerto. Pero sus sucesores han transmitido
la Buena Noticia de su resurrección de generación en generación. Tenemos
también hoy en día a muchísimos
testigos que nos dicen que Jesús ha resucitado... (Nuestros padres,
profesores, catequistas, sacerdotes, obispos, el Papa). Cada vez que celebramos
la eucaristía, ¿quién nos habla, quién se nos da en comida?... (Jesús). Jesús
que está vivo, Jesús que ha resucitado. Cuando veo a la gente que va a misa,
cuando te veo a ti y a ti y a ti yo sé que están aquí porque creen que Jesús....
(Ha resucitado, que vive). Cuando cantes y rezas con alegría me doy cuenta que
me estás dando testimonio que Jesús ha resucitad.
Aplicación.
¿Se acuerdan de lo que pidió el niño
ciego a su madre para que estar bien seguro de que era ella?... (Que la
hablara). Esto es lo que necesitamos. Para estar seguros de que Jesús ha
resucitado necesito escucharlo. ¿Cómo?... (En la Palabra, en la
catequesis). Es cierto, cuando uno
escucha con frecuencia la palabra de Dios es como si se estuviera afirmando
dentro de su corazón la fe en Jesús resucitado. Además, nosotros podemos ayudar
a los demás a que crean en Jesús resucitado. ¿Quién le dijo a Santo Tomás que
Jesús había resucitado?... (Los demás apóstoles). De la misma manera nosotros
podemos decirles a los demás nuestra fe en Jesús resucitado. ¿Quién puede
contar cómo Jesús se ha manifestado en su vida resucitado y poderoso? Los
hermanos ortodoxos durante el tiempo de Pascua tienen un saludo muy especial.
Ellos dicen a todos los que encuentran: “Cristo ha resucitado”, y el otro
contesta: “Verdaderamente ha resucitado”.
Nota: sugerimos concluir la
catequesis con el testimonio del(a) catequista contando un acontecimiento de su
vida cuando ha experimentado el poder de Cristo resucitado.
2.2 Catequesis 2: Jesús Perdóna
2.2.1 Meta
Muchas veces nos olvidamos que el poder
perdonar los pecados en nombre de Dios fue el primer regalo que hizo el
Resucitado a su Iglesia. Cada reconciliación con Dios es una especie de
resurrección. El juicio es siempre de misericordia.
2.2.2 La Catequesis
Se hace la representación de un
juicio. Un fiscal acusa ante un juez al niño que ha arrancado flores en el parque
público. La sentencia se escribe la sentencia. Se entrega al fallo al niño y
este lo lee en alta voz: Nunca más podrás ir a ese parque para jugar.
Se lee el evangelio.
Sugerencias para el diálogo.
Todos somos culpables. Porque todos
hacemos mal. Y siempre hay alguien que nos acusa hasta de los pecados más
ocultos. Es como una voz dentro de nuestro corazón. ¿Cómo se llama? ... (La
conciencia). ¿De qué nos acusa?... (Los niños enumeran algunos pecados. Nota:
No hace daño que el catequista confiesa también algún pecado suyo). Al final del Credo dice así: “... Desde ahí
ha de venir a... (Juzgar a los vivos y a los muertos). ¿Quién es ese juez?...
(Jesús).
¿Recuerdan el comienzo del
evangelio?... (Jesús da el Espíritu Santo).
Jesús les da a los apóstoles el poder de... (Perdonar los pecados). Pero
también para retenerlos. Es como decir: “Te quedas con tus pecados y los sigues
cargando”. ¿Cómo podemos hacer para saber si nuestros pecados son perdonados y
retenidos? No podemos preguntar a los apóstoles puesto que han muerto. Pero
ellos dejaron a unos sucesores... (el Papa, los obispos, los sacerdotes). Ellos
pronuncian la sentencia. Vamos a ser valientes, vamos a pedir que nos dicten la
sentencia.
Nota: Si es posible que esté un
sacerdote este entregará la sentencia. Si no es posible, el catequista anuncia
que ya tiene la sentencia dictada de
parte de la Iglesia y la puede entregar a quien quiera.
Acusación
Se acercan los voluntarios. Conforme
vean cómo se dicta la sentencia los demás niños probablemente se acercarán
también. A falta de sacerdote un catequista hace de juez que entrega la sentencia.
Otro catequista hace de conciencia.
La Conciencia dice: “Yo, la
conciencia de este niño, lo acuso ante Dios y ante la Iglesia que ha pecado”.
Se pregunta al niño si es verdad.
Luego se le pregunta si está arrepentido y si quiere cambiar. Entonces se le
entrega la sentencia escrita en una tarjeta que puedo llevar en el reverso la
figura del Resucitado; el niño lee en voz alta: “La Iglesia en nombre de Dios
dicta la siguiente sentencia: Tus pecados te son perdonados porque el Hijo de
Dios hecho hombre ha cargado con tus pecados, los ha estrellado en la cruz y
Dios lo ha resucitado para que tengas vida eterna” (Se varía un poco las frases
de las demás sentencias para hay no sean todas exactamente iguales, p.e., “Tus
pecados son perdonados; vete y no peques más”).
La Conciencia reclama: “Pero hay que
castigarlo de todos modos”.
Se le contesta: “Al que ha sido
perdonado es inocente. Los inocentes no reciben castigo”. (Se varían las
respuestas, p.e., “Jesucristo en la cruz ya ha cargado con el castigo. El
inocente fue castigado por el niño”).
La conciencia dice al niño:
“Entonces ya no tengo nada de que acusarte. Eres inocente”.
¿Por qué la sentencia?
¡Qué maravilloso es, ser siempre
absuelto de las culpas! La sentencia siempre es: “Inocente”. Es que otro ha
cargado con nuestras culpas. ¿Por qué? Recuerdan cuando Jesús aparece a los apóstoles
lo pueden reconocer porque les enseña las llagas. ¿Por qué estas llagas, por
qué Jesús quiso ser clavado en la cruz?... (Por nuestros pecados). Nuestros
pecados lo han matado. Pero Dios lo ha
resucitado para mostrarnos que su amor es más fuerte que nuestro pecado. Así
como Jesús ha perdonado los pecados así la Iglesia puede hacerlo en su nombre.
Para alegrarnos de Jesús resucitado durante esta semana cuando hacemos la
oración de la noche vamos a pedir perdón por los pecados y luego leeremos en
voz alta la sentencia luego de haberse acusado antes Dios.
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar
pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en sustituir
la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al
respecto.