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Santos del mes de febrero

Páginas relacionadas

 

FEBRERO

1: RAMÓN IBARRA Y GONZÁLEZ, obispo 1853-1917

2: LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

3: SAN BLAS, obispo y mártir.

3: SAN OSCAR (ANSCARIO) obispo 801-865

4: SANTA ÁGUEDA. Alrededor de 250 en Catania.

5: SAN FELIPE DE JESÚS, protomártir mexicano 1572-1597

6: SANTOS PABLO MIKI y COMPAÑEROS, mártires, 1597.

8: SAN JERÓNIMO EMILIANO 1486-1537

10: SANTA ESCOLÁSTICA, 480-542

11: NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

14: SANTOS CIRILO Y METODIO, apóstoles de los eslavos.

17: LOS SIETE SANTOS FUNDADORES DE LA ORDEN DE LOS SERVITAS

18: FRANCISCO OROZCO Y JIMÉNEZ, arzobispo, 1864-1936

21: SAN PEDRO DAMIÁN, obispo y doctor de la Iglesia, 1007-1072

22: CÁTEDRA DE SAN PEDRO

23: SAN POLICARPO DE ESMIRNA, + alrededor de 156, en Esmirna.

25: BEATO SEBASTIÁN DE APARICIO, o.f.m. 1502-1600

26: FRAY ANTONIO DE VALDIVIESO, o. p., obispo y mártir + 1550

 

1: RAMÓN IBARRA Y GONZÁLEZ, obispo 1853-1917

Ramón Ibarra GonzálezNació en Olinalá, en el estado mexicano de Guerrero, el 22 de octubre de 1853. Como consecuencia de las guerras civiles, sus padres cristianos y entregados al trabajo, se trasladaron a Izúcar y luego a Puebla.
En 1868, ingresó Ramón al seminario Palafoxiano de Puebla y luego al pontificio Colegio Pío Latino Americano de Roma, en donde perfeccionó sus estudios de teología, filosofía y derecho canónico.
Recibió el presbiterado el 21 de febrero de 1880.
Regresó a su diócesis de Puebla, donde desempeñó varios cargos. Designado obispo de Chilapa (1889-90), emprendió la reorganización de esa diócesis relativamente nueva (erigida en 1863). Convocó tres sínodos (1893,1895 y 1901) y promovió la educación del pueblo, fundando diversos colegios, algunos gratuitos para los pobres, una escuela de Artes y Oficios y una academia nocturna para adultos.
Una de sus principales preocupaciones fue la evangelización de los indígenas; para ello fundó un colegio apostólico en el que se formarían sacerdotes que tuvieran aquel espíritu y celo apostólico de los primeros misioneros que predicaron la fe cristiana en México, y que igualmente emprendieron la promoción social de los indígenas. Con esta idea estableció la Asociación de Misioneros Guadalupanos.
Igual cuidado tuvo de su seminario, pues quería un buen número de sabios y virtuosos sacerdotes. Hizo venir de España a los operarios diocesanos para que se encargaran de la dirección, y envió a los mejores alumnos a Roma.
Fue propagador de la devoción de la Santa Cruz, símbolo del espíritu cristiano y prestó un valioso apoyo a las Obras de la Cruz, inspiradas por el alma apostólica de la Sra. Concepción Cabrera de Armida. Estableció el Apostolado de la Cruz en todas las parroquias de su diócesis y obtuvo de león XIII la aprobación pontificia (1896).
En 1902 se trasladó a la diócesis de Puebla y poco tiempo después fue consagrado como su primer arzobispo (1903).
En Puebla impulsó, como era ya su costumbre, la educación del clero y de la juventud. Los Hermanos de las Escuelas Cristianas abrieron cuatro colegios.
Organizó la disciplina de la diócesis por medio del primer sínodo diocesano, en 1906.
Profesaba una devoción particular a la Santísima Virgen María y por ello, además de haber patrocinado el Congreso Nacional Mariano, procuró la coronación pontificia de la imagen de la Virgen que se veneraba en el famoso santuario de Ocotlán (1907).
Consiguió de la Santa Sede que el seminario Palafoxiano fuera elevado a la categoría de Universidad Católica (1907), convencido de que uno de los principales factores de progreso en la comunidad cristiana, lo constituyen un clero virtuoso y un laicado ilustrado.
Desgraciadamente, las convulsiones revolucionarias de México, a partir del ario de 1910, destruyeron una por una todas las obras que el arzobispo de Puebla había emprendido.
Lleno de profunda tristeza, perseguido y calumniado por los enemigos de la fe y enfermo, tuvo que esconderse en una casa de la ciudad de México.
De acuerdo con otros obispos mexicanos logró la fundación de los Misioneros del Espíritu Santo, la que presidió en la Capilla de las Rosas el 25 de diciembre de 1914, a puertas cerradas, ya que las tropas revolucionarias invadían las calles de la Villa de Guadalupe.
Por indulto concedido por Pío X, murió como Misionero del Espíritu Santo el primero de febrero de 1917 en la ciudad de México.
La causa de su beatificación ha sido introducida ante los tribunales de la Santa Sede.

"Quienes reciben el ministerio jerárquico quedan constituidos, según sus funciones, como pastores en la Iglesia. Como el Buen Pastor, van delante de las ovejas.
Ir delante de las ovejas, significa estar atentos a los caminos por los que los fieles transitan, a fin de que, unidos por el Espíritu, den testimonio de la vida, los sufrimientos, la muerte y la resurrección de Jesucristo, quien pobre entre los pobres, anunció que todos somos hijos de un mismo Padre y por consiguiente, hermanos...". Documento de Pueblo, nn. 68 -2.


2: LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

Presentación del Señor en el temploEn este día Jesucristo nuestro Señor fue presentado en el templo como un niño igual a los demás. La presentación del Señor es lo mismo que su consagración al Padre. Dijo Dios a Moisés: "Conságrame todo primogénito israelita; el primer parto, lo mismo de hombres que de ganados, me pertenece ... Cuando mañana tu hijo te pregunte '¿Qué significa esto?', le responderás: 'Con mano fuerte el Señor nos sacó de Egipto... Por eso yo sacrifico al Señor todo primogénito macho de los animales. Pero a los primogénito de los hombres, los rescató' (Ex 13, 1-16).
De nuestra Señora la Virgen María que, en su humildad se consideraba como una mujer más sin privilegios, se conmemora también su Purificación, de acuerdo a la ley de Moisés (Lv 12, l~). La más hermosa meditación de estos hechos nos la hace el evangelista san Lucas en el capítulo 2, 22-38: Transcurrido el tiempo de la purificación de María según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo a lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba la consolación de Israel, y en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías. Inspirado por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo: "Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo y a María, la madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como Signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de muchos corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma".
Habla también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven había vivido siete años casada y llevaba ya ochenta y cuatro de viuda. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.
También la fiesta de hoy se llama de la Candelaria, porque en este día se bendicen las velas o candelas antes de la misa principal, y luego se distribuyen a los fieles. El origen de esta ceremonia no se conoce con certeza. Algunos creen que fue inspirada por las palabras de Si-meón: "Luz para iluminar a los paganos". Otros piensan que fue una fiesta pagana que luego se cristianizó.
Corramos todos, dice un santo obispo, al encuentro de Jesús, los que con fe celebramos y veneramos su misterio. Vayamos todos con el alma bien dispuesta. Nadie deje de participar en este encuentro, nadie deje de llevar su luz. Dejemos que esta luz nos penetre y nos transforme.
Señor Jesucristo, deseado de todos los pueblos y contemplado por los ojos del justo Si-meón y de la venerable Ana, haz que todos los hombres puedan alcanzar la salvación. Ilumina a los que aun te desconocen, y haz que crean en ti, Dios verdadero.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, mira a tus fieles reunidos hoy para celebrar la presentación en el templo de tu Hijo Jesucristo, y concédenos que podamos presentarnos ante ti plenamente renovados en el espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Están llamados a una particular imitación de Jesús y a un testimonio vivido de las exigencias espirituales del Evangelio en la sociedad contemporánea. Y si el cirio, que tenéis en la mano, es también símbolo de vuestra vida ofrecida a Dios. ésta debe consumarse toda entera para su gloria.
Pero precisamente por esta opción tan radical, os convertís, como Cristo y como María, en un 'signo de contradicción', es decir, en un signo de división, de ruptura y de choque en relación con el espíritu del mundo. "Homilía de/ Santo Padre en la festividad de la Presentación de Jesús en el Templo, 1981.



3: SAN BLAS, obispo y mártir.

San BlasDe este santo obispo sólo sabemos, con alguna certeza, que murió como mártir por Cristo en su propia sede episcopal, Sebastea, en Armenia (hoy Turquía), hacia el año 316.
Todos los demás datos de su vida son legendarios y fueron recopilados hasta 400 años después de su martirio.
Según esas tradiciones, san Blas era un obispo ejemplar que supo promover, junto con la evangelización, la atención caritativa hacia los pobres. Existe una versión de que fue médico y ayudó a todos, pobres y ricos, católicos y no católicos. Precisamente por esta razón, fue escogido como obispo por el mismo pueblo, al morir el pastor de la sede de Sebaste.
Al estallar la persecución, los mismos fieles rogaron al obispo que se escondiera. Nuestro santo se retiró a una cueva de las montañas vecinas. Dicen que los mismos animales salvajes se acercaban al obispo ermitaño y reconocían instintivamente su bondad.
Fue descubierto por unos cazadores paganos, quienes lo llevaron preso al gobernador Agrícola de Capadocia. En la cárcel del lugar se le acercó, en cierta ocasión siempre según estos datos legendarios una mujer cuyo hijo estaba muriéndose de asfixia por el hueso de un pescado que le obstruía la garganta. El santo curó al niño.
Por haber rechazado el sacrificio a los ídolos fue torturado en forma cruel. Por medio de una especie de peine metálico le fue quitada la piel y la carne de los huesos. Por fin lo decapitaron.
En Europa Central san Blas se cuenta, desde la Edad Media, entre los taumaturgos más eficaces; muchas iglesias y conventos llevan su nombre. En las regiones tradicionales católicas, el día tres de febrero se reza la oración y bendición de san Blas, con dos velitas cruzadas en forma de equis, que se coloca sobre la garganta, para pedir a Dios la salud corporal.
La fórmula ritual de la bendición es: "Por intercesión de san Blas, obispo y mártir, el Señor te libre del mal de la garganta y de cualquier otro mal en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN COLECTA
Por intercesión del mártir san Blas, te suplicamos, Señor que nos concedas tu paz en esta vida y tu auxilio para alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

"Apiádate de todos nosotros para que, con la Virgen María, Madre de Dios, con los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos por tu Hijo Jesu-cristo compartir la vida eterna Y cantar tus alabanzas . Oración Eucarística II.


3: SAN OSCAR (ANSCARIO) obispo 801-865

San OscarSu memoria es importante porque se le puede considerar como el apóstol de las misiones de Escandinavia, en especial de Dinamarca y Suecia. Por su vida consta que era un fraile benedictino y un obispo sumamente humilde, entregado al servicio de los pobres y enfermos y, a la vez, un hombre de increíble resistencia ante las pruebas más difíciles que puedan sobrevenir a un misionero.
Sólo por la práctica extraordinaria de las tres virtudes teologales: fe, esperanza y amor, se puede comprender cómo es posible que este santo obispo misionero haya superado las dificultades que le presenta ron esos pueblos tan arraigados en el paganismo.
Oscar anhelaba el martirio y en verdad su vida fue un auténtico martirio incruento. Creció el santo en la abadía francesa de Corbie, fundación benedictina; se ordenó sacerdote en la nueva fundación misionera de Corvey, en Alemania del norte, en el 822.
Quiso san Oscar ser apóstol en las regiones mas difíciles; por ello fue enviado a Dinamarca, en donde la gente se debatía en continuas luchas fratricidas. Expulsado de Dinamarca, solicitó empezar su misión en Suecia. Durante el viaje los piratas le quitaron todo su equipo de libros y artículos sagrados. En unos dos años de estancia en Suecia logró muy pocas conversiones.
El papa Gregorio IV lo nombró primer obispo de Hamburgo. En el año 845 invadieron los normandos la ciudad y la destrozaron por completo. El obispo no dudó en compartir con sus fieles todas las estrecheces y carencias de semejante calamidad. En el 865 le dieron la ciudad de Bremen para que, unida con Hamburgo, formara una nueva diócesis. Un año más tarde, el 3 de febrero del 865, moría este heroico pastor en olor de santidad.
La conversión de Dinamarca se llevó a feliz término en el siglo XI bajo el rey Knut mientras en Suecia duró la evangelización hasta el siglo XII, promovida sobre todo por el rey en el Santo (+1160).
Este catolicismo medieval joven y valiente, que regalo a la Iglesia importantes santos como santa Brígida fue aniquilado por la imposición violenta del Protestantismo en el siglo XVI Además la secularización de los países Nórdicos condujo al neopaganismo. Por esta razón en dichos países y en otros llamados cristianos de Europa se necesita una nueva evangelización total.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que enviaste a tu santo obispo Oscar a iluminar con la verdad a numerosos pueblos, concédenos por su intercesión caminar continuamente a la luz de tu Evangelio. Por Cristo nuestro Señor. Amen.

"Con el hombre cada hombre sin excepción alguna se ha unido Cristo de algún modo, incluso cuando ese hombre no es consciente de ello. Cristo, muerto y resucitado por todos, da siempre al hombre a todo hombre y a todos los hombres- su luz y su fuerza para que pueda responder a su máxima vocación". Juan Pablo II, Redemptor hominis.

 


4: SANTA ÁGUEDA. Alrededor de 250 en Catania.

Santa ÁguedaCuando en la volcánica Sicilia, el Etna entra en erupción y empieza a vomitar torrentes de lava hacia las laderas y valles circunvecinos, la gente se arrodilla ante las imágenes de Santa Águeda, para implorar su ayuda. Según se dice, la ciudad de Catania se salvó milagrosamente de ser destruida por la lava del volcán al ser defendida por el velo de esta santa mártir.
Águeda así nos cuenta la leyenda, vivía como hija de una familia distinguida en Catania, Sicilia. El gobernador Quinciano puso sus ojos en aquella hermosa doncella, molestándola con sus proposiciones; Quinciano era pagano y Águeda cristiana; jamás se rebajó para convertirse en juguete de sus pasiones.
Al sentirse rechazado Quinciano, juró vengarse y doblegar aquella voluntad, al mismo tiempo. La acusó, la mandó arrestar y la condujo a una casa de prostitución para corromperla y seducirla, pero el satánico proyecto fracasó.
Quisieron doblegar su resistencia con las torturas del suplicio; viendo que todo resultaba inútil, Quinciano, vencido por aquella frágil mujercita, transformó su apetito sexual en profundísimo odio y escogió las formas más crueles de tormento: mandó desgarrar el pecho de la joven con cuchillos y tenazas; en ese estado la arrojaron a la prisión. Ciertamente habría muer-to, pero fue curada milagrosamente por un anciano: san Pedro apóstol.
Al día siguiente la desvistieron y la arrastraron sobre afiladísimos vidrios y carbones encendidos; a las pocas horas de esta tortura, entregaba su alma al Señor.
Esta leyenda no ofrece gran seguridad para que se pueda hablar de un documento confirmado. Sin embargo el hecho de que el martirio tuvo lugar alrededor de la mitad del siglo ter-cero parece atestiguarlo. con seguridad, la tradición continua de la Iglesia.
Aun hoy día se celebra el martirio de la joven siciliana.

ORACIÓN COLECTA
Que tu santa virgen y mártir Águeda. tan agradable siempre a tu corazón por la consagración de su virginidad y su valor en el martirio, nos obtenga, Señor, su fortaleza para superar nuestro egoísmo y nuestra cobardía. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

"En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar. Porque la sangre de la gloriosa mártir santa Águeda, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil lo robustece para que sea testigo tuyo. " Prefacio de los Santos


5: SAN FELIPE DE JESÚS, protomártir mexicano 1572-1597

San Felipe de JesúsPocos son los cristianos que comprenden a fondo la exigencia radical que encierra la total conversión de vida para despojarse del hombre viejo y renovarse en el hombre nuevo, que es Jesucristo (Col 3, 9s). Felipe de las Casas que quiso llamarse "de Jesús", cuando por fin llegó a convertirse plenamente, es un espléndido ejemplo de esa comprensión cordial y práctica de lo que significa e implica la auténtica conversión.
Felipe nació en la ciudad de México el año de 1572 hijo de honrados inmigrantes españoles En su niñez se caracterizo por su índole inquieta y traviesa Se cuenta que su aya una buena negra cristiana al comprobar las diarias travesuras de Felipíllo solía exclamar con la mi rada fija en una higuera seca que en el fondo del jardín levantaba a las nubes sus áridas ramas. "Antes la higuera seca reverdecerá, que Felipillo llegue a ser santo". El chico no tenía madera de santo.
Pero un buen día entró en el noviciado de los franciscanos dieguinos; mas no pudo resistir su austeridad y otro buen día se escapó del convento.
Regresó a la casa paterna. Ejerció unos años el oficio de platero, si bien con escasas ganancias; por lo que su padre, Alonso de las Casas lo envió a las islas Filipinas a probar fortuna Felipillo contaba ya para entonces dieciocho años Se estableció en el emporio de artes riquezas y placeres que era en esos tiempos la ciudad de Manila.
Nuestro joven gozó por un tiempo de los deslumbrantes atractivos de aquella ciudad pero pronto se sintió angustiado el vacío de Dios se dejó sentir muy hondo hasta las ultimas fibras de su ser en medio de aquel doloroso vacío, volvió a oír muy tenue la llamada de Cristo Si quieres venir en pos de mi, renuncia a ti mismo, toma tu cruz y sígueme" (Mt 16, 24).
Y Felipe volvió a tomar la cruz: entró con los franciscanos de Manila y ahora si tomó muy en serio su conversión ... Oró mucho, estudió, cuidó amorosamente a los enfermos y necesita-dos, y un buen día le anunciaron que ya podía ordenarse sacerdote, y que, por gracia especial, esa ordenación tendría lugar precisamente en su ciudad natal, en México, a la vista de sus padres y amigos de la infancia.
Se embarcó juntamente con Fray Juan Pobre y otros franciscanos rumbo a la Nueva España; pero una gran tempestad arrojó el navío a las costas del Japón, entonces evangelizado, entre otros, por Fray Pedro Bautista y algunos hermanos de su provincia franciscana de Filipinas. Felipe se sintió dichoso: ahora podría ahondar más en su conversión, esforzándose por convertir a muchos japoneses.
Las conversiones en Japón aumentaban día a día; pero entonces estalló la persecución de Taicosama contra los franciscanos y sus catequistas.
Nuestro Felipe, por su calidad de náufrago, hubiera podido evitar honrosamente la prisión y los tormentos, como lo habían hecho, Fray Juan Pobre y otros compañeros de naufragio. Pe-ro Felipe rechazó esa manera fácil de rehuir su actividad. Quería convertirse siempre más a fondo, hasta abrazarse del todo con la cruz de Cristo. Siguió, pues, hasta el último suplicio a san Pedro Bautista y demás misioneros franciscanos que desde hacía años evangelizaban el Japón.
Felipe juntamente con ellos fue llevado en procesión por algunas de las principales ciudades para que se burlaran de él. Sufrió pacientemente que le cortaran, como a todos los demás, una oreja, y, finalmente en Nagasaki, en compañía de otros veintiún franciscanos, cinco de la Primera Orden y quince de la Tercera Orden, además de tres jóvenes jesuitas, se abrazó a la cruz de la cual fue colgado, suspendido mediante una argolla y atravesado por dos lanzas.
Felipe fue el primero en morir en medio de todos aquellos gloriosos mártires. Sus últimas palabras fueron: " ¡Jesús, Jesús, Jesús!"
Felipe se había convertido plena y totalmente a Cristo. Era el 5 de febrero de 1597. Cuenta la leyenda que ese mismo día la higuera seca de la casa paterna reverdeció de pronto y dio fruto. Pero volvamos a la historia: Felipe fue beatificado, juntamente con sus compañeros de cruento martirio, el 14 de septiembre de 1627. El 8 de junio de 1862, fue canonizado.
Felipe, el joven que supo convertirse hasta dar la vida por Cristo, ha sido declarado patrono de la ciudad de México y de su arzobispado.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que te dignaste aceptar la sangre de san Felipe de Jesús como una primicia de la fe de nuestro pueblo, concédenos, por su intercesión, madurar en esa misma fe, para que demos testimonio de ella, no sólo con las palabras, sino sobre todo, con los actos de nuestra vida diaria Por nuestro Señor Jesucristo.. Amén.

HIMNO
Altas primicias de la fe de México, mártir de Cristo que por Cristo inmolas tu joven sangre, con viril entrega, donde el sol nace.
Haz de nosotros los testigos fieles del Evangelio, la palabra viva, hoy más que nunca del amor heraldos, púgil de América.
En ti crecemos, san Felipe, incólumes, porque en ti sube todo el Nuevo Mundo, para mirar, desde el más alto cedro, nuevos caminos. Liturgia de las Horas (III) fiesta de S. Felipe de Jesús.


6: SANTOS PABLO MIKI y COMPAÑEROS, mártires, 1597.

Santos Pablo Miki y compañerosEl día 5 de febrero del año de 1597 sufrieron el martirio por la fe cristiana 26 evangeliza-dores en las tierras del Japón. Tres de ellos eran jesuitas. Pablo Miki, nacido en el reino de Ava, Japón, entre los años 1564 y 1566, quien ingresó en la Compañía de Jesús, e hizo en ella sus estudios de teología, aunque no alcanzó a ordenarse de sacerdote. Predicó el Evangelio con óptimos resultados entre sus conciudadanos. San Juan, llamado Juan de Goto, porque era natural de este reino, nacido en 1518; Diego Kisai, del reino de Bigen. Estos dos últimos fue-ron admitidos como hermanos coadjutores poco tiempo antes de padecer el martirio.
Otros seis pertenecían a la orden de san Francisco, o de Frailes Menores. Pedro Bautista, sacerdote, nacido en 1546 en san Esteban del Valle, diócesis de Ávila, España; Martin de Aguinre, sacerdote, nacido en Vergara el año 1567; Francisco Blanco, sacerdote, de la población de Pereiro, nacido en 1569; Felipe de las Casas Martínez, clérigo acólito, de la ciudad de México, nacido en 1572; Gonzalo García, hermano lego, de la población de la India llamada Bazai; y Francisco de San Miguel, también hermano lego, natural de Parrillas, lugar vecino a Valladolid, España.
Los restantes 17 eran laicos. Algunos de ellos eran catequistas e intérpretes, pertenecientes a la Tercera Orden de San Francisco. Entre ellos había un soldado, Cayo Francisco; un médico, Francisco de Miako, y un nativo de Korea, León Karasuma. Había también tres jovencitos de cerca de 13 años de edad, que acostumbraban ayuda la misa a los sacerdotes, Luis lbarki, Antonio Daynan y Tomás Kasaki, cuyo padre fue martirizado juntamente con ellos. Fuera de León Karasuma, todos eran naturales del Japón.
En el año de 1587, se decía que en las islas del Japón había cerca de doscientos mil cristianos. En 1588 el emperador Cambacundono, que después tomó el nombre de Taicosama, se arrogó honores divinos y ordenó a todos los misioneros que abandonaran sus dominios, dándoles un plazo de seis meses para salir. Algunos de ellos obedecieron; otros permanecieron ocultos y disfrazados.
Ocho años después, mandó el emperador poner en prisión a los religiosos de san Francisco, a los de la Compañía de Jesús, y a sus ayudantes que se hallaran en Osaka y Meaco. A 24 de los cristianos, después de cortarles parte de la oreja izquierda, los condujo por diversas poblaciones con las mejillas teñidas de sangre para causar terror en la gen. te, hasta el lugar de la ejecución, Nagasaki. En Nagoya, añadieron a otros dos cristianos.
En una de las colinas de Nagasaki, los verdugos ataron sobre cruces de madera a los mártires, mediante cuerdas y cadenas y les echaron alrededor del cuello unos anillos de hierro. Las cruces formaban una larga fila. Cada víctima tenía a su lado un verdugo con una lanza en la mano, listo para traspasarles el costado. A una señal dada, los verdugos clavaron sus lanzas en el pecho de los mártires, y casi todos ellos murieron al instante. El primero que expiró fue Fray Felipe de Jesús, semi-ahogado por la argolla del cuello.
Los 26 mártires fueron canonizados solemnemente por el papa Pío IX el día 8 de junio de 1862.


ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que quisiste llamar a la vida eterna por medio de la cruz a Pablo Miki y a sus compañeros y les diste fortaleza para morir por ti, concédenos, por su intercesión, que sepamos vivir con honradez y sin miedo la fe que profesamos. Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Pablo Miki, nuestro hermano, viéndose colocado en el más honorable de los que hasta entonces había ocupado, francamente a los presentes que él era japonés, que pertenecía a la Compañía de Jesús, que moría por haber predicado el Evangelio y que daba gracias a Dios por un beneficio tan insigne. A continuación añadió estas palabras: Llegado a este momento crucial de mi existencia, no creo que haya nadie entre vosotros que piense que pretendo disimular la verdad. Os declaro, pues, que el único camino que lleva a la salvación es el que siguen los cristianos. Y, como este camino me enseña a perdonar a los enemigos y a todos los que me han ofendido, perdono de buen grado al rey y a todos los que han contribuido a mi muerte, y les pido que quieran recibir la iniciación cristiana del bautismo' ". Liturgia de las Horas, Propio de los Santos (7) pg. 171-112.


8: SAN JERÓNIMO EMILIANO 1486-1537

Nuestro santo nació de familia noble en Venecia; su nombre era Jerónimo Miani.
San Jerónimo EmilianoEn aquellos tiempos del Renacimiento, Italia estaba profundamente dividida por luchas in-ternas. La consecuencia lógica fue un relajamiento considerable de las buenas costumbres y las prácticas religiosas, mientras que la corrupción se extendía en todos los campos de la administración. Una tremenda pobreza azotó la población humilde del campo.
Jerónimo, entonces oficial del ejército veneciano, tuvo que defender, en 1511, la pequeña ciudad de Castelnuovo, al lado del río Piave, en contra del poderoso emperador Maximiliano I. Fue vencido, hecho prisionero, humillado y encarcelado. Allí enfermó gravemente.
Lo mismo que a san Ignacio de Loyola, la gracia de Dios llegó hasta la cárcel y produjo una profunda conversión en Jerónimo.
Al recobrar la libertad, Jerónimo buscó su verdadera liberación por la gracia de Cristo y dedicó los siguientes tres anos, todavía como seglar, a las obras de caridad en favor de los pobres de Castelnuovo.
Después empezó los estudios teológicos en Venecia, y fue ordenado sacerdote a la edad de 32 años.
El año de 1528 se distinguió por las desventuras. Millares de personas murieron por el tifo y el hambre. Ante este espectáculo, Jerónimo vendió todos sus bienes para dedicarse, día y noche, al cuidado de los enfermos y moribundos. Se contagió del mal; pero logró restablecer-se. En este tiempo Jerónimo reconoció que estaba llamado especialmente para los más abandonados: los niños y los huérfanos que vagaban por todo el norte de Italia. Emprendió la construcción de asilos, no sólo en Venecia, sino también en la región lombarda, hasta Milán. Los muchachos recibieron el cálido cariño de un hogar y sobre todo, una sólida catequesis al estilo peculiar del santo.
Este ejemplo fue seguido por otros sacerdotes, de manera que después de ser aprobados por el obispo de Chieti, futuro papa Pablo III, vivieron según la regla de san Agustín. Por el sitio en el que se erigió el noviciado se denominaron pronto "Clérigos de Somasca". Su misión sancionada por la regla, decía: Los hermanos dirigirán internados para huérfanos, marginados y enfermos.
A Principios de 1537 una segunda epidemia asoló el norte de Italia. Jerónimo se colocó de nuevo, entre los primeros para atender a los atacados por la peste. Se volvió a contagiar, y aunque se le atendió de la mejor manera, entregó su alma a Dios exclamando: "¡Jesús, María!". Era el 8 de febrero de 1537.
En aquel siglo de la Reforma protestante, cuando los enemigos atacaban a la Iglesia "por su traición al Evangelio", vemos a éste y a otros santos dar testimonio de una santidad que predica, más con las obras, que con las palabras, que la Iglesia de Cristo, en ninguna época ha podido ser aniquilada.
El papa Clemente XIII canonizó a Jerónimo Emiliano en 1767; Pío XI lo declaró, en 1928, en ocasión del IV Centenario de la fundación de los Clérigos de Somasca, como "Patrón de todos los huérfanos y muchachos abandonados".

ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que en san Jerónimo Emiliano proporcionaste a los pobres y a los huérfanos un protector y un padre, concédenos entregarnos, a ejemplo suyo, a servir a nuestros hermanos y necesitados para que podamos vivir así como hijos tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo.. Amén.

"La situación de extrema pobreza generalizada, adquiere en la vida real rostros muy concretos en los que debiéramos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestiona e interpela: rostros de niños, golpeados por la pobreza desde antes de nacer, por obstaculizar sus posibilidades de realizarse a causa de deficiencias mentales y corporales irreparables; los niños vagos y muchas veces explotados de nuestras ciudades, fruto de la pobreza y desorganización moral familiar". Documento de Puebla, nn. 31


10: SANTA ESCOLÁSTICA, 480-542

Santa EscolásticaEn la vocación apostólica de los hermanos Santiago y Juan, la Iglesia ha visto una muestra de la providencia divina que llama frecuentemente a los miembros de una misma familia al ser-vicio de Dios.
Los gemelos Benito y Escolástica, nacidos en la pequeña ciudad de Nursia, son un ejemplo típico de estos llamamientos.
El nombre "Escolástica" significa "la que quiere aprender", y fue muy apropiado para la joven, quien, junto con su hermano, aprendió los misterios de la vida de Cristo en un mundo donde el paganismo estaba derrumbándose.
Mientras Benito tuvo que superar muchas pruebas físicas y espirituales hasta encontrar la paz de Cristo, Escolástica optó con facilidad, por el amor a Cristo en su estado virginal. Podemos considerarla como un prototipo europeo del coro de vírgenes prudentes, quienes encontraron su especial vocación en la espiritualidad benedictina.
No sabemos muchos detalles de su vida. Es probable que haya dirigido la primera comunidad de jovencitas que querían alabar a Dios por medio del culto litúrgico y sostenerse económicamente por medio de sus trabajos manuales, a diferencia de otras comunidades que más bien incorporaron la mendicidad a su modo de vivir.
La Sagrada Familia de Nazaret nos enseña la dignidad del trabajo manual.
La comunidad de santa Escolástica ayudó a numerosas familias pobres, explotadas por algunos señores feudales de aquellas regiones italianas.
En Plombariola, a 8 kilómetros de Montecassino, se levantó probablemente, el primer convento femenino cuya estricta regla prohibía absolutamente la entrada a cualquier huésped masculino.
Según los relatos más bien legendarios del papa san Gregorio Magno, los hermanos Escolástica y Benito, se entrevistaron una vez por año, en una cabaña situada a medio camino de ambos conventos. Su última entrevista se realizó en el año 542. Escolástica, con el presentimiento de su cercana muerte, rogó a su hermano prolongar la plática más tiempo de lo anteriormente acostumbrado. Benito no accedía, pero una furiosa tempestad lo obligó a permanecer y comprendió así, que Dios mismo lo dispensaba de regresar al convento a la hora acostumbrada.
Tres días después de esta entrevista, Benito vio subir al cielo una paloma blanca. Comprendió que Dios había recogido el alma de su hermana, quien , a la edad de unos 60 años, iba al encuentro nupcial reservado a las vírgenes prudentes.
Esta sencilla leyenda de san Gregorio contiene una profunda enseñanza: Aun en la vida monástica, el rigor de las reglas, representadas por el hombre, debe ser completado y superado por el carisma que viene de Dios.
Aunque el convento benedictino de Subiaco lleva hoy el nombre de santa Escolástica, los restos mortales de la santa fueron colocados al lado de los de su hermano, en Montecassino.

ORACIÓN COLECTA
Al celebrar la fiesta de Santa Escolástica, te pedimos, Señor, que, a imitación suya, aprendamos a servirte con un amor infatigable y a disfrutar profundamente tu amistad. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Tengan por fin todos, bien entendido, que la profesión de los consejos evangélicos, aunque lleva consigo la renuncia de bienes que indudablemente se han de tener en mucho, sin embargo, no es un impedimento para el enriquecimiento de la persona humana, sino que, por su misma naturaleza, la favorece grandemente. Concilio Vaticano II, "Lumen Gentium"; n. 46.


11: NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

La Santísima Virgen María se apareció 18 veces a una humilde jovencita de 14 años, Bernardita Soubirous, en la gruta de Massabielle, desde el 11 de febrero hasta el 16 de julio de 1858.
LourdesEl 25 de marzo reveló la Madre celestial su nombre, a petición del párroco, todavía escéptico, y manifestó a la niña: "Yo soy la Inmaculada Concepción". La jovencita no sabía qué significaban esas palabras, pues apenas 4 años atrás habían sido comunicadas, como dogma de fe al mundo católico por su santidad Pío IX. Con estas palabras, la Iglesia había declarado la incomparable excelencia de María por encima de todas las criaturas, por la gracia de Dios, y en previsión de los méritos de Cristo redentor.
Todas las apariciones de María en la historia de la salvación, después de la muerte de los apóstoles, son revelaciones privadas. La Iglesia muy pocas veces ha distinguido estas apariciones con algunas fiestas litúrgicas, porque a veces, las apariciones estaban dedicadas a personas particulares y sus mensajes. no podían tener la fuerza de obligatoriedad de un dogma definido.
Sin embargo, es menester considerar que el misterio de Cristo es inagotable y en cada siglo surge un nuevo camino para comprender mejor los infinitos tesoros de Cristo y de su Iglesia. María y los santos han prestado sus servicios para hacer comprender a los hombres esa magnificencia, apareciéndose a personas escogidas de una especial humildad.
En la historia hay tiempos de gran maldad, pero también tiempos y lugares de especial misericordia divina.
El siglo XIX se distinguió por una peculiar soberbia. El "liberalismo" se rebeló contra toda intervención divina en los asuntos del hombre, el cual quería explicar y dominar todo, rechazando lo que, en verdad, supera y perfecciona lo natural, es decir, lo sobrenatural. El milagro de Lourdes tuvo, en estas circunstancias, una importancia universal y a la vez dejó un mensaje profundamente bíblico. El hombre orgulloso, escéptico e incrédulo, necesita y consigue su cu-ración sólo por intervención divina. Y esto Dios lo concede así lo confirman las palabras de María en Lourdes por la oración y la penitencia.
En realidad hay pocos santuarios en el mundo como el de Nuestra Señora de Lourdes, en los que la oración presenta un grado semejante de fervor, humildad, carácter comunitario y solidario, y en los que se celebra con tanta continuidad la procesión eucarística.
Por el poder de Cristo, de sus sacramentos; por la unción de los enfermos y por la intercesión de María, se realizan continuamente los milagros más grandes en lo más secreto del alma: hombres afectados por cualquier mal espiritual de este mundo moderno, son curados y vuelven transformados a su patria y a su hogar. Con razón el papa Pío XII, siendo todavía cardenal, exclamó en su visita al santuario: "Lourdes se ha convertido en un auténtico cenáculo moderno, en donde a los nuevos 'Tomás' se les abren los ojos de la fe. También es un nuevo Damasco, porque de los antiguos 'Saulos', perseguidores, hace resurgir a los nuevos Pablos".
Es considerable el número de personas que recobran la salud. Un comité internacional de médicos católicos y no católicos, examina cada caso de curación instantánea, es decir, dentro de las 24 horas, sin medicamentos ni ayudas naturales, y determina que esta curación no puede ser explicada por la ciencia. La persona beneficiada es sometida a rigurosa observación durante un año. Entonces llega la declaración definitiva de los médicos: "Nosotros no podemos explicar esta curación instantánea".
A la Iglesia, después de maduro examen, corresponde presentar tal curación como un su-ceso milagroso y totalmente sobrenatural.
En Lourdes, los hombres se dan cuenta de que Dios quiere dar una señal de su presencia y de su misericordia. Es un lugar de consuelo y de fortaleza, es fuente de vida, de gracia, pero también de apostolado, porque cada uno de los beneficiados se convierte en fuente de gracia, como dice el apóstol Juan: "De aquél que cree en mi, según dice la Escritura, correrán ríos de agua viva" (Jn 7, 38).


ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso. ven en ayuda de nuestra debilidad y, por intercesión de María, Madre inmaculada de tu Hijo, haz que podamos resurgir del pecado a una vida nueva. Por nuestro Señor Jesucristo Amén.

La potencia salvífica de Cristo, obtenida por la intercesión de su Madre, se revela en Lourdes sobre todo en el ámbito espiritual. En el corazón de los enfermos María hace oír la VOZ taumatúrgica del Hijo: voz que desata prodigiosamente los entumecimientos de la acritud y de la rebelión, y restituye los ojos al alma para ver con una luz nueva el mundo, a los demás y el propio destino.
Los enfermos descubren en Lourdes el valor inestimable del propio sufrimiento. A la luz de la fe llegan a ver el significado fundamental que el dolor puede tener no sólo en su vida, interiormente renovada por esa llama que consume y transforma, sino también en la vida de la Iglesia, cuerpo místico de Cristo". Juan Pablo II, L'Osservatore Romano, 2 marzo, 1980.



14: SANTOS CIRILO Y METODIO, apóstoles de los eslavos.
Cirilo + 869 Metodio + 885
Los dos hermanos de Tesalónica, nacidos alrededor del año 827, que hicieron sus estudios en Constantinopla, no pudieron ser pasados por alto ni aun en esta brillante metrópoli del Bósforo.
San Cirilo y MetodioCirilo, el filósofo y sobresaliente conocedor de lenguas, siendo todavía joven y apenas consagrado sacerdote, obtuvo un doble profesorado mientras que su hermano mayor, Metodio, subió escalón por escalón, por su propio esfuerzo, en el servicio público y fue nombrado gobernador de una provincia eslava. Pero Dios tenía otros planes para ellos. El mandó a Cirilo en el año 860, por medio de la emperatriz Teodora, hacia el sur de Rusia con las tribus paganas y ahí se comprobó que aquel antiguo erudito había logrado dominar, por medio de su inteligencia y su energía, a un pueblo medio salvaje de las estepas y lo había conducido hacia el cristianismo.
Metodio, quien desde el año 840 se había retirado del servicio público y había entrado como sencillo hermano lego en un monasterio en la montaña del Olimpo, acompañó a Cirilo a Rusia, y participó en sus éxitos misioneros Cuando concluyeron su misión, condujo a Cirilo a su querido monasterio de Polícrón. En celdas contiguas ayunaron e hicieron penitencia los dos hermanos, retirados completamente del mundo; sin embargo, en sus corazones ardía el fuego para llevar la palabra de Dios, también a otros pueblos eslavos.
Más rápidamente de lo que suponían, se realizó su anhelo. Ratislavo, el príncipe de la pagana Moravia, había oído prodigios de la obra misionera y pidió, por medio de una legación en Constantinopla, que le enviaran sacerdotes cristianos. Lo más acertado era enviar a aquellos que ya habían tenido éxito.
Cirilo acudió sin vacilar, pero no fue solo; de nuevo lo acompañó Metodio. Y ya en el camino, en Bulgaria, donde judíos y sarracenos desplegaban una propaganda activa, consolida-ron la fuerza de los católicos. La verdadera cosecha, sin embargo, comenzó en Moravia, donde fueron apoyados por el príncipe y acogidos por el pueblo, debido a que no exigieron ni diezmos ni otras contribuciones, sino que se dieron por satisfechos con lo que les fue obsequiado en agradecimiento y con sentimiento piadoso.
Nuestros misioneros predicaron el Evangelio en Moravia e igualmente en Panonia, hablando a la gente en su propio idioma.
Cirilo tradujo la Biblia y los libros litúrgicos al eslavo y celebró más tarde la santa Misa en lengua eslava, ya que solamente así podía ganarse la confianza de dichos pueblos.
Esta renovación, desde luego, causó escándalo en Roma; pero pronto se convirtió, sin embargo, en admiración, cuando los dos hermanos aparecieron en Roma y no solamente presentaron, de manera convincente, su fidelidad a la enseñanza de la Iglesia, sino que a de mas entregaron las reliquias del santo papa Clemente; reliquias que Cirilo había descubierto en Crimea.
El papa Adriano II honró los méritos de estos dos evangelizadores, autorizándolos expresamente a fomentar la liturgia eslava para lograr así una divulgación más rápida del cristianismo en Moravia.
Poco antes de partir, Cirilo fue atacado por una grave enfermedad; en la celda de un monasterio romano se preparó para morir y falleció pacíficamente el 14 de febrero del 869. Se colocó al difunto, en reverente agradecimiento, al lado de la sepultura de san Clemente.
Metodio, antes de dejar el cuerpo de su hermano al cuidado de los romanos y dirigirse él hacia el norte, fue nombrado por el Papa, arzobispo y delegado apostólico.
Estas distinciones pronto se convirtieron para nuestro santo en fuente de violentos sufrimientos. Por razones de su nuevo cargo tuvo dificultades no solamente con el nuevo soberano Svatopluk, sino también con los vecinos obispos bávaros, porque los límites de su diócesis no estaban marcados claramente. Se apoderaron de su persona; una corte ficticia juzgó sus aparentes delitos y Metodio fue retenido en prisión en Ellwarigen; fue tratado rudamente por sus atormentadores y humillado hasta lo indecible. Finalmente, después de tres años, el delegado papal, Pablo de Ascona, consiguió su liberación.
Como si la estrechez de su reclusión hubiera aumentado aún más el impulso hacia la ex-tensión de su apostolado, Metodio multiplicó sus actividades hacia las comarcas vecinas; pero siempre se limitó a los países eslavos. Desde su sede en Welehrad emprendió misiones a Carintia, Dalmacia, Hungría, Bohemia, Polonia, Galicia y Rusia; se le atribuye la fundación del obispado de Kiev.
El 6 de abril del 885, Metodio seguía a Cirilo a la eternidad.
El 7 de julio, celebra la Iglesia la doble fiesta de estos dos apóstoles eslavos, quienes, du-rante la decadencia del reino de los Carolingios, realizaron el atrevido intento de reconciliar en el amor de Cristo, el cristianismo bizantino y romano, germano y eslavo, y extender, de esta manera, el Reino de Dios hasta la parte oriental más extrema de Europa.
Nuestra época, para la cual la reconciliación de todos los cristianos, desde el oriente hasta el occidente, es un asunto de unidad de corazones, comprende la gigantesca obra de estos dos hermanos de Tesalónica a quienes alabó, el papa Juan XXIII, como "dos columnas de la unión" y "dos antorchas ante el Señor de la tierra".

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por medio de los santos Cirilo y Metodio iluminaste con la luz del Evangelio a los pueblos eslavos, abre nuestro corazón para que aceptemos tu palabra y ayúdanos a vivir de acuerdo a la fe que profesamos. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

Nos encontramos en una época en que, después de siglos de división de la Iglesia entre Oriente y Occidente, entre Roma y Constantinopla, y a partir del Concilio Vaticano II, se han dado pasos decisivos hacia la comunión plena. Por esta razón, parece que la proclamación de los santos Cirilo y Metodio como Co-patronos de Europa junto con san Benito, responde plenamente a los signos de nuestro tiempo... ". Juan Pablo II. 3l.Xll.l98O.


17: LOS SIETE SANTOS FUNDADORES DE LA ORDEN DE LOS SERVITAS

Siete hombres que se reunieron en 1233 en una comunidad religiosa, con el fin de santificarse, eran comerciantes de Florencia y algunos distinguidos senadores. Ellos pudieron medir la miseria material y espiritual existente en su patria, Italia, por las luchas entre el emperador y el Papa.
Sufrieron las luchas internas en su pueblo y en su ciudad y reconocieron que este mar de sangre y lágrimas, de odio y venganza, era definitivamente una consecuencia del pecado del hombre caído y el rechazo de la conversión, que el Evangelio exige.
Como verdaderos cristianos, reconocieron que no bastaban cambios de estructuras, negociaciones y pactos para reparar la paz, sino una profunda y total renovación del hombre. Reconocieron también que, en el cuerpo místico de Cristo, la vida evangélica de unos pocos, puede influir muchísimo sobre el curso exterior de la historia, tanto dentro de la Iglesia, como de la patria.
Así buscaron la aprobación de su nueva comunidad por el obispo Ardingho de Florencia. Vendieron todos sus bienes y los repartieron en beneficio de los niños huérfanos y otras personas que habían sufrido, a consecuencia de las guerras fratricidas.
Pusieron su primera fundación y toda su vida futura, bajo la protección especial de la Virgen Santísima. Como empezaron esta vida cerca de Florencia, hubo el inconveniente de que recibían continuas visitas de sus familiares y amigos.
Entendieron que Dios les pedía una vida de mayor soledad. Por eso se retiraron a la montaña que se llama Montescenario, entonces poco accesible y cubierta de extensos bosques.
Allí se entregaron a la vida de oración y penitencia. Allí los visitaban sólo aquellos que buscaban consejo espiritual o querían asociarse a esta vida evangélica.
En la búsqueda de una regla, específicamente monástica, escogieron la regla de san Agustín y el hábito correspondiente de color negro. El obispo Ardingho, después de algunos años de prueba, aprobó su vida comunitaria y el nombre que habían escogido de "Servitas", es decir, siervos de María.
Es interesante con qué rapidez se desarrolló esta orden y contribuyó a la santificación de la Iglesia de entonces. El cardenal Pedro Cappocci decretó, en febrero de 1250, que los superiores de esta nueva orden pudieran absolver pecados especiales a los hombres manchados por los crímenes de la guerra, si se convertían de verdad. Muchos partidarios del emperador Federico II y otros caballeros y soldados, ya cansados de tantas matanzas, entraron en la joven comunidad.
Estos jóvenes, antiguos soldados, ya probados durante algunos años en la milicia de Cristo y de María, fueron enviados a otros países de Europa, para fundar nuevos conventos de los Servitas.
Así la orden ayudó, en muchas partes de la pobre Europa dividida, a levantar no sólo la catequesis, sino también la formación científica de algunas zonas retrasadas en la cultura.
Los siete fundadores recibieron el favor de poder dirigir su propia fundación hasta el fin de sus días. El último y más distinguido de ellos, Alexio de Falconieri, que había rechazado todas las dignidades eclesiásticas y había permanecido como sencillo hermano lego, murió el 17 de febrero de 1310, cuando ya tenía más de 100 años. El papa León XIII lo canonizó a él y a sus 6 compañeros.
Florencia, la ciudad mundialmente conocida por sus excelentes obras de arquitectura, estatuas y pinturas y su ambiente único de arte secular y religioso, la ciudad que ha producido hombres tan grandiosos como Dante, Miguel Ángel, Savonarola y los Medici, no debería nunca olvidar a estos siete hombres que se cuentan entre los grandes del Reino de Cristo.

ORACIÓN COLECTA.
Infunde, Señor, en nuestros corazones, aquel espíritu de piedad que impulsó a los santos fundadores de la Orden de los Servitas a amar" tiernamente a la Madre de tu Hilo y a encaminar a todos los hombres hacia ti. Por nuestro Señor Jesucristo... Amen.

Quedan, pues, invitados y aun obligados todos los fieles cristianos a buscar la santidad y la perfección de su propio estado. Vigilen, pues, todos por ordenar rectamente sus sentimientos, no sea que en el uso de las cosas de este mundo y en el apego a las riquezas, encuentren un obstáculo que los aparte, contra el espíritu de pobreza evangélica, de la búsqueda de la perfecta caridad, según el aviso del Apóstol: "Los que usan de este mundo, no se detengan en eso: porque los atractivos de este mundo pasan" (1 Cor 7, 31). Concilio Vaticano II, "Lumen Gentium", n. 42.


18: FRANCISCO OROZCO Y JIMÉNEZ, arzobispo, 1864-1936

Entre los prelados eclesiásticos mexicanos del siglo XX, sobresale sin lugar a dudas el Excmo. Sr. Francisco Orozco y Jiménez, el arzobispo luchador de Guadalajara. Eximio humanista, desarrolla los estudios del clero y las investigaciones históricas, y lega valiosas colecciones documentales. Como buen pastor, resiste el empuje anticlerical de la revolución, ya de frente, ya ocultándose en las montañas, para no abandonar a su grey.
Francisco OroscoNació en la población de Zamora, Mich., el 19 de noviembre de l864 Sus padres fueron José María Orozco y Ana María Jiménez.
Hasta la edad de nueve años permaneció en su tierra natal en donde estudió las primeras letras, y prosiguió sus estudios en Jacona con el P. Antonio Píancarte Labastida. El 15 de septiembre de 1876 emprendió la carrera eclesiástica en el colegio Pío Latino Americano de Roma; allí hizo los estudios de latín, filosofía, teología y derecho canónico. El año de 1887 fue ordenado sacerdote.
Fue capellán de la hacienda de la Noria y del templo de san Francisco de Zamora, vicerrector de la Escuela de Artes de la propia ciudad, profesor y director del colegio clerical de san Joaquín, en México, catedrático y vicerrector del seminario conciliar de la misma ciudad, Notario del V Concilio Provincial Mexicano y del primer plenario Latinoamericano, celebrados en México y en Roma respectivamente.
El 15 de agosto de 1902 fue consagrado obispo de Chiapas en la Basílica de Guadalupe en México por el Excmo. Sr Don Prospero María Alarcón, arzobispo de México Tennario la catedral de su diócesis, celebró el primer Sínodo Diocesano visito toda su diócesis y delimitó bien sus contornos y reedificó el seminario conciliar. Trabajó con congregaciones religiosas que se hicieron cargo de la educación de la niñez.
El día 2 de diciembre de 1912 san Pío X lo traslado a la arquidiócesis de Guadalajara. Fue el quinto arzobispo de Guadalajara. Pronto se comunicó con sus fieles a través de edictos y cartas pastorales: obligación de los católicos en las futuras votaciones, celo apostólico de los sacerdotes, etc. Al caer el general Huerta y triunfar el Constitucionalismo de Carranza, fue expulsado de la República el año 1914, junto con otros muchos obispos mexicanos. Regresó en 1916, oculto, y así permaneció gobernando su diócesis. El 4 de junio de 1917,escribió una carta pastoral en que puntualizaba los absurdos de la Constitución recientemente promulgada, especialmente en materia de culto y enseñanza. El 4 de julio siguiente fue aprehendido en Lagos de Moreno por órdenes del gobernador Manuel M. Diéguez, y expulsado a los Estados Unidos. En 1919 volvió a Guadalajara, por amnistía de Venustiano Carranza y por intervención del cuerpo diplomático de los Estados Unidos. No dejó después de oírse la voz del arzobispo de Guadalajara: señalaba responsabilidades, marcaba el camino del deber, promovía el bien público y combatía el mal en cualquiera de sus formas.
La grandeza y rectitud del arzobispo no podía menos de molestar a las autoridades civiles. Surgieron dificultades con el gobernador José Guadalupe Zuno, y en 1924 tuvo que viajar a Roma. De 1926 a 1929, debido a la rebelión cristera, gobernó su diócesis desde la capital de la República. Reintegrado a su arquidiócesis, fue secuestrado por el ejército y nuevamente exiliado. El 12 de diciembre de 1933 celebró en la Basílica de San Pedro en Roma, con asistencia del papa Pío XI, del colegio cardenalicio, de 75 obispos y varios generales de órdenes religiosas, la extensión del Patronato Guadalupano a toda América Latina y a las Islas Filipinas en el mes de 1935, el general Lázaro Cárdenas permitió que regresara a México. Agotada su vida con tanto trabajo, murió santamente en Guadalajara el día 18 de febrero de 1936.
Es admirable y alentador comprobar el espíritu de sacrificio, abnegación con que muchos pastores ejercen su ministerio en servicio del Evangelio, sea en la predicación, sea en la celebración de los sacramentos o en la defensa de la dignidad humana afrontando la soledad, el aislamiento, la incomprensión y, a veces la persecución y la muerte. Documento de Puebla, n. 668.



21: SAN PEDRO DAMIÁN, obispo y doctor de la Iglesia, 1007-1072

Pedro Damián, al morir sus padres fue tratado muy mal por un hermano suyo. La siguiente anécdota narra el carácter noble del muchacho: se encontró una pequeña moneda, que le pareció una fortuna y se la entregó a un sacerdote para que celebrara una misa por su padre difunto.
Pedro DamianiSu hermano mayor, Damián, ya ordenado sacerdote, lo rescató por fin de su situación miserable, y se hizo cargo de él, lo ayudó en sus estudios, hasta que pudo ocupar el cargo de profesor en Ravena.
Pedro, en agradecimiento a su hermano, tomó su nombre: Damián. Pedro Damián nació en 1007 y le tocó vivir una época de inmoralidad y degeneración, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Desde joven tenía el deseo de hacerse santo. Toda su vida está impregnada de esta exigencia: La santidad es posible y es necesaria para cada miembro del cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia.
A los 28 años entra, en el convento de Fonte Avellana, en donde san Ronaldo (950-1012) había reformado la regla benedictina buscando una mayor austeridad, con flagelaciones y otras penitencias físicas.
Nuestro santo se enfermó gravemente en el convento y sufrió insomnio, probablemente por la práctica de excesivas vigilias. Por sus virtudes, los ermitaños lo eligieron abad. Con ese mismo espíritu de humildad y de entrega a la observancia de los consejos evangélicos, fundó otras cinco comunidades de frailes. Estos conventos se convirtieron en centros ejemplares de renovación.
Varios sumos pontífices llamaron a Pedro Damián, en contra de su voluntad, al servicio de la Iglesia para aprovechar sus dotes extraordinarias. En primer lugar se debían combatir los vicios que estaban socavando la disciplina entre los miembros del clero secular y regular: la simonía (compra y venta de beneficios eclesiásticos), el concubinato, la codicia y el afán de riquezas y poder. Por esto, el papa lo eligió cardenal y obispo de Ostia; sin embargo los honores no llenaban el corazón de Pedro Damián y muy pronto solicitó regresar a su celda de ermitaño. En estas circunstancias conoció el subdiácono Hildebrando, futuro papa Gregorio VII, reformador de la disciplina eclesiástica.
Como secuela de aquellos vicios había otros que ensombrecían la imagen de la Iglesia de entonces, como las profundas divisiones, pleitos y guerras, entre el pueblo, el clero, los obispos y los representantes de la curia romana.
Desde el año de 1051 se le confió a nuestro santo la delicada y difícil misión, como delegado apostólico, de pacificar esas facciones y lograr así mayor unidad en la Iglesia. Inspirado por la Biblia, nuestro santo vivía el heroísmo y lo exigía a los demás; por estas mismas razones evangélicas no permitió que el clero y menos los frailes, dejando su disciplina, se dedicaran a las ciencias y las artes humanas.
Su carácter se manifestó también en sus escritos y sermones, cartas y poemas, por cuyo alto nivel recibió el 1828 el título de "doctor de la Iglesia".
Muy importante es la formulación: "Cada fiel es una pequeña Iglesia, lo que él hace u omite, influye sobre todos.
Murió el 22 de febrero de 1072 en Faenza, al regresar de Ravena, en donde el arzobispo había destruido, con sus atrocidades, la comunión con el papa Alejandro II. La reconciliación de su ciudad natal con la sede apostólica, fue la última misión de este hombre luchador y a la vez pacificador.



ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, seguir las enseñanzas y los ejemplos de san Pedro Damián, para que, prefiriendo en todo a Cristo y esforzándonos siempre por servir a tu Iglesia, logremos alcanzar la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Los ciudadanos de este pueblo deben caminar por la tierra; pero como ciudadanos del cie-lo, con su corazón arraigado en Dios, mediante la oración y la contemplación. Actitud que no significa fuga frente a lo terreno, sino condición para una entrega fecunda a los hombres. Por-que quien no haya aprendido a adorar la voluntad del Padre en el silencio de la oración, difícilmente logrará hacerlo cuando su condición de hermano le exija renuncia, dolor, humillación. Documento de Puebla n. 251.


22: CÁTEDRA DE SAN PEDRO

Al visitar la basílica de san Pedro en Roma, muchos fieles se acercan a besar el pie derecho de una estatua de bronce, colocada junto al muro derecho de la nave central y que representa al primer Papa, sentado en la Cátedra, símbolo de su autoridad e infalibilidad.
Cátedra de San PedroNo lejos de este lugar se encuentran las grutas de San Pedro y, en el subsuelo, el cemente-rio pagano con sus pasillos estrechos, en donde fue sepultado Pedro después de su martirio. Es posible que el mismo 22 de febrero sea el día de su entierro, ya que el 29 de junio, es la fecha de la traslación de los cuerpos de San Pedro y san Pablo a las catacumbas de Calixto en el 258, durante la persecución de Valeriano.
Cuando se depositaban los restos de un difunto, se acostumbraba celebrar una comida conmemorativa con una silla vacía que representaba la presencia espiritual del hermano que el Señor había llamado. ¿Es acaso el 22 de febrero el día que recuerda este rito, la presencia de la Cátedra y, después, la veneración de esta reliquia en su aniversario?
También sabemos, por la historia, que los paganos de Roma celebran, precisamente el 22 de febrero, una conmemoración de difuntos, a la que se llamó "Parentalia", porque tenían la costumbre de llevar pan a las tumbas de los parientes difuntos. Por lo cual es posible que los cristianos hayan colocado la fiesta de la Cátedra de san Pedro en esta fecha, para sustituir el rito pagano.
De todos modos, para nosotros, este día se puede considerar como una fiesta de gratitud de la Iglesia para el oficio del papado, como servicio universal en cuanto a la verdad que Cristo nos reveló.
Delante del tribunal de Pilato, político escéptico y venal que no supo defender la verdad, Cristo declaró solemnemente: "Para esto he nacido yo y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad" (Jn 19, 37).
Con su sacrificio, "el príncipe de este mundo" (Jn 12, 31) , el "padre de la mentira", fue arrojado fuera (Jn 8, 44) y desde entonces, la Iglesia no cesa de dar testimonio de la verdad sobre Cristo, como redentor del hombre, y sobre los derechos divinos y humanos, íntimamente vinculados en su persona.
Precisamente por estos derechos, los cristianos fueron llamados a juicio y, delante de estos tribunales paganos, rechazaron el culto idolátrico y murieron como testigos de Cristo, exacta-mente como la Inmensa mayoría de los papas romanos de los primeros siglos, quienes, perseguidos de día y de noche, no tenían ni tiempo de ocupar, en sentido material, sus cátedras legítimas.
En nuestros días, el Papa, "siervo de los servidores de Dios", desde su cátedra de pastor supremo, se presenta ante todos los cristianos, pero especialmente ante aquellos que son lle-vados a juicio y condenados por su religiosidad, como fundamento irrefutable de la verdad, contra la cual la fuerzas del infierno no prevalecerán.
Casi siempre se celebra esta fiesta cerca de la Cuaresma o en ese tiempo, por lo que es aconsejable rezar y meditar en ella la oración sacerdotal de Cristo del Jueves Santo; ciertamente el Señor pide para sus apóstoles la asistencia del Espíritu Santo, verdadera seguridad de la infalibilidad del Papa para cualquier época de la Iglesia.

ORACIÓN COLECTA
Que nada pueda perturbar, Señor, la fe que profesamos y que tú quisiste cimentar sobre la roca firme de san Pedro. Por nuestro Señor Jesucristo.. . Amén.

Es verdad que este poder fue comunicado también a los demás apóstoles y que este decreto constitutivo concierne igualmente a todos los que viven en la Iglesia; pero, al confiar semejante prerrogativa, no sin razón se dirige el Señor a uno solo aunque hable para todos. Esta autoridad queda confiada de un modo singular a Pedro, porque él es constituido cabeza de todos los pastores de la Iglesia. San León Magno, sermón 4 P.L. 54, 149-751.


23: SAN POLICARPO DE ESMIRNA, + alrededor de 156, en Esmirna.

El que quiera leer la historia del anciano obispo mártir Policarpo de Esmirna, debe remontarse a aquella época heroica de la Iglesia, en la que la gente de todo el mundo se complacía en oír el grito estremecedor: "¡Arrojad a los cristianos a las fieras"' Entre las víctimas de aquella embriaguez insaciable de sangre, de aquel furor popular enardecido, se hallaba Policarpo. El informe de sus sufrimientos es uno de los testimonios documentales más antiguos, acerca de la intrepidez ante la muerte de aquella generación inmortal.
San PolicarpoComo él mismo lo proclamó con orgullo ante el juez, durante 86 años sirvió lealmente al Señor. La mayoría de los decenios pasaron inadvertidos. De ellos no sabemos sino que fue discípulo del apóstol san Juan, quien lo designó obispo de Esmirna. Era amigo de san Ignacio de Antioquía, el cual ya encaminado hacia la muerte le mandó una carta enternecedora de agradecimiento. Pocos años después, otro santo, Ireneo de Lyon que fuera alumno de Policarpo en Esmirna, dio testimonio por escrito de lo profundamente que se le habían grabado en la memoria los ademanes y la homilía de Policarpo y con cuánta fuerza le había impresionado su personalidad llena de vida.
Una sola de sus cartas, dirigida a la comunidad cristiana de Filipos, nos fue legada y conservada. En ella él mismo, humildemente, queda en el fondo del cuadro, pero de sus frases sencillas brota un gran cariño, una santa misericordia con los pobres, los enfermos, los caídos, una compasión por toda pena y toda culpa. Sus palabras no hieren ni inflaman aunque tengan que criticar; amonestan, ruegan y bendicen. Ninguna capa social queda en el olvido, pero lo más importante para él son la unidad y la pureza de la doctrina y la perseverancia de la fe en el Salvador. Cincuenta años después de haber redactado esa carta, él mismo dio el mejor ejemplo de perseverancia.
A principios del año de 156, se iniciaron las persecuciones y, cuando las primeras víctimas habían sucumbido, Policarpo, a petición de los fieles, se retiró a una cabaña del campo en las cercanías de la ciudad; pero un esclavo, a quien atormentaron, lo delató y al anochecer de ese mismo día lo encarcelaron.
Apacible y sereno, salió de la casa al encuentro de los soldados; mandó que les sirvieran comida y bebida a los cansados y rogó que por última vez le permitieran rezar. La oración se prolongó durante dos horas; pero Policarpo no rogaba por si mismo; sus palabras eran una letanía de peticiones en beneficio de los demás, "de todos los que conoció durante su vida, grandes y pequeños, nobles y humildes y de toda la Iglesia católica en la tierra.
Debido a su vejez, los soldados no quisieron llevárselo a pie hasta la ciudad y le permitieron montar un asno. Tal vez recordó Policarpo la entrada de su Señor en Jerusalén, porque sabía ya que lo seguiría en su pasión. Finalmente llegó a la arena, donde lo recibió la gritería estruendosa de la multitud, pidiendo su muerte. Al comenzar el procónsul el interrogatorio, cesó todo escándalo.
Mientras los verdugos se apresuraban a amontonar la leña para la hoguera, Policarpo se quitó la ropa. Por última vez alabó a Dios, en un conmovedor acto de júbilo, por la gracia del martirio, antes de que las llamas, chisporroteando, lo alcanzaran, y con un aullido se descargó la tensión de los miles de espectadores. Pero el fuego se dividió y las flamas formaron un arco alrededor del condenado, sin tocarlo. Antes de que el pueblo se enterase una puñalada del ver-dugo acabó con la vida del santo.
El anciano obispo murió un 22 o un 23 de febrero, probablemente en el año de 156. Su cadáver no fue entregado a sus amigos, sino incinerado posteriormente. Pero sus cenizas, para los cristianos, fueron "más valiosas que piedras preciosas y oro"; hoy en día, son veneradas en "San Ambrogio della Massina", en Roma.

ORACIÓN COLECTA
Dios y Señor de todo lo creado, que quisiste contar entre tus mártires al santo obispo Policarpo, concédenos, por su intercesión, participar como él en los sufrimientos de Cristo, para que recitemos también a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.

"Señor, Dios todopoderoso, Padre de tu amado y bendito siervo Jesucristo, por quien hemos recibido el conocimiento de tu persona, Dios de los ángeles y de las potestades, de toda la creación y de toda la raza de los justos que viven en tu presencia: te bendigo, porque en este día y en esta hora te has dignado agregarme al número de los mártires y me has concedido tener parte en el cáliz de tu Ungido, para alcanzar la resurrección y la vida eterna del alma y del cuerpo en la incorrupción por el Espíritu Santo". De la Carta de la Iglesia de Esmirna sobre el martirio de san Policarpo. 13, 2-15, 2.


25: BEATO SEBASTIÁN DE APARICIO, o.f.m. 1502-1600

El beato Sebastián de Aparicio nació en Gudiña, aldea del reino de Galicia, España, en enero de 1502. En 1533 determinó pasar a la Nueva España; desembarcó en Veracruz y fijó su residencia en Puebla, en donde se dedicó a la agricultura. Algún tiempo después se dedicó al acarreo de mercancías, primero entre Puebla y Veracruz, más tarde entre México y Zacatecas.
Sebastián de AparicioCansado de este trabajo y dueño de algún capital, compró un rancho entre Azcapotzalco y Tlalnepantla y se dedicó, una vez más a la agricultura. En edad avanzada se casó sucesiva-mente con dos doncellas con las que vivió en perfecta castidad, pues las desposó con el solo de ampararlas y de socorrer a sus padres.
En 1572, cuando contaba 70 años de edad, convaleciente de una enfermedad que lo orilló a la muerte, determinó dejar todos sus bienes para servir libremente a Dios. Con fecha 20 de diciembre cedió sus propiedades, que estaban valuadas en 18,000 pesos a las religiosas de Santa Clara de México y se dedicó a servirlas en calidad de criado. Algunos meses después, pidió el hábito de lego en el convento de San Francisco. Fue recibido el 9 de junio de 1573; al año siguiente hizo su profesión religiosa. Fue destinado al convento de Tecali, de la diócesis de Puebla y más tarde, al de esta misma ciudad, en donde pasó sus últimos años dedicado a conducir por los pueblos de aquellos contornos, dos carretas en las que recogía limosnas para el convento.
El 25 de febrero de 1600 entregó su alma a Dios, tendido en el desnudo suelo y después de recibidos los sacramentos. En vida y después de muerto obró muchos milagros, que fueron debidamente probados, por lo cual el papa Pío VI expidió el decreto de su beatificación. Su cuerpo se conserva en una capilla del templo de san Francisco de Puebla.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste dejarnos en el beato Sebastián de Aparicio un ejemplo de entrega a los demás en las ocupaciones diarias, concédenos, por su intercesión, amarte y servirte en nuestro prójimo en todas las actividades de nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén

La Iglesia vive una vida auténtica, cuando profesa y proclama la misericordia el atributo más estupendo del Creador y del Redentor y cuando acerca a los hombres a las fuentes de la misericordia del Salvador, de las que es depositaria y dispensadora. En este ámbito tiene un gran significado la meditación constante de la palabra de Dios, y sobre todo la participación consciente y madura en la Eucaristía y en el sacramento de la penitencia o reconciliación, La Eucaristía nos acerca siempre a aquel amor que es más fuerte que la muerte: en efecto, "cada vez que comemos de este pan o bebemos de este cáliz", no sólo anunciamos la muerte del Redentor, sino que además proclamamos su resurrección, mientras esperamos su venida en la glo-ria. Juan Pablo II "Sobre la Misericordia Divina" Cap. VII.


26: FRAY ANTONIO DE VALDIVIESO, o. p., obispo y mártir + 1550

Nació en Villahermosa de Burgos, siendo sus padres Antonio de Valdivieso y Catalina Álvarez. Tomó el hábito de santo Domingo en el convento de san Pablo de Burgos.
Antonio de ValdiviesoEl Papa Pablo III le asignó el obispado de León de Nicaragua, en 1544.
Fue consagrado en Gracias a Dios, jurisdicción de Honduras, por el obispo de Chiapas, Bartolomé de las Casas y por el de Honduras, Cristóbal de Pedraza. Igual que ellos, fue siempre un infatigable luchador Por el mejor trato a los indígenas.
Desde su llegada a la diócesis, de la cual fue tercer obispo, trabajó para que se aliviaran las tareas impuestas a los indígenas por el sistema de encomiendas, conforme a las prescripciones de las Nuevas' Ordenanzas (1542), pero es bien sabido cómo estas leyes encontraron tenaz resistencia por parte de los encomenderos en toda la América española. Esto no obstante, el obispo emprendió vigorosamente y como parte principal de su ministerio, la defensa de los indígenas. Todo ello le valió la enemistad de los encomenderos y, en particular, la del gobernador Contreras y sus allegados.
En unión con los obispos de Chiapas y Guatemala, estableció su programa de acción en favor del indígena sobre estos cuatro puntos: 1) Que se fijaran nuevamente los tributos de los indígenas, y que fueran menores de los que les habían exigido. 2) Que se prohibiera obligarlos a llevar cargas y que se hicieran caminos para que pudieran transitar animales que reemplazaban a los indígenas. 3) Que los españoles no residieran en pueblos de indios sino una semana, como máximo, cada año. 4) Que en los pueblos no hubiera calpirques (recaudadores).
Todo eso fue rechazado por la Audiencia y el obispo tuvo que redoblar sus esfuerzos, enviando cartas al Consejo de Indias, denunciando la injusta situación que se le había creado a los indígenas. No se le ocultaba el peligro que por su labor apostólica corría su vida, tanto más cuanto que hasta las mismas personas enviadas por la corona española para vigilar y urgir el cumplimiento de las nuevas leyes, estimaban que la acción de los obispos en favor del indígena excedían a sus atribuciones.
El mismo presidente de la Audiencia de los Confines, informaba como hecho notorio el peligro que corría la vida del obispo de Nicaragua.
Desgraciadamente esos temores se realizaron: el día 26 de febrero de 1550, caía el obispo, apuñalado por Juan Bermejo, esbirro del gobernador.
En esta forma, la ciudad de León de Nicaragua fue la primera del Nuevo Mundo que tuvo el privilegio de ser regada con la sangre de su obispo a causa de la defensa de los indígenas maltratados.

Intrépidos luchadores por la justicia, evangelizadores de la paz, como Antonio de Monte-sinos, Bartolomé de las Casas, Juan de Zumárraga, Vasco de Quiroga, Juan del Valle, Julián Garcés, José de Mchieta, Manuel Nóbrega y tantos Otros que defendieron a los indígenas ante conquistadores y encomenderos, incluso hasta la muerte, como el obispo Antonio Valdivieso, demuestran, con la evidencia de los hechos, cómo la Iglesia promueve la dignidad y libertad del hombre latinoamericano. Esta realidad ha sido reconocida con gratitud por el papa Juan Pablo II, al pisar por primera vez las tierras del Nuevo Mundo, cuando se refirió a "aquellos religiosos que vinieron a anunciar a Cristo salvador, a defender la dignidad de los indígenas a proclamar sus derechos inviolables a favorecer su promoción integral, a enseñar la hermandad como hombres y como hijos del mismo Señor y Padre Dios". Juan Pablo II, Discurso a su llegada a Sto. Domingo, AAS LXXXP. 154, 25 de enero, 1979.




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