Preparación a la Muerte
Consulta
Por favor, ¿cómo podemos preparar a los demás a la muerte?
gracias
nsscorazon
Respuesta
De nuestra consideración.
Tenemos justo a la mano un pequeño tratado de la edad media. Es un poco
fuerte pero muy directo y liberador.
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Ars Moriendi
Aquí da comienzo un pequeño tratado brevemente resumido y llamado Ars
Moriendi, es decir, el arte de morir para la salud del alma del hombre.
Impreso por William Caxton, Westminster, 1491
Cuando alguien con toda probabilidad se muere, entonces es sumamente
necesario que tenga un amigo especial que le ayude enseguida y le aconseje
de esta manera para el bien de su alma y además para preocuparse para que
todos los demás hagan lo mismo, si no, que les haga retirarse rápidamente.
Luego debe hacérsele recuerdo de los grandes beneficios que Dios le ha
brindado hasta este momento, especialmente de la pasión del Señor; luego se
debe leer alguna vida de los santos o los 7 salmos con las letanías o el
salterio de nuestra Señora en parte o totalmente. Que se tenga siempre a la
vista al crucificado junto con otras imágenes. Frecuentemente debe rociarse
a él y alrededor de él con agua bendita para poner impedimento a los
espíritus malignos que están listos para tomar ventaja de su alma si pueden.
En todo momento haga que reclame misericordia y gracia y ayuda de nuestra
Señor y de otros santos de los cuales ha tenido antes devoción y confianza
especiales y luego que haga sus oraciones si quiere.
Cuando viene la muerte o graves angustias u otra enfermedad grande [es
preciso alcanzar] oración o súplicas; por eso es sabiduría de orar mucho
antes que venga cualquier enfermedad y lo misma haga durante la enfermedad
si no quiere ser engañado.
Así estará feliz y contento que en este momento de necesidad suprema tenga
un fiel amigo que dice las oraciones que hemos mencionado con anterioridad y
que [el enfermo] había repetido muchas veces y que haga que otros recen
devotamente recordando la caridad de Jesucristo y su pasión; de esta manera
procuren que reciba misericordia y ayuden con padrenuestros y con aves y
credo. Y entonces que sea exhortado por un sacerdote o, en caso de
necesidad, por otro de la siguiente manera:
Hermano o hermana, recuerda lo que Dios dice por medio de sus profetas y
evangelistas:
Bienaventurados los que mueren y se van en nuestro Señor, es decir, de este
mundo y de sus placeres y mueren en la verdadera fe de la Iglesia y en
arrepentimiento de sus pecados.
Caballero, usted tiene mucha razón de estar alegre porque se va de este
horrible mundo lleno de miserias; tenga presente que es importante que usted
quiera irse y desee ardientemente de estar con Jesucristo, su maestro,
redentor y Señor Dios, ya que él le dará ahora su herencia que consiguió
para usted con su preciosa pasión y sangre; por eso, este momento de
despedirse es mejor que el momento de su nacimiento porque ahora toda
enfermedad, tristeza y angustia le será quitada. Por tanto, no se angustie
por su enfermedad y no murmure sino acéptelo todo con alegría.
Tenga presente en todo momento que usted debe permanecer firme en la fe, que
crea y diga su Credo - si puede hacerlo o en caso contrario que otro lo haga
por usted - de corazón ante nosotros abiertamente. Y tome como arma la cruz
como una hombre cristiano para defenderse de los enemigos espirituales;
cuando haga esto Dios estará muy contento y lo aceptará bajo su protección y
gracia como a uno de su pueblo y como hijo de salvación. Tenga siempre buena
y verdadera fe y no habrá cosa imposible para usted.
Y cuídese de no caer nunca en desesperación porque esto le disgusta mucho a
Dios y no puede ser remediado. Y recuerde que los pecados anteriormente
cometidos nunca lo herirán ni lo llevarán a la condenación si ahora lo
disgustan y se arrepiente de ellos.
San Jerónimo dijo que si murmuramos de la enfermedad y de la muerte esto es
una prueba que no amamos a Dios lo suficiente, además es justo que suframos
todo esto.
Pida con San Agustín a nuestro Señor para que sea probado ahora con
tribulación, enfermedad y angustia para que pueda ser salvado luego para
siempre.
Ahora arrepiéntase que ha sido ingrato en su servicio y en el cumplimiento
de sus mandamientos y no presuma como que usted tenga algo de bien sino diga
humildemente: Buen Señor Jesucristo, sé que he pecado mucho y con tu gracia
me enmendaré si vivo, ten compasión de mí por tu pasión.
Alégrese de que morirá en la fe cristiana. Que responda que usted sabe que
no ha vivido tan bien como era su deber y tenga la voluntad de enmendarse si
vivirá, crea en Jesucristo Dios y Señor del cielo nacido de la bendita
Virgen María. También crea que Jesucristo tuvo que morir en la cruz para
comprar el alma del hombre el viernes santo. Dele gracias a Dios por ello. Y
crea que no puede ser salvado sino por su pasión y muerte.
Mientras que su alma esté en el cuerpo agradezca a Dios por su muerte y
tenga la firme confianza que por ella y por su pasión será salvado.
Aconséjelo de decir estas palabras de gran poder.
Pon la pasión de Cristo entre mí y mis malas obras, entre mi y su ira. Ahora
Señor Dios ten misericordia de mi, pobre pecador.
La paz de nuestro Señor Jesucristo, y la virtud de su pasión con el signo de
la Santa Cruz y la virginidad inmaculada de la Bendita Virgen María su
madre, la bendición de todos los santos, la petición de todos los santos
ángeles con la ayuda y la oración de todos los santos estén entre mi y mis
enemigos ahora y en la hora de mi muerte y salida. Amén