Catequesis Dominical para Niños
Domingo 1 de Adviento "B" “Desconocer el
momento de la venida del Señor es invitación a la vigilancia” *
Is
63,16b-17.19b; 64,2b-7: “!Ojalá
rasgases el cielo y bajases!” *
Sal
[80] 79,2ac y 3b.15-16.18-19:
“Oh, Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve” *
1Cor 1,3-9: “Aguardamos la manifestación de nuestro
Señor Jesucristo” *
Mc 13,33-37:
“Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa”
Catequesis: Velar es estar en sintonía.
Las ondas. (El[a] catequista ha traído una radio preparada para sintonizar rápidamente emisoras de diferentes características e idiomas. El aparato está tapado de manera que los niños no saben que hay una radio). ¡Escuchen! (moviendo la cabeza y colocando la mano abierta detrás del oído como quien quiere escuchar bien)... ¿No se dan cuenta que están hablando en castellano, inglés y otros idiomas? Se escucha música y noticias… ¿No escuchan? Pónganse a pensar un poco. Existen las ondas. No las vemos pero podemos escucharlas… Para poder escucharlas necesitamos un aparato. ¿Qué aparato nos hace escuchar las ondas?... (La radio). Aquí tengo una radio. No escuchan nada. ¿Qué tengo que hacer para que ustedes puedan escuchar? Tengo que prender la radio. (Se prende la radio y se escuchan varias emisoras). ¿Se dan cuenta? Las ondas están aquí pero no las escuchamos. Necesitamos un aparato, la radio. Y como han escuchado hay muchas emisoras. ¿Podemos escucharlas todas al mismo tiempo?... (No se puede). Sería un ruido horrible. Los antiguos le tienen una palabra para algo suena feo. Le dicen "cacofonía". Cuando escuchan la radio, ¿ustedes escuchan la emisora que salga por casualidad y se quedan con ella o escogen la les gusta? (La que nos gusta). Cuando uno encuentra una nueva que parece tener un programa interesante la escuchamos un momento y por lo que se escucha sabemos si es buena la emisora. Así se hace: prender la radio, buscar la emisora y encontrar la correcta. ¿Dónde está Dios? (En el cielo, en la tierra y en todo lugar). No lo vemos, pero está aquí. ¿Podemos escucharlo? Bueno, no lo escuchamos con una radio pero en nuestro corazón Dios ha puesto algo que nos permite escucharlo. Se llama conciencia. La conciencia nos dice cuál es la voluntad de Dios. Así nos damos cuenta que Dios está presente y nos habla. Pero hay un problema. El diablo imita a Dios y trata de engañarnos. También nos habla al corazón y nos dice cosas que a primera vista parecen muy razonables. Pero si prestamos atención entonces nos damos cuenta que esta mal lo que dice. Ahora les voy a actuar como un(a) locutor(a) de los noticieros. Ustedes van a tratar de detectar si la noticia que leo es correcta o no (puede mezclar noticias actuales de la Iglesia Zenit o ).
Ha sido fácil detectar que las noticias eran falsas. Ahora les leeré unas noticias que suenan en su corazón. A veces les han prestado atención.
(Alargue la lista con cosas que han sucedido durante las catequesis pasadas). ¿Quién nos pone esta ideas en el corazón? (el diablo). Con todo, muchas veces el diablo no tiene que hacer ningún esfuerzo para hablarnos. ¿Saben por qué? Nosotros ponemos nuestra propia radio en el corazón. ¿Saben cómo se llaman estas emisoras? Se lo voy a decir: se llaman radio flojera, radio rabia, radio mentira, radio insulto. ¿Pueden enumerar otras emisoras más que las hacemos sonar nosotros?... Así que hay que velar, hay que prestar atención para saber cuál es la emisora de Dios. ¿Se dan cuenta? Primero tenemos que prender la radio, es decir, escuchar nuestra conciencia. Muchas veces pensamos en muchas cosas y no prendemos la emisora de Dios, es decir, no prestamos atención a la conciencia. Pero luego hay que fijarse cuál emisora estamos escuchando. Además de Dios, ¿quién intenta hablarnos? (El diablo o nosotros mismos). ¿Como se llaman las emisoras que vienen de nosotros mismos? (Radio flojera, radio desobediencia, etc.). Luego de escuchar la conciencia tenemos la buena voluntad de obedecerle a Dios. Pero somos débiles y fallamos; por eso necesitamos pedirle al Señor que nos dé la fuerza de obedecerle a nuestra conciencia. ¿Recuerdan el evangelio? Allí Jesús nos dice que necesitamos velar, es decir, estar atentos. Porque en cualquier momento nos quiere hablar. A veces necesitamos mirar sólo nuestra vida y las cosas que suceden para saber que Dios nos habla. Cuando vemos a un niño que tiene hambre, ¿qué nos dice Dios? Cuando el hermanito no tiene a nadie con quien jugar… cuando… cuando… Velar significa, por tanto, no solamente estar atentos a la conciencia sino significa también tener los ojos bien abiertos. El evangelio nos dice que el dueño vendrá cuando menos se lo espera. Para entrenarnos Jesús habla en la conciencia y por los acontecimientos de nuestra vida. Si prestamos atención a esos momentos también estaremos velando cuando venga al Señor personalmente en el momento de la muerte o al fin del mundo. El que responde bien cuando está entrenando responde bien en el campeonato. ¿Cuál es el campeonato final? Cuando nos encontremos con Dios cara a cara. Ahora – como quien se entrena para la semana - vamos a hacer dos cosas. Primero vamos a hacer un profundo silencio, cerramos los ojos – ya lo hemos hecho alguna vez – y escucharemos lo que nos dice Dios por medio de la conciencia. Luego cada uno tratará recordar lo que pasó la semana pasada en la casa, en la callo o en el colegio y qué nos ha querido decir Dios por medio de ello.
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