El culto a las reliquias de los mártires y de los santos confesores
Consulta
Estimados hermanos misioneros:
Después de buscar mucho en la red, me dirijo a ustedes para consultarles
¿por que se ponen o "sepultan" reliquias bajo los altares de las iglesias
nuevas que se consagran?
Gracias por su ayuda.
Respuesta
Estimado hermano en Cristo:
Que la alegría del Señor esté en su casa.
Las reliquias son restos (en latín: reliquiae = remanentes) del cuerpo de
santos o beatos. En sentido amplio se incluyen también objetos que los
santos o beatos han utilizado durante su vida o también objetos que han
tocado las reliquias.
Doctrina
Fundamental es la enseñanza del Concilio Tridentino: "También los cuerpos de
los santos mártires y de los demás que vivían con Cristo, que fueron
miembros vivos de Cristo y santuario del Espíritu Santo, que serán
resucitados en algún momento para vida eterna y glorificados, deben ser
venerados por los fieles… Se rechaza, por tanto, cuando algunos opinan que
no se debe prestar reverencia a las reliquias de loa santos y que no sirve
para nada que sean veneradas por los fieles como otros recuerdos. Estas
opiniones han sido condenadas por la Iglesia y la Iglesia las condena ahora
de nuevo" (Denzinger 985; comparar 998). Relacionadas están también las
decisiones acerca de veneración de las sagradas imágenes del segundo
concilio de Nicea (Dz 302), el capítulo 62 del 4. concilio lateranense
acerca del abuso de las reliquias.
Los documentos subrayan que la Sagrada Escritura presenta casos cuando por
las reliquias se realizaron milagros (2 Re 2, 14; 13, 21; Mt 9, 20; Hechos
5, 15; 19,12; Apc 6,9). También se mencionan las prácticas muy antiguas de
la Iglesia (veneración de los sepulcros de San Pedro y San Pablo [Eusebio
Historia Eclesiásticas II, 25 Padres Griegos-Migne 20, 208s], Jerónimo
[contra Vigil, Padres Latinos-Migne 23, 361s] y la piadosa reserva de las
reliquias de los mártires).
El culto de las reliquias es, como la Iglesia siempre subraya, un culto
relativo, es decir, la veneración manifestada a las reliquias está en
relación con la persona del mártir y de los santos que son venerables de por
sí (Dz 302, 337, 985). La "ultima ratio" del culto de las reliquias es
siempre la "excelencia divina que resplandece en todos estos diversos
elementos".
La justificación del culto de las reliquias parte de una necesidad
simplemente humana de respetar a la persona que ha dado muestras de
santidad. Esto no excluye que las formas exteriores del culto de las
reliquias han tenido variaciones diversas a través de los tiempos.
Liturgia
Desde siempre los cristianos se han reunido en los aniversarios de la muerte
de los mártires y santos para recordar su luminoso ejemplo e implorar su
intercesión. Durante la persecución de los cristianos estos solían celebrar
la eucaristía en las catacumbas cerca o sobre los sepulcros de los mártires
y de los santos. Estos lugares eran memoriales, es decir, lugar y
circunstancias de la acción especial de Dios en los hombres. Recuérdese, por
ejemplo, que cuentan del padre de Orígenes que solía besar el pecho de su
hijo bautizado para venerar la presencia del Espíritu Santo.
Más tarde se erigían altares y capillas y hasta basílicas sobre o cerca de
las tumbas de los mártires y santos como las basílicas de San Pedro y de San
Pablo fuera le muri en Roma. En el siglo V conocemos el dato que a veces no
se podía erigir la iglesia en el lugar mismo sino en otro lugar más apto. Se
comenzó a trasladar las reliquias del santo a esta iglesia y se las colocaba
en una cripta debajo del altar mayor.
No es nada más que una consecuencia lógica que también otras iglesias
quisieran tener estos signos de estar unidas a la fe de los mártires y de
los santos. Se desarrolló la costumbre de compartir con las comunidades que
no tenían tumbas de los santos enviándoles algunas reliquias. Estas fueron
encerradas en la piedra o la madera del alter mayor.
Hoy en día el ritual prevé que el altar es consagrado por el obispo. Y en el
lugar donde sobre el altar descansan generalmente los signos eucarísticos
del cuerpo y la sangre de Cristo se ha abre una cavidad donde el obispo
deposita las reliquias que luego son cubiertas con una piedra lisa de manera
que forma un nivel plano con la mesa del altar. Esta piedra es fijada con
argamasa.
Todas las iglesias consagradas cuentan con reliquias en el altar mayor.
Para terminar queremos citar un pasaje de San Gregorio de Nisa que, luego de
ponderar la hermosura de los templos erigidos en honor de lo santos,
escribe: " El creyente se acerca al sepulcro en la firme convicción que
tocarlo ya es una santificación y una bendición. Si se le permite llevarse
algo del polvo acumulado en el lugar de descanso del mártir , lo considera
como un gran regalo. Y cuando se permite tocar las reliquias mismas, si esto
fuera alguna vez posible para nuestra felicidad, sólo los que lo han
experimentado saben cuánto hay que anhelarlo y cuán preciosa recompensa es
para aquel que ora" (PG 46, 740).
Y para nuestros hermanos evangélicos que tan temerariamente aplican la
prohibición del Antiguo Testamento de la adoración de estatuas de dioses
falsos a la veneración de los mártires y santos – hasta podríamos hablar de
una calumnia y falso testimonio - les ofrecemos lo que escribió San Jerónimo
ya en el siglo 4: "Nosotros no adoramos preocupados por no inclinarnos antes
la creatura y no ante el Creador sino veneramos las reliquias de los
mártires para así adorar más y mejor a Aquel de quien son testigos" (Ad
Riparium, PL 22, 907).
Nota: Mártir significa "testigo"