Disfruten de la
Palabra Divina de los Domingos tomados de la
mano de los Padres de la Iglesia, de los Santos y Sabios de todos los tiempos y
del Catecismo de la Iglesia Católica (Nota Bene: Los números consignados entre paréntesis ( ) hacen referencia a los números del Catecismo).También puede saltar a: LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA A LOS CIELOS Misa
vespertina de la Vigilia (15
de Agosto) “Elevada al cielo
por encima de los ángeles, triunfas, María, con Cristo para siempre” INDICE
A. Comentarios de Sabios y Santos I. LA PALABRA DE DIOS
* 1Cro 15,3-4.15-16; 16,1-2:
“Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le
había preparado” * Sal 131,6-7.9-10.13-14:
”Levántate, Señor, ven a tu mansión; ven con el arca de tu poder” * 1Co 15,54-57: “Nos da la victoria
por nuestro Señor Jesucristo” * Lc 11,27-28: “!Dichoso el vientre
que te llevó!” A. Comentarios de Sabios
y Santos
B. Suplementos
II. APUNTE
BÍBLICO-LITÚRGICO
* Dos veces se nos cuenta en la
Biblia el traslado del Arca, una en Samuel y otra en el texto que hoy leemos.
Se resalta el carácter procesional de la entronización del Arca. La Liturgia de
esta tarde quiere que veamos en María la Nueva Arca de la Alianza, Trono de la
Presencia definitiva de Dios con la humanidad. Con toda la importancia que se
da al Arca como signo de Dios en medio de Israel, ahora aquella señal se nos
antoja pálida y de anticipación esta señal nueva y definitiva: la Madre del
“Dios-con-nosotros”. * La respuesta de Jesús (Evangelio)
a la mujer que ha alabado tan generosamente a su madre quiere ir mucho más allá
de lo puramente biológico. La mayor bienaventuranza de María está en su
fidelidad, en su atención a la Palabra. El mismo se ha encargado de mostrarla a
los hombres como modelo de creyente, de aceptación plena del plan de Dios sobre
ella en favor de la humanidad. III. SITUACIÓN HUMANA
* Cuando el hombre encuentra que hay
personas concretas a quienes se pueden aplicar grandes principios, éstos dejan
de ser utópicos. La alabanza de Jesús habría quedado en el aire, como invitando
a los oyentes a buscar quién encajaría con ella. Pero la Iglesia, sabe muy bien
por quién iban dichas. Y no hay más que mirar, leer, contemplar cómo María
escuchaba, cómo contemplaba, cómo guardaba todo en su corazón. IV. LA FE DE LA IGLESIA
* La fe
_ Nuestra Madre en el orden de la
gracia: “``Pero su papel (el de María) con
relación a la Iglesia y a toda la humanidad va aún más lejos. Colaboró de
manera totalmente singular a la obra del Salvador por su fe, esperanza y
ardiente amor, para establecer la vida sobrenatural de los hombres. Por esta
razón es nuestra Madre en el orden de la gracia'' (LG 61)” (968; cf. 967). * La respuesta
_ La Palabra de Dios, fuente de
oración: “La Iglesia recomienda
insistentemente a todos sus fieles...la lectura asidua de la Escritura para que
adquieran la ciencia suprema de Jesucristo...Recuerden que a la lectura de la
Sagrada Escritura debe acompañar la oración para que se realice el diálogo de
Dios con el hombre, pues a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos
cuando leemos sus palabras (DV 25)” (2653; cf. 2654). * El
testimonio cristiano
_ “Hoy descansa en el templo divino,
no fabricado por mano alguna, la que fue también templo del Señor. Hoy el Edén
recibe al paraíso del Nuevo Adán, donde fue otra vez plantado el árbol de la
vida y remediada nuestra desnudez. Desde hoy la Virgen Inmaculada, que no tuvo
jamás afectos terrenos, sino celestiales, ha dejado de habitar en la tierra y
como cielo animado es colocada en las mansiones celestiales” (San Juan
Damasceno, Homilía 2 de la Asunción). _ “(La Iglesia)...es igualmente
virgen, que guarda pura e íntegramente la fe prometida al Esposo, y a imitación
de la Madre de su Señor, por la virtud del Espíritu Santo, conserva virginalmente
una fe íntegra, una esperanza sólida y una caridad sincera” (LG 64). “(María), concebida sin pecado, no
fue contaminada por la corrupción del sepulcro; pues, siendo intacta en su
virginidad, fue constituida tálamo precioso del cual salió Cristo, luz de las
gentes y Esposo de la Iglesia” (Prefacio de la Misa núm. 35 del Misal de la
Virgen). vea:
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