La Carta de San Judas Apóstol
Versión Reyna Valera 1909
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Capítulo 1
- 1:1
- JUDAS, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, á los llamados, santificados en Dios Padre, y conservados en Jesucristo:
- 1:2
- Misericordia, y paz, y amor os sean multiplicados.
- 1:3
- Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos.
- 1:4
- Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo.
- 1:5
- Os quiero pues amonestar, ya que alguna vez habéis sabido esto, que el Señor habiendo salvado al pueblo de Egipto, después destruyó á los que no creían:
- 1:6
- Y á los ángeles que no guardaron su dignidad, mas dejaron su habitación, los ha reservado debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día:
- 1:7
- Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades comarcanas, las cuales de la misma manera que ellos habían fornicado, y habían seguido la carne extraña, fueron puestas por ejemplo: sufriendo el juicio del fuego eterno.
- 1:8
- De la misma manera también estos soñadores amancillan la carne, y menosprecian la potestad, y vituperan las potestades superiores.
- 1:9
- Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió á usar de juicio de maldición contra Él, sino que dijo: El Señor te reprenda.
- 1:10
- Pero éstos maldicen las cosas que no conocen; y las cosas que naturalmente conocen, se corrompen en ellas, como bestias brutas.
- 1:11
- ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron en el error de Balaam por recompensa, y perecieron en la contradicción de Coré.
- 1:12
- Estos son manchas en vuestros convites, que banquetean juntamente, apacentándose á sí mismos sin temor alguno: nubes sin agua, las cuales son llevadas de acá para allá de los vientos: árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;
- 1:13
- Fieras ondas de la mar, que espuman sus mismas abominaciones; estrellas erráticas, á las cuales es reservada eternalmente la oscuridad de las tinieblas.
- 1:14
- De los cuales también profetizó Enoc, séptimo desde Adam, diciendo: He aquí, el Señor es venido con sus santos millares,
- 1:15
- A hacer juicio contra todos, y á convencer á todos los impíos de entre ellos tocante á todas sus obras de impiedad que han hecho impíamente, y á todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra Él.
- 1:16
- Estos son murmuradores, querellosos, andando según sus deseos; y su boca habla cosas soberbias, teniendo en admiración las personas por causa del provecho.
- 1:17
- Mas vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes han sido dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo;
- 1:18
- Como os decían: Que en el postrer tiempo habría burladores, que andarían según sus malvados deseos.
- 1:19
- Estos son los que hacen divisiones, sensuales, no teniendo el Espíritu.
- 1:20
- Mas vosotros, oh amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando por el Espíritu Santo.
- 1:21
- Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, para vida eterna.
- 1:22
- Y recibid á los unos en piedad, discerniendo:
- 1:23
- Mas haced salvos á los otros por temor, arrebatándolos del fuego; aborreciendo aun la ropa que es contaminada de la carne.
- 1:24
- A aquel, pues, que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros delante de su gloria irreprensibles, con grande alegría,
- 1:25
- Al Dios solo sabio, nuestro Salvador, sea gloria y magnificencia, imperio y potencia, ahora y en todos los siglos. Amén.
- 1:1
- JUDAS, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, á los llamados, santificados en Dios Padre, y conservados en Jesucristo:
- 1:2
- Misericordia, y paz, y amor os sean multiplicados.
- 1:3
- Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos.
- 1:4
- Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo.
- 1:5
- Os quiero pues amonestar, ya que alguna vez habéis sabido esto, que el Señor habiendo salvado al pueblo de Egipto, después destruyó á los que no creían:
- 1:6
- Y á los ángeles que no guardaron su dignidad, mas dejaron su habitación, los ha reservado debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día:
- 1:7
- Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades comarcanas, las cuales de la misma manera que ellos habían fornicado, y habían seguido la carne extraña, fueron puestas por ejemplo: sufriendo el juicio del fuego eterno.
- 1:8
- De la misma manera también estos soñadores amancillan la carne, y menosprecian la potestad, y vituperan las potestades superiores.
- 1:9
- Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió á usar de juicio de maldición contra Él, sino que dijo: El Señor te reprenda.
- 1:10
- Pero éstos maldicen las cosas que no conocen; y las cosas que naturalmente conocen, se corrompen en ellas, como bestias brutas.
- 1:11
- ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron en el error de Balaam por recompensa, y perecieron en la contradicción de Coré.
- 1:12
- Estos son manchas en vuestros convites, que banquetean juntamente, apacentándose á sí mismos sin temor alguno: nubes sin agua, las cuales son llevadas de acá para allá de los vientos: árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;
- 1:13
- Fieras ondas de la mar, que espuman sus mismas abominaciones; estrellas erráticas, á las cuales es reservada eternalmente la oscuridad de las tinieblas.
- 1:14
- De los cuales también profetizó Enoc, séptimo desde Adam, diciendo: He aquí, el Señor es venido con sus santos millares,
- 1:15
- A hacer juicio contra todos, y á convencer á todos los impíos de entre ellos tocante á todas sus obras de impiedad que han hecho impíamente, y á todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra Él.
- 1:16
- Estos son murmuradores, querellosos, andando según sus deseos; y su boca habla cosas soberbias, teniendo en admiración las personas por causa del provecho.
- 1:17
- Mas vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes han sido dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo;
- 1:18
- Como os decían: Que en el postrer tiempo habría burladores, que andarían según sus malvados deseos.
- 1:19
- Estos son los que hacen divisiones, sensuales, no teniendo el Espíritu.
- 1:20
- Mas vosotros, oh amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando por el Espíritu Santo.
- 1:21
- Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, para vida eterna.
- 1:22
- Y recibid á los unos en piedad, discerniendo:
- 1:23
- Mas haced salvos á los otros por temor, arrebatándolos del fuego; aborreciendo aun la ropa que es contaminada de la carne.
- 1:24
- A aquel, pues, que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros delante de su gloria irreprensibles, con grande alegría,
- 1:25
- Al Dios solo sabio, nuestro Salvador, sea gloria y magnificencia, imperio y potencia, ahora y en todos los siglos. Amén.
Jud 1:1 Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los que han sido
llamados, amados de Dios Padre y guardados para Jesucristo.
Jud 1:2 A vosotros, misericordia, paz y amor abundantes.
Jud 1:3 Queridos, tenía yo mucho empeño en escribiros acerca de nuestra
común salvación y me he visto en la necesidad de hacerlo para exhortaros a
combatir por la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez para
siempre.
Jud 1:4 Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la
Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que conviertan en
libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor
nuestro Jesucristo.
Jud 1:5 Quiero recordaros a vosotros, que ya habéis aprendido todo esto de
una vez para siempre, que el Señor, habiendo librado al pueblo de la tierra
de Egipto, destruyó después a los que no creyeron;
Jud 1:6 y además que a los ángeles, que no mantuvieron su dignidad, sino que
abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo
tinieblas para el juicio del gran Día.
Jud 1:7 Y lo mismo Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que como ellos
fornicaron y se fueron tras una carne diferente, padeciendo la pena de un
fuego eterno, sirven de ejemplo.
Jud 1:8 Igualmente éstos, a pesar de todo, alucinados en sus delirios,
manchan la carne, desprecian al Señorío e injurian a las Glorias.
Jud 1:9 En cambio el arcángel Miguel, cuando altercaba con el diablo
disputándose el cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar contra él
juicio injurioso, sino que dijo: «Que te castigue el Señor».
Jud 1:10 Pero éstos injurian lo que ignoran y se corrompen en las cosas que,
como animales irracionales, conocen por instinto.
Jud 1:11 ¡Ay de ellos!, porque se han ido por el camino de Caín, y por un
salario se han abandonado al descarrío de Balaam, y han perecido en la
rebelión de Coré.
Jud 1:12 Estos son una mancha cuando banquetean desvergonzadamente en
vuestros ágapes y se apacientan a sí mismos; son nubes sin agua zarandeadas
por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos veces muertos, arrancados de
raíz;
Jud 1:13 son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia
vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las
tinieblas para siempre.
Jud 1:14 Henoc, el séptimo después de Adán, profetizó ya sobre ellos:
«Mirad, el Señor ha venido con sus santas miríadas
Jud 1:15 para realizar el juicio contra todos y dejar convictos a todos los
impíos de todas las obras de impiedad que realizaron y de todas las palabras
duras que hablaron contra él los pecadores impíos.»
Jud 1:16 Estos son unos murmuradores, descontentos de su suerte, que viven
según sus pasiones, cuya boca dice palabras altisonantes, que adulan por
interés.
Jud 1:17 En cambio vosotros, queridos, acordaos de las predicciones de los
apóstoles de nuestro Señor Jesucristo.
Jud 1:18 Ellos os decían: «Al fin de los tiempos aparecerán hombres
sarcásticos que vivirán según sus propias pasiones impías.»
Jud 1:19 Estos son los que crean divisiones, viven una vida sólo natural sin
tener el espíritu.
Jud 1:20 Pero vosotros, queridos, edificándoos sobre vuestra santísima fe y
orando en el Espíritu Santo,
Jud 1:21 manteneos en la caridad de Dios, aguardando la misericordia de
nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
Jud 1:22 A unos, a los que vacilan, tratad de convencerlos;
Jud 1:23 a otros, tratad de salvarlos arrancándolos del fuego; y a otros
mostradles misericordia con cautela, odiando incluso la túnica manchada por
su carne.
Jud 1:24 Al que es capaz de guardaros inmunes de caída y de presentaros sin
tacha ante su gloria con alegría,
Jud 1:25 al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro
Señor, gloria, majestad, fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por
todos los siglos. Amén.