‘Amoris Laetitia’ no autoriza un 'acceso sin restricción a los sacramentos': Cartas del Papa y de los Obispos de Buenos Aires
La Exhortación postsinodial ‘Amoris Laetitia’ no autoriza de ninguna manera un “acceso sin restricción a los sacramentos”. Es lo que explicaron los Obispos argentinos en el 2016, en una interpretación de su texto validado por el Papa Francisco en una carta. Ambos documentos están publicados en español en el sitio web del Vaticano.
Carta de los obispos de la Región de Buenos Aires
Carta del Papa Francisco en respuesta
Carta de los Obispos de la Región de Buenos Aires
Estimados sacerdotes:
Recibimos con alegría la exhortación Amoris laetitia, que nos llama ante
todo a hacer crecer el amor de los esposos y a motivar a los jóvenes para
que opten por el matrimonio y la familia. Esos son los grandes temas que
nunca deberían descuidarse ni quedar opacados por otras cuestiones.
Francisco ha abierto varias puertas en la pastoral familiar y estamos
llamados a aprovechar este tiempo de misericordia, para asumir como Iglesia
peregrina la riqueza que nos brinda la Exhortación Apostólica en sus
distintos capítulos.
Ahora nos detendremos solo en el capítulo VIII, dado que hace referencia a
“orientaciones del Obispo” (300) en orden a discernir sobre el posible
acceso a los sacramentos de algunos “divorciados en nueva unión”. Creemos
conveniente, como Obispos de una misma Región pastoral, acordar algunos
criterios mínimos. Los ofrecemos sin perjuicio de la autoridad que cada
Obispo tiene en su propia Diócesis para precisarlos, completarlos o
acotarlos.
1) En primer lugar recordamos que no conviene hablar de “permisos” para
acceder a los sacramentos, sino de un proceso de discernimiento acompañado
por un pastor. Es un discernimiento “personal y pastoral” (300).
2) En este camino, el pastor debería acentuar el anuncio fundamental, el
kerygma, que estimule o renueve el encuentro personal con Jesucristo vivo
(cf. 58).
3) El acompañamiento pastoral es un ejercicio de la “via caritatis”. Es una
invitación a seguir “el camino de Jesús, el de la misericordia y de la
integración” (296). Este itinerario reclama la caridad pastoral del
sacerdote que acoge al penitente, lo escucha atentamente y le muestra el
rostro materno de la Iglesia, a la vez que acepta su recta intención y su
buen propósito de colocar la vida entera a la luz del Evangelio y de
practicar la caridad (cf. 306).
4) Este camino no acaba necesariamente en los sacramentos, sino que puede
orientarse a otras formas de integrarse más en la vida de la Iglesia: una
mayor presencia en la comunidad, la participación en grupos de oración o
reflexión, el compromiso en diversos servicios eclesiales, etc. (cf. 299).
5) Cuando las circunstancias concretas de una pareja lo hagan factible,
especialmente cuando ambos sean cristianos con un camino de fe, se puede
proponer el empeño de vivir en continencia. Amoris laetitia no ignora las
dificultades de esta opción (cf. nota 329) y deja abierta la posibilidad de
acceder al sacramento de la Reconciliación cuando se falle en ese propósito
(cf. nota 364, según la enseñanza de san Juan Pablo II al Cardenal W. Baum,
del 22/03/1996).
6) En otras circunstancias más complejas, y cuando no se pudo obtener una
declaración de nulidad, la opción mencionada puede no ser de hecho factible.
No obstante, igualmente es posible un camino de discernimiento. Si se llega
a reconocer que, en un caso concreto, hay limitaciones que atenúan la
responsabilidad y la culpabilidad (cf. 301–302), particularmente cuando una
persona considere que caería en una ulterior falta dañando a los hijos de la
nueva unión, Amoris laetitia abre la posibilidad del acceso a los
sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía (cf. notas 336 y 351).
Estos a su vez disponen a la persona a seguir madurando y creciendo con la
fuerza de la gracia.
7) Pero hay que evitar entender esta posibilidad como un acceso irrestricto
a los sacramentos, o como si cualquier situación lo justificara. Lo que se
propone es un discernimiento que distinga adecuadamente cada caso. Por
ejemplo, especial cuidado requiere “una nueva unión que viene de un reciente
divorcio” o “la situación de alguien que reiteradamente ha fallado sus
compromisos familiares” (298). También cuando hay una suerte de apología o
de ostentación de la propia situación “como si fuese parte del ideal
cristiano” (297). En estos casos más difíciles, los pastores debemos
acompañar con paciencia procurando algún camino de integración (cf. 297,
299).
8) Siempre es importante orientar a las personas a ponerse con su conciencia
ante Dios, y para ello es útil el “examen de conciencia” que propone Amoris
laetitia 300, especialmente en lo que se refiere a “cómo se han comportado
con sus hijos” o con el cónyuge abandonado. Cuando hubo injusticias no
resueltas, el acceso a los sacramentos es particularmente escandaloso.
9) Puede ser conveniente que un eventual acceso a los sacramentos se realice
de manera reservada, sobre todo cuando se prevean situaciones conflictivas.
Pero al mismo tiempo no hay que dejar de acompañar a la comunidad para que
crezca en un espíritu de comprensión y de acogida, sin que ello implique
crear confusiones en la enseñanza de la Iglesia acerca del matrimonio
indisoluble. La comunidad es instrumento de la misericordia que es
“inmerecida, incondicional y gratuita” (297).
10) El discernimiento no se cierra, porque “es dinámico y debe permanecer
siempre abierto a nuevas etapas de crecimiento y a nuevas decisiones que
permitan realizar el ideal de manera más plena” (303), según la “ley de
gradualidad” (295) y confiando en la ayuda de la gracia.
Somos ante todo pastores. Por eso queremos acoger estas palabras del Papa:
“Invito a los pastores a escuchar con afecto y serenidad, con el deseo
sincero de entrar en el corazón del drama de las personas y de comprender su
punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su propio lugar
en la Iglesia” (312).
Con afecto en Cristo.
Los Obispos de la Región de Buenos Aires
5 de septiembre de 2016
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Carta del Papa Francisco a los Obispos de la Región de Buenos Aires
Mons. Sergio Alfredo Fenoy
Delegado de la Región Pastoral de Buenos Aires
Querido hermano,
Recibo el texto de la región Pastoral de Buenos Aires (“Criterios básicos
para la aplicación del Capítulo VIII de Amoris laetitia”). Muchas gracias
por enviármelo; estoy contento con este trabajo que han hecho: un verdadero
ejemplo de acompañamiento de sacerdotes…y todos sabemos cuán necesaria es
esta proximidad del obispo con su clero y del clero con el obispo. El más
cercano al obispo es el sacerdote, y el mandamiento de amar a su prójimo
como así mismo comienza, por nosotros los obispos, precisamente con nuestros
sacerdotes.
El texto es muy bueno y explica completamente el significado del Capítulo
VIII de Amoris laetitia. No hay otras interpretaciones. Y estoy seguro de
que hará mucho bien. Que el Señor os recompense por este esfuerzo pastoral
de caridad.
Es precisamente la caridad pastoral que nos impulsa a ir al encuentro de los
que están lejos, y una vez que los hemos encontrado, a comenzar un camino de
acogida, de acompañamiento, de discernimiento y de integración en la
comunidad eclesial. Sabemos que es cansado, que se trata de una pastoral
“cuerpo a cuerpo” que no se satisface con mediaciones programáticas,
organizativas o legales, aunque sean necesarias. Simplemente: acoger,
acompañar, discernir, integrar. De estas cuatro actitudes pastorales, la
menos cultivada y la menos practicada es el discernimiento; y me parece
urgente la formación al discernimiento, personal y comunitario, en nuestros
Seminarios y Presbiterios.
Finalmente, me gustaría recordar Amoris laetitia ha sido el fruto del
trabajo y de la oración de toda la Iglesia, a través de dos sínodos y del
Papa. Por eso recomiendo una catequesis completa de la Exhortación, que
ciertamente ayudará al crecimiento, fortalecimiento y santidad de la
familia.
Os doy gracias de nuevo por el trabajo realizado y os animo a continuar
adelante, en las diversas comunidades de la diócesis, al estudio y la
catequesis de Amoris laetitia.
Por favor, no os olvidéis de orar por mí y de hacer orar por mí. Que Jesús
os bendiga y que la Santísima Virgen os guie.
Fraternalmente,
Del Vaticano, 5 de septiembre de 2016
Francisco
cortesía de zenit