Adviento y sus costumbres
Las costumbres, a veces inmemoriales, son una manera de evangelizar y de profundizar
la vivencia de los misterios de nuestra salvación.
1. El mayor desafío lanzado a la Iglesia, a principios de este milenio, es la tarea que le ha sido confiada desde siempre: la evangelización. En toda época, y por tanto en la nuestra, la Iglesia está llamada a acoger nuevamente el mandato misionero de Cristo resucitado: «Poneos, pues en camino, haced discípulos a todos los pueblos y bautizadlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que os he mandado» (Mt 28, 19-20) Para Mateo, hacerse «discípulos» y hacerse «cristianos» significa lo mismo [1]. «Hacer discípulos» es el núcleo de la vocación de la Iglesia y de su misión en todos los tiempos. La Iglesia fundada por Cristo es enviada al mundo para evangelizar, vive permanentemente en estado de misión y tiene su razón de ser en la misión.
Presentamos algunas pinceladas que puedan ayudar para que especialmente la familia pueda llevar adelante esta misión en su hogar.
EL TIEMPO DEL ADVIENTO
Introducción
Año Litúrgico
Para las celebraciones durante el año la selección de las lecturas de la Sagrada Escritura marcan las diferentes etapas. En todo momento celebramos nuestra salvación. Y puesto que la riqueza del amor de Dios para con los hombres es tan grande, necesitamos celebrar, por separado, los diversos aspectos para empaparnos poco a poco de la realidad de la Nueva Alianza.
Los Ciclos del Año litúrgico
Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico. Y las lecturas corresponden al momento que se celebra: p.e., para Navidad se proclaman las lecturas correspondientes a nacimiento de Jesús, para Pascua de Resurrección el anuncio de Jesús resucitado, etc.
Los Ciclos de Domingo
Cada domingo se proclaman 3 lecturas: Una del Antiguo Testamento, una de los Hechos, de las cartas de los apóstoles o de la Apocalipsis y una de los Evangelios.
Los Evangelios del primer ciclo (o Ciclo A) son tomados del Evangelio de San Mateo, del segundo ciclo (B) de San Marcos y el tercero de San Lucas(C). Se puede hablar del ciclo de San Mateo, Marcos y San Mateo. Solamente los domingos 17-21 del Año de San Marcos se proclama el capitulo 6 del San Juan. Este Evangelio se proclama especialmente en los tiempos fuertes (Resurrección) de los tres años. En lo que se refiere a la segunda lectura las cartas de San Pedro y de San Juan se proclaman en el tiempo de Resurrección y de Navidad. Cabe todavía notar que se ha escogido la primera lectura (del AT) en correspondencia al Evangelio. Muchas veces no tocan solmaneente el mismo tema sino que son como preanuncios, profecías que se cumplen en Jesucristo.
El Concilio Vaticano II ha querido que la Mesa de la Palabra de Dios sea mejor dispuesta. Por eso a causa de la abundancia de la Sagrada Escritura se han constituido tres ciclos para los domingos y fiestas del año litúrgico y 2 ciclos para todos los días del año.
Los Ciclos de la Semana
Para las lecturas entre semana hay dos ciclos. Para el año Impar (I) y el año Par (II). Se trata ante todo de de una lectura continuada de los textos bíblicos.
Historia del Adviento
Características
Encontramos las primeras huellas de una liturgia de Adviento en el oriente alrededor de 400 y en el occidente alrededor del año 600 cuando los predicadores galos exhortan a que los fieles se preparen a la Navidad igual como para la Pascua de Resurrección, es decir con una confesión.
Algunas regiones distinguen entre Adviento simple y el Adviento solemne, este último comienza el 17 de diciembre (con el comienzo de las antífonas de la O).
Originalmente el color litúrgico que se utilizaba era negro pero desde el siglo 14 es el morado. El tercer domingo de Adviento, igual como el cuarto domingo de Cuaresma se viste de rosado, signo de alegría por la fiesta que se avecina. El derecho canónico antiguo prohibía la celebración solemne del matrimonio en este tiempo.
Duración
La duración ha variado mucho en el transcurso de la historia:
Dos Domingos de Adviento
En el siglo V son celebrados por el rito siro-jacobítico. Un domingo está dedicado al anuncio que hace el ángel a Zacarías y el otro dedicado a la anunciación de María.
Tres Domingos de Adviento
Alrededor del año 500 en Antioquia se añade un domingo dedicado a la proclamación de le genealogía de Jesús.
Cuatro Domingos de Adviento
Estos domingos se conocían en Roma ya en el siglo quinto.
Cinco Domingos de Adviento
En otras partes se da una imitación de la cuaresma con cuarenta días de Adviento que comenzaba el 14 de Noviembre con el ayuno de San Felipe. Por eso los cinco domingos.
Seis Domingos de Adviento
Se conservaban el Toledo y en Milán (rito ambrosiano). El ayuno comenzaba en la fiesta de San Martín de Tours.
Costumbres de Adviento
Antiguas Costumbres
Desde el siglo 8 se conoce la confesión con ocasión del tiempo de Adviento.
Misas "Rorate"
Su nombre viene de las primeras palabras de la antífona "Rorate Coeli" = "Cielos lloved". Tienen carácter mariano.
Antífonas de la O
El concilio galicano de Zaragoza ordenó la asistencia diaria a Misa a partir del 17 de Diciembre. Han quedado sólo las antífonas de la O que claman a Jesús utilizando títulos mesiánicos sacados del Antiguo Testamento. Se utilizan como versículo del aleluya (a cantarse antes del evangelio) y expresan la riqueza poética de la Liturgia. En cada uno de los testos se une un titulo mesiánico de Cristo con una súplica para que venga pronto con su salvación. Expresan muy bien el espíritu del Adviento. Se utilizan también para las antífonas de Vísperas, etc., del Oficio.
Dramatizaciones de Adviento
Pueden tener una triple finalidad: conversión, catequesis y regalos. Existe una especie de auto de fe acerca de Adán y Eva o de los Apóstoles. Antes de volver a la tierra Jesús envía a sus discípulos para que investiguen la vida de los hombres. Regresan y cuentan de toda clase de vicios, por eso exigen un castigo. La Virgen María, San Wenceslao y otros santos intervienen ante Dios para pedir clemencia.
Posadas
Durante los últimos 7 días de Adviento se lleva una imagen de la Madre de Dios encinta de casa en casa y entre vecinos se reúnen para rezar y cantar. A veces también se llevan las estatuas de María y José.
Costumbres modernas
Repique de campanas de Adviento
Por 15 minutos se repican las campanas la víspera del primer domingo de Adviento.
Corona de Adviento o Tronco/Raíz de Adviento
La corona de Adviento simboliza el tiempo y la eternidad. Se fijan en ella cuatro velas, una para cada semana de Adviento que se encienden de acuerdo al número de las semanas/domingos de Adviento. También suelen colocar troncos o raíces grandes con las 4 velas, haciendo alusión al "tronco/raíz de Jesé", el ancestro de Jesús.
Pregón de Adviento
Grupos de niños, jóvenes y adultos recorren la ciudad y anuncian el Aviento mediante canciones apropiadas.
Almanaques de Adviento
Tienen formas diversas: Algunos son de cartón con 24 ventanitas. Se abre una ventanita cada día que trae un mensaje apropiado. Otros consisten en una hoja de papel para cada día. Traen para cada día oraciones, sugerencias para buenas acciones. Quieren ante todo estimular a vivir el espíritu de Adviento. En algunas regiones se conocen las maderas de adviento: son unos palitos y el propietario talla una ranura por cada buena acción realizada.
Los niños pueden fabricar su propio almanaque personal, dividiendo una hoja de papel en tantos días como tiene días el Adviento. Para cada día anotan una buena acción que quieren realizar: A los que desean les cantaré una canción - lustraré los zapatos de la familia - voy a comprar el pan - cuido a mis hermanos menores - una hora de juego con los pequeños - visitar a los abuelos - renunciar a los dulces - compartir la propina/los dulces con los pobres, etc.
También los adultos pueden hacer un almanaque durante una noche familiar en común, cada uno de los miembros de la familia fabrica su almanaque. Se sugiere que se guarde como secreto personal.
Preparación del pesebre
Se prepara el ambiente externo del pesebre (sin las estatuillas) y los niños de la casa pueden colocar por cada buena acción que han realizado por amor a Dios, una pajita o un algodoncito para el Niño Dios. En otros lugares colocan por cada día una figura más de manera que el día 24 están ya todas las figurillas menos la del Niño.
Las plantas de Santa Bárbara.
En la fiesta de Santa Bárbara (4 de Diciembre) se siembra maíz u otra semilla en recipientes con tierra. Se riegan cada día y para Navidad se dispone de un césped para adornar el pesebre.
San Nicolás
El día 6 de Diciembre se reviste de obispo un amigo de la familia y visita a los niños. Los alaba por sus buenas obras y los invita a corregir sus defectos como preparación para Navidad. Les entrega unos regalitos. Lo de "Santa Claus" con sus renos es aprovechado por el comercio.
Celebraciones de Adviento
Una vez a la semana la familia se reúne alrededor de la corona de Adviento. Se enciende el número de velas correspondientes. Se lee de la Biblia, se cuentan historias alusivas a la venida de Jesús, se canta y se reza.
El espíritu de Adviento
Obstáculos
Constatamos que se están dando ciertas tendencias:
1. La influencia del comercio y de las costumbres paganas hacen de Navidad una fiesta profana. Lo más importante son los regalos.
2. La preparación a la fiesta de Navidad se está convirtiendo en un ajetreo agitado, aumentan las tensiones, etc. Hay que cumplir: tarjetas de Navidad, obsequios, celebraciones navideñas en asociaciones, clubes, lugar de trabajo con mucha anticipación. Ocupan la atención de la familia y son la mayor preocupación. No hay tiempo para la preparación y tampoco se tiene preocupación por la verdadera fiesta.
3. Navidad aparece como la fiesta de los niños. Por lo tanto, hay mucha preocupación por los regalos. Se aprovecha también para motivar a los niños: "Si te portas bien el Niño Dios te puede traer lo que deseas".
4. La fiesta familiar opaca prácticamente todo. La celebración litúrgica es un añadido. Navidad se convierte así en una especie de sueño que no puede durar.
El verdadero espíritu.
El Adviento tiene dos características fundamentales:
La espera
En el oriente es una contemplación de los tiempos de Jesús y en el occidente una espera de la venida del Señor que vendrá espiritualmente.
La Penitencia
Gracias a Dios hay familias que muy conscientemente viven este tiempo de penitencia. La renuncia a cosas legítimas les permite donar más para los pobres. "Ayunan, es decir que viven el Adviento de manera distinta: Tienen tiempo para pasarlo juntos. Reducen el tiempo de mirar TV o lo dejan totalmente, renuncian a dulces, cigarro, alcohol, etc. Los regalos de Navidad los hacen ellos mismos.
Se expresa litúrgicamente en que no se cante gloria en al Misa dominical así como en el precepto del ayuno. Hay familias que conscientemente quieren vivir el Adviento de manera distinta
La Liturgia de Adviento
Los signos litúrgicos
Los signos litúrgicos del Adviento son el color morado de las vestimentas litúrgicas, no se usan flores y se colocan las coronas de Adviento con sus cuatro velas. Es oportuno colocar en lugar destacado una imagen de la Virgen. El Papa Pablo VI, en su exhortación "Marialis cultus", sugiere la conveniencia de subrayar el tiempo de Adviento como tiempo mariano. A ser posible, esta imagen debería presentar sobre todo el aspecto maternal o de espera.
La ambientación del lugar de celebración
Este aspecto también es importante para vivir el significado propio del tiempo de Adviento. El "cambio de decorado" ayuda no poco a captar el cambio de ritmo de estos días. El lugar de la celebración, en su conjunto, debería ambientarse con un aire peculiar, no de penitencia, pero si de austeridad.
Durante estos días, deberían suprimirse los adornos muy festivos. La sobriedad tendrá un contraste muy visible luego con la fiesta de Navidad. La austeridad y los signos deben estimular la conciencia de nuestra condición de peregrinos, anclados aún en la esperanza. Al que espera, le falta siempre algo. Sólo cuando está el Señor de manera visible entre su pueblo, habrá llegado a la Iglesia la fiesta completa, significada por los adornos más festivos de Navidad.
Para que se haga sensible este doble sentido de escatología y de preparación a la Navidad, se suprimen, durante los días de Adviento, algunos signos festivos: es una manera de expresar que, mientras vivimos peregrinos en este mundo, alguna cosa falta aún para la fiesta completa. Sólo cuando el Señor está con su pueblo de una manera visible (fin de los tiempos y, como signo, Navidad), la Iglesia podrá hacer su fiesta con todo esplendor. Esta austeridad del tiempo de Adviento es, pues, muy distinta del carácter penitencial que tiene la Cuaresma.
Por eso, durante los días de Adviento, aunque se emplean algunos signos de austeridad (vestiduras moradas, omisión del "Gloria", no se ponen flores, etc.), con todo, se conservan algunos signos festivos (Aleluya, Te Deum, etc.). Es importante, pues, observar bien las disposiciones propias de este tiempo y explicarlas en su verdadero sentido. La observancia correcta de las disposiciones litúrgicas será un instrumento para dar al año litúrgico un sugestivo matiz de variedad y para vivir el sentido propio del Adviento.
Para vivir debidamente el Adviento es importante clarificar, ya desde su comienzo, la finalidad de estos días y procurar vivirlos como un todo progresivo. El Adviento es fundamentalmente un tiempo de la venida del Señor, como incesantemente recuerdan los textos litúrgicos. Esta venida del Señor es contemplada bajo dos aspectos: la venida escatológica y la venida histórica. Y como afirma San Bernardo existe una primera venida del Señor según la carne y una última venida al final de los tiempos. Sin embargo, también existe una venida intermedia: en cada celebración, en cada fiesta el Señor viene a los que lo acogen con fe.
En la Liturgia del Adviento la venida escatológica y la venida histórica entremezclan continuamente sus acentos, si bien en los primeros días se subraya más el aspecto escatológico, mientras que en la última semana la atención se polariza más bien en la preparación de la fiesta de Navidad.
Se puede, groso modo, diferenciar en el tiempo de Adviento dos etapas. Cada una tiene su significado que se expresa en los prefacios propios de las Misas de este tiempo. Del primero Adviento hasta el 16 de Diciembre los textos evocan ante todo la escatología, es decir, la venida del Señor al final de los tiempos. Esto entraña espera, conversión, vigilancia. La segunda etapa desde el 17 al 24 de Diciembre habla más de la espera de los profetas, del AT en general y de María del nacimiento de Jesús según la carne. Recordemos que cada celebración litúrgica, especialmente la celebración de la Eucaristía, entraña tres elementos: MEMORIA (se recuerda lo que Dios/Jesús hizo), PRESENCIA (en ese momento el mismo Dios/Jesús está presente), PROMESA (es una anticipación de lo que se dará plenamente al final de los tiempos).
Primer Domingo
Se bendice la corona de Adviento al comienzo de la Misa. También pueden bendecirse las coronas de las familias. Al encender la vela puede haber un diálogo respecto al sentido de estas velas (espera, alegría, paz, esperanza)
Segundo Domingo de Aviento
Se presenta al profeta San Juan Bautista y su prédica se presta a una adaptación respecto a la situación actual. Pueden presentarse los diversos estamentos de la sociedad que le preguntan cómo vivir rectamente.
Tercer Domingo
De alguna manera se manifiesta la alegría del domingo, no sólo por el color sino también por una entrada solemne con todos acólitos, etc.
Cuarto Domingo
Se podría hacer la colecta de juguetes y al momento del ofertorio los niños traen sus juguetes que quieren regalar.