Disfruten de
la Palabra Divina de los Domingos
tomados de la mano de los Padres de la
Iglesia, de los Santos y Sabios de todos los tiempos y del Catecismo de la
Iglesia Católica
(Nota
Bene: Los números consignados entre paréntesis ( ) hacen referencia a los
números del Catecismo).También puede saltar a:
DOMINGO IV DE
PASCUA B
“Entregó su vida como Siervo; ha resucitado
como Buen Pastor, que seguirá al frente de su rebaño hasta el fin de los
tiempos”
Hch 4,8-12:
“Ningún otro puede salvar”
Sal
117,1.8-9.21-23.26.28 y 29: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora
la piedra angular”
1 Jn 3,1-2:
“Veremos a Dios tal cual es”
Jn 10,11-18: “El
buen pastor da la vida por las ovejas”
Anunciar la
resurrección de los muertos exasperaba especialmente a los saduceos, que no
creían en ella, y hacía especialmente difícil la misión apostólica. Tropezar
con quien cree que no hay más palabra de Dios que la propia, y que encima tiene
el poder, es un obstáculo difícilmente superable. Sobre todo si se echa en cara
a esos mismos poderosos haber quitado de en medio a Jesús.
El discernimiento
del buen pastor está gráficamente expresado en san Juan. En primer lugar “da la vida por las ovejas”, aunque sea el
dueño de ellas; “conoce a sus ovejas y las suyas le conocen”, lo cual supone
dedicación personal, cercanía,
amistad...; el buen pastor “reúne a sus
ovejas” , lo que da idea de llamamiento y convocatoria.
El poder y la
libertad no siempre se han llevado bien. El verdaderamente libre no domina,
invita; el que hace mal uso del poder no sirve, manda. Seguramente el hombre
contemporáneo se ve hoy tentado por el afán del poder, al creer que le abrirá
campos nuevos, incluso de mayor libertad. Pero sólo el que se pone a
disposición de otros hace un gesto de libertad interior; sólo el que confía en
la libertad de los otros y la reconoce,
libera.
_ Cristo, Buen
Pastor y la Iglesia, redil:
“La Iglesia, en
efecto, es el redil cuya puerta única y necesaria es Cristo. Es también el
rebaño cuyo pastor será el mismo Dios, como Él mismo anunció. Aunque son
pastores humanos quienes gobiernan las ovejas, sin embargo es Cristo mismo el
que sin cesar las guía y alimenta; Él, el Buen Pastor y Cabeza de los pastores,
que dio su vida por las ovejas” (754; cf. 753.649.881).
_ El Buen Pastor,
modelo del obispo:
“El Buen Pastor
será el modelo y la ``forma'' de la misión pastoral del obispo. Consciente de sus
propias debilidades, el obispo “puede disculpar a los ignorantes y extraviados.
No debe negarse nunca a escuchar a sus súbditos, a los que cuida como
verdaderos hijos... Los fieles, por su parte, deben estar unidos a su obispo
como la Iglesia a Cristo y como Jesucristo al Padre” (896).
_ Nada sin el
obispo:
“Seguid todos al
obispo como Jesucristo (sigue) a su Padre, y al presbiterio como a los
apóstoles; en cuanto a los diáconos, respetadlos como a la ley de Dios. Que nadie
haga al margen del obispo nada en lo que atañe a la Iglesia” (San Ignacio de
Antio-
quía, Smyrn. 8,1)
(896).
_ Cristo,
presente en los pastores de la Iglesia: 1548-1550.
_ “Mirad si sois
en verdad sus ovejas, si le conocéis, si habéis alcanzado la luz de su verdad.
Si le conocéis, digo, no sólo por la
fe, sino también por el amor; no sólo por la credulidad, sino también por las
obras. Porque el mismo Juan Evangelista, que nos dice lo que acabamos de oir,
añade también: ``Quien dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, es
un mentiroso''” (San Gregorio Magno,
hom. 14,3).
El que reconoce
la inconfundible voz del buen pastor, sólo anunciará y proclamará la Palabra del buen pastor.
vea:
clerus.org
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