Catequesis
Dominical para Niños
Domingo 2 de Cuaresma A
Catequesis Escuchar a Jesús
1. Meta
¿A cuántos de nosotros no nos
gustaría ver milagros, experimentar
cosas extraordinarias, en fin, quedarnos en el monte Tabor como San Pedro? Hoy
queremos ayudar a los niños a no quedarse en la admiración del suceso de
Tabor para que presten atención a
Jesús durante la cuaresma.
2. La Catequesis
Había una vez dos amigos que se
querían entrañablemente. Todo lo hacían juntos: estudiar, divertirse y también
algunas mataperradas. Llegó el momento cuando tenían que separarse lo que les
causó mucho dolor. Pero se prometían el uno al otro, el que muriese primero
avisaría al otro, ya que de todos modos se encontrarían en el cielo, Dios
mediante.
El que había viajado lejos a otro
país, se enamoró y decidió casarse con una linda chica. Cuando después de la
misa del matrimonio estaban sentados a la mesa para festejar las bodas,
apareció de repente el amigo. Nadie podía verlo sine el novio. El amigo le hizo
señas para que le siguiera y una vez afuera le dijo: "He muerto y Dios me
ha recibido en el cielo. Soy muy feliz y quería avisarte como lo había prometido".
El novio le pidió que le mostrara
cómo era el cielo y el otro le contestó: "No puedo dejarte entrar, pero
puedes mirar un momento por el ojo de la cerradura". El otro pegó el ojo y
no vio casi nada, pero lo poco que vio era maravilloso. Su amigo le dijo:
"Hombre, los de la boda se están inquietando. Te están esperando".
"Sólo un momento más" suplicaba el novio. El otro tenía que tomarle
de los hombros para que despegara el ojo y regresara al banquete de matrimonio.
Cosa extraña, al acercarse a la
casa, todo estaba en oscuras y no había nadie. El novio tocó la puerta y salió
una ancianita Preguntó a la ancianita "¿Dónde están los huéspedes del matrimonio?
¿No se celebra aquí un matrimonio?"
La ancianita contestó: "El último matrimonio que ha habido en esta
casa fue hace 60 años. Mi novio se levantó de la mesa y no volvió. Nadie sabe
a donde se ha ido y aquí me encuentra esperando".
Sugerencias para el diálogo.
¿Cómo se habrá sentido la novia
cuando el novio no volvió?.... (triste) O sea, el joven se había olvidado de
sus obligaciones para con ella. Qué creen ustedes, supongamos que el joven habría
vivido como Dios lo manda y hecho bien a los demás, al morir, ¿Dios sólo le
habría dejado mirar por el ojo de la cerradura?... (No, lo habría dejado
entrar). ¿Qué es mejor, mirar por los ojos de la cerradura o entrar?... (Entrar,
por supuesto). O sea, lo que tenemos que buscar es la llave que abre la puerta
al cielo.
La llave que abre.
¿Nosotros queremos mirar sólo por el
ojo de la cerradura?.... (No, queremos entrar) San Pedro quería quedarse mirando,
por eso dijo a Jesús algo para poder quedar mirando.... (Hagamos tres chozas)-
¿Jesús quedaba en el monte sin moverse o se fue a Jerusalén para morir?... (Se
fue a Jerusalén). Quería que sus discípulos entraran y no se quedasen sólo
mirando por el ojo de la cerradura. Ahora, díganme, ¿cómo podemos estar
seguros de poder entrar? ¿Quiénes son las personas que están presentes en el monte
Tabor?.... (Jesús, Moisés, Elías y los tres apóstoles). Hay alguien más, ¿alguien
muy importante que habla?... (Dios Padre). Y lo que dice es la llave para poder
entrar a su debido tiempo al cielo. ¿Qué es lo que dice?.... ("A él han de
escuchar"). Así es, sólo cuando escuchamos a Jesús, podemos entrar al
cielo. ¿Qué es lo que nos dice Jesús?... ¿Cómo lo vamos a poner en práctica
para que escuchemos bien a Jesús? Porque el que sólo escucha y no hace lo que
dice Jesús, no lo escucha en realidad.
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